ISSN impreso: 0186-0348

ISSN electrónico: 2395-8464

La articulacin de una estrategia poltica opositora al peronismo. Radicales, periodistas y prensa escrita en Tucumn, 1943-1949

 

Designing a Political Strategy to Oppose Peronism. Radicals, Journalists and the Written Press in Tucuman, 1943-1949

 

Leandro Lichtmajer*

 

INFORMACIN SOBRE EL AUTOR:

Leandro Lichtmajer. Pertenece al Instituto Superior de Estudios Sociales (Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas-Universidad Nacional de Tucumn). Doctorando en Humanidades (Universidad Nacional de Tucumn) y becario del Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (periodo 2008-2013). Integra proyectos de investigacin financiados por esa institucin y la Agencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgica. Su tema de investigacin se titula "Discursos, prcticas y estrategias polticas del radicalismo tucumano (1943-1955)". Ha publicado artculos en distintas compilaciones y revistas especializadas. Integra la Red de Estudios Sobre el Peronismo.

ABOUT THE AUTHOR:

Leandro Lichtmajer. Member of the Higher Institute of Social Studies (National Council of Scienrific and Technical Research-Narional University of Tucumn). Doctoral student in Humaniries (Narional Universiry of Tucumn) and Grantholder of the Narional Council of Scientific and Technicai Research (period from 2008 to 2013). Which integrares research projects financed by that institution and the National Agency of Scientific and Technological Promotion. His research topic is "Speeches, Practices and Polirical Strategies of Tucumn Radicalism (1943-1955)". He has published arricies in various compilations and speciaiized journals. Member of the Network of Studies on Peronism.

 

 

Fecha de recepcin: abril de 2011; Fecha de aceptacin: marzo de 2012.

 

Resumen

El artculo se propone analizar la dinmica de las relaciones entre la oposicin poltica y los actores de la esfera de la prensa escrita durante la emergencia y consolidacin del peronismo, con el fin de avanzar en un aspecto escasamente investigado en la historiografa sobre el tema. Explora las estrategias conjuntas desarrolladas por la Unin Cvica Radical, el diario La Gaceta y el Crculo de la Prensa en la provincia de Tucumn durante el periodo 1943-1949. Se sostiene la hiptesis de que luego de la derrota electoral de 1946 el radicalismo articul junto a ambos actores una estrategia opositora que reconoci antecedentes en el periodo abierto por el golpe de Esrado de 1943, cuando una constelacin de sectores polticos apoy la postura contraria al rgimen que se desarroll en la esfera de la prensa escrita.

Palabras clave: Unin Cvica Radical, prensa escrita, peronismo, oposicin poltica, Tucumn.

 

Abstract

The article seeks to analyze the dynamics of relations between the political opposition and actors within the sphere of the written press during the emergence and consolidation of Peronism, in order to advance an aspect that has barely been researched in the historiography of the issue. It explores the joint strategies carried out by the Radical Civic UnionLa Gaceta newspaper and the Press Circle in the province of Tucumn during the period from I943 to I949. It posits the hypothesis that following the electoral defeat of 1946, radicalism devised an opposition strategy next to both actors that recognized antecedents in the period created by the coup d etat in 1943, when a constellation of political sectors supported opposition to the regime that developed within the sphere of the written press.

Key words: Radical Civic Union, written press, peronism, political opposition, Tucuman.

 

En las ltimas dcadas, el campo historiogrfico argentino revalorizo el papel poltico de los medios escritos al concebirlos no slo como canteras de informacin sino tambin como objetos de estudio en s mismos, cuyo carcter de formadores de opinin1 los erigi en actores vertebrales del sistema poltico.2 La participacin de la prensa en las disputas inherentes a este lleva implcito el interrogante sobre su relacin con los partidos, entidades que, en su bsqueda por conquistar el poder, requieren vincularse con las organizaciones de la sociedad civil.3

Si se toma en cuenta la magnitud de las empresas periodsticas y el volumen del mercado de lectores, a mediados del siglo XX la prensa escrita argentina constitua una de las ms importantes del planeta.4 Las investigaciones sobre el tema que florecieron en los ltimos aos5revelaron su centralidad en la vida poltica y cultural del pas, al erigirse en una arena privilegiada de los conflictos derivados de la transformacin del vnculo entre el Estado y la sociedad civil que se inici durante el gobierno militar (1943-1945) y se profundiz durante el primer peronismo (1946-1955).6 Aunque ocup un lugar subsidiario en las investigaciones sobre ese periodo, la dinmica de las relaciones entre los partidos opositores y los medios escritos plante una agenda de interrogantes que nos parece necesario retomar.7 En ese sentido, la pertinencia de explorar las vinculaciones ideolgicas y las estrategias conjuntas de ambos actores se desprende de la centralidad que adopt el rechazo al crecimiento en la intervencin estatal y la apelacin constante a la libertad de prensa en el discurso opositor al gobierno. Asimismo, permite desentraar la disputa entre la lgica discursiva instalada por el peronismo, los intereses de las empresas periodsticas y la concepcin sobre el papel de la prensa esgrimida por la oposicin.

Tomando en cuenta ese orden de consideraciones, este artculo tiene como objetivo analizar la dinmica de las relaciones entre la Unin Cvica Radical, principal partido opositor, y dos actores centrales de la esfera de la prensa en la provincia de Tucumn, el diario La Gaceta medio escrito de mayor circulacin y el Crculo de la Prensa entidad gremial y mutual de los periodistas, en el periodo comprendido entre el golpe de Estado de 1943 y la reforma constitucional de 1949.8 Consideramos que posterior a la derrota en las elecciones que ungieron como presidente a Pern (1946) el radicalismo articul junto al diario La Gaceta y el Crculo de la Prensa una estrategia opositora a las polticas del gobierno en torno a la esfera de la prensa escrita. Esta reconoca antecedentes en el periodo abierto por el golpe de Estado de 1943, cuando una constelacin de sectores polticos apoy la militancia contraria al rgimen desarrollada por La Gaceta y el Crculo de la Prensa. Desplazados del centro de la escena como fruto de la derrota electoral, los radicales debieron redefinir sus acuerdos polticos y configurar una identidad antagonista al peronismo. En ese marco, forjaron una alianza junto a los actores mencionados, adoptando la defensa de la libertad de prensa como un eje central de sus discursos.

 

Confluencias opositoras a las polticas del gobierno militar en la esfera de la prensa escrita (1943-1946)

El golpe de Estado del 4 de junio de 1943 cont con el apoyo de amplios sectores del arco poltico y corporativo que acordaron poner fin al precario orden liderado por el vicepresidente conservador Ramn Castillo. En ese marco, la posibilidad de reformular el mapa de poder poltico y modificar el panorama de descomposicin y crisis institucional generaron expectativas entre los partidos opositores al conservadurismo, encabezados por la Unin Cvica Radical (en adelante UCR)9, que criticaron los mecanismos de fraude electoral y el creciente autoritarismo del gobierno. Una vez culminada una primera etapa signada por la indefinicin poltica, que deriv de la heterogeneidad de sectores e intereses involucrados en el golpe, el gobierno de facto adopt un perfil autoritario apuntalado por el crecimiento de los planteles nacionalistas catlicos. Este giro a la derecha, plasmado en la persecucin a los ncleos sindicales y polticos contestatarios al gobierno, la prohibicin de los partidos y la implantacin de la enseanza religiosa en las escuelas, se observ durante el ltimo trimestre de 1943.

En ese contexto, el gobierno ensay una reformulacin de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil que repercuti sensiblemente en la esfera de la prensa escrita.10 Por un lado, ampli la produccin estatal de informacin mediante la creacin de la Subsecretara de Informaciones y Prensa en octubre de 1943, que expandi las tareas del gobierno en temas sensibles tales como la provisin de papel y coadyuv a la formacin de medios estatales con el fin de ampliar las bases de legitimidad del rgimen militar. Por otro lado, intensific las regulaciones del Estado sobre los medios escritos, incrementando su injerencia en un rea tradicionalmente atribuida a la sociedad civil. Estas orientaciones se plasmaron en el decreto 18.407 del 31 de diciembre de 1943, que sistematiz los mecanismos de censura.11

Para analizar las alternativas que sigui este proceso en Tucumn debemos referirnos en primera instancia al particular derrotero de esa provincia durante los aos previos al golpe. A diferencia del mapa poltico nacional signado por la hegemona de la Concordancia (alianza poltica formada en 1932 por el Partido Demcrata Nacional, la UCR Antipersonalista y el Partido Socialista Independiente), Tucumn cont con gobiernos radicales entre 1935 y I943. Esta experiencia culmin en febrero de 1943 cuando Castillo decret una intervencin federal y traspas el mando poltico al conservadurismo. Una vez materializado el golpe, los primeros pasos del rgimen de junio evidenciaron ciertos visos de continuidad con la situacin previa. Este interregno poltico se mantuvo hasta la asuncin del interventor federal Alberto Baldrich, referente del ala conservadora del pensamiento nacionalista en su vertiente antiliberal y tradicionalista, quien puso en marcha un programa de reformas tributarias con las que desarroll el gobierno militar a escala nacional. En ese sentido, el perfil autoritario de la intervencin federal se plasm en una poltica fuertemente restrictiva de la actuacin de los medios periodsticos, materializada en la clausura temporal o permanente de diarios, el encarcelamiento de periodistas vinculados al orden poltico previo al 4 de junio y el control sobre el contenido de los artculos.

En Tucumn, la esfera de la prensa escrita englobaba un total de 75 medios de orientaciones diversas, radicados fundamentalmente en San Miguel de Tucumn (principal centro urbano de la provincia).12 La posicin hegemnica era ocupada por La Gaceta, principal diario de la regin norte del pas, cuyas ediciones especiales alcanzaban una tirada de 45 000 ejemplares.13 La lnea editorial de La Gaceta era tributaria de un bagaje liberal con un fuerte nfasis en la defensa de los derechos individuales y del ideario republicano.14 El diario tena una estrecha vinculacin con el Crculo de la Prensa,15 entidad representativa de los periodistas tucumanos fundada en septiembre de 1941 con el fin de desarrollar una labor en los planos gremial y mutual de los trabajadores de la prensa.16 En su declaracin de principios, tributaria del contexto de polarizacin ideolgica visible durante la segunda guerra mundial, el Crculo se defini como una institucin dotada de un

espritu ampliamente democrtico, concordante con las convicciones de cada uno de los miembros de la comisin y con la magnnima liberalidad de las instituciones argentinas, consagradas por el estatuto poltico de la nacin.17

En el contexto represivo promovido por el rgimen militar, ambas entidades se opusieron a las orientaciones intervencionistas adoptadas por el gobierno. En agosto de I943, el Crculo de la Prensa protest por la clausura de los diarios La Gaceta y La Unin. Al mes siguiente, la tensin entre el Crculo y la intervencin federal se acrecent debido al encarcelamiento del secretario de la institucin y a la clausura de los peridicos La Reformay Norte, sancionados por hacer caso omiso a los mecanismos de censura previa operados por las autoridades provinciales. La Federacin Argentina de Periodistas, entidad que nucleaba al gremio de la prensa a escala nacional, describi del siguiente modo la situacin en Tucumn:

Las actuales autoridades de la intervencin han puesto en uso procedimientos que constituyen no slo la aplicacin de la censura previa y la dileccin de la prensa sino que implican un avasallamiento de los fueros del periodismo a la vez que agravios para la dignidad del periodista. Se ha llegado en la citada provincia al exceso de queret obligar a los diarios a que en primera pgina publiquen solamente noticias nacionales y locales.18

En ese marco, numerosos diarios locales encabezados por La Gaceta expresaron su descontento frente a la situacin de la prensa en la provincia, denunciando actos de censura por parte del gobierno mediante la publicacin de notas alusivas o la inclusin de pginas en blanco.

A lo largo de 1944, la prohibicin de los partidos y la restriccin de la vida asociativa en general llevaron a que la poltica buscara otros canales de expresin. En ese sentido, aunque las medidas del gobierno redujeron notablemente las actividades pblicas estas no desaparecieron completamente. Se sucedieron a lo largo del pas manifestaciones, sujetas al control del rgimen, que cifraron sus expectativas en la normalizacin institucional, la defensa de la Constitucin y la libertad de prensa. El peso de la agenda internacional en la vida pblica argentina y la presencia en el gobierno de dirigentes identificados con el catolicismo integrista y el nacionalismo autoritario aliment una lectura que supedit los conflictos locales al devenir de la guerra. Dirigentes de las fuerzas polticas prohibidas y referentes del heterogneo universo asociativo identificado con la causa aliada configuraron un arco opositor que plante las disputas contra el rgimen como parte de la causa mundial contra el fascismo.19 En ese marco, la esfera de la prensa escrita se convirti en un campo privilegiado para la articulacin de los sectores opositores al gobierno.

El rechazo a las polticas del interventor Baldrich aglutin a una constelacin de sectores polticos provinciales que compartan el ideario liberal del Crculo y de La Gaceta. El impulso a las protestas articuladas desde la esfera de la prensa escrita tambin se aliment del doble carcter de dirigentes polticos opositores y periodistas que defini a muchos de sus miembros. En ese sentido, los casos de pertenencia conjunta a las filas de las organizaciones partidarias reactivas al gobierno y al Crculo de la Prensa fueron comunes durante los aos analizados, tendencia que tuvo en Joaqun Morales Sol, columnista del diario La Gaceta, afiliado radical y presidente de esa entidad, un claro ejemplo.20 Asimismo, en la fragua del arco poltico-asociativo opositor al rgimen cumplieron un papel central los mbitos de sociabilidad compartidos por los dirigentes partidarios y los referentes de la prensa escrita local.21

En mayo de 1944 se organiz en Tucumn un homenaje al diario metropolitano La Prensa,22 en cuya comisin organizadora participaron numerosos referentes provenientes del radicalismo (entre los que se destacaron los ex gobernadores Miguel M. Campero y Miguel Critto) y de otros grupos polticos.23En agosto de 1944, amplios sectores polticos participaron junto a referentes del Crculo en las celebraciones por la liberacin de Pars, evento que culmin con una visita al diario La Gaceta, donde protestaron por la represin policial de la que fueron objeto los manifestantes.24

Estas proyecciones crticas frente a la intervencin federal de la provincia se desarrollaron a pesar de los signos de apertura generados por la asuncin del interventor federal Enrique B. Garca (julio de 1944), quien busc entablar una relacin ms armnica que su sucesor con los actores de la prensa escrita y los grupos opositores al gobierno. Los gestos de apertura frente a los sectores crticos formaban parte de una tendencia general evidenciada por el gobierno de facto a escala nacional. En ese sentido, en agosto de 1944 el canciller Orlando Peluffo y el vicepresidente Juan Domingo Pern se pronunciaron en contra de las restricciones a la prensa, prometiendo modificar la situacin visible en ese mbito.25 El Crculo tom estas declaraciones con cautela: emiti un comunicado pblico en el que reconoci la importancia de que altos funcionarios nacionales manifestaran la necesidad de alivianar las presiones sobre los rganos periodsticos pero reclam la supresin de los organismos o reglamentaciones que trabaran la actividad periodstica.26 Aunque los hechos no confirmaron las palabras del canciller y el vicepresidente, ya que las restricciones a la prensa se siguieron observando durante los meses subsiguientes, el cambio de orientacin que proyectaron las autoridades nacionales se plasm en la aplicacin del estatuto del periodista, que supuso importantes mejoras en las condiciones laborales de ese sector.27 Marc un punto de inflexin al socavar la concepcin tradicional del papel de los periodistas y de los medios reforzando, en el primer caso, el perfil de trabajadores asalariados por sobre el de intelectuales y, en el segundo, el carcter de empresas con fines de lucro.28

Las crticas al gobierno militar florecieron con un impulso inusitado a lo largo de 1945. En esto influyeron el reagrupamiento de los sectores opositores de cara al final del conflicto blico mundial, el fortalecimiento de las demandas de apertura poltica mediante el llamado a elecciones y las divisiones al interior del plantel gobernante, que alimentaron un grado de polarizacin y conflictividad poltica sin precedentes. En ese marco, el levantamiento de las restricciones a la prensa fue uno de los ejes de la accin opositora al gobierno. En marzo de 1945 el Crculo de la Prensa se dirigi al ministro del Interior para reclamar la reapertura de un peridico local suspendido durante ocho semanas, gestiones apoyadas por numerosos referentes del mbito poltico provincial.29 En abril de 1945, por "la concurrencia de circunstancias diversas que sealan a los periodistas argentinos el deber de exaltarlo", la Comisin Directiva (en adelante CD) del Crculo de la Prensa realiz un homenaje al libro Facunda o civilizacin y barbarie en las Pampas Argentinas (de Domingo Faustino Sarmiento) por tratarse de un "smbolo de las rebeldas y del libre albedro de un pueblo que no se resignar jams a vivir en el oscurantismo y en la servidumbre".30

Aunque el gobierno expres durante los meses subsiguientes algunas seales de apertura, que hicieron vislumbrar a los opositores una salida electoral que pusiera fin al rgimen y relaj los controles estatales sobre los medios, las demandas por la libertad de prensa se mantuvieron en el clima de polarizacin poltica que acompa el final de la segunda guerra mundial. En agosto de 1945, a raz de los ataques a los diarios porteosLa Prensa, Crtica y La Razn producidos en el marco de los festejos por el fin de la guerra, los radicales tucumanos organizaron junto con el Crculo y otras instituciones del mbito social y poltico una serie de homenajes a "la prensa libre de la provincia".31 Los manifestantes, encabezados por dirigentes radicales, socialistas y comunistas, atravesaron el centro de la ciudad para dirigirse a las instalaciones del diario La Gaceta, donde fueron recibidos por su director, ante quien manifestaron:

Los aqu presentes, en representacin de los partidos polticos, entidades universitarias y culturales y dems asociaciones representativas de la ciudadana de Tucumn, de sus tradiciones y de su cultura, de su espritu democrtico y de su culto histrico a la libertad, hemos querido llegar a este diario porque respetamos y admiramos en La Gaceta a un valiente defensor de los derechos ciudadanos.32

En los das posteriores se desarroll un evento similar organizado por la Federacin Universitaria de Tucumn y las juventudes de los partidos Radical, Socialista y Comunista, que se dirigi nuevamente hacia la sede del diario, desde cuyos balcones el militante socialista Lzaro Barbieri pidi "vtores a la prensa libre".33

El fortalecimiento de los grupos opositores y el levantamiento del estado de sitio generaron, entre agosto y octubre de I945, un febril ciclo de protestas que culmin en el encarcelamiento de Pern. La movilizacin popular del 17 de octubre organizada en su apoyo34 gener el repudio del Crculo, del diario La Gaceta y de los partidos: al igual que en otras ciudades del pas, los manifestantes que marcharon por las calles de San Miguel de Tucumn desplegaron acciones violentas contra las instalaciones de La Gaceta y de La Unin, en las que ubicaron los smbolos del arco poltico-asociativo opositor a Pern.

A la par que repudi los ataques contra los diarios, presentados como smbolos de la cultura provincial y defensores de la causa de la libertad, el discurso de los actores analizados contuvo tambin un rechazo a las polticas estatales orientadas hacia los trabajadores. En ese sentido, el perfil obrerista delineado el 17 de octubre llev a que el discurso de defensa de la libertad de prensa se articulara con las nociones de "demagogia" y "engao a las masas" que estructuraron la retrica opositora al peronismo durante los aos posteriores. En contraposicin a este esquema, desde las filas oficialistas se denunci a los principales medios escritos de presentar una imagen distorsionada de la realidad y actuar abiertamente a favor de los partidos polticos opositores.

La CD del Crculo de la Prensa repudi la movilizacin del 17 de octubre "debido a las amenazas que se haban proferido a los diarios de definida orientacin democrtica y a las instituciones de la cultura nacional", marcando similitudes con las situaciones vividas en Europa durante los regmenes totalitarios, y emiti una declaracin en solidaridad con los diarios tucumanos atacados.35 Por su parte, mientras La Gaceta interpret la renuncia de Pern como una "derrota de las ambiciones personales" y de la "induccin del pueblo de seguir el becerro de oro de la justicia social", el 17 de octubre fue objeto de rechazo por su carcter violento "que choc contra nuestra idiosincrasia y nuestros sentimientos tradicionales".36

Los partidos opositores expresaron una tesitura similar, que articul el repudio a los atentados a la prensa con las caracterizaciones del emergente movimiento peronista en trminos de "engao" y a sus polticas sociales como orientaciones demaggicas para lograr el apoyo de los trabajadores. El radicalismo public un manifiesto rechazando los actos del 17 de octubre por ser "extraos al sentimiento del verdadero trabajador argentino y al grado de cultura de nuestra nacin" y denunciaba que los ataques a la prensa eran una muestra de incivilidad propia de un clima de engao y violencia, tono similar al utilizado por la Federacin Universitaria de Tucumn y los partidos Socialista y Comunista.37

La confluencia expresada entre 1943 y I945 se mantuvo durante la campaa previa a los comicios de febrero de 1946. En ese sentido, la proclamacin de la Unin Democrtica38 a fines de 1945 fue acompaada por el apoyo generalizado de los principales medios escritos del pas y las instituciones de la sociedad civil que haban tomado partido en contra del gobierno, postura que gener enrgicas reacciones en el campo oficialista.39 La Unin Democrtica encontr en el diario La Gaceta y en el Crculo de la Prensa dos fuertes defensores de sus propsitos. En consonancia con la prdica de los candidatos de la alianza partidaria contraria a Pern, el principal tpico esgrimido por ambos actores se centr en la defensa de las tradiciones democrticas y cultas de Argentina. As lo expres la nota editorial que public el diario La Gaceta das antes de los comicios:

Dos tendencias que chocan y se repelen se debatirn en las elecciones del domingo prximo [...] una de ellas es la democrtica de nuestra tradicin histrica. La otra, aparecida en los ltimos tiempos, tiene mucho de comn con la totalitaria que se impuso en Europa [...] con la primera se organiz el pas y se conquist la prosperidad econmica, el progreso cultural y el bienestar social que le distinguieron entre los pueblos ms evolucionados del nuevo y del viejo continente. La segunda ha establecido una organizacin extraa, repugnante a nuestros sentimientos, y contraria a las libertades, derechos e intereses individuales.40

En ese sentido, mientras los seguidores de Pern fueron presentados por el arco partidario opositor en trminos de "hordas", "candombe", "nazismo indgena" y otros eptetos similares,41 los sectores identificados con la Unin Democrtica se autoproclamaron representantes de la cultura, los valores y las tradiciones liberal-democrticas. Segn su esquema, estos rasgos esenciales de la identidad argentina se encontraron amenazados en las elecciones, coyuntura decisiva para el futuro de la nacin. En ese marco, la virulenta campaa electoral previa a los comicios de febrero de 1946 tuvo para los actores afines a ese ideario los rasgos de una cruzada en defensa de los valores tradicionales de Argentina. Como observaremos a continuacin, el triunfo de la frmula liderada por Pern amortigu las disputas con el campo poltico-asociativo opositor, que tard en asimilar el impacto de los resultados en las urnas. El derrotero de las luchas en torno a la esfera de la prensa escrita revel que este apaciguamiento fue slo un fenmeno coyuntural.

 

De la moderacin poselectoral a la articulacin de la estrategia opositora al gobierno peronista (1946-1949)

El advenimiento del peronismo represent un punto de inflexin en la historia argentina del siglo XX, al inaugurar un estilo singular de construccin del poder y de vinculacin con sus seguidores y opositores. En su carrera ascendente desplaz del centro de la escena a un conjunto de partidos que haban ocupado ese lugar durante dcadas, transformando sustantivamente el sistema poltico y el mapa electoral de Argentina. Como consecuencia de los resultados de los comicios de febrero de 1946 se produjo una reformulacin del arco partidario opositor, que pas a estar representado casi exclusivamente por el radicalismo. A pesar de ocupar un papel minoritario, la UCR fue la principal expresin poltica contraria al gobierno en la arena electoral y ocup la mayor parte de las bancas legislativas ajenas al oficialismo.42

En Tucumn, las diferentes expresiones afines a Pern arrasaron en las elecciones de 1946: obtuvieron una cifra cercana a 70% de los votos, porcentaje ms alto del pas, conquistando el poder ejecutivo provincial y una amplia mayora en la legislatura. El radicalismo alcanz menos de 25% del electorado, lo que marc un fuerte contraste con la exitosa experiencia desarrollada hasta 1943. La magnitud de la irrupcin peronista en el escenario tucumano plante a la dirigencia radical el desafo indito de desarrollar una labor opositora, teniendo en cuenta que (si se excluyen los periodos de intervencin federal y proscripcin electoral) la UCR haba ocupado el poder poltico provincial desde 1917 en adelante. Este proceso fue vivido de manera traumtica por sus miembros, que debieron reformular sus alianzas y redefinirse desde el punto de vista identitario al enfrentar a un rival que escapaba a los cnones polticos tradicionales. La amarga conclusin que sacaron los radicales de la derrota de 1946 fue que el partido perdi la centralidad que se arrog en la sociedad tucumana hasta antes del golpe de Estado. En ese marco recrudeci la disputa interna en sus filas, derivada de la crisis de legitimidad de su conduccin, y el crecimiento de una oposicin interna que se mostr dinmica y renovadora.43

Si hasta 1946 el gobierno militar fue identificado globalmente por el radicalismo como expresin de una tendencia reaccionaria y autoritaria, con el triunfo en los comicios y la legitimacin emanada del voto popular el movimiento poltico comandado por Pern alcanz un estatus diferente. El crecimiento de los sectores opositores a la conduccin partidaria hegemnica hasta la derrota de 1946, bautizados con el nombre de intransigentes debido al rechazo a la alianza que sostuvo la UCR en los comicios, supuso la adopcin de una actitud menos virulenta teniendo en cuenta las similitudes de su programa en relacin al del peronismo triunfante.44Ello se tradujo en una postura de moderacin y reconocimiento de algunas medidas implementadas por el gobierno y la pretensin de evitar un papel de oposicin sistemtica.

La novedad introducida por el triunfo electoral del peronismo no se hizo sentir solamente en las filas radicales, sino que nutri numerosos debates en la totalidad del arco opositor a Pern. En el Crculo de la Prensa, la militancia afn a la Unin Democrtica fue sucedida por una postura de mayor prudencia en el escenario posterior a las elecciones. En definitiva, la institucin precisaba del favor oficial en materia de subsidios y requera del arbitraje de los funcionarios estatales en los conflictos gremiales que involucraban a sus afiliados. Durante los meses posteriores a las elecciones, los resquemores frente al nuevo gobierno, propios de una organizacin ubicada en un campo ideolgico reactivo al liderazgo peronista, fueron acompaados por un reconocimiento de los avances en materia salarial y de legislacin laboral.

En junio de 1946 la CD del Crculo fue reacia a gestionar un subsidio estatal, sealando "las interpretaciones que estas podan generar" y "el compromiso poltico que supondra para la entidad dicho petitorio". Finalmente prim una posicin favorable al mismo, ya que pareci indudable "el cambio operado por el gobierno despus de las elecciones" y se asegur que, en caso de obtener el apoyo econmico solicitado, la institucin "no vera en ningn caso coartada su accin ni se comprometera en la postura que ha correspondido a travs de su trayectoria".45 Otro episodio digno de mencin, que evidenci los dilemas que plante a los dirigentes del Crculo el ascenso del peronismo, se produjo con motivo de la promulgacin del estatuto del periodista profesional en diciembre de 1946. En ese contexto se dividieron las aguas en la CD a raz del pedido del presidente de la Federacin Argentina de Periodistas, Octavio Palazzolo, quien solicit a todas las filiales que enviaran un telegrama de agradecimiento al presidente de la nacin. La CD decidi en primera instancia dar curso al pedido y enviar el mencionado telegrama, lo que gener fuertes reacciones entre los sectores ms alejados del gobierno, encabezados por los periodistas del diario La Gaceta Joaqun Morales Sol y Miguel Hynes O'Connor (militante del Partido Comunista). Como fruto de la decisin de la CD, Morales Sol aleg que "la gratitud en el campo gremial al general Pern [era] la negacin del propio gremio" y plante la necesidad de revertir la medida. Tal fue la determinacin final de la CD, que aprob la mocin de Hynes O'Connor de reemplazar el telegrama con una declaracin en la que se omiti el nombre de Pern y se agradeci a "todos aquellos que participaron en las gestiones".46

Desde la lnea editorial de La Gaceta tambin se moderaron las posiciones previas a los comicios, otorgando una entidad diferente al gobierno emanado de las urnas. En el mensaje de asuncin del gobernador de Tucumn, el diario abandon la virulencia de la campaa electoral para plantear que "el tono mesurado y sereno concilia perfectamente con el propsito que en l enuncia el nuevo mandatario, de desprenderse de preconceptos y de inquietudes nacidos en el estmulo apasionado de la brega".47Esto no excluy el mantenimiento de posturas crticas en lo tocante a temas vertebrales de las ideas del diario, como la defensa del federalismo, la divisin de poderes y el rechazo a la intervencin estatal "excesiva" en la vida econmica del pas que, segn su esquema, violentaba los derechos individuales de la ciudadana.

A pesar de la moderacin visible en los tres actores mencionados y los signos conciliadores emanados de su seno, las reacciones contrarias a las polticas del peronismo en el mbito de la prensa escrita los llevaron a cerrar filas y profundizar las confluencias que haban desarrollado durante el rgimen militar mediante la puesta en marcha de una estrategia opositora al gobierno. Esta militancia conjunta se sustento en el rechazo a las profundas transformaciones llevadas a cabo por el peronismo en la esfera de la prensa escrita, cifradas en la construccin de un aparato meditico afn al gobierno48 y el cuestionamiento a las nociones tradicionales de libertad de prensa y el papel del periodismo en la sociedad argentina. A continuacin analizaremos tres episodios que ilustran elocuentemente esa problemtica: la aprobacin del impuesto a los diarios y revistas durante el primer semestre de 1947; la huelga de vendedores de diarios ("canillitas") declarada en julio de 1948 y la Convencin Constituyente de junio de 1949.

En diciembre de 1946 la Cmara de Diputados aprob, con reformas, la ley de patentes avalada por el poder ejecutivo en la que se establecieron los impuestos sobre las actividades comerciales en el territorio provincial. Entre las modificaciones propuestas se derog la exencin impositiva a las empresas editoras de diarios y revistas, que fueron gravadas con el porcentaje mximo. La aprobacin del proyecto gener un conflicto entre las dos ramas del poder legislativo, en el que senadores y diputados oficialistas reprodujeron las disputas intestinas que marcaron el pulso poltico nacional desde el ascenso de Pern al poder.49 En efecto, la Cmara de Senadores rechaz la modificacin propuesta por los diputados, que mantuvieron su tesitura original favorable al gravamen.

La medida gener una fuerte reaccin adversa en el Crculo de la Prensa y en el diario La Gaceta, cuya causa comn en rechazo a la decisin de los legisladores peronistas se plasm en una ola de notas condenatorias que contaron con el apoyo de numerosos diarios del pas.50 No obstante, la actitud del bloque de la UCR dej perplejos a sus otrora adeptos en la oposicin al gobierno militar: en la Cmara baja los representantes radicales acompaaron la medida y en la Cmara alta el nico senador del partido estuvo ausente durante la sesin, dejando entrever una postura ambigua frente al tema en debate. Si bien esto fue atribuido en primera instancia a la falta de informacin sobre las modificaciones que, segn se plante, haban sufrido los diputados de la oposicin, la ausencia radical en la Cmara de Senadores gener fuertes reclamos desde el Crculo y La Gaceta, que solicitaron al partido un mayor compromiso en defensa de los fueros de la prensa:

El nico representante de la oposicin en el senado no se encontr presente en la sesin por hallarse de veraneo. Un miembro de la minora, en la Cmara de Diputados, suscribi el despacho de las Comisiones de Hacienda y Presupuesto [...] la opinin pblica, que sigue tambin a este proceso, ser la llamada a calificar la actitud de los hombres cuyo partido tiene una tradicin de lucha por la defensa de" las libertades pblicas, cuyos representantes en otros cuerpos legislativos del pas han sabido hacer honor a esa tradicin.51

La amplia difusin que dio La Gaceta a este hecho torci el brazo a un partido opositor debilitado por la derrota electoral: la representacin legislativa de la UCR volvi sobre sus pasos y dio marcha atrs en el apoyo a la ley. Con el fin de recomponer la relacin con ambos actores y despejar las sospechas sobre la falta de definiciones del partido en lo relativo al tema en cuestin, los radicales se hicieron eco de sus reclamos y expresaron el rechazo al impuesto, atribuyendo a la falta de tiempo para estudiar el proyecto de ley su postura inicial. Los motivos esgrimidos por los radicales para refutar el proyecto reprodujeron el esquema sustentado por el Crculo y La Gaceta.

Los argumentos del oficialismo para apoyar el gravamen retomaron los ejes vertebrales del ideario peronista en torno al papel de la prensa y los periodistas.52 Sostuvieron que, a causa del desarrollo tcnico y logstico de los medios visible desde comienzos del siglo XX, el periodismo pas de ser una actividad en la que preponderaron los valores poltico-ideolgicos a otra presidida por una lgica capitalista de bsqueda de ganancias.53 En efecto, mientras que hasta fines del siglo XIX prim la prensa de combate, que busc influir polticamente a travs de pequeos emprendimientos periodsticos y en la que fue prioritaria la defensa de valores determinados, con el proceso de modernizacin observado desde entonces el inters comercial reemplaz a los principios morales, convirtiendo a los medios en empresas movidas por el afn de lucro. As, la libertad de prensa se limit en la prctica, dado que el empresario periodstico seleccionaba las noticias y la orientacin del medio de acuerdo con su conveniencia. Tal situacin justificaba los gravmenes estatales sobre los medios, que no se diferenciaban de otras empresas que tenan objetivos "nobles" tales como, por ejemplo, los sanatorios privados. Los legisladores peronistas subrayaron la necesidad de intervencin estatal en la esfera de la prensa escrita, tal como se desarroll en otros mbitos de la vida social, con el fin de controlar los intereses puestos en juego.

Ms all de los motivos esgrimidos por los legisladores radicales para explicar su postura inicial, consideramos que esa actitud puede vincularse al proceso de revisin de los fundamentos programticos desarrollado al interior del partido luego de la derrota. Ciertamente, la cercana de los nuevos sectores dirigentes con los postulados del peronismo en materia de intervencin estatal en la economa les plante un complejo dilema frente a la situacin de la prensa escrita. Segn plante el diputado Celestino Gelsi, principal referente de las nuevas carnadas dirigentes, en la Argentina exista una prensa "con crudo inters capitalista" contra la que "ntimamente" deseaba que se aplique una patente.54 Aunque los diarios tenan una faz lucrativa no podan ser tratados de igual modo que otras empresas comerciales, ya que la libertad de prensa era un valor ilimitado que no deba, bajo ningn punto de vista, restringirse por medio de gravmenes.

A pesar de las ambigedades iniciales, la postura final de los radicales retom la concepcin de la prensa como vocera de la sociedad civil y contralor del Estado, reeditando un argumento caracterstico de los dems actores contrarios al impuesto: el respeto por la libertad de prensa era condicin sine qua non para el ejercicio de los dems derechos individuales, dado que constitua la garanta de que el gobierno no avanzara sobre las prerrogativas ciudadanas. Segn el esquema sustentado por la representacin legislativa de la UCR, el gravamen colocara a los diarios en una situacin comprometida desde el punto de vista econmico, quitndoles independencia frente al gobierno, y limitara la libertad de accin de los periodistas, que seran cohibidos por los propietarios de los medios. En palabras del diputado Gelsi:

Cuando el comerciante del periodismo se sienta afectado en sus intereses frenar el vuelo intelectual del periodista, obrero de la pluma, y as caer la libertad de prensa [...] es preferible tener una prensa manchada, fenicia y comercial, a tener una prensa esclavizada y de rodillas, una prensa atemorizada.55

Por otro lado, la representacin radical en la Cmara de Diputados caracteriz al gravamen como una afrenta directa a La Gaceta que, por su nivel de ganancias, sera la principal afectada por su aplicacin.56 Las crticas al impuesto se realizaron en consonancia con los argumentos esgrimidos por el Crculo, que caracteriz a la iniciativa como parte de una "conspiracin burocrtica" llevada a cabo por "legisladores impacientes por ejercer una revancha contra la prensa que no le fue adicta en los momentos iniciales" (en referencia al apoyo explcito de ese diario a la frmula opositora a Pern).57 La extensa fundamentacin contraria a la iniciativa, desplegada por el diputado Gelsi, fue objeto de elogios por parte de La Gaceta, que la caracteriz de "magnfica" ya que tom a su cargo "la responsabilidad de defender l buena doctrina" y expres "la opinin del pueblo mismo".58

Tributaria de un ideario comn, que plante a la prensa como representante de la sociedad civil ante el Estado, la accin conjunta de los tres actores contra el impuesto a los diarios y revistas impulsado por el gobierno provincial tambin se nutri de intereses puntuales. Desplazada electoralmente y fuertemente debilitada en el contexto poltico abierto por el triunfo electoral del peronismo, la UCR necesit imperiosamente preservar un canal de expresin de la talla de La Gaceta con el fin tie mantener su presencia en la escena pblica. Por su parte, el principal diario provincial procur defender sus intereses comerciales y, aunque el monto a pagar por el diario no era importante,59 procur cortar de raz la iniciativa estatal con el fin de evitar un precedente que poda implicar perjuicios mayores en el futuro. Por su parte, en el esquema sustentado por el Crculo de la Prensa, el dao econmico a los diarios y revistas redundara negativamente en las condiciones laborales de los trabajadores de la prensa y pondra en riesgo las mejoras sociales que venan percibiendo a partir de la aplicacin del estatuto del periodista.60

Finalmente, la balanza se volc a favor de la postura del gobierno provincial y los diputados oficialistas aprobaron la ley en febrero de 1947, no sin antes acusar a los senadores disidentes y a los radicales de defensores de los intereses de las empresas capitalistas, reeditando los argumentos visibles durante la campaa de 1946. Sin embargo, la lucha no termin all y los radicales tucumanos adoptaron la oposicin a los gravmenes a la prensa como un estandarte de su accin poltica opositora al gobierno.61 Paralelamente, el diario La Gaceta busc infructuosamente su derogacin por va judicial.

En julio de 1948 se llev a cabo en la provincia una huelga de vendedores de diarios, escenario favorable para que se reeditara la estrategia opositora al gobierno. El conflicto gremial se inici cuando la filial tucumana del Sindicato de Vendedores de Diarios, Revistas y Afines denunci en la Delegacin Regional del Ministerio de Trabajo y Previsin que La Gaceta incumpli la ley nacional que regulaba su actividad.62 Con el paso de los das y la falta de definiciones de la Delegacin Regional frente al conflicto, los vendedores iniciaron un boicot al diario negndose a comercializarlo y obstaculizaron su distribucin, medida que mantuvieron durante 20 das. Esta situacin despert una intensa campaa de La Gaceta en contra de la disposicin, cuyo eje principal fue acusar a las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumn (UNT) de apuntalar el boicot y de utilizar fondos de esa institucin en la contratacin de grupos de choque.

La acusacin de La Gaceta hacia la UNT se origin en un conflicto de intereses iniciado en marzo de 1947 cuando la institucin de enseanza inaugur el diario Trpico. Mediante esta publicacin, editada por el Instituto de Periodismo de la UNT, el gobierno busc disputar desde una postura afn al oficialismo el monopolio de La Gaceta en la esfera de la prensa escrita, ya que con la desaparicin del diario El Orden se consolid definitivamente como el peridico por excelencia de Tucumn. Concebido como una tribuna de difusin del ideario peronista, Trpico form parte de una serie de iniciativas del gobierno en pos de revertir su falta de apoyos en el mbito de la prensa comercial, entre las que se incluyeron la creacin de nuevos medios escritos y el incremento de las regulaciones estatales sobre los preexistentes. Asimismo, la formacin de profesionales que impuls el Instituto de Periodismo de la UNT, de donde provenan los reporteros del diario Trpico, gener un conflicto con el Crculo de la Prensa ya que en los aos previos esa institucin haba procurado infructuosamente desarrollar la formacin profesional de los periodistas.63 Las repercusiones frente a la aparicin del diario editado por la UNT se expresaron en junio de 1947 con motivo de la octava edicin del Congreso de la Federacin Argentina de Periodistas, organizado en San Miguel de Tucumn por la filial local del Crculo de la Prensa.64

Si bien al inicio del conflicto con los vendedores de diarios el tema debatido en las pginas de La Gaceta fue la legitimidad de la medida desde el punto de vista gremial, con el transcurso de los das el foco de preocupaciones se fue modificando hasta devenir en una campaa de impugnacin a las autoridades de la UNT y la empresa editorial por ellos iniciada, que cont con el apoyo de los referentes del radicalismo. La defensa de los derechos de la sociedad civil frente a los avances del Estado apareci encarnada, en el contexto del conflicto gremial, en la necesidad de los trabajadores de contar con sindicatos ajenos a la rbita estatal y con medios de prensa independientes. En este sentido, La Gaceta se present como el verdadero intrprete de las luchas sociales de los sectores del trabajo y el vehculo del desahogo de las inquietudes populares, mientras acus a los impulsores del conflicto de falsos representantes de la clase obrera, que reciban dinero de organismos estatales interesados en daar al diario.65 En ese sentido, no slo se erigi en representante de la opinin pblica en general sino que le disput al gobierno la representacin de un sector social vertebral del movimiento peronista: los trabajadores.

En pleno conflicto gremial los radicales tucumanos encontraron una oportunidad para expresar su apoyo a La Gaceta y criticar al gobierno por su poltica en relacin con la prensa. Cabe sealar que la nocin de "falsos representantes de la clase obrera" atribuida por el diario a los sindicatos afines al gobierno converga con un elemento vertebral del ideario del radicalismo tucumano, cuya oposicin a la matriz organizativa desarrollada por el peronismo aliment un foco de disputa constante a escala provincial. A lo largo del boicot el diario recibi visitas de importantes dirigentes radicales, que se manifestaron "en absoluta solidaridad en la cruenta lucha por mantener la dignidad del periodismo argentino sin caer de rodillas frente a la prepotencia" y sealaron que "la actitud de La Gaceta satisface al pueblo que exige una prensa libre de toda coaccin".66 Paralelamente a estas expresiones individuales, un grupo de referentes del partido formaron la "Asociacin Pro Defensa de la Prensa".67

El conflicto pblico protagonizado por La Gaceta tuvo repercusiones en el recinto legislativo. Mientras se desarroll la disputa, el senador radical Angel Pisarello present un proyecto de ley para erigir un "monumento a la prensa libre", en cuya fundamentacin plante que era "indispensable inscribir en un monumento la permanencia de la virtud libertaria de la prensa libre, que deber ser inmutable a los trastocamientos [sic]institucionales de la repblica", por ser "propicios los das y los tiempos que corren para significar en piedra la vocacin emocional de nuestro pueblo [a causa de] los enfermizos intentos de violacin de los derechos individuales que el radicalismo defiende".68

En la Convencin Constituyente provincial de I949 se reprodujeron las estrategias opositoras sustentadas por el radicalismo, el Crculo de la Prensa y La Gaceta. Desde su perspectiva, la reforma constitucional represent una oportunidad propicia para revertir la tendencia intervencionista y fijar definitivamente los lmites al Estado en materia de legislacin sobre la prensa. El eje de su accin conjunta se orient hacia un doble objetivo. En primer lugar, que la Constitucin prohibiera a la legislatura dictar leyes referidas a la prensa. Esta medida tuvo como fin primordial quitar de la esfera poltica provincial los problemas referidos a los medios, con el fin de trasladar las decisiones al mbito nacional y evitar la reedicin de conflictos equivalentes al del impuesto sobre las empresas periodsticas. Por otro lado, los actores analizados impulsaron la inclusin de una clusula que prohibiera al poder ejecutivo provincial administrar bienes informativos en general. Esta medida busc evitar que florecieran iniciativas similares a Trpico y neutralizar la tendencia creciente hacia la administracin estatal de medios escritos y la radio que estaba desarrollando el gobierno peronista. El diagnstico compartido ciment una intensa campaa pblica de presin sobre la Convencin, materializada en la publicacin de notas del Crculo de la Prensa en el diario La Gaceta, artculos alusivos a la reforma y presentaciones ante los convencionales.

El Crculo de la Prensa elev una nota a la Convencin para dejar sentada formalmente su postura frente a la reforma constitucional y la situacin de la prensa argentina en ese momento:

En un pas como el nuestro, de una larga tradicin democrtica que brota de los das iniciales de la emancipacin, hablar de libertad de prensa podra parecer innecesario [...] no lo es, sin embargo, si se observa que la lucha por el mantenimiento de esa libertad ha estado siempre movida por las tentativas de anularla. [La prensa argentina] es un instrumento eficaz de cultura, de elevacin de la vida poltica, entendida no como maquinaria orgnica de los partidos polticos sino como accin permanente de la ciudadana en su incruenta lucha por mejores condiciones sociales.69

De ese modo, reprodujo un esquema similar al expresado por La Gaceta con motivo del conflicto gremial llevado cabo por los vendedores de diarios: la prensa "independiente" no era slo un medio de difusin de valores y elevacin cultural de la sociedad, sino tambin un vehculo para la conquista de mejoras sociales para los trabajadores.

A pedido de los representantes radicales, la misiva fue leda en el marco del debate por el artculo referido a la prensa, hecho que cont con amplia cobertura en el diario La Gaceta, que transcribi la nota y elogi la gestin iniciada por el Crculo.70 Los radicales se hicieron eco de estas demandas defendindolas a lo largo del debate y formulando un dictamen de minora en la comisin que trat el tema. Sostuvieron que debido al incremento de los mecanismos de intervencin estatal en la explotacin de determinadas actividades era necesario evitar que "por medio del enorme poder que significa en riqueza y coercin el Estado, se pueda llegar a abolir esa libertad mediante la explotacin estatal de los servicios informativos".71 La representacin peronista rechaz la propuesta sealando que la existencia de medios informativos de gestin estatal no supona necesariamente un monopolio de la prensa por parte del gobierno, ya que poda existir una libre competencia entre los medios pblicos y privados que no pona en riesgo la libertad de expresin. En efecto, plantearon que el Estado deba intervenir cuando existiera el monopolio privado de los medios, lo que puede interpretarse como una alusin al diario La Gaceta, que contaba con una presencia hegemnica en la provincia.

El objetivo no fue alcanzado por los sectores opositores a las polticas del peronismo frente a la prensa, y la Convencin Constituyente aprob un artculo que permiti la administracin estatal de los medios aunque prohibi el monopolio por parte del gobierno. Por otro lado, el pedido de prohibicin a las legislaturas provinciales de promulgar leyes referidas a la prensa no prosper, fracasando la iniciativa sostenida conjuntamente por el Crculo de la Prensa, La Gaceta y el radicalismo tucumano.

El revs sufrido en la Convencin Constituyente seal el principio del fin de la alianza entre la UCR y los actores hegemnicos del mundo periodstico provincial. La consolidacin de un aparato meditico afn al gobierno y el ajuste de los resortes estatales sobre los diarios opositores, tendencia que tuvo su climax en la expropiacin al diario La Prensa en 1951, inclinaron a La Gaceta a priorizar una postura ajena a la causa radical.72 Desde 1949 en adelante limit la difusin de las actividades de la UCR y evit los posicionamientos que la comprometieran de cara a las autoridades, clausurando un canal vertebral para el mantenimiento de la presencia pblica del principal partido opositor. Como es sabido, en el desenlace de esta historia la balanza se inclin hacia el modelo de fuerte presencia estatal delineado por el peronismo, que transform sensiblemente la esfera de la prensa escrita, trocando la hostilidad inicial en apoyo generalizado.

 

Conclusin

Las restricciones a los medios escritos y el crecimiento de la intervencin estatal visibles luego del golpe de Estado de 1943 sembraron el terreno para la confluencia del amplio espectro de sectores polticos opositores y de los actores hegemnicos de la esfera de la prensa en la provincia de Tucumn. En ese marco, una difusa constelacin de dirigentes partidarios uni sus reclamos a los del diario La Gaceta y el Crculo de la Prensa con el fin de oponerse a las acciones restrictivas del rgimen, tales como la clausura de medios, el encarcelamiento de periodistas y el control sobre el contenido de los artculos. El ideario comn se ciment en torno a la defensa de la libertad de prensa como salvaguarda de las tradiciones liberales del pas, que se vieron amenazadas por un gobierno interpretado en clave autoritaria. La centralidad del discurso reivindicatorio de las prerrogativas de la prensa se mantuvo en el contexto de polarizacin ideolgica y convulsiones polticas desarrollado a lo largo de 1945. El diagnstico de que las tradiciones liberales de Argentina se encontraban en peligro imprimi a la lucha contraria al gobierno un tono de cruzada que alcanz una virulencia inusitada durante la campaa electoral. En ese marco, la consolidacin de los rasgos obreristas del liderazgo de Pern, plasmada en la movilizacin popular del 17 de octubre, llev a que el discurso de defensa de la libertad de prensa se articulara con el rechazo a las polticas sociales desarrolladas por el lder emergente, interpretadas como expresiones demaggicas orientadas a ganar el apoyo de los trabajadores.

La legitimidad de las urnas dio un estatus renovado al emergente movimiento poltico peronista, moderando coyunturalmente la oposicin de la UCR, el Crculo de la Prensa y el diario La Gaceta. No obstante, con el transcurrir de los meses esta actitud cedi paso a la reedicin de un perfil opositor que recre los argumentos esgrimidos durante la campaa electoral. Esto pudo observarse con base a tres coyunturas en las cuales las tensiones se expresaron elocuentemente: los debates sobre el impuesto a los diarios y revistas (1947), la huelga de vendedores de diarios (1948) y la Convencin Constituyente (1949). Mediante la puesta en marcha de proyectos de ley y campaas pblicas, los tres actores analizados cerraron filas en defensa de un concepto de libertad de prensa cifrado en el rechazo a la creciente intervencin del Estado y la reivindicacin de los medios como expresin de la sociedad civil e instrumento de control al gobierno.

La custodia de los fueros de la prensa escrita no slo obedeci a un ideario compartido por los tres actores en cuestin, tambin se nutri de intereses puntuales. En el caso de La Gaceta, una mayor presencia del Estado plante dos fuentes de preocupaciones: al perjuicio econmico que signific el incremento de la presin impositiva sobre el diario se sum la organizacin de un medio estatal editado por la Universidad Nacional de Tucumn, que pretendi disputarle su hegemona en el mbito provincial. Para el Crculo de la Prensa la situacin fue ms compleja debido a las mejoras en la situacin laboral de los periodistas que llev a cabo el peronismo. Aunque los avances del gobierno en ese plano generaron dilemas al interior de sus filas, en los tres conflictos analizados la institucin expres una postura afn a la expresada por La Gaceta, medio con el que mantuvo una alianza sin fisuras.

Para los radicales, el desafo de los aos iniciales del peronismo fue afrontar la prdida de la centralidad que puso en evidencia la magnitud de la derrota electoral de 1946. En ese contexto, la vinculacin con medios e instituciones opositores al gobierno represent un bien preciado en un contexto de debilidad poltica y redefinicin identitaria. Aunque la articulacin de una estrategia opositora junto a La Gaceta y el Crculo de la Prensa mostr algunos vaivenes en el escenario posterior a la derrota, derivados de la revisin de las posturas sustentadas durante la campaa electoral que impulsaron los sectores crticos a la conduccin del partido, la necesidad de mantener un canal privilegiado de difusin de sus acciones y el peso de los principios liberales en su ideario fueron motivos suficientes para que recurrieran nuevamente a sus aliados pretritos. No obstante, el revs sufrido en la Convencin Constituyente marc los lmites de la alianza entre el radicalismo y los actores hegemnicos en el mundo periodstico provincial. Esta se diluy como fruto de la consolidacin del modelo de fuerte presencia estatal delineado por el peronismo, que se plasm en un apoyo generalizado de la prensa escrita.

Consideramos que la exploracin de las estrategias opositoras al gobierno peronista en la provincia de Tucumn remite a dos cuestiones que trascienden al periodo y al marco espacial analizados en este trabajo: la relacin de los partidos con las entidades de la sociedad civil y los medios masivos de comunicacin, as como tambin la compleja trama que envuelve al papel poltico de estos ltimos.

 

Fuentes consultadas

Archivos

ACPT Archivo del Crculo de la Prensa de Tucumn.

ALT Archivo de la Legislatura de Tucumn.

 

Hemerografa

El Orden, 1943-1944, San Miguel de Tucumn.

La Gaceta, 1943-1949, San Miguel de Tucumn.

La Unin, 1943-1944, San Miguel de Tucumn.

Trpico, 1947-1949, San Miguel de Tucumn.

 

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Notas

* Agradezco los comentarios y sugerencias de los evaluadores annimos.

1 BorratPeridico, 1989.

2 Halperinjore, 1985; SidicaroPoltica, 1993; SattaRegueros, 1998; Girbal-Blacha y QuatrocchiCuando,1999; PrisleiPasiones, 2001; Alonso, Construcciones, 2004; Tato, Viento, 2004, y "Patricios", 2008.

3 Sawicki, "Partis", 2001, y WarePartidos, 2004.

4 Da Orden y Meln, Prensa, 2007.

5 Ruiz, "Peronism", 1998; Cane, "Shattering", 2000; Da Orden y Meln, Prensa, 2007; Rein y Panella,Peronismo, 2008, y AjmechetPrincipio, 2010.

6 En la Argentina de los aos cuarenta se reformularon las relaciones entre la prensa comercial, el Estado y los partidos polticos, proceso desarrollado al calor de una tendencia comn al resto del mundo occidental. En ese marco se puso en debate el paradigma liberal de la prensa vigente desde el siglo XIX, que la concibi como expresin de la sociedad civil y contrapeso del gobierno, papel reafirmado por una legislacin que excluy a los diarios de las reglas atinentes a las actividades comerciales y a los periodistas del reconocimiento legal como asalariados. El incremento en la intervencin estatal y la impugnacin populista a la matriz ideolgica liberal socavaron las concepciones tradicionales sobre el papel de la prensa, transformacin que comenz a vislumbrarse durante los aos treinta y se materializ plenamente durante el rgimen militar y los gobiernos peronistas. En ese contexto se impuls una revisin de los fundamentos sobre los que se asentaban las perspectivas dominantes sobre la libertad de prensa y el papel de los periodistas, trastocando las relaciones entre los actores que la constituan y otorgando una nueva legitimidad al Estado. Concomitantemente se desarroll una profunda crisis econmica al interior de las empresas periodsticas, que limit su capacidad de negociacin con el gobierno al volverlas ms vulnerables desde el punto de vista financiero. El corolario de ambos procesos fue una sensible transformacin de la esfera de la prensa escrita, que transit hacia un modelo de fuerte presencia estatal. Cane, "Shattering", 2000.

7 El apoyo de la abrumadora mayora de los medios escritos a la Unin Democrtica en las elecciones de febrero de 1946 fue un hito que se destac de manera recurrente en los trabajos sobre el tema. En lo relativo a los aos subsiguientes, Garca Sebastiani subray la publicidad que dieron los peridicos antioficialistas de alcance nacional a la accin parlamentaria de la bancada radical y el apoyo de las autoridades del partido al diario La Prensa con motivo de su expropiacin en 1951 (punto sobre el que volveremos ms adelante). Garca,Antiperonistas, 2005. Centrado en un escenario local que expres tendencias divergentes a las que se observaron en el plano nacional, el trabajo de Da Orden analiz la dinmica de las relaciones entre el diario El Trabajo y el Partido Socialista en la ciudad de Mar del Plata. Se subrayaron en ese estudio las tensiones entre el discurso de prescindencia poltica desplegado en sus pginas y el catcter de vocero de un partido opositor al gobierno, as como tambin las estrategias desarrolladas por El Trabajo en tanto empresa comercial. Da Orden y Meln, Prensa, 2007, pp. 99-119. Perspectivas recientes se centraron en las posturas del rgano periodstico del Partido Socialista, La Vanguardia, frente a la poltica social de Pern; la mirada del peridico comunista La Hora sobre la poltica internacional del peronismo y los conflictos suscitados entre el diario radical El Intransigente y el gobierno. Rein y PanellaPeronismo, 2008.

8 Los estudios sobre la prensa durante el primer peronismo en la provincia de Tucumn exploraron el desarrollo de mecanismos de censura a los medios y las representaciones sobre la libertad de prensa vigentes durante esos aos. Andr, Gaceta, 1999, p. 75; Johansson, "Papel", 2006, pp. 1-12, y Risco, Comunicar, 2009, p. 451.

9 La Unin Cvica Radical fue fundada en 1891 por dirigentes polticos opositores al orden conservador desarrollado en Argentina entre el ltimo tercio de ese siglo y las primeras dcadas del XX. De bases sociales y programticas heterogneas, entre sus ejes identitarios puede destacarse la defensa de las instituciones republicanas y la reivindicacin de los derechos individuales y colectivos establecidos en la Constitucin de 1853. Luego de un periodo en el que combin la poltica de abstencin y participacin electoral y el desarrollo de movimientos revolucionarios para derrocar al gobierno conservador, alcanz el poder en I9I6, luego de la reforma electoral en la que se estableci el voto masculino universal, secreto y obligatorio (ley Senz Pea). Gobern el pas hasta 1930, coyuntura en la que fue desalojada del poder por medio de un golpe militar. Durante la dcada de los treinta mantuvo el fuerte arraigo popular, combinando la oposicin militante y la negociacin en el marco de una situacin de autoritarismo poltico y modernizacin de la estructura econmica del pas, experiencia que culmin en junio de 1943.

10 Cane, "Shattering", 2000, p. 342.

11 Anales, 1944, vol. IV, p. 70.

12 De las 75 publicaciones existentes, 66 se editaban en esa ciudad, mientras que las restantes provenan de centros urbanos menores como Aguilares', Bella Vista, Concepcin, Monteros y Taf Viejo. Galvn, Periodismo,1944, p. 520.

13 Fundado en 1912, el peso del diario La Gaceta creci de manera exponencial hasta conformar una empresa periodstica moderna que desplaz al tradicional diario El Orden (fundado en 1892). Este proceso se desarroll al calor de la ampliacin del mercado consumidor visible durante las dcadas de 1920 y 1930. Risco,Comunicar, 2009, p. 451.

14 Risco subray en la lnea editorial de La Gaceta una bsqueda por erigirse en gua, orientador y formador de la opinin pblica, la clase dirigente y el ciudadano en su conocimiento de la democracia. Ibid., cap. 2.

13 Los presidentes de la entidad entre 1943 y 1949 surgieron de ese diario. Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, en Archivo del Crculo de la Prensa de la provincia de Tucumn (en adelante ACPT), f. 78.

16 Las tareas del Crculo comprendan la realizacin de gestiones relativas a las condiciones laborales de los afiliados (salario, jubilacin, indemnizacin), asesoramiento jurdico sobre temas diversos, organizacin de actividades sociales o deportivas de camaradera y ayuda a los miembros con dificultades econmicas.

17 Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 5 de julio de 1941, en ACPT, f. 1.

18 "La federacin de periodistas present un memorial al ministro del Interior", La Unin, 19 de septiembre de 1943.

19 Garca, Fascismo, 2006, y BissoAccin, 2005.

20 Entre 1943 y 1949 militaron en las filas del Crculo los dirigentes radicales Alberto Madrid, Pascual Strazza, Juan Carlos Muirlo, Luis A. Canz, Hugo Fabio, Emilio de Mitri y Eduardo Fajre. Entre los procedentes del socialismo y el comunismo se encontraban Juan Octaviano Taire y Miguel Hynes O'Connor.

21 Participaron conjuntamente en comits pro aliados y en entidades mutuales, cvicas y culturales alineadas en contra del gobierno militar (Junta de la Victoria, Colegio Libre de Estudios Superiores, Sociedad Argentina de Escritores, Taller Cultural "La Carpa", Colegio de Abogados).

22 Editado en Buenos Aires, La Prensa era el peridico ms importante de Argentina en la dcada de 1940. Durante los gobiernos militares desarrollados entre 1943 y 1946 adopt una lnea editorial crtica de los mecanismos de intervencin estatal que tuvo importantes repercusiones en los diarios del interior del pas.

23 Entre los miembros del radicalismo figuraban Roque Ral Aragn, Celedonio Gutirrez, Eudoro D. Aroz, Rufino Cossio, Ramn D. Paz Posse, Miguel Figueroa Romn; del conservadurismo, Adolfo Piossek y Rodolfo Sosa, y del partido provincial Bandera Blanca, Julio Prebisch.

24 El Crculo elevo una nota de protesta al interventor federal repudiando la actuacin de la polica. Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 7 de setiembre de 1944, en ACPT, f. 91.

25 "La eliminacin de la censura a la prensa", La Unin, 8 de agosto de 1944.

26 "Reclamase la supresin de todo organismo o reglamentacin que trabe la libertad de prensa", en ibid.

27 Aprobado por decreto en marzo de 1944 y sancionado en diciembre de 1946, el estatuto form parte de la estrategia de ampliacin de las bases sociales del gobierno militar emprendida a partir del ascenso de Farrel y Pern.

28 Cane, "Shattering", 2000, pp. 119-159.

29 El documento fue firmado por conocidos dirigentes radicales, tales como Roque Ral Aragn, Guillermo Curia, Ral Daz Ricci, Jos Benito Fajre, Alberto Barros, Argentino Alonso y por los socialistas Felipe Alberto Villagra, Emilio Lpez y Lzaro Barbieri. "Abogan por la libertad de prensa", La Gaceta, 28 de marzo de 1945.

30 En Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 29 de abril de 1945, en ACPT, f. 101. Escrito en 1845, "Facundo..." constituy una de las obras vertebrales de Sarmiento, poltico e intelectual argentino que ejerci la presidencia del pas entre 1868 y 1874. Mediante la reconstruccin en clave literaria de la vida del caudillo provincial Facundo Quiroga (17881835), Sarmiento ensay una interpretacin sobre la crisis poltica argentina de la primera mitad del siglo XIX, apelando al progreso material, cultural y poltico como punto de partida para superar la "barbarie" (asociada a las tradiciones rurales, el autoritarismo poltico y la herencia colonial).

31 "Instituciones locales rindieron ayer homenaje a la prensa libre", La Gaceta, 16 de agosto de 1945. En el homenaje participaron los partidos Radical, Socialista y Comunista, la Sociedad Sarmiento, la Federacin Universitaria de Tucumn, la Junta de la Victoria y el Comit Lisandro de la Totte. Las demandas por la libertad de piensa fueron tambin expresadas por los partidos Defensa Provincial Bandera Blanca y Demcrata Nacional.

32 "Instituciones locales rindieron ayet homenaje a la prensa libre", en ibid.

33 "Tuvo gran calor popular el mitin", La Gaceta, 22 de agosto de 1945.

34 El 17 de octubre de 1945 se realizaron marchas obreras en numerosos centros urbanos de Argentina con el fin de reclamar la liberacin de Pern, encarcelado das antes por un sector de las Fuerzas Armadas vinculado a los partidos opositores y contrario a su ascenso al interior del plantel gobernante. El masivo apoyo de los trabajadores, apuntalado por las medidas de fuerza de los sindicatos afines a las polticas sociales del gobierno, forz a las autoridades a liberar a Pern y, das ms tarde, fijar la fecha de las elecciones presidenciales.

35 Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 22 de octubre de 1945, en ACPT, f. 115.

36 "Ansiedad nacional", La Gaceta, 15 de octubre de 1945, y "Las enseanzas de los recientes sucesos", La Gaceta, 21 de octubre de 1945.

37 "Atentado a la cultura tucumana", La Gaceta, 18 de octubre de 1945.

38 Unin Democrtica se le denomin al frente de partidos que compiti contra Pern en las elecciones de febrero de 1946. Se form con los partidos Radical, Comunista, Socialista y Demcrata Progresista.

39 A modo de ejemplo puede mencionarse la crnica de un acto proselitista liderado por el candidato a gobernador por el oficialismo, quien "tras de calificar la prensa de venal -circunstancia en la que se escucharon gritos contrarios a diarios locales anunci que si ella no apoya su campaa electoral el partido realizar su propaganda con tiza y carbn" y le atribuy la defensa de los intereses imperialistas. "Lleg ayer el candidato a gobernador de la provincia", La Gaceta, 27 de enero de 1946.

40 "Aprendan a votar", La Gaceta, 22 de febrero de 1946.

41 "Proclam ayer sus candidatos el laborismo", La Gaceta, 12 de febrero de 1946, y "Con gran entusiasmo fue acogido en el sur el tren de la Democracia", La Gaceta, 15 de febrero de 1946.

42 Garca, Antiperonistas, 2005.

43 Lichtmajer, "Recambio", 2010.

44 El sector intransigente del radicalismo encontraba filiacin entre los grupos opositores al liderazgo del ex presidente Marcelo T. de Alvear que ganaron peso hacia fines de los aos treinta y comienzos de los cuarenta. Su plataforma poltica planteaba una perspectiva izquierdizante en lo econmico-social (intervencin del Estado, reforma agraria, nacionalizacin de los servicios pblicos) y una impronta nacionalista que los ubicaba en una lnea cercana al peronismo. Durante la campaa electoral de 1946 se opusieron infructuosamente a la formacin de la Unin Democrtica, tesitura defendida por los grupos unionistas. La derrota en los comicios les otorg mayor influencia en el plano interno de la UCR, hasta alcanzar su liderazgo en 1948.

45 Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 26 de junio de 1946, en ACPT, f. 132.

46 Ibid., 29 de diciembre de 1946, en ACPT, f. 181.

47 "El mensaje del gobernador", La Gaceta, 26 de mayo de 1946.

48 Entre 1946 y 1951 el gobierno peronista transform sustantivamente el mundo de la prensa escrita en Argentina, al adquirir mediante diferentes estrategias empresas periodsticas de alcance nacional y provincial. Este proceso alcanz su climax en el ao 1951 con la expropiacin del diario La Prensa para transferirlo a la Confederacin General del Trabajo.

49 Este conflicto alcanz picos de tensin durante 1947, cuando el Senado se constituy en reducto de la oposicin de los ncleos de tradicin sindical en contra del gobernador Carlos Domnguez. Como ha sido sealado en las investigaciones sobre el tema, las disputas entre los sectores internos del peronismo provincial estuvieron teidos por una fuerte carga clasista vinculada a la impronta obrera de algunas de sus fracciones. Mackinnon, "Protagonismo", 2003, y Rubinstein, Sindicatos, 2006.

50 Manifestaron su solidaridad La Nacin y La Prensa (Buenos Aires), La Capital (Rosario), El Liberal (Santiago del Estero) y El Intransigente (Salta).

51 "Una nueva declaracin dio el Crculo de la Prensa", La Gaceta, 22 de enero de 1947.

52 Cane, "Shattering", 2000.

53 Diario de Sesiones de la Cmara de Diputados de la provincia- de Tucumn, periodo legislativo de 1946-1949, en Archivo de la Legislatura de Tucumn (en adelante ALT), pp. 1058-1061.

54 Ibid, p. 1071.

55 Ibid.

56 "Vamos a votar esta noche un impuesto a los diarios, un impuesto que, por lo que se dice en todas partes y lo que se ve aqu hay que decido claro es a La Gaceta, porque no hay otra empresa periodstica en Tucumn", en ibid.

57 Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 24 de junio de 1947, en ACPT, f. 228.

58 "Sesion anoche la Cmara de Diputados", La Gaceta, 24 de enero de 1947.

59 Aunque carecemos de informacin respecto de los balances y la situacin financiera del diario, de acuerdo con las referencias de los legisladores oficialistas y opositores el peso econmico del impuesto no parece haber sido excesivamente oneroso.

60 Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 24 de junio de 1947, en ACPT, f. 235.

61 En febrero de 1948 la Junta de Gobierno del partido estableci los temas que deban enfatizar los oradores del partido durante la campaa electoral, uno de los tpicos elegidos fue la derogacin del impuesto a la prensa, mientras que la Convencin Provincial de enero de ese ao rindi homenaje "a la prensa libre". Un ao despus, el senador radical ngel G. Pisarello present un proyecto para la eliminacin del gravamen, ocasin en la que record las divisiones en el bloque peronista a la hora de aprobarse y la intensa campaa pblica contraria al mismo. "UCR: temas para oradores", La Gaceta, 25 de febrero de 1948, y Diario de Sesiones de la Cmara de Senadores de la provincia de Tucumn, periodo legislativo de 1946-1949, en ALT, p. 1051.

62 La principal imputacin tuvo que ver con el precio de los ejemplares: al haber subido recientemente el valor del diario de diez a quince centavos se genero una disputa entre la empresa y los vendedores por el monto mayor que estos deban pagar (ocho o nueve centavos).

63 Actas del Crculo de la Prensa de Tucumn, 6 de agosto de 1944, en ACPT, f. 86.

64 En las conclusiones se decidi "denunciar ante la opinin pblica al diario de la Universidad Nacional de Tucumn dado que no es la expresin de una rama de esa casa de estudios sino un rgano periodstico ms, costeado con dineros de la universidad como va de ensayo de una prensa oficial [...] es un peligro para la prensa y para el mantenimiento de las conquistas gremiales la aparicin del mencionado diario y la posible proliferacin en ese gnero de periodismo". "Continu sus tareas el octavo congreso de la Federacin Argentina de Periodistas", La Gaceta, 28 de junio de 1947.

65 "Provocan repudio popular las maniobras contra La Gaceta", La Gaceta, 13 de julio 1948.

66 Visitaron el diario el diputado Argentino Alonso y los dirigentes Miguel Figueroa Romn y Luis Lpez Carranza. "Visitantes en nuestro diario", La Gaceta, 11 de julio de 1948.

67 Argentino Alonso, ngel G. Pisarello, Emilio De Mitri y Hugo Fabio. "Se fund la Asociacin pro Defensa de la Prensa", La Gaceta, 11 de julio de 1948.

68 "Proyectan un monumento a la prensa libre", La Gaceta, 22 de agosto de 1948.

69 El Crculo de la Prensa a la Convencin Constituyente de 1949, 5 de junio de 1949, en ALT, caja Convencin Constituyente de 1949, f. 1.

70 "El Crculo de la Prensa plante la cuestin en sus trminos exactos y precisos. Hay disposiciones, de ley o de decreto, que al crear dificultades al periodismo restringen su libertad de accin y sus recursos para desarrollarla, afectando la libertad de prensa". "La Libertad de Prensa en la reforma", La Gaceta, 5 de junio de 1949

71 Actas de la Convencin Constituyente de la provincia de Tucumn, junio de 1949, en ALT, p. 122.

72 Al carecer de informacin respecto de los balances y situacin financiera del diario, no estamos en condiciones de saber si La Gaceta atraves las dificultades econmicas que sufrieron otras empresas periodsticas durante el primer peronismo, motivo que pes sobremanera en el cambio de la relacin de la prensa escrita con el gobierno. Por lo tanto, los factores que explican el cambio de postura de La Gaceta deben problematizarse a la luz de futuras exploraciones que tomen en cuenta esa dimensin.

 

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