ISSN impreso: 0186-0348

ISSN electrónico: 2395-8464

El desarrollismo y el problema agrario durante las dcadas de 1950 y 1960

Development Policy and Agrarian Problems during the 1950s and 1960s

Silvia B. Lzzaro

 INFORMACIN SOBRE LA AUTORA:

Silvia B. Lzzaro. Doctora y profesora en Historia por la Universidad Nacional de La Plata. Investigadora independiente del CONICET. Autora de libros, captulos de libros, artculos en revistas de la especialidad y publicaciones en Actas de Congresos, en todos los casos sobre la problemtica agraria durante el siglo XX. Directora de varios proyectos de investigacin, sobre los mismos temas, radicados en la Facultad de Humanidades y financiados por la UNLP y por el CONICET. Docente en la Facultad de Humanidades y en la Facultad de Ciencias Econmicas, ambas dependientes de la Universidad Nacional de La Plata.

ABOUT THE AUTHOR

Silvia B. Lzzaro. Ph. D. and History Professor trained at the National University of La Plata. Independent CONICET researcher. She has authored books, book chapters and articles in specialized journals and publications in the Proceedings of Congresses on the agrarian problem in the 20th century. She has directed various research projects on these issues in the Humanities Faculty, financed by UNLP and CONICET. She is a professor at the Faculty of Humanities and the Faculty of Economic Sciences, both of which are affiliated to the National University of La Plata.

Fecha de recepcin: marzo de 2011. Fecha de aceptacin: noviembre de 2011.

Resumen

El propsito del artculo se orienta al estudio de la proyeccin de las ideas desarrollistas sobre la economa y la sociedad argentinas, particularmente en el mbito del sector agropecuario -sector dinmico por excelencia- durante las dcadas de 1950 a I960: las proposiciones, las estrategias implementadas y las secuelas ms significativas. El criterio a utilizar hace nfasis en la consideracin de las polticas pblicas, no meramente como procesos determinados por factores que operan dentro de los lmites territoriales y legales del Estado, sino analizadas como componentes y dimensiones de una red global de relaciones de poder e intereses que condicionan la lgica y la racionalidad que definen las articulaciones entre el Estado y la sociedad dentro del marco internacional.

Palabras clave: Desarrollismo, Estado, polticas pblicas, agro, propiedad, tenencia de la tierra.

Abstract

The purpose of this article is to study the projection of development ideas on the Argentinean economy and society, particularly within the sphere of the dynamic agricultural sector, from 1950 to 1960: the goals, the strategies implemented and the most significant effects. The criterion to be used emphasizes the consideration of public policies not only as processes determined by factors that operate within the territorial and legal limits of the state but analyzed as components and dimensions of a global network of power relations and interests that determine the logic and rationality that define the links between state and society within the international framework.

Key words: Development policy, state, public policies, agro, property, land ownership.

INTRODUCCIN. CONDICIONANTES EXTERNOS E INTERNOS

Durante el periodo estudiado, el desarrollismo, como corriente del pensamiento econmico, concibe el desarrollo como un cambio de estructuras. Las principales elaboraciones en este sentido fueron realizadas por la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL) desde fines de la dcada de los cuarenta. A partir de una especial interpretacin de los procesos que reglan las relaciones entre los pases centrales y los perifricos, pone nfasis en un conjunto de reformas estructurales que es necesario encarar de manera global para superar, precisamente, los obstculos para el desarrollo. En funcin de ello elabora un diagnstico de la situacin de la economa latinoamericana: se destaca su condicin perifrica, y a partir de esta, los efectos en la economa internacional, derivando luego hacia la formulacin de prescripciones generales y especficas para superar los principales problemas. Partiendo de la divisin internacional del trabajo y de la constatacin emprica de la existencia de trminos de intercambio negativos para los pases exportadores de productos primarios, se constata que se dan fuertes oscilaciones en el volumen de la demanda y de los precios internacionales de los mismos; ello provoca fuertes contracciones en la capacidad de importacin y, por lo tanto, un alto grado de vulnerabilidad externa y grandes desequilibrios en el ritmo de funcionamiento de la economa. Tambin se advierten severas restricciones estructurales en la transferencia del progreso tcnico de los pases centrales a los perifricos, debido a la mayor concentracin de innovacin tecnolgica en los productos industriales que estos importaban. Ante este estado de la cuestin, la solucin no poda ser otra que la industrializacin, comenzando por aquel tipo de industria que fuese capaz de sustituir los bienes importados ms escasos y estratgicos. En estas condiciones el funcionamiento de la economa no poda ajustarse a los dictados del mercado ni moverse errticamente conforme al inters privado de los empresarios capitalistas, sino que era imperativo que lo hiciese en el sentido necesario para cerrar los baches del comercio exterior e incorporar procesos productivos complejos que elevasen el valor agregado nacional, absorbiendo el mayor progreso tcnico posible. Esta industrializacin planificada tena adems la ventaja de crear puestos de trabajo en las ciudades, en un momento en que la poblacin se urbanizaba aceleradamente. Es as como la industrializacin se convierte en el eje del proyecto desarrollista, que persegua la incorporacin masiva de la tcnica moderna, la reforma agraria y la democratizacin poltica. En efecto, el desarrollismo combin polticas de modernizacin y de expansin industrial con la vigencia de instituciones parlamentarias y prcticas electorales. En el primer periodo doctrinario de la CEPAL (1948-1955) las ideas bsicas fueron la concepcin centro, periferia, la teora del deterioro de los trminos del intercambio y la interpretacin del proceso de industrializacin de los pases latinoamericanos. A partir de este conjunto de ideas, la CEPAL abri el debate en torno a la necesidad de una poltica deliberada y especfica de industrializacin, capaz de promover la acumulacin y el desarrollo de la regin y, tambin, en su calidad de organismo supranacional de orientacin y consulta, gener una serie de recomendaciones de poltica econmica, cuyos tpicos concernan a la planificacin del desarrollo, la proteccin del mercado interior, la integracin latinoamericana, el financiamiento externo, entre otros. Entre 1955 y mediados de la dcada de los sesenta la corriente cepalina, al amparo del marco terico desarrollado en la etapa precedente, profundiz el anlisis de lo que denomin los obstculos estructurales al desarrollo. Por un lado atac las cuestiones contenidas en el concepto de estrangulamiento externo: los desequilibrios de las balanzas de pago de los pases latinoamericanos, la asistencia exterior, etc.; y por otro, centr su atencin sobre los obstculos internos al desarrollo latinoamericano: el subempleo, la distribucin regresiva del ingreso, la marginalidad.

En sntesis, la poltica de desarrollo habra de poner el acento sobre un conjunto de reformas estructurales en la funcin del Estado como orientador, promotor y planificador y en un cambio y ampliacin sustancial de las modalidades de financiamiento externo y del comercio internacional.

Esta corriente de ideas tuvo probablemente su culminacin poltica en 1961 en la Carta de Punta del Este y en la concepcin inicial, y nunca realizada, de la Alianza para el Progreso, ocasin durante la cual los gobiernos latinoamericanos —dentro de un nuevo esquema de cooperacin internacional multilateral con Estados Unidos— expresaron su decisin de impulsar y realizar ese conjunto de polticas, utilizando la planificacin como instrumento para plasmarlas en la realidad.

Desde comienzos de la dcada de los cincuenta el atraso relativo de Amrica Latina es creciente. En vsperas de lanzarse la Alianza para el Progreso, a comienzos de 1961, el escenario econmico y social no haba variado, ms an, el momento en el que surge este programa coincide con una creciente inquietud popular y con un proceso de inestabilidad poltica que a partir de entonces se acenta en Brasil, El Salvador, Guatemala, Santo Domingo, Colombia, Venezuela, Argentina y Per; todo ello en el contexto de una etapa de consolidacin y avance de la revolucin cubana.1

En la Declaracin a los Pueblos de Amrica, donde efectivamente se acuerda constituir la Alianza, los firmantes se comprometen a perfeccionar y fortalecer las instituciones democrticas; acelerar el desarrollo econmico y social; impulsar, dentro de las particularidades de cada pas, programas de reforma agraria; asegurar a los trabajadores una justa redistribucin; acabar con el analfabetismo y extender la educacin a todos los niveles; reformar las leyes tributarias para exigir ms a quienes ms tienen; mantener una poltica monetaria y fiscal que defienda el poder adquisitivo de las mayoras; dar rpida y duradera solucin al problema de las variaciones excesivas de los precios de los productos latinoamericanos de exportacin, y acelerar la integracin de Amrica Latina.2 No cabe duda de que los procesos que aqu se enuncian son gravitantes, pero admitir la significacin de tales medidas es mucho ms factible que comprobar su viabilidad.

El golpe de Estado de 1955 en Argentina que derroc al gobierno peronista, expres fundamentalmente un cambio en las relaciones de fuerza a escala local, lo que se manifiesta en la toma de medidas de poltica econmica tendentes a neutralizar los pilares esenciales del modelo capitalista de Estado, procurando dinamizar el papel del sector privado en la economa. Ello se inserta en un marco ms general —desde fines de la dcada de 1950 y durante la de 1960— en el que la ideologa liberal y el desarrollismo redefinen la nueva insercin dependiente de la economa argentina, en la fase de la internacionalizacin del capital bajo la hegemona de Estados Unidos.

La incorporacin a este modelo de acumulacin, signado por la penetracin de las transnacionales como eje esencial, est condicionada por dos tipos de procesos. En primer lugar, un pas que exhibe un mercado interno amplio y con una demanda diversificada, recursos naturales disponibles, mano de obra calificada, economa exportadora generadora de excedentes y de divisas para hacer frente a los servicios del capital extranjero, y un sector pblico capaz de proveer los principales insumos que el nuevo sistema de acumulacin requiere. En segundo lugar, y no obstante las ventajas antes mencionadas, el pas tambin muestra una estructura social compleja, en tanto interactan un sector terrateniente con experiencia para defender los excedentes que genera, un sector de la burguesa nacional no monoplica que intenta buscar —cada vez con menos probabilidad de xito— mantener su presencia en el mercado interno, y una clase obrera organizada, comprometida con la defensa de sus salarios reales y dispuesta a movilizarse y a negociar para establecer alianzas en defensa de sus intereses.

Es evidente la complejidad de la nueva instancia econmico-social y poltica. Entre 1958 y 1962 el capital extranjero cumple la funcin de hacer avanzar la centralizacin de los capitales y la concentracin de la produccin dentro de una economa semicerrada como la argentina, donde la competencia externa an no se exhibe como muy relevante. Era necesario reordenar eficientemente el capitalismo local, y en este sentido, la estrategia seguida por el desarrollismo busca articular simultneamente los ingresos del sector agrario y los beneficios que impona la radicacin del capital extranjero. Eran variados los intereses a conciliar y los grupos a articular, erigindose esta gama de contradicciones en el desafo fundamental para la propuesta del desarrollismo en el mbito poltico. Adems es de destacar que la etapa de industrializacin se caracteriza por el control que sobre este proceso ejercen las firmas multinacionales y por su orientacin hacia el mercado interno; se trata de la nueva estrategia del gran capital internacional que apunta a la inversin directa en la produccin, especialmente en los bienes de consumo durable, aunque tambin se efectan importantes inversiones en qumica, petroqumica y siderurgia. Y en este contexto, el Estado tiene el papel fundamental de apoyo y ampliacin del esfuerzo industrializante. As, el Estado invertir en sectores de infraestructura pesada, energa, productos de base y transporte, que convengan a los intereses de las grandes firmas multinacionales, que se constituyen en agentes muy dinmicos en el mbito econmico.3

Es sobre la base de estos condicionamientos tericos internacionales, y del contexto general del desarrollismo en Argentina, que ha de ser considerada la poltica agraria durante el periodo mencionado. El tema no ha sido objeto de anlisis histrico especfico. Lo que existe son estudios referentes al mbito ms amplio de Amrica Latina —dentro del cual Argentina es un caso casi atpico—, y referencias a la poltica agraria un tanto aisladas del programa integral del desarrollismo local en la bibliografa general.

Adems, si bien compartimos ampliamente el criterio segn el cual el contexto econmico constituye un poderoso impulso para promover reformas "estructurales", no basta por s solo para redefinir cundo, cmo y en qu medida debe efectuarse, por lo que es necesario completar el anlisis teniendo en cuenta un segundo orden de factores contextuales internos: estos son precisamente los de carcter poltico y se articulan con la influencia que ejercen las ideas, las fuerzas sociopolticas y las instituciones en la decisin e implementacin de las polticas pblicas. Es fundante la capacidad de los gobiernos para disear y ejecutar programas de desarrollo, en tanto es ineludible la tarea de remover todo tipo de obstculos al proceso de modernizacin econmica y social iniciado en el periodo de la posguerra.

El aporte que se intenta generar es la investigacin especfica de la poltica agraria durante el periodo 1958-1962, articulada en un todo con el programa socioeconmico y poltico del desarrollismo, pero partiendo de una perspectiva analtica particular. En efecto, se tratar de contemplar las referencias a los lmites y condicionamientos que ponen las especficas coyunturas econmicas, tanto internacionales como locales; pero tambin a las opciones que se hacen desde el Estado. En este sentido es necesario considerar cmo las restricciones y/o limitaciones y las oportunidades que el contexto exhibe, son evaluadas a partir de las ideas, los intereses y los recursos de los elencos gubernamentales; perspectiva que permite apreciar que el peso de los condicionantes aparece como inseparable de la percepcin que de ellos tienen los diferentes actores polticos.

Se manifiesta en estos aos un cambio del rgimen poltico, coexistiendo con la continuidad de la intervencin del Estado en el proceso de desarrollo, lo que deriva en un nuevo subtipo de Estado social: el Estado desarrollista. En el contexto general del desarrollo, adquiere centralidad el proceso de modernizacin, considerada como una progresin objetiva de la historia que avanza sobre dos pilares esenciales: el desarrollo econmico y la democracia poltica.

De all la ineludible investigacin en torno a la poltica econmica estatal, y agraria en particular. En este marco interesa analizar la naturaleza de los objetivos entonces tenidos en cuenta, las polticas implementadas para su concrecin, y fundamentalmente poder llegar a determinar el impacto real sobre el sector potencialmente afectado, va expropiacin de grandes unidades de produccin privadas, distribucin de tierras pblicas, y/o colonizacin de nuevas tierras.

Es destacada la significacin de centrar el inters en el estudio de las polticas pblicas, en funcin de constituirse —tanto las macroeconmicas como las estrictamente agropecuarias, en un pas tradicionalmente agroexportador como Argentina— en una de las variables fundantes, aunque no exclusiva, para el conocimiento de las caractersticas de auge o de retraccin productiva; y del impacto sobre las distintas clases sociales del mbito rural.

La utilidad potencial del anlisis histrico que aqu se propone se manifiesta en dos procesos: en primer lugar, ceida la investigacin a las polticas pblicas agrarias relacionadas con el factor productivo tierra, creemos que pueden aportarse contribuciones al conocimiento especfico, sobre todo porque en el periodo priorizado, se genera una proficua accin estatal en torno a las polticas agrarias, que potencialmente pueden continuar con el proceso de transformacin de la gran propiedad que se viene dando desde la dcada anterior, lo que implica modificaciones en la naturaleza y dinmica de la clase dominante argentina tradicional. En segundo lugar, es central la revitalizacin de la discusin en torno a las caractersticas del desarrollismo, y ello por dos razones: porque puede contribuir a la tarea de reinterpretacin del fenmeno desarrollista que lo recupere, a pesar de su fracasada consolidacin, en su carcter de una de las alternativas histricas que se abrieron a las sociedades ms avanzadas de Amrica Latina, al clausurarse el periodo de cambios sociales y polticos asociados con la primera etapa de industrializacin sustitutiva; y porque el caso del desarrollismo sugiere una problemtica ms general que en la actualidad adquiere una relevancia especial, sobre todo para el Cono Sur: la posibilidad de que regmenes basados en la vigencia de alguna modalidad de democracia poltica no estn necesariamente vinculados a la satisfaccin de demandas que postulen el logro de formas de organizacin social ms igualitarias.4

LA POLTICA AGRARIA DEL DESARROLLISMO DURANTE LOS AOS DEL GOBIERNO DE ARTURO FRONDIZI

Las propuestas iniciales

El periodo del gobierno de Frondizi, en el mbito de la poltica econmica, es susceptible de ser dividido en dos etapas. En primer lugar, los meses iniciales, en los cuales la administracin de la Unin Cvica Radical Intransigente (UCRI) intenta llevar a la prctica el programa eleccionario. En segundo lugar, el resto del periodo, hasta el nuevo protagonismo en la vida poltica del pas de las Fuerzas Armadas, en 1962, durante el cual se aplicaron planes de estabilizacin monetaria sobre la base de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

A partir de la reorganizacin de los partidos polticos autorizados despus de la veda impuesta por el gobierno del general Ramrez en 1943, la Unin Cvica Radical (UCR) comienza un proceso tendente a su reestructuracin. Y es este el punto de partida para el surgimiento de dos lneas dentro del partido: el unionismo y la intransigencia. El primero, ms proclive a imponer la unidad partidaria excluyendo ncleos internos, propicia la formacin de la Unin Democrtica con otras fuerzas polticas para enfrentar al peronismo en las elecciones. En cambio, la intransigencia rechaza todo pacto o acuerdo electoral y propone la renovacin del programa de la UCR, conformndose el Movimiento de Intransigencia y Renovacin, a comienzos de 1945. Este lanzamiento se produce con un documento denominado Declaracin de Avellaneda.5 Esta, conjuntamente con los documentos Profesin de Fe Doctrinaria, Bases de Accin Poltica, y Declaracin Poltica —que se promulgan en 1947 en el marco del Primer Congreso Nacional del Movimiento de Intransigencia y Renovacin (MIR)— constituye lo que se conoce como la Carta de Avellaneda.6 Fue este el manifiesto indiscutido de los dos partidos que surgieron de la divisin de la UCR en 1956, y de hecho se constituir en la plataforma electoral de los aos venideros. Los principales temas en torno al mbito econmico y social a los que all se hace referencia son los siguientes: en primer lugar se parte de la concepcin de la economa como un medio para alcanzar fines superiores, tanto individuales como colectivos. En este marco general y respecto a la cuestin agraria se afirma que la tierra ser para los que la trabajan, individualmente o sobre bases cooperativas, y dejar de ser utilizada en negocios especulativos; y es aqu donde se hace explcita referencia a la necesidad de una reforma agraria inmediata y profunda; a la exigencia de que la circulacin y comercializacin de su produccin est en manos de grandes cooperativas de productores y consumidores bajo control y con la participacin del Estado; a la prohibicin a las sociedades annimas de ser propietarias de latifundios, liquidando a las actuales que lo sean, con el fin de incorporar sus tierras a un rgimen de reforma agraria. En segundo lugar, se advierte como impostergable el proceso de nacionalizacin de los recursos naturales, sealndose que todas las fuentes de energa natural, las empresas pblicas y los monopolios nacionales y extranjeros que impiden el desarrollo econmico del pas sern nacionalizados, y entregada su administracin a las provincias, los municipios o las cooperativas. Seguidamente se propone la defensa de las pequeas empresas independientes, asegurndose a todas las actividades econmicas no incluidas en el proceso de nacionalizacin la ms amplia libertad econmica, sin barreras artificiales creadas por el gobierno, por intereses especulativos o por el gran capital. En tercer lugar, se aboga por un desarrollo industrial global, pero no basado en el bajo nivel de la vida de los trabajadores, ni cuando resultara perjudicial para los intereses generales. En este sentido deba arribarse a una democratizacin industrial a travs de la participacin de tcnicos, empleados y obreros en la direccin y utilidades de las empresas, con libertad sindical y derecho a huelga. Y finalmente, en cuarto lugar, plantea la urgencia de una reforma financiera e impositiva, de modo tal que el sistema resultara progresivo para las rentas no ganadas con el trabajo personal.7

En torno al mbito estrictamente agrario, en Avellaneda se aprueba la adquisicin de latifundios para lotearlos con sentido social, pero deflacionndolos previamente, lo que implicaba, en principio, un sesgo expropiatorio. Tambin se aprueba la revisin del rgimen de concesiones de la tierra pblica para su reordenamiento, eufemismo que tambin se acerca al proceso de expropiacin, definiendo nuevas unidades de produccin que seran adjudicadas en arrendamientos vitalicios. Y por ltimo, se propone "fomentar la explotacin colectiva de la tierra para lograr una produccin econmica y una realidad agraria con sentido de cooperacin democrtica".8

Nuevas concepciones de la Unin Cvica Radical Intransigente en torno al problema agrario. Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio: ideas consensuadas

El giro dado por Frondizi en este mbito se hace manifiesto ya en el mensaje inaugural ante la asamblea legislativa el 1 de mayo de 1958.9 Sobre la base de un diagnstico acerca del panorama econmico del momento, en el que remarca la situacin dramtica de la economa, el desequilibrio entre las reservas del Banco Central y las obligaciones de forzoso cumplimiento y la vigencia de un proceso inflacionario agudo —procesos que pueden derivar en una situacin de cesacin de pagos internos y externos—, enumera y analiza los esenciales problemas que han de afrontarse en el corto plazo: los gastos pblicos y el dficit presupuestario, la balanza de pagos, la inflacin creciente y los "males de la burocracia", a la que debe enfrentarse, dndole un fuerte impulso a "la actividad privada de carcter productivo";10 para enumerar luego los principales cauces por los que han de orientarse las polticas respecto al comercio exterior, las finanzas, las inversiones extranjeras, las fuentes energticas y mineras, y la siderurgia nacional.

Al referirse al agro, ubica a esta actividad dentro de un cuadro de "integracin econmica que constituye la clave del desarrollo nacional". Dentro de este marco, el agro ampla y profundiza su funcin econmica y cobra nueva significacin como factor de progreso tcnico y social.11 Por haberse demorado en exceso el desarrollo energtico e industrial —expresa Frondizi en 1958— la economa argentina sigue descansando en gran parte sobre lo que produce el sector agropecuario, que actualmente ocupa a 20% de la poblacin; de la riqueza generada por este sector provienen los recursos externos del pas, que son aprovechados por toda la poblacin; y esta transferencia de ingresos acarrea crecientes penurias econmicas al productor agrario; el remedio para esta situacin pasa por elevar la capacidad productiva de todos los sectores econmicos, promoviendo un crecimiento armnico e integral de todo el pas; ese desarrollo significar tambin progreso para el agro, en tanto permitir tecnificar y mecanizar, diversificar la produccin e incorporar a la vida del hombre de campo todas las ventajas de la civilizacin; elevacin del nivel de vida que implicar una ampliacin del mercado del consumo interno. Pero ms all de las conquistas tcnicas —afirma Frondizi— deber resolverse

el ms agudo problema que aqueja actualmente a trabajadores y productores rurales: el acceso a la tierra por cuantos quieran hacerla producir, y la estabilidad del hombre de campo y su familia en la tierra que trabaja.12

Es evidente ya la transicin desde una reforma agraria inmediata y profunda hacia otro proceso en el que lo central es la bsqueda de una solucin al problema del acceso a la tierra que brinde los requisitos indispensables para todo progreso, tales como la seguridad y la estabilidad.

Estos conceptos de Frondizi son ampliamente reforzados en aos posteriores, exhibidos como lneas de accin ineludibles en torno a la resolucin del problema agrario. Y en este contexto se priorizan aspectos tales como la necesidad de incrementar la produccin a travs de la incorporacin masiva a la tierra de capital y de alta tecnologa, para terminar con el "doloroso anacronismo del carcter extensivo de nuestras explotaciones";13 la articulacin entre propiedad y estabilidad, con el fin de evitar confusiones entre la estabilidad en la tierra que se explota y la propiedad de la misma; sin duda, afirma Frondizi, la propiedad es una condicin de seguridad y estabilidad, pero no en un sentido absoluto, en tanto que la estabilidad es un problema de carcter econmico social y no jurdico contractual; es decir, que el sistema de arriendos perfectamente puede ser, dadas las condiciones imprescindibles, tan estable como el de propiedad; la relacin entre propiedad y tecnificacin, en tanto es factible comprobar que, en general, el progreso tecnolgico no ha seguido ni de cerca el incremento de propietarios de la tierra; que el nmero de tractores y maquinarias en general es mucho mayor en las zonas tpicas del arrendamiento, en la zona cerealera concretamente; y que la tecnificacin se impone con lentitud en la ganadera, rubro en el cual es abrumadoramente mayor el nmero de propietarios. Es que el mayor o menor grado de tecnificacin —argumenta Frondizi— tiene origen no en la actividad agropecuaria misma, sino en la industria. Por lo tanto, la industria integrada en todas sus partes (siderurgia, metalurgia, maquinaria y qumica), y un sistema de transporte fluido, provocar inevitablemente un proceso de tecnificacin agraria, "indistintamente del rgimen jurdico de tenencia de la tierra".14 El problema agrario nacional conlleva una estrategia que puede expresarse en la siguiente frmula: mejor productividad, mayor produccin. Es en funcin de esta estrategia que deben atenderse todos los problemas existentes, entre los cuales uno muy relevante es el de asegurar la estabilidad del arrendatario en el predio; si bien es este un viejo problema nacional, en torno del cual existe una legislacin bastante completa, la realidad social y econmica no es tan alentadora. La estabilidad genuina del arrendatario habr de depender del desarrollo de la explotacin, de su capitalizacin, la que le permitir defender su seguridad desde una posicin slida; esta seguridad supone, tambin, atender las exigencias de los nuevos precios del arrendamiento, que no pueden sustraerse indefinidamente a las leyes de mercado, tanto por razones equitativas como por razones de inters general en lo relativo al mejor y ms eficiente aprovechamiento del campo argentino.

Nosotros consideramos —asevera Frondizi— que sigue siendo un principio tericamente correcto el de que la tierra debe ser para quien la trabaja. Pero ello dentro de un espritu de dinmica transformacin de un pas en desarrollo, esto es para que produzca ms y mejor, lo cual no depende, ni mucho menos, del cambio de relacin jurdica que va del arrendatario a la propiedad.15

La produccin agraria contina siendo una de las ms importantes en el pas y la principal fuente de divisas; por lo tanto es fundamental la elaboracin de una poltica que tenga en cuenta los datos objetivos de la realidad y "se aparte de las doctrinas agraristas incorporadas indiscriminadamente a las plataformas de los partidos".16

La poltica agraria entraa una reforma real y profunda, en tanto que al multiplicar la productividad y la produccin, eleva el nivel de la vida del hombre de campo, en su condicin de productor, no de propietario. En efecto, tal poltica no persigue beneficiar al propietario de la tierra por serlo, sino en tanto la trabaje y la haga producir, no estimulando la especulacin, sino desalentndola. Propietarios y arrendatarios agropecuarios se beneficiarn por igual, en tanto todo el capital disponible se introduzca en el sector para mejorar las condiciones tcnicas, "y no se distraiga en cambiar la condicin jurdica de la tenencia de la tierra".17

Las soluciones para el problema agrario se reducen a conseguir que la tierra produzca en las mejores condiciones posibles de economa, para lo cual es imprescindible desalentar tanto el latifundio como el minifundio improductivo, incrementar la tasa de capital-hombre ocupado y dotar al campo de instrumentos modernos de produccin; en este sentido, la verdadera reforma agraria es la que en su aspecto econmico provee al productor los recursos financieros y tcnicos necesarios para hacer de su actividad una verdadera empresa moderna y de alto rendimiento; es la que en el aspecto social transforma la comunidad rural proveyndola de energa, caminos, vivienda, transportes, escuelas, teatros, radio, televisin, dando a la familia campesina idnticos sentimientos de seguridad y de constante perfeccionamiento de su vida material y espiritual de que gozan las comunidades urbanas desarrolladas.18

Rogelio Frigerio19 analiza el problema agrario desde una perspectiva particular, definiendo sus ideas como "enteramente diferentes" respecto a las que vienen postulando "desde hace muchos aos los tericos de la llamada reforma agraria, caballito de batalla de la programtica reaccionaria de las tituladas izquierdas argentinas".20

No slo en este tema del agro, sino en todo su planteamiento econmico y social —afirma Frigerio—, "la izquierda criolla —desde los comunistas y socialistas hasta los Radicales del Pueblo—" se coloca en un terreno cada da ms anacrnico y divorciado de la realidad.21 El tema de la reforma agraria ha sido repetido hasta el cansancio por socialistas, comunistas, demcratas progresistas y honrados reformistas agrarios: se ha preconizado desde la expropiacin lisa y simple de los latifundios, sin ningn tipo de indemnizacin, hasta la parcelacin de las grandes propiedades, transformndolas en chacras y ponindolas al alcance del hombre de campo mediante un sistema de crdito a largo plazo y bajo inters, cuya sntesis estricta es que los arrendatarios y aparceros convertidos en propietarios, pagaran las cuotas del precio al banco durante 30 aos, y este anticipara la totalidad del precio al terrateniente. Unos y otros —prosigue Frigerio— han incurrido en el mismo error: "aislar el problema agrario, que es un problema de desarrollo, del problema que implica el desarrollo nacional en su totalidad",22 siendo el comn denominador de todos ellos que hacen del problema agrario un problema tan slo de propiedad de la tierra, sin preocuparse por emplazarlo dentro de un marco nacional, y circunscribindolo a un conflicto jurdico de propiedad. Lo que los reformistas agrarios actuales no han de perder de vista es que el agro est ntima e indisolublemente unido a toda la economa nacional. Sin industrializacin —asevera— no hay desarrollo de la agricultura, lo que equivale a afirmar que toda concepcin cientfica de una reforma agraria parte de la industria pesada y no de la inversin de estos trminos como lo plantean los reformistas: "reforma agraria para llegar a la industrializacin", contra la tesis correcta "industrializacin para llegar al desarrollo del campo".23 En un anlisis objetivo y real de los problemas del campo, la propiedad de la tierra no aparece como razn determinante en las soluciones que se pueden arbitrar; en cambio, se manifiesta como pretexto para aislar los problemas del campo de los problemas del desarrollo general del pas que, porque los contienen, implican una solucin.

En la concepcin de Frigerio no existe una cuestin agraria separada de los problemas genricos de la economa nacional, en tanto el obstculo es uno solo, tanto para el agro como para la industria: el subdesarrollo. Ambas actividades carecen de capitales suficientes, tecnologa, organizacin empresaria e infraestructura. La enunciacin de estas concepciones lo lleva inevitablemente a afirmar que, en el caso del agro, no se trata de un problema de relaciones jurdicas del productor con la tierra ni es un problema de la propiedad de esta, sino que el principal escollo se asienta en la productividad de la explotacin agraria, y esta productividad se incrementa con capital, maquinaria, fertilizantes, plaguicidas, semillas seleccionadas, transportes y caminos eficientes.

Sobre la base del anterior argumento queda abiertamente planteada la absoluta interdependencia del desarrollo del agro, la minera y la industria; y la influencia recproca de un sector de la economa sobre los dems. Por lo tanto, dentro de esta poltica general, el agro es uno de los factores de desarrollo, dependiendo su progreso de los otros ya enunciados; y la solucin, en todos los casos, es una sola: el desarrollo econmico, esto es, capitales, tecnologa, industria pesada.24

En este contexto, tambin el problema social es uno solo; en efecto, el nivel de vida de la poblacin rural no mejora ni cuando se divide la tierra ni cuando se convierte en propietarios a los arrendatarios: mejora cuando la tierra se explota como una fbrica, con capitales suficientes, con dimensiones econmicas y fundamentalmente con organizacin empresaria, no importa quin sea el propietario del fundo. En efecto, el pequeo propietario, hipotecado al banco, trabajando con su familia en una chacra carente de electricidad y de implementos mecnicos, "es ms esclavo de la tierra y vive peor que el asalariado de las grandes explotaciones agrcolas modernas o que el obrero industrial".25

El problema del atraso, tanto en Argentina como en otros pases de Amrica Latina, no reside en la cuestin de la mala distribucin de la tierra, sino que tiene su punto central en la escasa productividad de la misma, y esto no depende de que la posean pocos o muchos individuos, sino de la relacin capital-hombre ocupado. En efecto, fraccionar los latifundios no equivale a multiplicar la productividad, por el contrario, muchas veces equivale a disminuirla, en tanto hacer propietario de la tierra a un pen sin capital ni medios para labrarla, no mejora su condicin socioeconmica ni beneficia a la comunidad rural: es la incorporacin masiva de capital y de insumos tecnolgicos lo que transforma a un agro atrasado en una economa rural altamente productiva y retributiva, ya sea para los propietarios, arrendatarios o asalariados que participan en la produccin.26 En este sentido, y siguiendo con su lnea argumentativa, Frigerio afirma que la comunidad rural se arraiga al suelo no porque este le pertenezca en propiedad, sino porque fundamentalmente le produce beneficios.

Cuando se levante en nuestro campo, al lado de la copa del omb [...] la planta industrial agropecuaria, habremos hecho la verdadera reforma agraria, habremos redimido a la comunidad rural, la habremos incorporado a la civilizacin universal, habremos resuelto de verdad, y no con esquemas anacrnicos, el problema social del campesino.27

La necesidad de una poltica agraria racional es apremiante. Argentina no puede seguir viviendo de sus exportaciones de granos y carne; el valor de esa exportacin ya no es suficiente para financiar las crecientes necesidades de importacin de materias primas industriales, combustibles y bienes de capital; por consiguiente no hay otra salida que sustituir importaciones; ello sin perjuicio de incrementar nuestra produccin agropecuaria y abaratar sus costos para conservar y mejorar posiciones en el mercado internacional. No obstante, esto ltimo depende de nuestros potenciales progresos en el plan de desarrollo que permitirn explotar intensivamente el campo y producir a menor costo para sortear con xito la competencia en los mercados internacionales. En funcin de esto hay que archivar definitivamente la imagen de una Argentina fundamentalmente agropecuaria y de un sector industrial que abastece normalmente el consumo interno: esta imagen idlica de Argentina simplemente ya no existe. Pero la realidad muestra otro panorama, en tanto persiste un pas agropecuario incapaz de incrementar su produccin y de colocarla en los mercados externos a precios competitivos, con una industria liviana que est estancada y que ya no satisface las necesidades del mercado interno. El agro y la industria, asevera Frigerio,

necesitan hoy, no dentro de 20 aos, el vigoroso desarrollo de la industria pesada, de fuentes de energa, transportes y caminos. Estas son las bases ineludibles de la supervivencia y expansin de la economa argentina en el mundo de la dcada del 60.28

Es imprescindible incrementar la produccin agropecuaria en tanto sus exportaciones siguen constituyendo el mayor valor total de nuestras ventas en el exterior; y en tal sentido la orientacin del desarrollismo es inequvoca: transformar nuestra economa agraria atrasada en una economa dominada por las formas industriales, con alta tecnologa, as como sustituir la rmora de la explotacin familiar entonces dominante, por el concepto empresario moderno de la explotacin rural. "En lugar de intentos demaggicos de reformas que solamente parcelan miserias, buscamos la efectiva movilizacin de nuestro potencial agropecuario."29

Principales iniciativas de poltica agraria relacionadas con la tierra

El marco contextual ms general que va a condicionar las polticas pblicas agrarias se articula con la situacin de estrangulamiento de la economa, que deriva hacia una insuficiente capitalizacin, y que se atribuye principalmente a la conjugacin de factores tales como el sensible empeoramiento de la relacin de precios del intercambio exterior, el descenso considerable del volumen fsico de las exportaciones, el desarrollo insuficiente de la produccin de petrleo y el inmenso crecimiento de la demanda de productos industriales.30 La CEPAL ha examinado las posibilidades de crecimiento y los medios requeridos para lograrlo; ante todo el pas ha de corregir dos graves fallas que han dificultado su crecimiento econmico: la insuficiencia de capital y la escasez de productos intermedios; y las lneas de accin han de conjugarse en tres campos diferentes: la industrializacin, el petrleo y la tecnificacin agraria; esta, juntamente con el incremento de las exportaciones, la explotacin creciente de petrleo y la disminucin de importaciones, permitirn hacer frente al aumento de las compras en el exterior de bienes de capital y productos intermedios.31 Tambin el estudio de la mencionada Comisin pone en evidencia el problema de una excesiva parcelacin de la tierra, sobre todo en la regin pampeana, donde casi dos tercios de las explotaciones existentes en 1957 disponen de superficies inferiores a lo que se ha considerado como unidad econmica —mbito agrcola suficiente para la vida y absorcin del trabajo de una familia tipo. Esta realidad exhibe la gravedad del problema del minifundio que implica consecuencias desfavorables sobre los rendimientos y conspira contra la eficacia de la tecnificacin.32

El pas deba encarar una nueva etapa de su desarrollo econmico en la que el agro tendra que ocupar un lugar de preponderancia indiscutida; por lo tanto, el campo requiere un tratamiento adecuado y la elaboracin de un plan que garantice "la civilizacin [...] Nuestro progreso y el consumo popular, necesitan de una amplia y variada produccin agropecuaria."33

A comienzos de mayo de 1958 se presenta en la Cmara de Diputados un proyecto —suscrito por los diputados Rodolfo Carrera y Luis Mac Kay, ambos pertenecientes a la UCRI— que tiende a la creacin e implementacin de un plan agrario destinado a poblar el interior del pas, subdividir y explotar la tierra racionalmente, industrializar el campo, estabilizar la poblacin rural sobre la base de la propiedad de la misma y generar mayor bienestar a los trabajadores agrarios. La propiedad de la tierra —acota el proyecto— queda sujeta a las limitaciones y restricciones que se determinan en esta ley, "de acuerdo con el inters colectivo y la funcin social que debe cumplir".34 Para la aplicacin de la misma se recrea el Consejo Agrario Nacional (CAN), que funcionar autnomamente y con jurisdiccin en todo el pas. Respecto al CAN es de destacar que en marzo de 1958 se le restituyen las funciones especficas de colonizacin, despus de experimentar, en su naturaleza y en su dinmica, sucesivas transformaciones desde su creacin en la dcada de 1940. En lo que respecta a sus funciones, las ms significativas apuntan a administrar el fondo general y los bienes, y adjudicar los inmuebles; estudiar planes de construccin de unidades rurales que contemplen aspectos tales como las caractersticas agrcolas de cada zona, vas de comunicacin, distancia de los mercados consumidores, puertos de embarque y distribucin; adquirir inmuebles pblicos, pero tambin privados, mediante compra directa, licitacin, remate pblico, o proponer su expropiacin al Poder Ejecutivo Nacional (PEN); promover la supresin progresiva de los latifundios constituidos por las tierras que no cumplen su funcin social; transformar a los productores arrendatarios y aparceros en propietarios de las tierras que cultivan; organizar la campaa para aumentar la poblacin rural del pas; estudiar las condiciones de trabajo de los asalariados agrarios; fomentar el cooperativismo en todas sus formas; propender en las distintas colonias a la formacin de industrias rurales transformadoras, facilitando el crdito agrario directo. Los inmuebles que se utilizarn a los fines de esta ley son tierras fiscales aptas, las que el Consejo adquiera por compra o sean expropiadas, y las de dominio privado que sean ofrecidas para ser incorporadas al rgimen de colonizacin. Respecto a la expropiacin, el Consejo queda facultado para realizarla con previa autorizacin del poder ejecutivo, y est orientada hacia aquellas propiedades que, al momento de efectuarse la expropiacin, no fueran objeto de una explotacin agraria racional verificada directamente por su propietario o que no cumplan con su funcin social; la extensin mnima de las tierras a expropiar ser de 1 000 ha, excepto en los casos en que pertenezcan a sociedades annimas o comerciales (con excepcin de las cooperativas), que estn ubicadas en zona de regado, que rodeen estaciones de ferrocarril o que contengan la expansin de centros urbanos, o sean aptas para la formacin de pueblos. En cuanto al precio de la tierra que se expropie se fijan significativas normas: el precio no ser superior al valor de la valuacin para el pago de la contribucin territorial, con exclusin de las mejoras, ni al valor de su productividad apreciada en los diez aos precedentes al de la expropiacin.35

Todo este programa —expresa Ricardo Carrera, durante la fundamentacin del mismo— se encierra en el concepto una reforma agraria inmediata y profunda, que el radicalismo incluy en su programa de 1948, "y que el pronunciamiento popular del 23 de febrero impone cumplir desde el gobierno".36 Este proyecto de ley de colonizacin —aduce el diputado Carrera— concreta una aspiracin y una promesa largamente mantenida y expuesta en muchos aos de predicar la reforma agraria en nuestra militancia partidaria. Es interesante destacar algunos de los conceptos entonces vertidos, en tanto delinean la postura tradicional del radicalismo respecto a la necesidad de la reforma agraria, fundamentos que se exhiben totalmente racionales, y van a ser desnaturalizados en poco tiempo por el frondicismo en el poder.

a) Se alude, en primer lugar, a la vulnerabilidad de nuestra estructura econmica, originada en el hecho de que somos primordialmente un pas agropecuario que, por el escaso consumo nacional, debe abocarse a la exportacin, dependiendo, en consecuencia, de los pases que nos quieran comprar.

b) Si se pretende democratizar nuestra economa... debe comenzarse por una reforma agraria que modifique la estrategia extensiva en que un grupo minoritario explota las mejores tierras.37

c) Menciona el diputado Carrera a los afortunados dueos de estas insolentes riquezas, distinguiendo tres categoras de terratenientes: en primer lugar, los ms conocidos, por antiguos, son los que originan sus latifundios en las entregas de tierras fiscales en enfiteusis desde el siglo anterior; en segundo lugar estn las sociedades annimas, extranjeras en su mayor parte, que tienen —segn datos suministrados por el Ministerio de Agricultura de la Nacin— 26 000 000 de ha; y en tercer trmino, los inversores de los excedentes de sus ganancias de la industria, que han comprado tierra para especular ms adelante con su mayor valor y que, por ahora, son tambin ganaderos en gran escala.

d) Por estas razones esenciales se considera que la raz del mal est en el rgimen legal que regula la apropiacin y tenencia de la tierra, siendo las deficiencias manifiestas de tal rgimen las que han permitido la subdivisin antieconmica de las tierras que trabajan, en la miseria, los minifundistas; y por el contrario, los excesos del latifundismo slo han sido posibles porque no se han puesto vallas en la ley a la libre comercializacin de las tierras que fatalmente lleva a la concentracin capitalista de tipo monoplico.

e) Para remediar este mal, el radicalismo sigue propugnando una reforma agraria inmediata y profunda, que apunte a la transformacin del rgimen de tenencia de la tierra, y cuyos principales objetivos son los siguientes: sancin de leyes que establezcan el impuesto territorial progresivo, sin lmites de superficie, ingresando lo que se recaude al fondo del rgano colonizador; las sociedades annimas, detrs de las cuales se ocultan muchos terratenientes y muchos capitales extranjeros, son por su carcter innominado y tpicamente comercial, un factor permanente de indivisin forzosa, y constituyen una forma de explotacin de la tierra que debe suprimirse, expropiando sus latifundios; el precio de las expropiaciones de latifundios, que ha de pagarse con criterio agrario, es decir, valor de productividad y no de especulacin o venal; los primeros adjudicatarios de este plan de colonizacin deben ser los 300 000 arrendatarios, aparceros, tamberos, medieros que estn trabajando tierra ajena desde hace aos; debern descentralizarse industrias transformadoras de materias primas agropecuarias (como lavaderos de lana, curtiembres, molinos, fbricas de aceite, frigorficos regionales, etc.), que se han levantado en los puertos de ultramar y contribuido con ello a trasladar importante cantidad de trabajadores a las grandes ciudades, que debieron haber permanecido en los lugares donde se produce la materia prima; en fin, nuestro derrotero —afirma Carrera— apunta a:

emancipar nuestra economa agraria de la dependencia de los mercados monopolistas forneos y de sus aliados internos: terratenientes y frigorficos extranjeros; luego crear altos niveles de consumo nacional y americano con una poltica econmica de integracin continental; y as emanciparnos del imperialismo que nos oprime y nos mantiene en calidad de pas econmicamente poco desarrollado.38

A finales de julio del mismo ao 1958, el Poder Ejecutivo Nacional presenta un proyecto de ley similar al anterior —que queda trabado en la instancia de la Comisin de Agricultura y Ganadera—, aunque con algunas diferencias de fondo, que permiten percibir el giro que el elenco gobernante est experimentando en la concepcin y generacin de polticas agrarias. En las consideraciones previas, se exhiben algunos conceptos, que creemos necesario destacar.

a) Sobre la base de la necesidad de atender las demandas de tierras por parte de los agricultores y sumar nuevas superficies a la produccin nacional, el proyecto procura estructurar una verdadera ley de produccin para promover la mayor abundancia de bienes, con vistas a fortalecer principalmente el mercado consumidor interno.

b) El poder ejecutivo sostiene la necesidad, en materia agraria, de propiciar toda disposicin que [...] estimule el mejoramiento de la eficiencia productiva y el consecuente adelanto tecnolgico.

c) Deba regularse el rgimen de la tierra, haciendo que el dominio se oriente hacia una funcin social, para desplazar la propiedad especulacin por la propiedad funcin y generar un lugar de privilegio a los progresos de la tcnica moderna, en tanto cultivar la tierra con los nuevos mtodos que la ciencia sugiere, es un imperativo en esta era de produccin.

d) En cuanto a los mtodos de adquisicin de la tierra a colonizar, merece especial atencin el rgimen de expropiaciones previsto: se excluye del mismo el concepto parcial de magnitud de los inmuebles, para ponderar integralmente en cada caso, los distintos factores que concurren a precisar el sistema conveniente de la propiedad en explotacin; en funcin de ello es que se pretende proteger y fomentar los esfuerzos, la inteligencia y la actividad de los hombres de campo que transforman las explotaciones, hacindolas susceptibles de mayor progreso.

e) Respecto al valor de la tierra colonizable se adopta como norma el principio de la productividad, en tanto la tierra es un bien de produccin y como tal debe ser justipreciada: en efecto, otra apreciacin de valores al margen de los rendimientos econmicos derivados del trabajo, compromete el xito de los futuros empresarios y sera ajena a las reglas de equidad.39

f) Se contempla el problema de los arrendatarios y aparceros exceptuados de las prrrogas legales, a quienes se acordarn preferencias para la adjudicacin de lotes; pero se aclara que esta preferencia tiene por esencial objetivo "permitir la continuidad de los arrendatarios y aparceros en sus ocupaciones habituales y la recuperacin de sus inmuebles por parte de los propietarios".40

Si bien ambos proyectos —que los hemos analizado aqu conjuntamente, en tanto paradigmticos en torno a las transformaciones que est experimentando la UCRI en el poder— presentan elementos claves comunes, tales como la concepcin de la propiedad de la tierra en funcin social, la propuesta de la expropiacin bajo determinadas condiciones, la preferencia respecto a los productores arrendatarios para que puedan acceder a la propiedad, se advierten en el proyecto oficial algunas afirmaciones u omisiones no menos significativas; en efecto, en este ltimo nada se dice de las sociedades annimas o comerciales en relacin con la expropiacin;41ni tampoco se menciona, entre las funciones del Consejo —como s se hace en el primer proyecto comentado— la necesidad de promover la supresin progresiva de los latifundios. Se hace referencia a que es esta una ley de produccin y de eficiencia productiva, obvindose hasta la expresin de reforma agraria; se priorizan las necesidades del mercado interno, omitindose toda referencia a la dependencia de nuestra economa en general, y agraria en particular, de los vaivenes del sector externo.

Esta Ley Agraria —como la denomina Bernardino Horne, a la sazn a cargo de la Secretara de Agricultura y Ganadera de la Nacin— no es sancionada por el Congreso,42 a diferencia de la referida a suspensin de desalojos de predios arrendados o en aparceras, que s queda convertida en Ley.43

Si los trabajadores del campo hubiesen tenido la participacin orgnica que deben tener en el gobierno, sus representantes habran impuesto la sancin de aquella ley. Es por ello que Horne, en 1962, se moviliza para auspiciar la fundacin del Partido Social Agrario, y entre sus preocupaciones se manifiesta la urgente necesidad de realizar y consolidar una reforma agraria que —en vistas de la indiferencia de cierto sector del gobierno— "hoy consideramos casi imposible si los habitantes de la campaa no se organizan hasta constituir una fuerza poltica, adems de econmica y social, capaz de gravitar directamente sobre el gobierno".44

En este sentido, el Partido Social Agrario ha de ser un instrumento poltico-social

para la gente de trabajo, tanto la del campo —sin cuya liberacin nada podra solucionar el pas— como la de la industria; y se propugna, como nico medio para sanear la economa argentina, la liberacin del campo y su desarrollo orgnico progresivo, en condiciones de igualdad con el resto de las fuerzas productoras del pas.45

El gobierno aplica a partir de mayo de 1958 ideas de un plan de desarrollo —dice Horne— que comprende especialmente la extraccin de petrleo, apoyo a la industria, a la siderurgia y ampliacin de la produccin de energa; frente a esta poltica de expansin industrial:

Qu medidas se han tomado para que a la vez se adopten resoluciones o se planifique en el terreno agrario, con el objeto de impulsar una produccin abundante? [...] Puede el pas continuar as? Puede hablarse de desarrollo o de expansin sin un plan agrario o una poltica agraria que impulse el progreso del campo, que aumente el rea sembrada y los ndices de productividad y que busque el afianzamiento de la ganadera en forma equilibrada? [...] Puede el pas permanecer impasible ante la paralizacin de su crecimiento agropecuario y a la evasin continua y permanente de la juventud campesina a las ciudades?46

Sobre la base del anlisis de esta situacin, es que el Partido Social Agrario propone un proceso detransformacin agraria que conduzca al desarrollo integral del agro, fundado en la prctica de una autntica democracia que seguramente acabar con aquella vieja estructura agraria que slo sirve para hacer perdurar un rgimen econmico que produce poco y que fomenta el urbanismo desmedido, en desmedro del bienestar social.47 La reforma agraria —afirma Horne en este contexto— significa fundamentalmente innovaciones en las prcticas rurales... no se la concibe como una simple subdivisin de la tierra, siendo su base de sustentacin la propiedad concebida en funcin social.

No obstante la homogeneidad de criterios respecto a la Ley Agraria de 1958, que finalmente no se sanciona y que Horne suscribe entonces como secretario de Agricultura, hay un aspecto sobre el que realiza una oportuna diferenciacin; en la Ley de Colonizacin de 1940 se establece que el Consejo Agrario Nacional podra realizar expropiaciones en los casos en que las tierras no hayan sido objeto de una explotacin agraria racional verificada directamente por sus propietarios, y a extensiones que excedieran de 2 000 ha de superficie: en este caso el inters social de distribuir tierras a los autnticos agricultores desplaz el derecho de retener su inmueble al particular que la trabajara racionalmente y prcticamente se consider latifundio a toda magnitud superior a las 2 000 ha. Por el contrario, en 1958, en el proyecto del poder ejecutivo, la limitacin de las 2 000 ha desaparece, y bastar que un inmueble sea objeto de una explotacin agraria racional para "ser respetado [...] no interesa su extensin". Es entonces evidente, concluye Horne, "que se han extendido los lmites de defensa de la propiedad privada; el respeto es mayor; y por tanto, si antes no sembr inquietud la norma de expropiacin, ahora no caben dudas".48

No obstante, el tema contina preocupando a los propietarios ms concentrados.49

Cuestionamientos a la poltica agraria desde las corporaciones de grandes propietarios

Se le cuestiona al gobierno, ya avanzado el ao 58, la excesiva debilidad frente a una presin sindical fuertemente perturbadora, una desacertada poltica de salarios que ha fomentado la inflacin, y el mantenimiento de una frondosidad burocrtica, debilidades de la accin gubernativa que actan como rmoras sobre el sector de sus aciertos. En este contexto, y en lo que concierne directamente al agro, es indispensable fomentarlo al mximo. El pas necesita ms exportacin agraria para hacer frente a la compra de los suministros industriales: "pero si se dedica a vender ms heladeras y ms ventiladores y se abandona en la crianza de vacas o en el cultivo de los granos, llegar el momento en que tampoco podr fabricar heladeras ni ventiladores."50

La Comisin Coordinadora de Entidades Agropecuarias —entidad que concentra las corporaciones ms importantes de grandes propietarios—, considerando el sistemtico ataque que se viene realizando contra el derecho de propiedad, la libertad de comercio y la libertad de asociacin, resuelve comenzar a movilizarse, convocando a otras sociedades rurales de primer grado.51 En octubre de 1958 se realiza la Primera Asamblea de Productores Rurales, organizada por aquella entidad, en cuya "Declaracin de principios", afirma, entre otras cuestiones, que el campo se encuentra en plena crisis, provocando graves consecuencias morales, econmicas y sociales; que esta situacin origina la escasez de los productos bsicos para la alimentacin, para las exportaciones, generando el encarecimiento del costo de vida, el desequilibrio de la balanza comercial, el desarrollo de la inflacin; que esta situacin crtica no se debe a factores naturales, sino a los errores

de una poltica de intervencin estatal, progresiva y creciente, de una burocracia discrecional y de la intromisin de la poltica y la demagogia en la conduccin de la economa nacional; que estos factores han destruido el capital campesino y lo que es ms grave, el espritu de progreso y de empresa de los productores rurales, amenazados hoy en sus derechos.52

Para la superacin de esta situacin, las entidades rurales estn dispuestas —afirman— a organizar un autntico y pujante movimiento gremial que haga respetar la legitimidad de los derechos que representan. Las finalidades cuyo logro inmediato se exige, son las siguientes: bregar para hacer respetar el derecho de propiedad sobre la tierra, sus bienes y el producto de su trabajo; lograr que se pague a los productores el precio real, eliminando la interferencia del Estado en los cambios y los precios polticos, que subsidian al consumo y gravitan en forma exclusiva e injusta sobre el sector agrario; asegurar la libertad de comercio y el restablecimiento de la libre competencia en la distribucin, comercializacin e industrializacin de los productos agrarios; encarar la urgente mecanizacin y tecnificacin que el campo exige de manera ineludible para aumentar la produccin y bajar costos; lograr, mediante la capitalizacin de las actividades agropecuarias, una mejora simultnea de los salarios y de las condiciones de vida del trabajador rural, nica forma de evitar el constante xodo a las ciudades.53

Independientemente de los distintos factores de perturbacin para el agro a los que se alude, hay un tema especfico que es el que ms preocupa a estos sectores en el momento inicial de la poltica agraria frondicista: el ya mencionado proyecto de Ley Agraria Nacional que, reiteramos, no sale de la instancia legislativa. No obstante la sola posibilidad de que el mismo sea tratado en sesiones extraordinarias, conduce a una reaccin virulenta, que se orienta hacia el cuestionamiento de lo que ellos mismos denominan reforma agraria. Dicho proyecto tiene aristas extremadamente lesivas en tanto vulnera el derecho de propiedad; se toman todos los recaudos necesarios para que el expropiado reciba un precio vil por su predio, hasta el punto de convertirse en una expropiacin-despojo;54 y porque no existen en el pas fundados motivos econmicos ni sociales que justifiquen la reforma agraria, sobre todo cuando el mismo secretario de Agricultura ha reconocido pblicamente que el Estado posee vastsimas extensiones, poniendo as en evidencia la realidad del pas, donde sobra tierra y faltan brazos para trabajarla: en efecto, el Estado, principal latifundista, est en deuda con la sociedad por esta razn esencial.

La Comisin Coordinadora propone, en cambio, un plan de promocin agraria que encare el problema de la tierra y de su produccin sobre bases econmicas y no polticas:

La Comisin Coordinadora [...] no es una entidad poltica, ni tiene ideologas polticas, y le resulta penoso [...] denunciar la maniobra que se prepara para sancionar esta legislacin contraria a nuestra estructura jurdica, social y econmica [...] Pero la amenaza que se cierne sobre el campo sigue siendo otra irrealidad ms, que un grupo de idelogos infiltrados en el gobierno quiere llevar adelante para servir a sus sectarismos.55

La reforma agraria de la que se habla —afirma Pablo Hary—56 es una operacin poltica. La coherencia y posible aplicacin de la reforma agraria —la tierra para quien la trabaja— est en el plano poltico, sobre todo en el sentido de socializacin de la tierra, gran objetivo y va de acceso para llegar a la socializacin universal. Esto conduce, por un lado, a la liquidacin de los terratenientes, grandes y medianos, que son los que obstaculizan la socializacin, que estorban, que son capaces de resistir. Y por otro, con el apoyo de los chicos y de aquellos cuyo nmero es infinito, que esperan recibir algo en el reparto. Se trata, indudablemente, de la lucha de clases en el campo, y la pulverizacin de los medios de produccin. Con el objeto de salir del crculo infernal de sus elevados costos, los nuevos productores atomizados entran en el juego de la cooperacin: cooperativas de consumo, de produccin, de maquinaria, bancos cooperativos, etc. Sin duda se est asistiendo al periodo de las grandes facilidades dadas por el Estado a las cooperativas, las que extralimitan su misin —que es econmica— e invaden el campo de la poltica gremial, y luego el campo de la poltica a secas, se hacen cada vez ms grandes, ms absorbentes, entran cada vez ms en la rbita del Estado (crditos, fijacin de precios, estatizacin del comercio, etc.) y luego, bajo su dependencia.57

EL AGRO Y EL PLAN DE ESTABILIZACIN DE DICIEMBRE DE 1958

A comienzos de diciembre de 1958 el ministro de Economa, doctor Del Carril, asiste a la reunin convocada por el Fondo Monetario Internacional en que deber tratarse el plan argentino de estabilizacin econmica. El objeto fundamental es obtener, por parte del organismo, el retiro de la segunda y tercera cuotas de un prstamo ya acordado, a las que el pas solo puede aspirar si logra convencer de que estn dadas en su vida interna y en su situacin econmico-financiera las condiciones reglamentarias exigidas por esa institucin. La gestin ministerial reviste especial trascendencia, no slo porque el pas necesita de los 75 000 000 de dlares que suman esas dos cuotas, sino porque depende de su obtencin que otros organismos concedan ayudas financieras, entre las que se cuentan como las principales, 300 000 000 de dlares del Eximport Bank y 150 000 000 ms de la Unin Europea del Carbn y el Acero. Sin duda la tarea que le espera en Washington al doctor Del Carril no es fcil. Deber convencer de que el plan de rehabilitacin es capaz de garantizar la reduccin de los dficits que abruman al presupuesto nacional y a los organismos nacionalizados, el aumento de la produccin, la atenuacin del negativo balance de pagos, todo ello sin descuidar una accin directa sobre la inflacin y el reaseguro de que la paz social no corre riesgos en nuestro pas, condicin sine qua non para la obtencin de ayudas financieras y de inversiones de capital.58

Este plan fue anunciado a fines de diciembre de 1958 y preparado sobre la base de las recomendaciones del FMI, que se negaba a dar mayor asistencia financiera si no mediaba un compromiso del gobierno de implementar un plan antiinflacionario. El objetivo del Plan de Estabilizacin era lograr el equilibrio presupuestario y del balance de pagos, eliminar el proceso inflacionario y liberalizar la economa. En tanto la inflacin y los desequilibrios eran consecuencia, segn los expertos, de la excesiva oferta de dinero, se trataba de limitar esta a travs de una disminucin del gasto pblico, la contencin de los aumentos de salarios, una restriccin del crdito bancario y la supresin de los controles de precios, cambios y subsidios; una vez desaparecida la inflacin, las fuerzas del mercado se ocuparan de lograr un crecimiento sano y sostenido de la economa argentina.59 El 1 de mayo —expresa Frondizi— expusimos con claridad la situacin del pas; sealamos su gravedad y anticipamos que iba a ser necesario adoptar medidas de fondo para evitar que la nacin cayera en cesacin de pagos internos y externos; para ello se deba

contener el devastador proceso inflacionario, sanear la moneda y crear las condiciones de estabilidad y seguridad que permiten nuestro progreso. Se deban asegurar [...] los recursos financieros indispensables para evitar que el agotamiento de las reservas de oro y divisas condujera a la paralizacin de los suministros externos, la quiebra industrial, la desocupacin y la miseria popular. Ha llegado el momento de afrontar los hechos y adoptar remedios heroicos.60

La estabilidad no slo era necesaria para modernizar la economa del pas: lo era tambin para el logro del progreso material, de la paz social y del desarrollo. La estabilidad era la prioridad absoluta, por encima de la consigna electoral de legalidad, paz social y desarrollo.61

En enero de 1959 el secretario de Estado de Agricultura y Ganadera de la Nacin, Bernardino Horne, emite un mensaje dirigido a todos los productores del pas para explicitar la funcin del campo en relacin con el Plan de Racionalizacin y Austeridad. Se alude all a los esenciales problemas del mbito agrario tales como descenso de las reas sembradas con los principales cultivos, disminucin de existencias ganaderas vacunas, decaimiento de la rentabilidad econmica de la empresa rural, incremento de la poblacin, que no es correlativo a un aumento de la produccin. Ante este panorama —y teniendo presente la extraordinaria significacin de la produccin agropecuaria en el saldo de nuestra balanza comercial, adems de su relevancia en el plan del gobierno, que apunta a una integracin racional donde se balanceen adecuadamente el desarrollo energtico, siderrgico, qumico, junto con el de la produccin agraria, dando a esta un poder de compra perfectamente correlacionado con las dems actividades—,62 las soluciones que se plantean son el acrecentamiento en volumen y valor de la produccin con modificaciones adecuadas de estructura; el mejoramiento de la productividad agraria, sobre la base de un perfeccionamiento tecnolgico;63 el incremento de la rentabilidad de la empresa agraria, no slo a travs de los precios, sino conjugando armnicamente la relacin de estos con los costos y buscando la diversificacin y/o integracin de la produccin, y planes adecuados de empleo de la superficie disponible, con una gama de diversas actividades que permitan usar al mximo, en el tiempo, el potencial trabajo y el espacio. Se ha sealado insistentemente cmo, en aos anteriores, una equivocada poltica econmica y social, en su preocupacin por otorgar facilidades y beneficios al nivel de vida de los asalariados urbanos, origin un desequilibrio en la economa nacional en evidente perjuicio de los productores rurales; su situacin econmica decay considerablemente en comparacin con la de otros sectores, y el resultado fue el descenso de la produccin agraria y la reduccin de las exportaciones.

El pas se acerca a la estabilidad, tiende a restablecer la confianza, vislumbrndose as la accin de desarrollo. Tanto el Estado como las fuerzas vivas coinciden, en general, en la defensa y apoyo de las industrias existentes y en la conveniencia de fomentar y estimular la creacin de toda nueva industria til. Esta proteccin, estmulo y fomento se concretan en medidas proteccionistas que irn disminuyendo a medida que se creen condiciones favorables al desarrollo industrial. Es innegable la posicin del gobierno, manifestada en la aspiracin de poner en funcionamiento las teoras del neoliberalismo de libre empresa, comercio libre y libre competencia, tendente a lograr que no subsistan en el pas ms que industrias tiles, eliminando todas aquellas que se consideren parasitarias al no poder subsistir sino mediante la implantacin de recargos excesivos a la procedente del extranjero.64 Hasta tanto se consiga la realizacin integral de este programa, la recuperacin del agro como consecuencia de las medidas adoptadas en diciembre de 1958 se ha desvirtuado por una serie de disposiciones proteccionistas que inciden en forma progresiva sobre los costos de produccin. El plan de recuperacin de la ganadera es lento en su desarrollo por razones biolgicas, y trascurrirn varios aos hasta que se rehagan los rodeos, lo que incidir tambin en la produccin agrcola, dada su estrecha interdependencia. Sin duda, es contraproducente que por razones puramente fiscales estn recargados con altos gravmenes elementos de primera necesidad para la produccin, como herbicidas, insecticidas, abonos, etc., al igual que desalentar la produccin del agro con retenciones y otros gravmenes que implican para el productor una prdida apreciable.65 Por lo tanto, si bien es exacto que el pas debe industrializarse, no es menos cierto que su desarrollo debe producirse de modo tal que no asfixie al campo, teniendo en cuenta que es este, por el momento, el nico que puede superar el estancamiento actual. Como es evidente, la situacin del agro es fuertemente cuestionada por los productores, en tanto estos evalan que en dos aos —hacia fines de 1960— poco se ha hecho para concluir con las verdaderas causas de la improductividad e ineficiencia que en varias formas traban los esfuerzos de la produccin: impuestos elevados, burocracia excesiva, prcticas antiproductivas que, existentes antes, quedaron de alguna manera ocultas por la sombra absorbente de la situacin cambiaria. Pero ahora han surgido plenamente. Las retenciones cambiarias sobre los productos de exportacin —justificadas como medio tcnico para evitar un sbito desnivel en los ingresos de los sectores productivos del pas y que han sido fecunda fuente de ingresos para el erario pblico— van siendo reducidas paulatinamente, fundamentalmente porque la presin de los costos impide a la produccin agropecuaria competir con ellas en los mercados internacionales; no son reducidas en cumplimiento de una poltica preestablecida, sino por imperio de los hechos econmicos que determinan al Estado a perder ingresos internos para mantener la produccin de divisas. En este sentido, en un editorial de la revista Hereford se realiza la siguiente comparacin, de por s ilustrativa:

Podemos comparar al productor agropecuario con un hombre encerrado en un tonel de hierro al que se le da el aire necesario para que pueda seguir respirando cuando es indispensable, pero sin que el tonel sea despedazado. Qu pasar cuando el aire, las retenciones cambiarias, se concluya y sea preciso romper la prisin a cualquier costo y con apresuramientos ?66

Tanto la produccin agrcola como la ganadera se mantuvieron estancadas durante el periodo frondicista. En lo que hace a la distribucin de la tierra, las medidas tomadas no dieron los resultados propuestos durante el periodo electoral, lo que de alguna manera ha quedado manifestado en el giro de las concepciones de los protagonistas del momento. Ese no era el problema, en tanto el pas necesitaba la integracin del sector agropecuario, cuyas explotaciones, organizadas como empresas capitalistas, padecan las mismas limitaciones y carencias que los establecimientos industriales. En este contexto, el problema agrario era, segn Frigerio, el bajo nivel de capitalizacin, la falta de infraestructura, las dificultades para acceder al crdito y el atraso tecnolgico; con estos argumentos Firgerio ensaya la refutacin de los reformistas agrarios, llamando la atencin respecto

de la confusin ideolgica de quienes describan presuntas supervivencias feudales en el sector que, desde sus orgenes y al menos en Argentina, haba asumido un papel de gran dinamismo precisamente por apelar de manera dominante a la explotacin capitalista.67

En iguales trminos define Frondizi a la agricultura argentina dentro de los marcos de las formas capitalistas de explotacin:68 no se trata —afirma—, como en otros pases subdesarrollados, de superar, modificar o transformar estructuras socioeconmicas precapilatistas, ni de resolver el problema social de un alto ndice de concentracin de propiedad dentro de un cuadro de poblacin predominantemente campesina: el problema es convertir o transformar las explotaciones agrarias en verdaderas empresas, cuya diferencia con la empresa propiamente industrial no sea otra que el objeto a que estn dedicadas; el problema agrario en Argentina es un problema de incremento de la productividad; all se encuentra "el sentido de cualquier postulacin de reforma agraria".69

El otro objetivo que los desarrollistas plantean respecto a la poltica agraria desde fin de 1958 es restablecer al sector agroexportador como elemento dinmico de la economa. Para ello fue liberado, a comienzos del ao 59, el mercado de cambios; la tasa de cambio efectiva pas de 28 $ por dlar a 82 $ en abril de 1962, una devaluacin de 300% en tres aos. Tambin fueron aumentados los precios mnimos fijados por la Junta Nacional de Granos para las cosechas; se abolieron los restantes controles de precios para la venta al consumo interno de los productos agropecuarios; se impusieron retenciones a las exportaciones, de 10% para las carnes enfriadas, congeladas y en conserva y para las lanas y el ganado en pie, y de 20% para los cereales y oleaginosas con sus subproductos y para las carnes saladas y los cueros. El Estado obtuvo as cada ao aproximadamente 10% de sus ingresos fiscales del sector exportador, aunque el porcentaje se reduce hacia el final del periodo, en que las retenciones son disminuidas para compensar el aumento de precios internos. De todos modos, la devaluacin produjo una importante traslacin de ingresos en favor del empresario agroexportador, traslacin que no dio los resultados esperados ya que la produccin se vio sensiblemente estancada. Tambin se implementaron una serie de medidas destinadas a reconstituir los stock ganaderos: se dictaron retenciones a la exportacin de carne y ganado que eran menores que las impuestas a la produccin agrcola, con el objetivo de aumentar las existencias vacunas.70

El estmulo a las actividades agrarias no slo se justifica por su vinculacin con el problema del balance de pagos; su importancia es an mayor. El crecimiento vegetativo de la poblacin, por un lado, y el estancamiento de nuestra produccin agraria, por el otro, sealan ya el peligro de la progresiva disminucin de los saldos exportables y, eventualmente, el riesgo del inadecuado abastecimiento del mercado interno. Se destacan dos argumentos contra la poltica econmica dirigida a expandir nuestras exportaciones agropecuarias. En primer lugar, la expansin de las actividades agrarias en la medida necesaria para equilibrar el intercambio comercial no podra llevarse a cabo con la rapidez requerida por la magnitud de nuestra deuda externa y las crecientes necesidades de la industrializacin y de una poblacin en expansin. En segundo lugar, las perspectivas de los mercados internacionales para nuestra produccin agrcola ganadera no seran promisorias de manera que, an en el supuesto de lograr con eficiencia y razonable rapidez un incremento considerable de nuestros saldos exportables en materia de cereales y sus derivados, surgira el problema de su comercializacin por carencia de suficientes mercados. La pretendida sustitucin de importaciones no puede ser ejecutada a corto plazo; en general se necesitan varios aos para lograr progresos significativos y ello a expensas de consumos adicionales de divisas. Es evidente entonces que no se podran lograr resultados de envergadura durante los prximos tres o cuatro aos en materia de balance de pagos a travs de la sustitucin de las importaciones. Pero el problema presenta an algunas complejidades adicionales. Si el pas se lanzara a la promocin intensa de algn sector de nuestras actividades econmicas, con el fin de sustituir importaciones, algunos otros sectores se veran postergados. En este caso, y habida cuenta de nuestra situacin econmico-financiera, no se podra intentar un esfuerzo considerable de expansin de las actividades agrarias y pretender, simultneamente, la sustitucin en gran escala de nuestras importaciones, en tanto los recursos a nuestro alcance son limitados. Existen dificultades monetarias muy obvias y serios problemas en cuanto a la disponibilidad de los instrumentos econmicos del caso: mano de obra, materias primas, energa, transportes, tecnologa, y direccin. En este contexto son vlidos los esfuerzos dirigidos a corregir nuestras dificultades en materia de balance de pagos mediante una expansin de la produccin agraria basada en la alegacin de que ella no se podra alcanzar con la suficiente rapidez como para resolver los problemas inmediatos, pues la misma dificultad surgira si se pretendiese alcanzar el mismo resultado a travs de la sustitucin de importaciones. Por lo tanto, el desafo es cuidar la rentabilidad y solidez econmica de las producciones agropecuarias.71

Ante las medidas que exhibe el Plan de Estabilizacin respecto al sector agrario, las corporaciones de grandes propietarios, agrupados en la Comisin Coordinadora de Entidades Agropecuarias, plantean sus parciales acuerdos al respecto, as como marcan sus pronunciadas diferencias, en defensa del desarrollo integral del agro, en tanto pilar fundamental de la riqueza nacional, aun sin ignorar que el pas aspira al crecimiento de sus industrias.

La Comisin [...] no desconoce los aspectos positivos de la poltica sectorial, pero a la vez advierte sobre el retardo, la dualidad o la flaqueza en la ejecucin de esa poltica, que incluso puede derivar en la vuelta a regmenes cuyo retorno el pas repudia, o lo que es ms grave an [...] puede producirse una crisis que ser aprovechada por ideologas repugnantes, que ya han logrado abrir una puerta en Amrica.72

No se est cumpliendo con la promesa en oportunidad de anunciar pblicamente la estabilizacin monetaria y de precios, de lograr un equilibrio presupuestario. La poltica fiscal no responde, en los hechos, a ese anuncio; se han creado nuevas cargas impositivas y elevado las existentes, sin considerar que su incidencia en costos y precios descoloca el producto argentino en el mercado exterior; el incremento de 25% en el impuesto a las ventas es demostrativo del criterio fiscalista que inspira medidas de este perfil. En este contexto es importante entender que el agro no puede regular a voluntad los precios, tal como ocurre en la industria o el comercio. El precio de los productos agropecuarios est regido por el mercado internacional dentro del cual cada vez se puede competir menos en razn de los elevados costos, lo que induce a la prdida de muchos clientes y a la imposibilidad de ganar nuevos compradores.73 Pero adems de perder mercados, el rubro fiscal provoca desaliento en el hombre de campo, que hasta llega a malvender sus tierras a fin de invertir su capital en otras actividades ms remunerativas; la reduccin del rea sembrada y el xodo campesino son los procesos ms demostrativos de esta realidad. Las retenciones a las exportaciones que gravan casi exclusivamente al agro, y mantenidas solamente por razones fiscales, importan una sustraccin de recursos al productor en beneficio del Estado, lo que impide tambin competir en el exterior y posterga, de hecho, la modernizacin de los procesos productivos. Tambin hay otros asuntos que requieren urgente solucin, tales como el alto valor de adquisicin de maquinarias e implementos para el agro; la caresta del combustible, energa y transportes y el manejo del crdito. Sobre la base de este diagnstico, la Comisin propone eliminar todas las trabas que se oponen a un mayor incremento de la produccin agropecuaria; suprimir las retenciones que gravan la exportacin, devolviendo al productor el justo precio de su trabajo, de modo que al capitalizarse le sea posible el uso de las tcnicas ms modernas; atacar con energa los vicios que impiden reducir los dficits presupuestarios, tales como la burocracia, los gastos pblicos superfluos, y las empresas estatales.

CONSIDERACIONES FINALES

1. La poltica agraria del frondicismo est enmarcada en un particular contexto internacional, en cuyo centro se halla la doctrina de la CEPAL, la que, despus de un diagnstico certero respecto a la realidad socioeconmica de los pases latinoamericanos, pone nfasis en la necesidad de realizar una serie de reformas estructurales que se orienten a superar los obstculos para el desarrollo. As propone la industrializacin planificada, la reforma agraria, la democratizacin poltica: nada se deja librado al azar ante la realidad de la regin latinoamericana que presenta fisuras significativas como para encarar un proceso dinmico de desarrollo. Planificacin del desarrollo, proteccin del mercado interno, integracin latinoamericana, financiamiento externo, son los propsitos a lograr, pero tambin las adecuadas respuestas a la situacin del estrangulamiento externo (balanza de pagos, asistencia exterior), y de los obstculos internos al desarrollo (subempleo, distribucin regresiva del ingreso, marginalidad). Evidentemente, a medida que Estados Unidos y varios gobiernos de Latinoamrica insisten en la gravedad del peligro comunista y de la posible subversin interna, cobra tambin fuerza la demanda de ayuda financiera y de mejores precios para las materias primas; hasta 1958 las condiciones reinantes no obligaron a Estados Unidos a ofrecer, y menos a conceder la ayuda que se le peda; pero a partir del triunfo de la revolucin cubana la situacin cambia; y en este contexto la Alianza para el Progreso se configura como un instrumento defensivo de las clases dominantes, como expresin avanzada del monrosmo y del anticomunismo, como respuesta al descontento popular, y como freno y alternativa respecto a la revolucin en Cuba. Pero ya la Alianza no es el tradicional instrumento utilizado por Estados Unidos para proteger sus intereses. Ahora se constituye en todo un nuevo intento para convencer a Amrica Latina de que su nico camino es el que ese pas le ofrece; no obstante la Alianza no expresa la mera repeticin de consignas de otros tiempos, sino que implica un cambio significativo: mientras que hasta hace poco tiempo Estados Unidos defenda abiertamente los intereses de los grupos ms conservadores, ahora se pronuncia, entre otras cosas, contra el latifundio y contra la distribucin regresiva de la riqueza. Sin embargo se exhibe con total claridad que la Alianza no pretende hacer frente a las principales causas histricas del atraso y la pobreza de Amrica Latina, sino tan slo cerrar el paso a los movimientos populares que pueden lesionar los intereses creados y alterar la tranquilidad y el orden, accediendo a algunos cambios ms o menos superficiales que "slo modifiquen la fachada de nuestros pases".74

2. En cuanto al contexto interno, en el momento en que Frondizi llega al gobierno la situacin manifiesta perfiles crticos. Estancamiento de la produccin primaria, saldo de la balanza comercial negativo, industria frgil y desintegrada, red ferroviaria obsoleta, sistema energtico deficiente, todo en un contexto de un fuerte proceso inflacionario. En este marco ninguna actividad productiva del pas poda funcionar. Ante esta realidad era necesario incrementar la integracin productiva elevando la intensidad del capital y la rpida ampliacin del espectro industrial interno como prerrequisito para obtener una tasa sostenida de crecimiento econmico. Ello requiere de un contexto de estabilidad, pero no como cuestin previa, en tanto esta no puede adquirir viabilidad sin un enrgico impulso previo al desarrollo.

3. Durante los primeros meses de gobierno, y siguiendo con la misma lnea de las propuestas del periodo electoral, quedan en pie, en lo que a poltica agraria se refiere, las postulaciones consignadas en su momento en el Programa de Avellaneda, lo que de alguna manera queda plasmado —aunque con limitaciones— en el proyecto de Ley Agraria presentada al Congreso por el PEN y que nunca alcanz sancin definitiva. No obstante, ya en el discurso inaugural ante el Congreso Nacional, Frondizi, si bien hace referencia a la necesidad del acceso a la propiedad de la tierra, pone mayor nfasis en aspectos tales como la tecnificacin, la mecanizacin, la seguridad, la estabilidad, proceso este ltimo que puede escindirse perfectamente de la condicin de propietario de la tierra. En realidad, se sostiene, todos los procesos mencionados pueden lograrse sin un cambio en la condicin jurdica de la tierra. La reforma agraria, en el aspecto econmico, es la que propicia los recursos financieros y tcnicos para generar una verdadera empresa moderna, y en el aspecto social, la que transforma a la comunidad a travs de la provisin de los elementos bsicos, desde vivienda y energa, hasta escuelas y medios masivos de comunicacin. Las concepciones de Frigerio no difieren de las de Frondizi, sino que las profundizan, sosteniendo como enteramente racional la tesis que propugna la industrializacin como punto de partida para lograr el desarrollo del campo, y desjerarquizando la idea opuesta, sostenida por los reformistas, que postula la reforma agraria para arribar a la industrializacin. Ya los problemas en la forma de tenencia de la tierra se han diluido, y todo el problema parece circunscrito a la posibilidad de incorporar mquinas, electricidad, orientacin tcnica y proteccin comercial. El problema esencial es el de la productividad —a la que dramticamente se le quita todo tipo de contenido social—, arribndose a travs de la incorporacin de capitales y de tecnologa; siendo la solucin, tanto para la industria como para el agro, una sola: desarrollo econmico, es decir, capitales, tecnologa, e industria pesada.

4. Las corporaciones de grandes propietarios rurales mantienen una actitud expectante frente a la poltica agraria del frondicismo.75 Plantean sus parciales acuerdos con el Plan de Estabilizacin en general, pero realizan fuertes cuestionamientos a las lneas del programa econmico relativas a los precios, derecho de propiedad, libertad de comercio, cargas impositivas, especialmente las retenciones a las exportaciones, prrroga de los arrendamientos rurales y la nunca sancionada Ley Agraria nacional. En 1959 ocupa la Secretara de Agricultura Ernesto Malacorto, socio de la SRA, que reemplaza al reformista Bernardino Horne; no obstante, el tono de las grandes corporaciones sigui siendo opositor, en tanto la cartera de Agricultura dependa del Ministerio de Economa, controlado por industriales.

5. Respecto al Plan de Estabilizacin, si bien procura contribuir a la meta final de la expansin de la economa y el mejoramiento de las condiciones materiales de vida, su finalidad directa es otra. No es su propsito inmediato aumentar la productividad o elevar el nivel de vida de la poblacin. Su objetivo consiste en establecer un mnimo de orden previo que suministre las bases indispensables para un plan de desarrollo econmico. Se ha entendido que cualquier poltica expansiva tropezara con dificultades insalvables y que todos los esfuerzos quedaran en la nada mientras no se hubieran logrado resolver previamente algunos problemas fundamentales que afectan peligrosamente el funcionamiento mismo de la economa. Estos problemas, cuya solucin constituye el objetivo propio del Plan de Estabilizacin, se pueden reducir concretamente a tres: el equilibrio del balance de pagos, la eliminacin de la inflacin y el aumento de la capitalizacin. Para el desarrollismo la fortaleza de la expansin se asienta en la gran empresa privada, aunque el Estado no ha de asumir una posicin neutral; debe promover el desarrollo, favoreciendo la capitalizacin privada en los sectores considerados clave; de all que se hayan utilizado los resortes estatales para promover la inversin extranjera a travs de la devaluacin y de ventajas crediticias e impositivas. Entre las finalidades del plan econmico oficial, una de las fundamentales fue proporcionar estmulos de desarrollo a la economa agropecuaria, principalmente a aquella que produce saldos exportables y que puede proveer las divisas que se requieren. El pas necesita la integracin del sector agrario al proceso de desarrollo, en tanto elemento dinmico de la economa, no slo por su vinculacin con el problema del balance de pagos, sino tambin por la potencial disminucin de saldos exportables e inadecuado abastecimiento del mercado interno. El sector terrateniente vio favorecida su capitalizacin a travs de la implementacin de mayores precios relativos, crditos y paulatina desgravacin impositiva.

Lo que se manifiesta primordialmente, tanto en el anlisis de las polticas pblicas agrarias como en el mbito del discurso de las corporaciones representativas de los sectores ms concentrados, es la existencia de una aguda disputa entre fracciones de la clase dominante en tanto se van generando cambios en las relaciones de fuerza al interior de esta clase, en funcin del trnsito hacia un nuevo rgimen de acumulacin.

Bajo las condiciones del capitalismo internacional, la industrializacin —en su fase superadora del proceso de sustitucin de importaciones— slo parece posible en el mbito de pases en desarrollo, en los que los regmenes burocrticos/autoritarios pueden organizar el proceso de produccin, y particularmente la fuerza de trabajo, con el objetivo de satisfacer las demandas y expansin de las corporaciones transnacionales.76

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Notas:

1 El propsito expuesto empez a tomar cuerpo cinco meses despus en la Reunin Interamericana de Punta del Este, en la que se aprobaron dos documentos importantes: Declaracin a los Pueblos de Amrica y Carta de Punta del Este, as como otras resoluciones sobre asuntos ms puntuales y especficos.

2 Aguilar, Problemas, 1979, pp. 31-33.

3 Como resultado de esta ola de inversiones extranjeras en la industria, se modifican las relaciones de fuerza de la sociedad, sufriendo la clase dominante argentina grandes cambios; ahora el capital extranjero ser un nuevo agente socioeconmico del pas; esta burguesa internacional o internacionalizada, es la que va a liderar, en este proceso, al empresariado argentino. Del resultado de este proceso y del nuevo papel del Estado, emerger una nueva capa social en relacin con las otras capas dominantes en el control del aparato del Estado; esa capa encontrar en Krieger Vasena, en los aos prximos, a su mayor exponente. Quiroga, Estado,1985, pp. 63-64. Vase tambin, para este aspecto, Kossacoff y Aspiazu, Industria, 1989, p. 159.

4 Asborno, Moderna, 1993; Bustelo, Teoras, 1998; Cavarozzi, Capitalismo, 1996; Garca, Estado, 1994; Graciarena, "Estado", 1990; Jozami, Paz y Villarreal, Crisis, 1985; Sunkel, Subdesarrollo, 1984, y Torre,Proceso, 1998.

5 El documento fue inicialmente suscrito por Frondizi, que fue su redactor, y por otros militantes significativos, tales como Moiss Lebenshon, Crislogo Larralde, Ricardo Balbn, Francisco Rabanal, Oscar Alende, Aritbulo Araoz de Lamadrid, Celestino Gelsi y Luis Mac Key. En esta Declaracin de Avellaneda, los intransigentes plantean -entre los aspectos esenciales— que la UCR era la herramienta por excelencia para instaurar una democracia poltica, econmica y social en Argentina; que era imprescindible levantar todo impedimento para la libre manifestacin de los derechos constitucionales; que resultaba imperioso el restablecimiento de la unidad partidaria, pero sobre la base de una vuelta a la doctrina y una reorganizacin que ubicara en los lugares de conduccin a hombres con probada trayectoria principista; a la vez que se reivindicaba el rgimen republicano, representativo, federal y parlamentario, fundado en el voto secreto, universal y obligatorio.

6 En "Profesin de fe doctrinaria" —redactada por Frondizi, Antonio Sobral y Gabriel del Mazo— los intransigentes afirman que el radicalismo, y no el peronismo, era la verdadera corriente histrica de la emancipacin nacional, heredera del federalismo y depositaria de la gesta para constituirse como nacin duea de su patrimonio y de su espritu; que la UCR no era un simple partido, ni una parcialidad que lucha en su beneficio, sino una concepcin de vida que haca de la poltica una creacin tica, y que por eso no se divide segn las parcialidades de clases, de razas, ni de oficios, sino que atiende al hombre como hombre, como dignidad; que el partido luchaba por la liberacin de todas las formas degradantes del imperialismo y del absolutismo en todos sus aspectos. En "Bases para la accin poltica" —redactada por Frondizi, Lebenshon y del Mazo— los intransigentes proponen el sufragio femenino, reivindican el federalismo, la normativa que asegurara la intervencin de los ciudadanos en la vida interna de los partidos, la democratizacin de la cultura y la organizacin de una democracia econmica, controlada por los rganos representativos de la voluntad popular y puesta al servicio del pueblo y no de grupos y minoras; tambin propone la nacionalizacin de los servicios pblicos, energa, transporte, combustibles, y de aquellas concentraciones capitalistas que constituyen crteles o monopolios, resguardando en tal forma al mbito de la iniciativa privada en su realidad creadora. En "Declaracin poltica del Congreso" —redactada por Lebenshon— se parte de una fuerte crtica respecto al rgimen gobernante, pero que rpidamente cambia de signo, hasta convertirse en autocrtica, es decir, en crtica a la dirigencia unionista. Vase Landaburu, Alternativa, 1999, pp. 235-237.

7 Szusterman, Frondizi, 1998, pp. 70-72.

8 Landaburu, Alternativa, 1999, p. 239.

9 Aparentemente los cambios que se produjeron en el pensamiento de Frondizi y que lo condujeron a desnaturalizar la plataforma del partido, comenzaron a partir de su encuentro con Rogelio Frigerio, a comienzos de 1956, al parecer exitoso hombre de negocios y defensor a ultranza de los intereses de la burguesa industrial argentina. Tuvieron coincidencias importantes en lo que se refiere a los problemas nacionales: ambos consideraban que haba que superar los errores de la vieja poltica argentina, particularmente la estrategia de los gobiernos populares que histricamente concentraron su lucha contra el librecambismo conservador sobre la base de programas caracterizados por una gran intervencin estatal con el objetivo de lograr una redistribucin del ingreso nacional que tuviera en cuenta los intereses de las clases ms bajas. Para Frigerio y Frondizi la prioridad no es la distribucin, sino la produccin, ya que no es suficiente una justa distribucin populista sin una verdadera generacin de nueva riqueza. Acua, Frondizi, 1984, t. I, p. 87.

10 Frondizi, Mensajes, 1978, pp. 20-28.

11 Ibid., p. 37.

12 Ibid., pp. 37-38.

13 Frondizi, Problema, 1965, p. 13.

14 Ibid., p. 16.

15 Ibid., p. 28.

16 Ibid., p. 42.

17 Ibid., p. 28. En 1955, y consecuente con las ideas planteadas en Avellaneda, Frondizi expresa lo siguiente: "A lo largo de nuestra historia los privilegios econmicos representados por el latifundio, los monopolios y la penetracin imperialista han actuado como factores paralizantes. El desarrollo nacional exige bases econmicas renovadas que se alcanzarn en buena parte con la extirpacin de privilegios, monopolios y la sancin de una profunda reforma agraria", en Frondizi, Odio, 1955, p. 26.

18 Frondizi, Problema, 1965, p. 42.

19 Frigerio fue nombrado en la Secretara de Relaciones Econmico-Sociales, cargo que Frondizi le otorga a la medida de quien debera manejar la negociacin con los inversores extranjeros. El frigerismo se convirti, con la anuencia de Frondizi, en un grupo de oposicin dentro de la UCRI al Programa de Avellaneda, de orientacin socializante, y que en la opinin del nuevo grupo se caracterizaba por su vocacin estatista y populista. Acua,Frondizi, 1984.

20 Frigerio, "Reforma", 1965, p. 137.

21 Ibid.

22 Frigerio, Condiciones, s. a., p. 145.

23 Ibid., p. 149.

24 Frigerio, "Reforma", 1965, pp. 139-140.

25 Ibid., p. 142.

26 Frigerio, Integracin, 1968, p. 43.

27 Frigerio, "Reforma", 1965, p. 157.

28 Frigerio, Cuatro, 1962, p. 223.

29 Frigerio, Condiciones, s. a., p. 152.

30 El valor unitario de las exportaciones, con base 1950=100, descendi de 136.7 en 1948 a 82.4 en 1957; en cuanto al valor unitario de las importaciones el ndice respectivo aument de 6.5 en 1948 a 113.6 en 1957; por lo tanto la relacin entre ambos trminos del intercambio descendi de 141.7 en 1948 a 72.5 en 1957; en esta evolucin tan desfavorable de la relacin de precios despus de 1948 se reflejan dos fenmenos de distinto origen. Por un lado el hecho de que la demanda de los productos agropecuarios que exporta Argentina tiende generalmente a crecer con muy escasa intensidad a medida que aumenta el ingreso por habitante de los pases consumidores, y an no crece, como sucede en algunos pases, en el caso del trigo. A ello se agrega la revolucin tecnolgica que se dio en varios pases europeos, cuyo aumento de productividad ha permitido que se convirtieran en exportadores de algunos productos que antes importaban, as como la forma poltica proteccionista que se sigue para favorecer la produccin nacional. Junta, Produccin, 1958, p. 40.

31 CEPAL, Desarrollo, 1958, p. 3.

32 Ibid., p. 8.

33 Bidoglio, "Reforma", 1960, p. 103.

34 Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cmara de Diputados, 1958, 2a. reunin del 7 de mayo, p. 109.

35 Ibid, pp. 110-119. Tambin en el proyecto se dejan especialmente consignados aspectos relacionados con las funciones y los deberes de los encargados de aplicar la ley, las condiciones que han de tener las tierras destinadas a la colonizacin, el modo de adquirirlas, la forma en que ha de fijarse el valor de las tierras colonizables y sus mejoras, la organizacin que se implementar en las colonias, la adjudicacin de unidades econmicas, las formas de venta y de pago, el rgimen financiero, la colonizacin en las provincias, la colonizacin privada, etctera.

36 Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cmara de Diputados, 1958, Suplemento, p. 703.

37 Sobre la base del anlisis de una serie de datos que adjunta al fundamento del proyecto de ley, concluye lo siguiente respecto a los extremos perniciosos del minifundio y del latifundio: en el litoral 119 309 explotaciones de menos de 50 ha (41.7%) tienen tan slo 2 304 000 ha trabajadas (3.2%); y en el otro extremo las grandes propiedades de los terratenientes de ms de 5 000 ha cubren 26.7% de la superficie; si sumamos a este el de las propiedades que tienen de 1 000 a 5 000 ha nos encontramos con que explotan nada menos que 52.1% de toda la superficie trabajada en el litoral, siendo apenas 10 014 propietarios, es decir, 3.5% del nmero total de productores. Ibid., p. 7700.

38 Ibid., pp. 7687-7704.

39 No se habla aqu del valor de valuacin en funcin del pago de la contribucin territorial, sino que se estipula que el precio de la tierra que se adquiera para colonizar ser fijado sobre la base de los rendimientos fsicos y el valor productivo promedio de los ltimos diez aos, computndose, adems, el valor de las mejoras econmicamente necesarias.

40 Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cmara de Diputados, 1958, 29a. reunin del 31 de julio, pp. 2053-2054. El proyecto es suscrito por A. Frondizi, Emilio del Carril, Bernardino Horne y Antonio Lpez.

41 Respecto a las sociedades annimas, a comienzos de mayo de 1958 los diputados Antonio Ravetti y Juan Carlos Solanas, presentan un proyecto por el cual se declara de utilidad pblica y expropiada la totalidad de la tierra de propiedad de sociedades annimas que tuviesen, en toda o en parte de su superficie, arrendatarios o aparceros, y aquella que no fuera objeto de explotacin agrcola-ganadera racional. El poder ejecutivo deba tomar posesin de esas tierras expropiadas, transferirlas al CAN, el que procedera a la colonizacin de las mismas, beneficiando, en orden de importancia, a los actuales ocupantes de los predios ocupados, a los arrendatarios comprendidos en la excepcin a la prrroga prescripta en la ley 13.246, a los hijos de los agricultores, a los peones rurales que soliciten su afincamiento y a los egresados de institutos de enseanza oficiales, especializados en tcnicas agrcolo-ganaderas. A partir de la sancin de la presente ley, las sociedades annimas no podrn explotar en carcter de arrendatarios o aparceros predios rurales. Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cmara de Diputados, 1958, 3a. reunin del 9 de mayo, p. 149.

42 Vase al respecto, Horne, Democracia, 1962, p. 13.

43 Congreso Nacional, Diario de sesiones de la Cmara de Senadores, 1958, 19a. reunin, del 26 de julio, pp. 520-533. Diario de sesiones de la Cmara de Diputados, 1958, 29a. reunin del 31 de julio, pp. 2138-2196. Esta ley deroga los decretos-leyes que prorrogaron los contratos anteriores a septiembre del 58 hasta el ao agrcola 1961-1962, hasta 1964-1965 si el propietario rechazaba la oferta de la compra del arrendatario, y hasta 1966-1967 si el contrato era posterior a 1953 y la oferta de compra era rechazada por el propietario. Adems se mantienen las reducciones del monto de la renta en los contratos de aparcera y mediera y libera, en cambio, los contratos de arriendo, lo que hizo aumentar los ingresos reales de los propietarios comprendidos bajo la ley. El objetivo explcito de este Plan de Transformacin Agraria es que los arrendatarios pasaran a ser propietarios, con rigurosas formalidades en los plazos y la obtencin de crditos para los pagos, con excepciones impositivas para vendedores o compradores.

44 Horne, Democracia, 1962, p. 11.

45 Ibid., p. 13.

46 Ibid., pp. 40-42.

47 La transformacin agraria propuesta tiene como puntos fundamentales los siguientes: propiciar el rgimen de propiedad privada con sentido social; dividir latifundios improductivos; agrupar los minifundios en unidades de produccin adecuadas a la familia rural; fomento de las organizaciones cooperativas de los productores; defensa de los intereses de la industria nacional vinculada al medio agrario; precios sostn o subsidios para los productores; regulacin del crdito y de la imposicin fiscal; eliminacin del monocultivo y propensin a diversificar los cultivos; construccin de caminos y de obras pblicas; tecnificacin del campo. Ibid. , p. 16.

48 Ibid., p. 28.

49 El mayor cuestionamiento pasa por el precio que se pague por el bien expropiado, que servir de base para la indemnizacin, que ha de ser el real: tanto el proyecto de colonizacin del PEN, como el intento de reforma agraria que se est pergeando en la provincia de Buenos Aires, tiene el grave defecto de rehuir el pago de ese precio real, que no puede ser otro que el valor venal o de mercado del bien que se expropie. Fijarle uno menor, por ejemplo el que resulte de la estimacin de los rendimientos fsicos y valor productivo promedio de los ltimos diez aos, como lo propone el proyecto nacional sobre colonizacin, comporta una injusticia irritante que puede resultar contraproducente. En efecto, si en esta materia no se legisla con un ajuste estricto al ms exigente respeto de la propiedad individual, no se podr dar ni en el pas ni en el extranjero, la sensacin cabal de que se vive en un Estado de derecho, lo que puede afectar la necesaria introduccin de capitales extranjeros para los distintos mbitos de la economa, en Revista, 1958, p. 1.

50 "Un llamado de atencin", Conferencia del presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, doctor Mndez Delfino, en ibid.

51 Hereford, octubre de 1958, p. 485.

52 Ibid., noviembre de 1958, p. 355.

53 Ibid.

54 Lo que concretamente se cuestiona respecto a la expropiacin es lo siguiente: al relacionar el precio con el rendimiento promedio de los ltimos diez aos, no se tiene en cuenta que durante ese lapso el gobierno fij polticamente el valor de la produccin, manejando para ese fin los cambios aplicados a la exportacin de los productos del agro, subsidiando el consumo interno a expensas de los productores y disminuyendo su poder adquisitivo con un incontenido proceso inflacionario. Hereford, enero de 1959, p. 22.

55 Ibid.

56 Importante ganadero de la provincia de Buenos Aires, perteneciente a la SRA y a la CARBAP.

57 Hary, "Reforma", 1959, pp. 631-633.

58 "La gestin del Dr. del Carril", en Revista, 1 de diciembre de 1958, p. 1.

59 Niosi, Empresarios, 1974, p. 57.

60 Frondizi, Mensajes, 1978, p. 229.

61 El Plan de Estabilizacin contemplara las siguientes medidas: 1. Imposicin de una cotizacin nica del peso, libre y fluctuante para todas las importaciones y exportaciones, aunque las importaciones no esenciales (de acuerdo con su grado de necesidad para el pas) recibiran una sobretasa —entre 20 y 40%— segn listas elaboradas por el gobierno, que fundamentalmente incluan bienes de equipo y materias primas; todos los bienes que se producan en el pas y artculos de lujo reciban un gravamen de 300%. 2. Eliminacin del sistema de cuotas, permisos de importacin, y otros procedimientos que arbitrariamente someten la actividad econmica a la decisin de un funcionario. 3. Retenciones sobre las exportaciones: 10% del valor de la exportacin de la mayora de los productos agropecuarios, 20% del valor de exportacin de casi todos los cereales, semillas, oleaginosas, quebracho y cueros. Durante 19601961 se eliminaron la mayora de los impuestos sobre las exportaciones. 4. Restriccin del crdito bancario y el dinero circulante para eliminar las tendencias inflacionarias. 5. Eliminacin de todos los subsidios directos e indirectos al transporte pblico para que este se autofinancie, y aumento sustancial de las tarifas de todos los servicios pblicos. Szusterman,Frondizi, 1998, p. 178. El balance global del Plan de Estabilizacin es negativo. Los objetivos no fueron alcanzados, en tanto la inflacin no se detuvo, los dficits no fueron disminuidos en el presupuesto nacional, no se equilibraron las cuentas externas, y adems se produjeron otros efectos no buscados por el Plan: una nueva traslacin de ingresos del trabajo hacia la empresa, una aceleracin de la concentracin y desnacionalizacin de la economa, especialmente del sector industrial. Niosi, Empresarios, 1974, p. 57.

62 Secretaria de Estado, Discurso, 1959.

63 A comienzos de 1959 el PEN crea la Comisin Nacional de Administracin del Fondo de Apoyo al Desarrollo Econmico (CAFADE) para coordinar, programar trabajos y promover investigaciones y brindar asesoramiento, destinado a fomentar el desarrollo econmico. Fue creada sobre las bases establecidas en el Acuerdo General para un Programa de Cooperacin Tcnica, suscrito entre el gobierno argentino y el de Estados Unidos, a mediados de 1957. Varios son los objetivos que integran el plan de accin de la CAFADE, pero el ms importante, sobre todo en los aos que nos ocupan, es la denominada "Operacin Carnes". Esta prioridad se debe a la necesidad de resolver a corto plazo los problemas de nuestra produccin de carne vacuna que es, en definitiva, la mayor fuente de ingresos de divisas. "Operacin..." procura, por medio de un plan de accin coordinado e integral, atacar todos los obstculos que se oponen al aumento y mejoramiento de aquella produccin que debe lograrse en el menor lapso posible, sobre la base de incrementar el rendimiento de carne vacuna en las superficies actualmente en explotacin. Para ello ha encarado la solucin de tres tipos de problemas: la alimentacin animal (ms cantidad de alimentos por unidad de superficie), sanidad animal (mejor atencin sanitaria de la hacienda) y gentica animal (tcnicas zootcnicas que permitan individualizar padres capaces de producir novillos de gran precocidad y rpida terminacin con carne magra), La Chacra, septiembre de 1960, pp. 66-68.

64 Rueda, "Agricultura", 1960, p. 669.

65 Ms de 80% de nuestra exportacin proviene de la actividad agropecuaria, contribuyendo la ganadera con 400 000 000 de dlares, y con otro tanto la agricultura. Lo que aporta esta ltima actividad lo obtiene embarcando anualmente 5 300 000 toneladas. Si se tiene en cuenta que el pas alcanz a exportar 18 000 000 de toneladas y que el consumo interno aument desde entonces por crecimiento vegetativo solamente 1 700 000 toneladas, si logrsemos nuevamente aquella cifra nos quedara un saldo exportable de 16 300 000 toneladas, o sea, 11 000 000 ms por ao que en la actualidad; esta recuperacin significara para el pas un ingreso de aproximadamente 800 000 000 de dlares adicionales, suma ampliamente suficiente para resolver todos los problemas financieros. Un aumento masivo de la produccin del agro en este sentido, y por no depender de una evolucin biolgica como en el caso de la ganadera, podra realizarse en el trmino de uno o dos aos, ibid.

66 "Balance del ao", Hereford, diciembre de 1960, p. 680.

67 Landaburu, Alternativa, 1999, p. 446.

68 Las razones que avalan esta concepcin son las siguientes: las relaciones entre los arrendatarios y los propietarios o entre ambos y obreros agrcolas reposan en contratos y no en relaciones de estatus de tipo tradicional, feudal o semifeudal; el destino de la produccin es el mercado y no la subsistencia; la renta de la tierra es renta capitalista; la mano de obra libre, de hecho y de derecho, se utiliza en forma masiva; las tareas se encuentran mecanizadas de manera relativa, con el agregado de que el bajo ndice de poblacin rural hace de la mecanizacin el nico procedimiento econmico para abaratar costos, Frondizi, Problema, 1965, p. 11.

69 Ibid., p. 10.

70 Niosi, Empresarios, 1974, p. 60.

71 En funcin de lo expresado cabra determinar bajo qu procedimientos el pas podr atender sus fuertes compromisos externos durante los prximos aos. El total de la deuda externa oficial, incluyendo las particulares del Eximbank y el Club de Pars, a pagar durante los prximos cuatro aos, alcanza los siguientes valores: 1963, 383 900 000 dlares; 1964, 459 700 000; 1965, 318 500 000 y 1966, 246 800 000. Nuestras exportaciones durante los ltimos trece aos han oscilado alrededor de los 1 000 millones de dlares, con un mximo de 1 177.5 en 1950 y un mnimo de 687 800 000 en 1952. En el mismo periodo las importaciones han alcanzado un promedio de 1 163, con un mximo de 1 480 en 1951 y un mnimo de 795 100 000 en 1953. Como se ve, ha existido un dficit en el intercambio comercial, cuya misma permanencia seala que obedece a causas estructurales y no meramente pasajeras. Por tanto, resulta indispensable ser realista y medido en la concertacin de nuevos contratos que multipliquen nuestras obligaciones externas, cuando todava no se ha logrado la necesaria expansin de nuestras exportaciones agropecuarias. La Chacra, noviembre de 1962, p. 113.

72 "Declaracin de la Comisin Coordinadora de Entidades Agropecuarias", Hereford, enero de 1961, p. 34.

73 La conducta fiscal ejerce notable influencia en el alza de los costos del productor campesino. La pluralidad de impuestos llegan a sumar 5 800 $ por tonelada de chilled, 5 350 $ por tonelada de congelada y 6 000 para el conjunto de carnes y menudencias, que representa de 65 a 79 dlares, lo que ha impedido ganar licitaciones por una diferencia aproximada de 20 dlares. En funcin de ello, es evidente que el Estado no percibe el impuesto que pretende ya que el pas deja de exportar mayores volmenes, lo que al final se traduce en prdida de divisas, indispensables para cumplir nuestro programa de desarrollo, ibid.

74 Aguilar, Problemas, 1979, p. 52.

75 No nos hemos referido en el trabajo, por cuestiones de espacio, a las lneas de accin de las corporaciones de grandes propietarios.

76 Sklair, Sociologa, 2003.

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