ISSN impreso: 0186-0348

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Ana Frega (coord.), Historia regional e independencia del Uruguay: proceso histrico y revisin crtica de sus relatos

Ana Buriano

Banda Oriental, Montevideo, 2009, 270 pp

Instituto Mora

UNA PROPUESTA INTELIGENTE EN LA PRODUCCIN HISTORIOGRFICA SOBRE EL BICENTENARIO RIOPLATENSE

Como un siglo atrs, Uruguay encar las conmemoraciones bicentenarias sumido en la polmica. otros reclamos en torno a la memoria histrica del pasado reciente opacaron la controversia y la sustrajeron del espacio pblico. No por ello dej de sustanciarse y de revelar, desde un presente agitado por lneas ideolgicas cruzadas, los perjuicios que Nietzsche detect en la historia para la vida. Aunque los colegas sudamericanos no fueron omisos y dieron la batalla para combatir el error histrico, Renn triunf una vez ms. Un siglo antes la historiografa fundadora se trab en una frrea polmica en torno a las fechas de la independencia —25 de agosto de 1825 o 18 de julio de 1830— a partir de la reivindicacin de las acciones de los caudillos Jos Antonio Lavalleja–Fructuoso Rivera asumidos como fundadores por las colectividades polticas modernas (partido Nacional y Partido Colorado) y explic la nacin a partir de un predestino. El disenso presente, pese a estar alejado de las angustias originarias y haber recibido el legado de los revisionismos histricos que alcanzaron la cspide en la dcada de los sesenta del siglo XX, se mantuvo ceido a la visin "patria" de la historia nacional, al punto que el parlamento uruguayo desech la propuesta que le hicieron importantes exponentes de la historiografa para conmemorar como hito inicial la revolucin de Mayo de 1810 en Buenos Aires, por entenderla un acontecimiento perteneciente a la Repblica Argentina, haciendo caso omiso de la inexistencia de esta entidad poltica en la fecha y de la subordinacin inicial del movimiento de la Banda oriental al de la antigua capital virreinal. Algo as como si 200 aos despus todava estuviramos los uruguayos necesitados de reafirmar la nacionalidad, torciendo el brazo a la historia.

La obra que reseamos —surgida de la reflexin generada al abrigo de un proyecto de investigacin titulado procesos Histricos y Elaboracin Discursiva del Pasado: Anlisis de los Conflictos Polticos y Sociales en la Constitucin del Estado Oriental y Revisin Crtica de la Historiografa Tradicionalista, albergado en el Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin de la Universidad de la Repblica— tiene la virtud de romper el estrecho marco "nacional" para adentrarse en la historia de la regin en el momento en que el Estado Oriental se desgaja del rea colonial de pertenencia y del imperio del Brasil que lo haba conquistado. Con ello, los autores destruyen cualquier propuesta de "preexistencia" y abordan, desde ngulos diversos, aspectos conflictivos del desarrollo de la Provincia Oriental en un marco cronolgico y espacial particularmente apto para destronar las visiones nacionalistas y restrictivas que estuvieron en el origen de la conformacin de la identidad nacional uruguaya.

A travs de seis captulos y con el reconocido objetivo de superar el marco explicativo de las "revoluciones de independencia en clave de empresas nacionales conducidas por hroes", las autoras proponen "un nuevo modelo explicativo que ubique los acontecimientos en su contexto regional y mundial y preste atencin a la peculiar constelacin de fuerzas polticas y sociales" (p. 13) que confluyeron en la constitucin del Estado Oriental entre los antiguos territorios del virreinato del Ro de la Plata y el sur de Brasil. Para ello privilegiaron el periodo de la segunda independencia en el marco cronolgico de 1821–1828. Se propusieron entonces extender la mirada al conjunto de la dcada sobre la cual la historiografa tradicional haba preferido el anlisis del lustro final con el objetivo de mostrarlo como una especie de ruptura que escamoteara la adhesin de las elites al imperio de Brasil, atemorizadas por la "anarqua" de la primera etapa revolucionaria. Por el contrario, una ingeniosa composicin del capitulado que abarca el periodo completo les permiti descubrir una extraordinaria continuidad, en unos poderosos que persistan en su viejo intento de fortalecer la Provincia/Estado y su puerto en el comercio regional e internacional y su posicin dentro de ella; que estaban dispuestos a buscar un gobierno centralizado y estable que asegurara el orden en el medio rural, aun asociando o incorporando el territorio a otra unidad poltica y descubrir los corrimientos de la "zona–frontera" en un territorio de lmites imprecisos. Tampoco qued al margen el anlisis de la formulacin discursiva del relato histrico–poltico fundacional cuyas falencias exhiben los estudios desde la regin. Tres ejes temticos rigen los seis captulos: la multitud de proyectos polticos de distinto signo y propsito (separacin del Estado, anexiones y/o uniones e incorporaciones); mecnicas polticas de participacin de distintos sectores sociales y, finalmente, la conformacin de identidades polticas, sociales y de otra naturaleza durante el desarrollo de estos procesos.

La coordinadora de la obra, Ana Frega, asumi no slo la bien lograda integracin del volumen sino tambin la autora de tres excelentes captulos. El primero de ellos est dedicado a dar cuenta de un plan concebido en 1821 en Ro de Janeiro, despus de la derrota de Artigas, a cuya cabeza se encontraba el ministro plenipotenciario espaol en la corte lusitana, el riqusimo comerciante importador y exportador Mateo Magarios, su hijo residente en Espaa y diputado a Cortes, los jefes revolucionarios artiguistas presos en la isla de las Cobras, entre ellos el segundo jefe de la revolucin oriental Fernando Otorgus, un hermano de Artigas y el cacique misionero Andrs Guacurar, entre otros. La alianza de tan dismiles personajes que tena como objetivo regresar la Banda al dominio de la corona espaola se produjo en la confluencia de mltiples circunstancias. Entre ellas, la pacificacin del territorio de la Banda Oriental luego que las elites hispano–criollas aceptaran su incorporacin, bajo la denominacin de Provincia Cisplatina, al Reino de Portugal, Brasil y Algarve; mientras, en Espaa, la revolucin de Riego haba reinstaurado la Constitucin liberal de Cdiz y Buenos Aires enfrentaba una fuerte inestabilidad poltica. El captulo estudia la confluencia de intereses y el acercamiento entre polos anteriormente enfrentados, al punto que "las ideas republicanas defendidas con fuerza en la primera etapa de la revolucin en la Banda Oriental dejaran paso en los distintos bandos a proyectos de unin o incorporacin a monarquas constitucionales". Mucha distancia exista entre quienes deseaban recuperar la posicin privilegiada que ocupaban bajo la corona de Espaa y la de aquellos jefes revolucionarios que reconfiguraban sus identidades polticas a partir de un marcado rechazo al centralismo bonaerense y aspiraban a recibir apoyos militares para reconducir la resistencia frente a Portugal de sectores rurales que no haban logrado ser acallados. Un anexo documental acompaa el captulo basado en fuentes obtenidas en los archivos General de indias, Histrico de Madrid, General de la Nacin en Argentina y Artigas. Aunque el plan finalmente fracas, no era desconocido por la historiografa. Sin embargo, el nuevo enfoque, basado en la dinmica del realineamiento de fuerzas, es un aporte novedoso.

La misma autora incursiona en el muy polmico tema de la mediacin britnica en la conformacin independiente del Estado Oriental. Lo hace desde las miradas del cnsul britnico en Montevideo, Thomas Hood, los comerciantes ingleses con casas en la capital durante la dominacin lusitana, algunos viajeros, la prensa inglesa en Londres y Buenos Aires y la percepcin del encargado de negocios de Estados Unidos en esta ltima capital. Precede el estudio una aguda revisin crtica de la historiografa tradicional que ha oscilado entre proponer que el pas separado fue una invencin britnica o ver en esta separacin la consumacin de un destino, donde esta mediacin slo ayud a plasmar lo que en los hechos exista. Considera tambin el relato histrico de las dcadas finales del siglo XX y sus diversas lecturas en torno al tema. El captulo tiene la virtud de recoger la percepcin que acuaron estos espectadores externos sobre cmo la confluencia de intereses divergentes fue encontrando "un cauce de salida en la solucin independentista" y cmo a medida que transcurra el conflicto se fue afirmando un idntico rechazo a brasileos y porteos (bonaerenses). Este realineamiento de fuerzas no fue ajeno, claro est, a las presiones que ejerci la diplomacia britnica.

La campaa militar de Fructuoso Rivera sobre las Misiones Orientales de 1828, en el marco de la guerra de las Provincias contra el imperio del Brasil, completa la triloga de captulos asumidos por Frega. En un logrado estudio que inicia con la revisin del relato historiogrfico, la autora se encarga de mostrar el hecho a la luz de los distintos presentes. Factor aglutinante de la nacionalidad para la historiografa de la primera dcada del siglo, la campaa llevada adelante por quien fuera el caudillo reivindicado por la corriente colorada, trat de convertirse en factor de unidad suprapartidaria, cuando El Siglo, peridico bajo la direccin de Eduardo Acevedo, llamaba a "mirar el porvenir" y dejar atrs "el pasado, [...] los errores, los crmenes y las glorias" (p. 133). Adelante en el siglo, las tradiciones blanca y colorada le daran diferente valoracin. Preterido por las primeras, Pablo Blanco reconoca en esta campaa el acicate decisivo para obligar al emperador de Brasil a aceptar la paz con las Provincias Unidas y permitir la separacin del Estado Oriental. Enmarcado luego en la lucha caudillezca, el episodio se "nacionaliz" y perdi el rico contexto regional y tnico del que estuvo rodeado. La conflictiva de soberanas entre las provincias de Santa Fe, Corrientes, Entre Ros, Buenos Aires, las relaciones con Paraguay, la navegacin del complejo hidrulico, la diplomacia britnica y las luchas polticas al interior de la Provincia Oriental incidieron en la conquista del rea misionera. Efectivamente, el movimiento de masas en la zona–frontera atemoriz al emperador, que vio en ella un peligro de alianza con los movimientos republicanos que agitaban el Ro Grande. Abri tambin una intensa lucha y polmica en torno a la delimitacin territorial. Pedro i no fue el nico asustado por la accin. La "anarqua" social agitaba a las elites del conjunto de la regin. El estudio considera tambin la problemtica tnica guaran–misionera y su traslado acompaando al ejrcito del norte una vez que, por la Convencin Preliminar de Paz, fue obligado el retiro de las tropas. Con estas familias se fundara la colonia de Bella Unin sobre el ro Cuareim, hecho que sent un hito bsico en la delimitacin fronteriza del futuro Estado. Como en los captulos anteriores, la investigacin de Frega permite integrar el complejo panorama de los mltiples intereses en juego que trasciende los lmites de la futura entidad independiente y desborda la visin de los enfrentamientos caciquiles.

Los tres captulos de autoras diversas embonan con la propuesta rectora, aunque manejan variantes metodolgicas en el tratamiento de los temas. Desde la historia institucional, ins Cuadro aborda las modificaciones que se produjeron en la Provincia Oriental durante la guerra contra Brasil, entre el establecimiento de la Sala de Representantes de la Florida, en 1825, hasta su disolucin en 1827 y la etapa inmediatamente posterior. El estudio se encuentra enmarcado en la guerra que estall una vez que la Sala de Representantes declar la incorporacin a las Provincias Unidas del Ro de la Plata. El inters de la autora est centrado en mostrar las dificultades que enfrent este primer legislativo local en sus dos etapas de trabajo. Fuertemente influenciado por la Constitucin rivadaviana unitaria de 1826 procedi a la disolucin de los cabildos y al establecimiento de nuevas formas institucionales que introdujeron cambios en la fiscalidad, en el sistema de justicia y de representacin. Este poder legislativo provincial, que trascenda el mbito de la ciudad representada en el cabildo, albergaba el deseo de centralizar el poder, reorganizar el territorio de las provincias dentro de un Estado y afectar la autoridad de los caudillos. Supuso adems el establecimiento de nuevas normas en el manejo de las tierras pblicas, la extensin de la enfiteusis rivadaviana que sustraa el derecho de la Provincia Oriental sobre las tierras, cuando se sustanciaban mltiples conflictos sobre las mismas. La cada de Rivadavia y de su tendencia poltica unitaria en Buenos Aires confluy con la incapacidad de la sala para lograr legitimacin en medio de reclamos por una legislacin ajena al sentir tradicional. Una vez disuelta por Lavalleja se ensayaron nuevas formas institucionales afines a la tradicin popular, sin que volvieran a restablecerse los cabildos. Basado en las actas legislativas y fuentes secundarias el estudio se acompaa de una importante revisin historiogrfica dispersa a lo largo del tratamiento.

Ariadna islas asume la responsabilidad de una compleja investigacin sobre la historia de los lmites del Estado Oriental en abierto enfrentamiento a la historiografa tradicional que ha asentado en el imaginario colectivo la representacin de un territorio mutilado y la existencia de una usurpacin que abarcara una extensa franja del Ro Grande entre los ros Cuareim e ibicuy. El silencio que guard la Convencin Preliminar de Paz de 1828 sobre los lmites fue expresin de la incapacidad de las partes para controlar militarmente la franja frontera. El estudio comprende la consideracin de las diversas denominaciones que recibi el territorio y la polisemia de los trminos en uso. Basado en una amplia documentacin que incluye la consideracin de los textos historiogrficos de tono nacionalista de los tres Estados involucrados (Argentina, Brasil y Uruguay) y una amplia recopilacin cartogrfica, que se reproduce con limitaciones de tamao y color en la edicin reseada, la estructura del captulo es particularmente compleja pues aborda las representaciones territoriales, los sucesivos nombres de cada una de las dependencias polticas a las que estuvo sometida la Provincia Oriental, la visin bonaerense y la imperial con su propuesta de las "fronteras naturales" platenses y su visin de un Brasil isleo extendido desde la cuenca del Plata hasta el Amazonas. La recopilacin cartogrfica avala la interpretacin de Ariadna islas en cuanto a negar su valor cientfico para afirmar en cambio una representacin territorial determinada por el autor de la carta y el destinatario de la misma. Una cartografa para satisfacer intereses que, sin embargo, impact con sus imgenes la representacin colectiva del territorio y la identidad. Convencida de la construccin histrica del espacio territorial, la autora muestra la conformacin del lmite del Cuareim como una frontera posible a lo largo de las guerras de independencia. El estudio es sin duda meritorio y exhibe un intenso trabajo de investigacin. La estructura expositiva es abigarrada porque el tema lo es en s. Quiz el abordaje realizado es el adecuado en un intento por brindar una mirada amplia y regional de la historia limtrofe.

El ltimo captulo a cargo de Mara Laura Reali se dedica a estudiar la formulacin discursiva del papel de Gran Bretaa en la independencia oriental desde la mirada de Luis Alberto de Herrera. La anglofilia y, en menor medida, germano–filia del histrico lder del Partido Nacional se estudia a lo largo de su interpretacin histrico–poltica vertida en diversos escritos publicados en los primeros 40 aos del siglo XX, entre ellos, La Revolucin francesa y Sud Amrica, La encuesta rural: estudio sobre la condicin econmica y moral de las clases trabajadoras de la campaa... , El Uruguay internacional y La misin Ponsomby: la diplomacia britnica y la independencia del Uruguay. En un estudio particularmente reiterativo de las concepciones historiogrficas que sustent Herrera se aborda su visin de inglaterra como modelo social y poltico democrtico, civilizado, ordenado y enfrentado a los "excesos jacobinos" franceses que haban logrado amplia difusin en el continente. Y no slo en l sino en Uruguay y entre sus oponentes de la fraccin batllista del Partido Colorado, con su visin igualitarista, negadora de las diferencias de clase y sustractora de los derechos polticos. El anlisis vinculado con las concepciones tnicas y raciales en boga estuvo matizado por un alejamiento del biologicismo y una afirmacin de los legados culturales, los tipos nacionales y el temperamento autctono. Una visin de la historia nacional que privilegiaba el potencial de los propietarios rurales en tanto que conductores de masas para vehiculizar los cambios sociales y polticos, introducir a los sectores rurales en la participacin poltica por la va electoral y el respeto por las tradiciones nacionales. En cuanto a la independencia nacional Herrera enfatizaba el protagonismo oriental, presupona una inexistente unidad de voluntades entre quienes se negaron a ser brasileos o argentinos y relegaba el papel de inglaterra al reconocimiento de una unidad poltica ya existente. Se alejaba, sin embargo, de las concepciones historiogrfico–polticas partidistas al reivindicar por igual el ingreso al panten nacional de los hroes vinculados a ambos institutos. Sin negar el valor del captulo sentimos que el anlisis de la formulacin discursiva es reiterativo y que no logra integrarlo a una visin general de la historiografa con la que debi confrontarse.

En conjunto, la obra reseada es extraordinariamente sugerente y provocativa. Abre nuevos caminos aunque no los recorre todos en extensin, cumple su objetivo principal de poner la regin frente a la nacin, remueve la construccin memorstica internalizada y deja planteadas perspectivas de investigacin histrica. Creemos estar frente a un verdadero hito en la produccin historiogrfica para mirar el bicentenario con ojos nuevos.

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