La Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina.
Una historia por (re)significar (1938-1963)*
The
Confederation of Latin
American Workers. A History
to Resignify (1938-1963)
Patricio Herrera Gonzlez
Fecha de recepcin: agosto de 2011; Fecha de
aceptacin: febrero de 2012.
INFORMACIN
SOBRE EL AUTOR:
Patricio Herrera Gonzlez. Nacionalidad chilena. Maestro en Historia por
El Colegio de Michoacn. Actualmente es tesista del
programa de doctorado en Historia en el Centro de Estudios Histricos de la
misma institucin. Sus reas de inters son: relaciones laborales y movimiento
obrero latinoamericano; historia transnacional y organizaciones
internacionales, particularmente la OIT, y su impacto en la institucionalidad
laboral de Amrica Latina. Ha sido profesor-investigador en la Pontificia
Universidad Catlica de Chile y en la Universidad de Valparaso, Chile. Entre
sus ltimas publicaciones se cuentan: Fabin Herrera y Patricio Herrera (coords.), Amrica Latina y la OIT. Recks, cooperacin tcnica e institucionalidad
social (1919-1950), IIH-UMSNH, Mxico, 2012; "La Confederacin de
Trabajadores de Amrica Latina en la historiografa obrera (1938-1963)", Cuadernos
de Historia, Universidad de Chile, nm. 36, 2012, y "Vicente
Lombardo Toledano: nexo entre los obreros latinoamericanos y la OIT", Trabajadores, Universidad
Obrera de Mxico, nm. 91, 2012.
ABOUT THE AUTHOR:
Patricio Herrera Gonzlez. Chilean nationality. M. A. in History from El Colegio de Michoacn. He is
currently completing his dissertation in the Doctoral Program in History at the Center for Historical Studies at the same institution. Hs areas of interest
include Labor relations and
Latin American workers' movement; transnational history and international organizations, particularly the ILO and their impact on the
labor institutions of Latin
America. He has been a research professor at the Pontificia Universidad Catlica de Chile and the University of Valparaso,
Chile. His most recent publications include Fabin Herrera and Patricio Herrera (coord.),
Amrica Latina y la OIT. Redes, cooperacin tcnica e institucionalidad social
(1919-1 950), IIH-UMSNH, Mxico, 2012; "La Confederacin de Trabajadores
de Amrica Latina en la historiografa obrera (1938-1963)", Cuadernos de
Historia, Universidad de Chile, no. 36, 2012, and "Vicente Lombardo
Toledano: nexo entre los obreros latinoamericanos y la OIT", Trabajadores,
Universidad Obrera de Mxico, no. 91, 2012.
Resumen
La
Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL) fue la organizacin
sindical ms numerosa y de mayores vnculos continentales e internacionales de
que se tenga registro. Sin embargo, la investigacin histrica an ignora sus
profundos significados para la historia sociopoltica latinoamericana del siglo
XX. Este artculo discute los estereotipos, prejuicios y omisiones planteados
por la historiografa obrera sobre el desempeo gremial y sociopoltico de la
CTAL, llegando a la conclusin de que existe la necesidad de considerar nuevos
derroteros para interpretar su trayectoria histrica.
Palabras clave: CTAL,
historiografa, obreros, sindicalismo, comunismo, guerra fra.
Abstract
The
Confederation of Latin
American Workers (CTAL) was
the most numerous trade union organization with the greatest
number of continental and international
links ever recorded. However, historical research is as yet unaware of its profound significance
for Latin American sociopolitical history of the 20th century. This article discusses
the stereotypes, prejudices and oversights put forward by workers' historiography on the trade
union and socio-political
performance of CTAL. It concludes
that there is a need to consider
new aspects to interpret its historical trajectory.
Key words: CTAL, historiography,
workers, trade unionism, communism, cold war.
Derroteros preliminares
Los
estudios histricos del movimiento obrero latinoamericano han descuidado, por
lo general, la influencia que la situacin internacional ha ejercido sobre la
clase obrera. Sin desconocer que las condiciones internas de cada nacin
latinoamericana son determinantes para explicar en lo esencial el sistema de
dominacin, creemos que es indispensable salir de los estrechos mrgenes
nacionales para comprender la historia de la clase obrera en su conjunto. La
Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL), a pesar de sus
limitaciones, fue la organizacin obrera que logr unificar a los trabajadores,
manuales e intelectuales, en un gran movimiento continental, asocindose con
las confederaciones obreras nacionales para superar las exclusiones sociales y
el despojo de la soberana poltica, atesoradas por las burguesas nacionales
en alianza con los capitales forneos.
La
CTAL se fund en septiembre de 1938 en el contexto del congreso obrero
latinoamericano realizado en la ciudad de Mxico, represent a 6 000 000 de
trabajadores; hacia 1946 colabor activamente en la formacin de al menos una
decena de confederaciones obreras de la regin, en cuyos congresos
constituyentes estuvo su presidente Vicente Lombardo Toledano e integrantes del
comit central; elabor informes tcnicos sobre la situacin laboral de los
trabajadores del continente y redact numerosos estudios sobre la situacin
econmica de la regin como consecuencia de la segunda guerra mundial; tambin
present un proyecto fundamentado sobre la industrializacin del continente con
la intencin de conseguir la autonoma econmica y sacudirse definitivamente
del colonialismo y el imperialismo; se preocup por la situacin poltica de
cada pas, pero su atencin estuvo centrada en lo sucedido en Argentina,
Bolivia, Brasil y Centroamrica; no vacil en estrechar la mano a los enemigos
de la democracia en el continente o a los dilapidadores de las riquezas
nacionales, pues el fortalecimiento de la unidad obrera y su bienestar fueron
la prioridad de sus consignas; comprometi alianzas con la Organizacin
Internacional del Trabajo (OIT), con los trabajadores de Estados Unidos y
Europa y, finalmente, concluy su "misin histrica" en diciembre de
1963 como resultado de la guerra fra, puesto que el Departamento de Estado del
gobierno de Harry S. Truman, desde 1946, se dispuso a congelar sus relaciones
continentales e internacionales infiltrando a miembros de la American Federation of Labor (ABL) en las confederaciones obreras
nacionales, pues su influencia era una amenaza para el reordenamiento de las
fuerzas del capitalismo mundial.
Una
aproximacin a las fuentes de primera mano, como memoranda, resoluciones y
comunicaciones entre los pases; estudios sociales, laborales, econmicos y
polticos; los viajes de Lombardo Toledano y los dirigentes por el continente;
la vinculacin con la OIT y la Federacin Sindical Mundial (FSM), nos conducen
a identificar el impacto que tuvo la CTAL en el continente, realidad histrica
que carece de una investigacin especfica y que contina desvinculada de la
historia sociopoltica del siglo XX, tanto continental como internacional.
Resulta
extrao que la historiografa poltica y social, a 70 aos de distancia de la
fundacin de la CTAL, no haya problematizado su influencia en el proletariado
del continente, omitiendo sus diagnsticos, anlisis y propuestas en aspectos
laborales, econmicos y polticos.
Una
lectura atenta sobre las historias obreras consultadas, nacionales y
regionales, nos proporciona al menos tres respuestas para comprender la
superficialidad y el acriticismo en los estudios
existentes sobre la CTAL y sus significados, pero tambin nos proporciona
algunas perspectivas de investigacin que se debieran acometer.
En
primer lugar, la historiografa del movimiento obrero latinoamericano se ha
presentado como una realidad que slo se comprende en relacin con la evolucin
poltica de cada Estado-nacin, por tanto ha sido complejo, despus de un siglo
de debates y ensayos metodolgicos, superar esas concepciones. Sabemos que
existi un inters cientfico por considerar los recorridos autnomos de los
obreros o los proyectos alternativos a la clase dirigente, pero ese aparente
xito no super los estrechos mrgenes de la historia parroquial. Dicho de otro
modo, las historias obreras son una prolongacin de las historias nacionales, las
cuales se investigaron profusamente en las dcadas de los sesenta y setenta
bajo las influencias de la revolucin cubana, las teoras de la dependencia y
las experiencias de descolonizacin.
Existen
limitadas referencias a los vnculos continentales e internacionales entre los
dirigentes obreros; se insiste, imprudentemente, en desarrollar estereotipos
-prensa, formas de resistencia, mecanismos de organizacin, masacres de la
influencia exterior en las estrategias de los obreros; no hay referencias a los
organismos internacionales Unin Panamericana, OIT, OEA y su
influencia, de manera tcnica y poltica, en debilitar o fortalecer los
idearios del movimiento obrero y a los propios dirigentes polticos de la
regin; poco sabemos de los funcionarios en su mayora acadmicos que
oficiaron de tcnicos en las secretaras del trabajo, de fomento o economa,
pues en ellos se confi una mejor lectura de los procesos derivados de las
relaciones industriales en su amplio sentido. Durante el primer tercio del siglo
XX fueron estos quienes hicieron circular sus estudios sociales, expusieron sus
puntos de vista en conferencias obreras y patronales, produjeron intercambios
de informacin o prestaron sus asesoras a gobiernos. En sntesis, todos estos
aspectos fueron desestimados por la historiografa del movimiento obrero, y hoy
parece sustancial dar cuenta de ellos si queremos avanzar en la renovacin del
conocimiento sobre los obreros y sus organizaciones sindicales. En el presente
existen diversos estudios que puntualizan la necesidad de investigar el trabajo
y la clase obrera desde perspectivas transnacionales, lo cual debe considerar
los vnculos existentes entre la consolidacin de un pensamiento social
nacional, la formacin de una institucionalidad social internacional y la
cooperacin tcnica.1
En
segundo trmino, los historiadores, tanto del pasado como del presente, que
investigamos la historia obrera hemos establecido una rigidez en los discursos
y prcticas de sus organizaciones laborales, a tal punto que existe, en varios
investigadores, una acentuada prefiguracin sobre los desempeos de las
agrupaciones obreras frente a contextos polticos o econmicos. Es muy comn
encontrarse en las historias obreras que el Estado siempre fue una amenaza para
sus intereses; tambin, que la violencia fue ejercida en forma desmedida por
las fuerzas regresivas del capital, o que la legislacin laboral fue un
instrumento de dominacin de la clase dirigente. Estamos convencidos de que
hubo situaciones que se ajustaron a esta realidad, pero convengamos que existi
consenso, negociacin y defensa, en un lenguaje comn, para censurar los abusos
laborales; sancionar los incumplimientos de la legislacin, y avanzar en crear
condiciones de mayor bienestar social y econmico.
Si
consideramos que desde 1929 las estructuras econmicas se reajustaron por la
Gran Depresin, y que las fuerzas obreras tuvieron que adaptarse poltica,
social y laboralmente al nuevo escenario internacional, es inaudito que se
reproduzcan, en forma inalterable, sus estrategias de resistencia para
sobrellevar las consecuencias de la crisis. Muchos investigadores interpretan
los repertorios de contencin de la clase trabajadora como estticos,
presentando a los obreros como sujetos resistentes al cambio e inadaptados
polticamente.
Desde
1930 el escenario laboral en la regin comenz a sufrir modificaciones que
provoc ajustar las formas de organizacin en la clase obrera. Los nuevos
mecanismos de control laboral; el incremento de la sociedad salarial; las
agencias, pblicas y privadas, ocupadas de asesorar tcnicamente a los
gobiernos, empresarios y trabajadores con el objetivo de optimizar los recursos
humanos y econmicos; los Estados, junto a obreros y patrones, debatiendo sobre
las coberturas de los accidentes del trabajo o la seguridad social; todos
procesos que fueron minimizados u omitidos en la historiografa y que no favoreci
una adecuada interpretacin poltica y social de la realidad histrica de los
obreros. En concreto, la CTAL no se estudi contemplando estos aspectos, y ello
mengu su presencia en las investigaciones, pues se visualiz como otro intento
de lograr la unidad sindical regional. Pero nada se dijo de su insercin en
estos debates, sus logros y fracasos. Incluso, los estudios existentes sobre la
CTAL, al desatender este nuevo escenario laboral, interpretaron sesgadamente
los acuerdos o alianzas que involucraron a la organizacin sindical con los
Estados nacionales o con los organismos internacionales, pues, a priori, se
rechaz la concepcin de una organizacin obrera que pacta o coparticipa junto
al "poder opresor", porque en los investigadores prevaleci el estereotipo
del movimiento obrero intransigente y revolucionario como una constante.
Por
ltimo, el tercer aspecto que influy para ignorar el papel de la CTAL tiene su
origen en la ausencia de investigaciones contundentes sobre la segunda mitad
del siglo XX. En la mayora de nuestros pases la historiografa tiene una
investigacin profunda y matizada hasta la dcada de I92O. Luego, existen
muchos estudios especficos, pero circunscritos a marcos temporales, espaciales
y temticos que no permiten vincular variables y reconstruir las condiciones
estructurales de los procesos histricos.
Problematizar
Amrica Latina desde una concepcin continental y circunscrita al mbito
sociopoltico es un desafo que implica superar las clasificaciones
estereotipadas de las experiencias histricas de sus actores, matizando las
construcciones tericas que anticipan las prcticas de los individuos o
agrupaciones de acuerdo con la divisin social, poltica o econmica, y que
suponen una determinacin de las estructuras de comportamientos, valores y
smbolos.
Lo
sugerente es, entonces, dar inicio a esta renovacin para imaginar la historia
de ese presente-pasado, inconmensurable, con los objetos, formas, cdigos para
desplazar la concepcin mutilada de lo poltico y el mbito social. Combatir la
fragmentacin del conocimiento es alentar tambin a no desplazar la
objetividad, el hecho de que el conocimiento sea una construccin social
tambin significa que es socialmente posible tener un conocimiento ms vlido.
Ms
all de las constituciones socio-polticas o socioeconmicas embrionarias2 de los sujetos, el desafo que se
le presenta al historiador, de la historia presente, es hacer visible la pluralidad
de apropiaciones.3
La CTAL en la historiografa obrera
La
trayectoria de la CTAL fue interpretada desde muy temprano por funcionarios
internacionales, acadmicos e investigadores. Fue difcil sustraerse a los
cambios drsticos que resultaron de la crisis de I929, el surgimiento del
fascismo y del nazismo y la confrontacin entre las potencias durante la
segunda guerra mundial. Procesos todos que modificaron sustancialmente los
contrapesos polticos en el orbe durante la segunda mitad del siglo XX. Fue en
estos contextos que la CTAL tuvo entre sus propsitos, entre 1938 y I963,
conquistar la unidad del proletariado en el continente y luchar por la
emancipacin econmica y poltica de las naciones latinoamericanas.
Moiss
Poblete fue el primero que, en su obra El movimiento obrero
latinoamericano, subray la importancia de los estudios sociales y
econmicos elaborados por la CTAL, que buscaron conocer con estadsticas
oficiales y de elaboracin propia, adems de testimonios de hombres y mujeres
de la clase obrera, la situacin social, econmica y laboral de los trabajadores
del continente. Para el autor estos estudios reflejan la conviccin que tuvo la
CTAL sobre la democracia y la justicia como pilares de la organizacin social y
poltica. Por esta razn, seal Poblete, la CTAL tuvo una encomiable actuacin
al oponerse al fascismo, pues fue una amenaza real para las aspiraciones de una
sociedad mundial soberana.
El
autor expuso el inters de la CTAL en las materias educativas, campesinas e
indgenas, considerando que para los aos treinta y cuarenta fueron aspectos
descuidados por las polticas de intervencin social, pblica y privada en la
regin. Adems, elogi la comprensin que tuvo la organizacin sindical con
respecto a la situacin continental, lo que otorg confianza en sus
diagnsticos, mtodos y fines como movimiento sindical continental, y colabor
en su unidad y fortaleci su capacidad de negociacin con las instancias
estatales y los organismos internacionales. En palabras de Poblete, la CTAL:
ha
logrado producir la unidad en el movimiento obrero latinoamericano, defender
con altura de miras, con un exacta compresin [sic] de los
problemas econmicos, sociales, polticos y culturales del continente
americano, los intereses de la clase trabajadora. La CTAL ha logrado conquistar
no slo prestigio, sino que ha contribuido [sic] eficazmente a
la defensa de la estructura democrtica de nuestros pases, contra las fuerzas
regresivas del nazifascismo, ahora derrotado.4
Robert
Alexander, investigador estadunidense, public varias obras entre los aos 1947
y 20095 que aludieron al papel que protagoniz la
CTAL en la sindicalizacin de los obreros del continente. En su vasta
investigacin reconoci el mrito que tuvo Lombardo
Toledano para congregar a la clase obrera, pero le rest relevancia en el
impacto que tuvo en las conquistas laborales y sociales para los trabajadores,
pues consider que su presidente encamin a la organizacin sindical a pactar
con el comunismo internacional para defender los intereses de la poltica
sovitica. Para Alexander, la direccin de los partidos comunistas durante la
segunda guerra mundial se increment, trazando el itinerario de la cruzada
antifascista y encauzando los marcos de accin en los que se desenvolvi la
CTAL. Al respecto puntualiz:
Communist
influence in the CTAL also increased greatly during the war because
they made giant strides in the separate Latin
American labour movements. The Communists were rapidly gaining
force in the Argentine labour movement before the military dictatorship
was established in 1943. They were by
1943 or 1944 the majority group in the Chilean labour
movement; they and their sympathisers were of great importance
in the Mexican labour movement; they dominated the Cuban CTC more or less completely; they dominated the Colombian CTC with facility though
actually a small minority in that organization; they dominated the Peruvian
CTP so long as the dictatorship was in power in that country and they worked with
it. As a result of all this, the
Communists gained representation from rhese various national
organizations on the council of the Confederacin de Trabajadores de America
Latina.6
La
obra de Alexander perme gran parte de los trabajos de los investigadores del
movimiento obrero latinoamericano. Tanto los detractores como los adherentes a
los resultados de su trabajo no han analizado el contenido de sus afirmaciones,
existiendo respuestas superficiales hasta el da de hoy para debatir sus
argumentos. Paradjicamente, la CTAL y sus vnculos con el comunismo
internacional han contribuido para que ambas posturas sigan desestimando a la
organizacin sindical en sus estudios.
En
retrospectiva, el efecto producido por la obra de Alexander en el campo de la
investigacin histrica ha sido el total descuido de los avances y retrocesos
del movimiento obrero latinoamericano entre 1938 y I963. Por tanto, se necesita
a la brevedad una comprensin ms prxima de la situacin de los trabajadores
en una realidad continental e internacional.
La
publicacin The Rise
of the Latin American Labor
Movement, de Moiss Poblete y Ben G. Burnett, present a la CTAL como un movimiento de
trabajadores fuerte y diverso en su composicin laboral e ideolgica.
Los
autores acentan su anlisis en los anhelos democrticos e industrializadores
que la CTAL proyect para el continente entre 1943 y 1946, fuente de un
bienestar social y proteccin estatal hacia los trabajadores.
Por
tratarse de una investigacin de principios de la dcada de los sesenta, los
autores tuvieron mayores antecedentes para evaluar lo acontecido con la CTAL en
los aos cuarenta y cincuenta. Poblete y Burnett
sealaron que esta exhibi una inclinacin hacia el ideario comunista, estableciendo
que el comit central, as como su presidente, Vicente Lombardo Toledano,
tuvieron compromisos con la poltica sovitica. A raz de esta relacin con el
comunismo estalinista, los autores determinan que desde los aos cincuenta se
inici la decadencia de la CTAL como organizacin sindical, pues, segn ellos,
abandon sus estrategias polticas en pro de los trabajadores para apoyar los
planes de Stalin y el comunismo internacional, al respecto puntualizaron:
CTAL
declined rapidly in the following years
in spite of efforts to find issues which
would attract the Latin Americans
[...] but'that Lombardo Toledano and the Communists who gained possession
of the executive committee had perverted
these ends to suit Stalin's plans
for totalirarian expansion [...] This view was repeatedly
substantiated. An out-and-out Communist
central near the end of World War
II, CTAL held on for a few years
more; but by the 1950s it had
no effective trade-union basis in the Americas.7
Para
los autores el ocaso de la CTAL fue asociado a su marcado apego al comunismo
mundial, pero tambin al surgimiento de nuevos liderazgos en la regin. Especficamente
se refieren a Juan Domingo Pern en Sudamrica, quien inaugur una nueva
central obrera internacional denominada Asociacin de Trabajadores
Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS).
Hay
que puntualizar que en ningn momento Poblete y Burnett
registran las referencias o testimonios para relacionar a la CTAL con el
comunismo sovitico. S existe una acotada referencia a Robert Alexander, ojos
y odos de la AFL en el continente, quien fue sealado como un activo detractor
de Lombardo Toledano y la CTAL. Alexander y la AFL fueron los principales
instigadores en la campaa anticomunista desarrollada en Mxico durante 1948.
Financiados por el gobierno de Estados Unidos, dedicaron sus mayores esfuerzos
a dividir a las confederaciones obreras de la regin.
Vctor
Alba, en su Historia del movimiento obrero en Amrica Latina, puntualiz
con respecto a la CTAL que la organizacin obrera colabor activamente en la
consolidacin del sindicalismo continental y le reconoci el xito de haber
generado en la clase patronal y los gobernantes de la regin la idea de que los
trabajadores tenan que formar sindicatos y encauzar sus luchas por una va
legal y de organizacin. Este aspecto lo expres con la siguiente sentencia:
"acostumbr al patronato y a los gobiernos latinoamericano a aceptar, como
rasgo normal de la sociedad, el funcionamiento de los sindicatos".8
El
autor omiti en su trabajo las contribuciones de la CTAL, evidentes para 1964.
En ningn apartado de su obra estableci las lneas de trabajo econmico,
social y poltico de la CTAL nada seal sobre sus estudios de salario en la
regin, condiciones de vida de los obreros y la situacin sociopoltica en
Bolivia, comparaciones de las condiciones laborales entre trabajadores de toda
Amrica; no mencion las propuestas y alianzas para consolidar el movimiento
obrero de la regin; acentu arbitrariamente el apoyo explcito de la CTAL a
algunos gobiernos autocrticos del continente, cuando en realidad se trat de
garantizar un nuevo marco laboral o sencillamente ampliar los derechos de la
clase obrera; no se refiri a la infiltracin que sufri la CTAL9 y fue superficial para sealar la
declinacin de la organizacin sindical: "A esta bancarrota de la CTAL han
contribuido no poco las dos centrales democrticas creadas en Amrica Latina
despus de la segunda guerra mundial."10Por supuesto Alba no explic que esas
dos centrales democrticas, la Confederacin Interamericana del Trabajo (CIT) y
la Organizacin Regional Interamericana del Trabajo (ORIT), fueron reclutadas y
financiadas por la AFL y el Departamento de Estado del gobierno de Truman,
episodio conocido ya en los aos en que est escribiendo su investigacin, lo
que da cuenta de que su militancia poltica anticomunista se yuxtapuso al
investigador social.
Los sindicatos en Amrica Latina, estudio de Boris Goldenberg,
afirma que la sindicalizacin promovida por la CTAL fue exitosa en la medida en
que logr agrupar a un frente unitario de trabajadores en procura de un
objetivo modesto, pero congruente con la realidad continental, tal como fue
acceder a mejores condiciones laborales y sociales. El rasgo que el autor
subray fue la identificacin de la CTAL con el comunismo y la promocin de la
"doctrina" sovitica por sus dirigentes y en particular por Vicente
Lombardo, a tal punto que Goldenberg lleg a
determinar que Lombardo Toledano fue el mximo representante del
"comunismo mundial en el movimiento sindical latinoamericano".11
Goldenberg
entreg una acotada perspectiva sobre la CTAL, donde prioriz la tensin que
provoc la presencia del comunismo en el interior de la organizacin. Pero no
produjo ningn avance con respecto a sus predecesores, por tanto su
investigacin resulta una demostracin del peso en las orientaciones de autores
como Alba, Alexander y, en menor medida, Poblete. Sntoma de un acriticismo que se registrar en otros autores y sus obras.
En
1980 Harvey A. Levenstein public en espaol su obra Las
organizaciones obreras de Estados Unidos y Mxico. Historia de sus relaciones. Es
un interesante estudio que busc establecer las conexiones entre las
organizaciones obreras de ambos pases.
Su
pormenorizado estudio identific las bases polticas y laborales que llevaron a
los principales movimientos de trabajadores, separados por el ro Bravo, a
establecer alianzas cada vez ms estrechas y peligrosas para el orden
establecido por las polticas de los gobiernos de ambos pases. Con respecto a
la CTAL, reconoci la significacin de la organizacin sindical pues la
consider numrica y polticamente la ms importante que tuvo Amrica Latina:
[La]
CTAL era una organizacin mucho ms fuerte e influyente que lo que haba sido
la Federacin Panamericana del Trabajo [...] Al participar en su convencin
fundadora, la CIO estaba otorgando su bendicin a una organizacin que clamaba
por profundos cambios sociales en Latinoamrica.12
El
autor reconoci que esta organizacin sindical consigui alterar a las fuerzas
conservadoras de Estados Unidos, representadas en el empresariado industrial y
particularmente en la AFL, que se dispuso a quebrar la unidad del proletariado
continental patrocinada por la CTAL, tal como lo puntualiza el autor:
A
principios de 1944, el comit central de la CTAL atac a la AEL por tratar de
sabotearla, alegando que la AFL maniobraba para romper la unidad de la CTAL al
tratar de establecer contactos directos con sus organizaciones miembros,
haciendo a un lado a la CTAL y su presidente [...] En 1946, Serafino
Romualdi fue designado representante de tiempo
completo de la AFL en Latinoamrica [y] se le otorgaba la formidable tarea de
destruir a la CTAL y de construir una nueva confederacin de trabajadores de
Latinoamrica dirigida por la ALF.13
Mara
Lourdes Quintanilla realiz la investigacin, hasta la hora presente, ms
interesante y acabada sobre la CTAL. Su primer esbozo lo present el ao 1980,
en las Memorias del encuentro sobre historia del movimiento obrero, aqu
sentenci que:
El
papel jugado por la CTAL en la unificacin de los trabajadores fue de singular
importancia, pues logr impulsar sus organizaciones no slo en el seno de cada
pas y a nivel internacional sino tambin en el intercontinental. La
Confederacin tuvo sus xitos y sus fracasos. Sin embargo, es indispensable
hacer un anlisis de este intento organizativo que todava no ha sido
estudiado.14
Luego,
en el ao 1982, public su libro Lombardismo
y sindicatos en Amrica Latina. Esta obra se transform en la base
informativa de muchos investigadores que posteriormente problematizaron el
papel de la CTAL en el movimiento obrero.
Quintanilla
estableci que la CTAL se desvincul de los problemas laborales de la regin,
lo que mengu la credibilidad entre sus miembros y como consecuencia debilit
su potencial influencia para oponerse al imperialismo capitalista.
Paradjicamente, subraya que Lombardo Toledano, mximo
referente del proletariado continental, termin por fortalecer lo que pretendi
debilitar: las relaciones del capitalismo estadunidense con los gobiernos
populistas y autocrticos de Latinoamrica. Por tanto, segn la autora, la va
nacionalista revolucionaria se ajust como alternativa continental, pero con
tintes capitalistas y anticomunistas.
Basndose
en algunos pocos folletos de la CTAL, actas de sus congresos y resoluciones de
las comisiones de trabajo, la autora reconstruy una historia de la
organizacin sindical que nos dice muy poco sobre sus problemas laborales,
sociales y polticos, mismos que la CTAL diagnstico, problematizo y se propuso
remediar; adems, seal superficialmente la perspectiva particular de los
pases de la regin con respecto a la CTAL y sus estrategias polticas; menos
an se refiri a los contactos entre dirigentes de la regin. Todo lo anterior
fue trascendente para las investigaciones posteriores sobre la CTAL, pues los
estudios histricos van a prefigurar sus objetos de investigacin en los
mrgenes determinados por Quintanilla, lo que condicion el desempeo de la
CTAL inevitablemente, visualizada como una organizacin sindical que se priv
de una vida propia, pues tuvo que subordinarse a los designios de la
Internacional Comunista.
En
1984 Pablo Gonzlez Casanova coordin la Historia del movimiento obrero
en Amrica Latina. En cuatro volmenes se elabor una sntesis de los
grandes procesos sociopolticos que involucraron a los obreros y a los
campesinos en relacin con los partidos polticos, el Estado y la ciudadana.
La
historia presentada en la obra es una suma de las particularidades de cada uno
de los pases de la regin, no hay conexin entre los procesos y se hace una
sntesis por cada pas, sin detenerse a vincular propsitos, relaciones
internacionales o afiliaciones regionales por parte de los obreros.
La
CTAL tuvo un mnimo desarrollo en el contexto de la obra y fue relacionada con
la poltica de internacionalizacin que sufri el movimiento obrero, como
respuesta a la segunda guerra mundial y el avance del fascismo en el
continente.
En
el captulo sobre Mxico se exhibe un absoluto desconocimiento sobre la
temtica, estableciendo que la CTAL fue un proyecto secundario para la poltica
obrera latinoamericana. A pesar de lo importante que fue para el pas, pues
gran parte de las actividades de la organizacin sindical se coordinaron desde
Mxico y Lombardo Toledano fue uno de los dirigentes ms renombrados del pas y
de la regin, se seal superficialmente que la
CTAL
organiza varios congresos durante los siguientes aos y mantiene su sede en la
ciudad de Mxico hasta que, posteriormenre, la
decadencia de la corriente encabezada por Lombardo en la CTM le resta fuerza a
la central larinoamericana.15
Si
consideramos que el autor se propuso actualizar el conocimiento sobre la
trayectoria del movimiento obrero, resulta reprochable acadmicamente su
ignorancia, pues la misma CTM, desde su nacimiento y al menos hasta 1948, tuvo
una particular misin para impulsar la unidad de los obreros del continente, ya
sea por pragmatismo o por conviccin.
En
el caso cubano, Aleida Plasencia tuvo un centenar de pginas para establecer su
punto de vista. A pesar de aquello, al igual que en el caso mexicano, la autora
enuncia tenuemente los vnculos de la CTAL con la realidad obrera de la isla.
Sabemos, por las diversas fuentes que existen sobre la temtica, que durante el
congreso constituyente de la CTAL las agrupaciones obreras cubanas se
comprometieron a unificar las fuerzas del proletariado cubano, tal como lo
registra la autora:
El
Congreso de constitucin de la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina
(CTAL), celebrado en Mxico en septiembre de 1938, contribuy a la fundacin de
la CTC. Este congreso continental se propona lograr la unificacin del
movimiento sindical latinoamericano en una sola cenrral
y promover la unidad del movimiento obrero en cada pas y en el plano
internacional.16
A
pesar de este reconocimiento no existe ninguna otra referencia sobre la CTAL en
su texto. Nuevamente existe una omisin de informacin importante, pues el
movimiento obrero cubano fue un eje articulador para las relaciones del
proletariado continental. Sus dirigentes tuvieron una activa presencia en el
comit central de la CTAL y contribuyeron entusiastamente a fortalecer las
relaciones obreras continentales e internacionales.
Otro
pas que se vincul activamente a la CTAL fue Colombia. La realizacin del
segundo congreso ordinario en Cali, en diciembre de 1944, lo situ como un pas
estratgico para la organizacin sindical continental y sudamericana. Enrique
Valencia no profundiz sobre el protagonismo que tuvo la CTAL en el
fortalecimiento del movimiento obrero colombiano, aunque reconoci que la
Confederacin de Trabajadores de Colombia (CTC) fue duramente perseguida
durante los inicios de la guerra fra, al respecto puntualiz:
El
marco poltico de la guerra fria, plenamente vigente
al iniciarse los cincuenta, igualmenre ayud a
debilitar al movimienro obrero colombiano y a su ms importanre rgano gremial. Las relaciones con los
comunistas se convirtieron entonces en el principal morito de combate contra la
CTC. El asumi adems, la forma de una lucha conrra
la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL), acaudillada por
Lombardo Toledano. Al ordenar el Directorio Liberal Nacional a los lderes
obreros liberales la desafiliacin de la CTC de la Confederacin
latinoamericana.17
Ante
tal reconocimiento, hecho por el autor, nos queda claro que se hace necesario
un estudio profundo de las alianzas entre la CTAL y las confederaciones obreras
nacionales, pues no podemos seguir considerando que los anlisis se agoten con
las perspectivas nacionales.
Recapitulando
hasta aqu, Historia del movimiento obrero en Amrica Latina, la
obra coordinada por Pablo Gonzlez Casanova, present un enfoque inamovible de
la clase trabajadora de la regin, como si cada organizacin sindical
dependiera de s misma para explicar sus avances y retrocesos frente a los
embates del capitalismo mundial. Sin embargo, por momentos breves se registran
acontecimientos que dan cuenta de las proximidades entre las agrupaciones
obreras en un espacio continental donde circulan ideas, proyectos, dirigentes y
estrategias de contencin sobre el capitalismo nacional e internacional.
En
el caso particular de Venezuela, los obreros necesitaron del apoyo de la CTAL
para conquistar su anhelada unidad, que desde 1936 se posterg a causa de la
persecucin de la clase obrera realizada por el general Eleazar Lpez
Contreras. Luego de superar las dificultades polticas y conseguir el apoyo de
gran parte de los obreros del pas:
En
1944 se rene en Caracas una convencin sindical integrada por representantes
de todos los trabajadores organizados. Cuantitativa y cualitativamente es una
reunin de mayor significacin que el congreso de diciembre de 1936. Asiste
como invitado especial Vicente Lombardo Toledano, presidente de la
Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL).18
Al
igual que en Venezuela, los trabajadores de Ecuador carecan de una gran
organizacin sindical que representara la defensa de sus intereses gremiales. El
viaje que como presidente de la CTAL realiz Lombardo Toledano en el ltimo
trimestre del ao 1942 por varios pases de la regin, con el objeto de conocer
de primera mano las condiciones sociales, econmicas y polticas de cada uno de
ellos, lo llev a reunirse con varios dirigentes de sindicatos ecuatorianos una
vez que arrib al pas:19
En
la reunin de octubre de 1942, con la presencia de Vicente Lombardo Toledano,
presidente de la CTAL, y de Guillermo Rodrguez, vicepresidente de la misma, se
resolvi la convocatoria de un congreso de fundacin de la Confederacin de
Trabajadores del Ecuador (CTE).20
La
dictadura de Arroyo del Ro no permiti la pronta institucionalizacin de la
confederacin obrera, y hubo que esperar hasta el 9 de julio de 1944 para ver
nacer a la CTE, que desde un primer momento convoc a las fuerzas democrticas
del pas para derrocar al dictador. No se puede desconocer que la influencia de
la CTAL fue esencial para sostener la iniciativa de la unidad sindical
ecuatoriana, y regional, pero sigue sin ser afrontada con una investigacin
rigurosa.
Los
miles de kilmetros que separaban a los obreros en el continente, las semanas o
meses que transcurran en cada uno de los viajes para estrechar los lazos entre
los dirigentes, los problemas sindicales locales y los ataques de los gobiernos
nacionales, no fueron un obstculo para garantizar la unidad de la CTAL. Al
contrario, su influencia entre los obreros de la regin se fue multiplicando,
tal como lo acenta Denis Sulmont:
Apristas
y comunistas, tras el "Pacto sindical de Santiago", realizado en 1943
y propiciado por la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina,
coordinaron esfuerzos para consumir un frente sindical nacional que se concret
el 1 de mayo de 1944 con la creacin de la Confederacin de Trabajadores del
Per (CTP). El gobierno de Prado, presionado por los Estados Unidos y la CTAL,
toler la nueva central.21
La
referencia anterior reafirma que la CTAL convoc a las fuerzas obreras y
polticas ms heterogneas para favorecer un frente unido y amplio de la clase
trabajadora del continente, pero queda pendiente emprender una investigacin
que determine los alcances temporales e ideolgicos de dichos pactos, lo que no
resuelve Sulmont.
Chile,
a pesar de su localizacin, fue una de las confederaciones obreras ms
entusiastas que colabor en la concrecin de la unidad sindical de la regin. Estuvo
presente en cada una de las convocatorias de la CTAL, y varios de los
dirigentes22de la Confederacin de Trabajadores de Chile (CTCH)
formaron parte del comit central de la organizacin sindical continental.
Incluso un primer quiebre de la CTAL fue resultado de la infiltracin que la
AFL hizo en la CTCH en 1946, cuando su dirigente Bernardo Ibez se comprometi
a formar una nueva confederacin continental, la CIT, en 1948.
Frente
a este evidente protagonismo de la fuerza obrera chilena, resulta insuficiente
por decir lo menos sealar que el
compromiso
frente-populista de la CTCh tuvo tambin su vertiente
internacional. En 1938, concurri a la fundacin de la Confederacin de
Trabajadores de Amrica Latina (CTAL), liderada por Vicente Lombardo Toledano.23
Creemos
que Witker no slo omiti el impacto de la CTAL en el
movimiento obrero de Chile sino que adems contribuy a seguir analizando la
historia continental desde un acontecer parroquiano. Adems, aliment con sus
indefiniciones a propagar la idea de que el sindicalismo obrero chileno avanz
en sus conquistas laborales, exclusivamente, en funcin de la evolucin de la
clase poltica.
Julio
Godio, en su tercer volumen de la Historia
del movimiento obrero latinoamericano, publicado en el ao 1985,
dedic un nmero de pginas considerable a la CTAL. Su hiptesis central fue
que la CTAL subordin al movimiento obrero latinoamericano a intereses
externos, particularmente a la Internacional Comunista y a la defensa
monoltica del rgimen de Jos Stalin.
Creemos
que lo sostenido por Godio no coadyuv a comprender
las polticas promovidas por la CTAL en la regin, pues desconoci su
colaboracin en varias lneas de accin, tales como la instauracin de
confederaciones obreras (Cuba, Puerto Rico, Guatemala, Honduras, Nicaragua,
Panam, Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Per, Bolivia); el establecimiento de
leyes sociales y laborales y la implementacin de cdigos laborales en varios
pases de la regin y la formacin de una clase obrera unificada a escala continental
como nunca antes en su historia.
Ricardo
Melgar desarroll un apartado sobre la CTAL en su libro El movimiento
obrero latinoamericano. Historia de una clase subalterna. Consider en
su investigacin que la Confederacin naci en un contexto histrico de alta
complejidad, como fue el ascenso del fascismo y la segunda guerra mundial, que
condicionaron los principios y planes de accin de la CTAL al menos durante una
dcada.
El
autor enfatiz en su anlisis la alianza entre trabajadores y Estado, estrategia
que subordin los intereses de la clase trabajadora a los beneficios econmicos
que los gobiernos y la burguesa nacional obtuvieron del capitalismo
internacional. El objetivo primordial de la colaboracin busc encauzar las
luchas obreras y procurar la conciliacin antes que la ruptura, en palabras de
Melgar:
En
Amrica Latina, a partir de 1941 la CTAL se haba convertido en el principal
vehculo de conciliacin entre el capital y el trabajo bajo las banderas de la
lucha antifascista [...] Las fronteras entre revolucionarios y reformistas que
haban desgastado a la izquierda latinoamericana durante el Interregno entre
las dos guerras, haban sido borradas de un plumazo.24
El
principal aporte de la investigacin de Melgar fue su anlisis con respecto a
la declinacin de la CTAL, donde combin factores internos y externos,
otorgando un peso especfico al desempeo que le correspondi al gobierno de
Estados Unidos en la infiltracin de organizaciones obreras adheridas a la
CTAL, particularmente por medio de la AFL. Desde 1946, afirm Melgar, se
plante la necesidad de deslegitimar a Lombardo como
su lder natural y dividir a los miembros de la organizacin sindical con el
firme propsito de fundar nuevas confederaciones obreras, financiadas y
apoyadas logsticamente por la AFL en representacin de la Casa Blanca. Al
respecto, el autor identific que en los primeros meses de 1946 el presidente
de la CTCh, Bernardo Ibez, se haba contactado con
Serafino
Romualdi y otros lderes de la FAT [AFL] interesados
en cooptar sindicalistas latinoamericanos que avalaran su proyecro
de construir una central alternativa. El rol que le cupo a la CTCh en la desestabilizacin de la CTAL fue el de jugar el
papel de polo de concentracin de las fuerzas no comunistas de orientacin
reformista (socialistas y populistas) en los campos polticos y sindical.25
Estas
indicaciones, sobre el faccionalismo que provoc la AFL junto a la intervencin
poltica del gobierno de Truman en el movimiento obrero continental, son un
avance sustancial que nos presenta Ricardo Melgar, pero al igual que otros
autores qued en deuda con respecto a la materializacin del proyecto integral
de la CTAL.
Jon
Kofas, en su libro The
Struggle for Legitimacy: Latin American Labor
and the United States,26 desarroll
una investigacin que tuvo como objetivo identificar las principales
motivaciones, acciones y consecuencias de la intervencin del gobierno
estadunidense en el movimiento obrero latinoamericano, particularmente en el
contexto del periodo de la segunda guerra mundial y los primeros aos de la
guerra fria. El autor dedica dos captulos a la CTAL,
donde elabora una sinopsis muy apretada de los antecedentes, congresos y
resoluciones de la organizacin sindical, reproduciendo ms que innovando en
esta materia, para luego profundizar en la campaa anti-CTAL que se fragu
desde el poder ejecutivo de Estados Unidos utilizando a la AFL y a varios
infiltrados para desarticular al movimiento obrero continental.
La
contribucin de Jon Kofas es trascendente para
comprender el papel del gobierno estadunidense en el quiebre de la CTAL, pues
gran parte de la documentacin utilizada proviene del Departamento de Estado,
el Consejo de Seguridad Nacional y la CIA. Cada documento exhibe la
infiltracin y la campaa hostil que padeci la CTAL desde 1945 y que se
increment luego de 1948. La perspectiva de Kofas
viene a sumar nuevos antecedentes externos a la declinacin de la CTAL, que junto
a los proporcionados por Godio y Melgar permitir en
el futuro investigar con mayores detalles los alcances de la poltica
anticomunista, implementada entre el New Deal y la
Alianza para el Progreso, en el movimiento obrero latinoamericano. Su investigacin
reafirma la relevancia poltica y sindical que tuvo la CTAL en el continente,
dada la vehemencia con la que actuaron los poderes poltico, empresarial y
sindical estadunidenses en contra de la autonoma y la unidad de los obreros
latinoamericanos.
La Historia
de Amrica Latina, editada por Leslie Bethell,
resalt en el volumen 12 algunas referencias sobre la CTAL. El apartado que
correspondi a la autora de Alan Angel present una
escueta referencia a la organizacin sindical, puntualizando su carcter
procomunista y el liderazgo del "marxista" Lombardo Toledano. Angel reconoce que luego de 1948 los gobiernos de la
regin se volvieron anticomunistas, persiguiendo duramente a los sindicatos
filocomunistas vinculados a la CTAL, al respecto comenta:
Se
emprendi una ofensiva contra la procomunista Confederacin de Trabajadores de
Amrica Latina (CTAL), fundada por Lombardo Toledano en 1938. En 1948 los
lderes anticomunistas se haban adueado del poder en muchos sindicatos y
lograron que estos se dieran de baja de la CTAL, aunque no sin que antes
hubiera enconadas disputas.27
En
otro apartado de ese volumen, Ian Roxborough
destaca tambin el marcado carcter comunista de la CTAL, aunque le reconoce
una importancia fundamental en la articulacin de un frente sindical amplio y
poderoso, lo que se confirm cuando el Departamento de Estado del gobierno de
Estados Unidos promovi un quiebre dentro de las confederaciones obreras
afiliadas a ella, a tal punto que el autor identific a la AFL como la
principal instigadora para dividir a la CTAL, todo ello financiado y aprobado
por el gobierno de Truman: "El Departamento de Estado norteamericano vea
con preocupacin la fuerza de la CTAL y su proyecto [...] que se consideraba un
sindicalismo excesivamente 'poltico' en Amrica Latina."28
Ambos
autores realizan un tratamiento superficial y descuidado sobre la temtica,
aminorando, con su ignorancia, los aportes de la CTAL a la clase obrera del
continente. No utilizan ninguna fuente ni referencia bibliogrfica para avalar
sus afirmaciones. Es censurable que una investigacin, signada por connotados
historiadores, que tiene como objetivo presentar un punto de vista actualizado
y fundamentado sobre Amrica Latina, termine por reproducir un escenario
histrico consabido.
Recientemente
la investigadora Daniela Spenser public un artculo
sobre la participacin de Vicente Lombardo Toledano en los debates
internacionales sobre las cuestiones obreras. Aunque su objeto de estudio es Lombardo, su trabajo destaca el papel que le cupo a la CTAL
en la representacin del proletariado latinoamericano.
Spenser
establece que la CTAL descuid sus principios sindicales y dispuso todas sus
energas en conformar una fuerte oposicin a las potencias del eje y el
fascismo. De este modo practic la "buena vecindad" con los gobiernos
autoritarios de la regin y defendi, cuanto pudo, las polticas de Roosevelt.
Para la autora eso explica que "Lombardo Toledano concibi la CTAL como un
instrumento poltico ms que sindical".29
La
autora no descuid la relacin de la poltica sovitica con la CTAL, que para
ella implic renunciar a ocuparse exhaustivamente de los asuntos laborales y
gremiales. Spenser fija su atencin en la
inexistencia de un proyecto democratizador y sindical de la CTAL, que al igual
que otras organizaciones obreras regionales, como la CIT o la ORIT, fueron
incapaces de instaurar un nuevo modelo de relaciones laborales e impulsar una
ciudadana inclusiva, partcipe de un proyecto comunitario, que en el largo
plazo consiguiera disipar el imperialismo capitalista en la regin. El punto de
vista de Spenser se manifiesta con precisin, cuando
establece que:
En
ocasiones, la CTAL y la ORIT se encontraban del mismo lado de la barricada
defendiendo los derechos humanos, sindicales y la libertad contra los
dictadores militares. Finalmenre, hasta los
funcionarios de la ORIT caan en la cuenta que el anticomunismo y la democracia
eran antinomias, mientras que los sindicalistas aprendan que luchar contra la
Unin Sovitica y el comunismo, no necesariamente promova la democracia.30
En
el futuro las investigaciones debieran avanzar en esta direccin, ya emprendida
por Spenser, para estimular una renovacin de la
historia del movimiento obrero latinoamericano.
Finalmente,
no quisiramos dejar de sealar que existen algunas investigaciones que han
reseado brevemente algn aspecto de la CTAL,31general o especfico, pero que no
dan cuenta de vinculaciones o reflexiones ms acabadas. En muchos casos se
trat slo de referencias y reproducciones de ideas ya dichas por algunos de
los investigadores antes mencionados.
Ampliando miradas
Los
orgenes de la CTAL siguen siendo un problema no resuelto. Para autores como
Poblete, Alexander, Quintanilla, Godio, Melgar, su
inicio como organizacin sindical estuvo directamente vinculado con un
escenario internacional de confrontaciones ideolgicas fascismo, nazismo y
comunismo y crisis de los sistemas liberales. Adems, el escenario poltico
del cardenismo, segn los autores, propici un discurso marcadamente
antiimperialista, dados sus proyectos de nacionalizacin de recursos naturales
y una distribucin equitativa de los bienes y servicios hacia los trabajadores
y consumidores, privilegiando el mejoramiento material y educacional de la
clase obrera y campesina.
Creemos
que sumado a estos aspectos hay que ampliar las perspectivas. Nos parece que el
viaje de Vicente Lombardo Toledano a la Unin Sovitica,32 en 1935, fue trascendente
para su idea de formar una plataforma obrera internacional. Eso explica, en
parte, su inters en paralelo en fundar la Universidad Obrera de Mxico y la
CTM, coincidentemente al regreso de ese viaje. Lombardo pens que con estas dos
orgnicas iniciara una nueva etapa para la unidad de la clase obrera mexicana,
debilitada a causa de la corrupcin de los dirigentes de la Confederacin
Regional Obrera Mexicana (CROM). A ello se sum la necesidad del presidente
Lzaro Crdenas de establecer una alianza con la clase obrera mexicana con el
propsito de constituir una amplia base social popular en defensa de las
polticas de nacionalizacin y convocar a un frente amplio de oposicin a las
posibles represalias del gobierno y empresariado estadunidenses.
Dados
los hechos que acontecieron en Europa, se necesit de una conciencia proletaria
capaz de contener las amenazas que existieron sobre sus precarias conquistas
econmicas, sociales y laborales.
Al
instalar esos nuevos dispositivos en la clase obrera mexicana fue necesario
ampliar y asegurar sus ejrcitos proletarios; para ello Lombardo Toledano, en
1936,33proyect una fuerte organizacin obrera
internacional, facilitada en parte por las reformas polticas y sociales del
presidente Lzaro Crdenas, quien encontr en la apuesta internacional del
sindicalismo lombardista un aliado inmejorable en
contra de las amenazas del boicot estadunidense.
Por
su parte, la necesidad de los trabajadores organizados del continente que
buscaban enfrentar las crisis de salarios, precios y cesanta que provoc la
segunda guerra mundial, creyeron que una plataforma obrera continental
fortalecera sus convicciones y presionara con mayor envergadura por sus
demandas a los gobiernos de la regin. Eso explica que la propuesta de Lombardo
Toledano de convocar a un congreso obrero latinoamericano, invitacin extendida
a todas las organizaciones obreras en el transcurso del ao 1937, haya tenido
una rpida acogida entre los dirigentes obreros, inaugurando este congreso en
los primeros das del mes de septiembre de 1938 y sentando las bases para
constituir la CTAL.
Un
tpico interesante en la etapa fundacional de la CTAL result ser la fuerte
raz identitaria que le imprimi Lombardo Toledano a
la organizacin. Esta reconoci en sus escritos que el continente posea una
herencia cultural mestiza a la cual no poda renunciar, pues su pasado colonialista
se proyectaba en un presente de vocacin antiimperialista. En este sentido, se
retomaron las ideas de Hidalgo, Bolvar, Sucre, San Martn, Bilbao, Mart,
Maritegui, Rod, entre otros. Existi la necesidad de cumplir con el mandato
de estos pensadores, se propuso que Amrica Latina fuera una realidad
integrada, reconocida por ser un crisol de culturas, pero en base a una
autonoma poltica y econmica, desamarrando por fin sus ataduras coloniales de
ndole cultural e ideolgica.34
La
segunda guerra mundial plante un escenario complejo para el continente en
materia de balanza comercial, exportaciones, importaciones y estabilidad
poltica gubernativa. Numerosos gobiernos latinoamericanos fueron ineficientes
al momento de enfrentar la inflacin, el desabastecimiento, la cesanta y la
desaceleracin de la economa. Consecuencia de este panorama, para muchos
pases, fue un ejercicio del poder pragmtico, lo que favoreci el desarrollo
de populismos, regmenes autoritarios, laboratorios de socialismo, frentes
populares y caudillismos militares.
La
CTAL supo leer cada una de esas realidades y procur, la mayora de las veces,
mantener relaciones formales con cada una de estas formas de gobierno, eso
explica, a nuestro entender, las entrevistas, alocuciones, bienvenidas, mtines
y banquetes que ofreci la dirigencia de la CTAL a gobernantes tan
controvertidos como lo fueron Somoza, Batista, Pearanda, Morigo,
entre otros.
Este
acercamiento, cara a cara, de la dirigencia de la CTAL con los gobernantes de
cada uno de los pases del continente, posibilit que las confederaciones
obreras nacionales emprendieran sus acciones en favor de la clase trabajadora
que representaban, que se fundaran confederaciones obreras (Cuba, Puerto Rico,
Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panam, Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Per,
Bolivia),35 pero tambin contribuy a dotar de un
carcter continental sus resoluciones, de tal forma que eso nos permite
plantear como hiptesis que los obreros de Amrica Latina, durante el periodo
en que se prolong la guerra, accedieron a una legislacin laboral moderna, que
consagr muchos de sus derechos econmicos y sociales que con el correr de los
aos se fueron perfeccionando.
Instituciones
como el seguro social, solucin a problemas de previsin social como
jubilacin, enfermedad laboral, invalidez o el creciente inters por integrar a
los campesinos e indgenas en la proteccin social, demuestran, al menos en
teora, que hubo importantes progresos en las realidades laborales. Si bien
hubo iniciativas gubernativas en estos tpicos, consideramos que este fue un
esfuerzo conjunto de las confederaciones de trabajadores nacionales, que
tuvieron un importante respaldo en la dirigencia de la CTAL. A travs de los
estudios econmicos, sociales, polticos y materiales de la realidad
continental, emprendidos por resolucin de los congresos generales de la CTAL,
se proporcionaron argumentos para sustentar una legislacin que protegiera y
ampliara los derechos del proletariado obrero y campesino, dados los difciles
momentos por los que atravesaba el mundo en Occidente.
Una
lnea de investigacin inexplorada es el vnculo creciente que hubo entre la
OIT y la problemtica laboral de Amrica Latina, con nfasis entre 1936 y 1949.
Es
claro que la OIT enfrent un dilema al desarrollarse en Europa el fascismo, el
nazismo y el comunismo, pues sus resoluciones y convenios fueron cuestionados
como parte de una poltica liberal fracasada: por tanto su proyecto de
universalizar sus principios de legislacin laboral y social recibi un duro
revs cuando se inici la conflagracin entre las potencias europeas, pues su
campo de accin se vio drsticamente disminuido y eventualmente sin interlocutores.
No
fue casual entonces que la OIT redirigiera sus miradas ya lo haba hecho su
primer director, Albert Thomas, entre I924 y I925, con el viaje por varios
pases del continente hacia Amrica, neutral territorial y polticamente por
un prolongado tiempo, en comparacin con las potencias europeas enfrentadas en
un conflicto devastador. En este sentido, la participacin de la CTAL en cada
una de las conferencias americanas del trabajo, organizadas por la OIT, fue una
oportunidad para ambos de legitimar sus organizaciones.
Para
la OIT signific poder encauzar su misin universalista; en este sentido la
situacin laboral de Amrica Latina le proporcion un impulso a sus principios,
pues aqu descubri problemas que no haba percibido en Europa, tales como la
exclusin del campesinado de la proteccin laboral, el estado de pobreza en
importantes masas indgenas y la imprevisin en la que vivan cientos de miles
de hombres y mujeres a lo largo y ancho del continente.36
La
CTAL, al fortalecer el movimiento sindical regional, fue capaz de traducir las
demandas obreras en un solo lenguaje, pues paulatinamente construy confianzas
y asegur lealtades en amplios sectores laborales. Su disposicin a negociar
garantiz el cumplimiento de los derechos y deberes de cada una de las partes
en conflicto, pues su propsito fue evitar la cesanta, la disminucin del
salario y el abuso patronal. De ah que la CTAL exigi a los Estados mayor
direccin en la planificacin de la economa nacional, que por cierto pasaba
por reajustar las relaciones con el capitalismo-imperialismo. Eso explica la
determinacin de la CTAL para solicitar el compromiso de los Estados Lombardo
Toledano dispona de la experiencia cardenista para nacionalizar las riquezas
naturales o expropiar las industrias o servicios en manos de capitales
forneos, con el objetivo de garantizar un proyecto industrializador y una
igualdad en el acceso a los servicios.37
La
OIT, como agencia internacional, fue fundamental para garantizar cohesin y evitar
conflictos sociales globales; en ese contexto la presencia del organismo
internacional en el continente viene a tender puentes entre la clase obrera y
los gobiernos, pues es visible que hacia mediados de los aos treinta los
pases de la regin estaban acumulando muchas tensiones y las acciones
represivas o revolucionarias parecan no tener cabida. La presencia de la OIT
permiti abrir nuevos cauces, pero fue necesaria la voluntad de un movimiento
de trabajadores dispuesto a negociar, la apertura de agencias obreras o
gubernamentales para emprender estudios tcnicos sobre diversas materias
laborales, econmicas y sociales, tales como el nivel de los salarios, la
integracin indgena, la situacin laboral y social del campesinado, la
seguridad social, la insercin de la medicina del trabajo, la educacin tcnica
o la participacin poltica de los trabajadores. En concreto, se trat de
instaurar una agenda laboral y social que estaba plenamente vigente en el
debate sindical, patronal y estatal, pues haba problemas estructurales an sin
solucin efectiva. Para responder a las demandas de la sociedad salarial se
requiri de una articulacin entre el Estado, la OIT y las organizaciones
obreras.
La
presencia de la OIT en el continente legitim las pugnas sindicales de la CTAL,
fue la oportunidad de medir fuerzas con los gobiernos del continente, demostrar
que su organizacin era fuerte numrica y polticamente. De suma importancia
fue la presentacin a los funcionarios de la OIT de propuestas concretas,
resultados de sus estudios econmicos y sociales, de cmo proteger los derechos
de los trabajadores que representaban.
Creemos
que ambas organizaciones salieron fortalecidas de ese dilogo, a tal punto que
el propio Lombardo Toledano fue el primer latinoamericano, en su calidad de
dirigente obrero, en integrar el consejo de administracin de la OIT.
Todos
y cada uno de estos problemas deben resolverse en el campo de la investigacin,
pues contribuirn a superar los estigmas y prejuicios que existen sobre los
problemas del proletariado latinoamericano, ya que la tesis central de la
historiografa sigue apuntando a que la adhesin al comunismo acapar toda la
atencin de la CTAL.
La
historiografa latinoamericana y la anglosajona presentaron la guerra fra en
el continente americano como un conflicto que involucr a los altos
funcionarios de gobierno y a algunos altos jerarcas de partidos polticos pro soviticos. La revisin de memoranda, opiniones de
prensa, entrevistas y los problemas con las confederaciones obreras nacionales,
nos ha permitido constatar que los obreros, especficamente de la CTAL y de las
confederaciones nacionales, participaron activamente en contra de las polticas
de la guerra fra. La CTAL fue una organizacin muy influyente, especficamente
entre 1941 y 1953, en las confederaciones obreras, y pudo establecer ciertas
polticas que fueron aceptadas por algunos gobiernos del continente. Adems,
luego de 1945, su discurso y su accin fueron antiimperialistas, clasistas y
pro soviticos, lo que transform a la CTAL en una amenaza para la poltica
anticomunista de los gobiernos de Estados Unidos.
Seguramente
ser otra manera de estudiar la guerra fra en el continente, pues la
infiltracin de las organizaciones obreras por dirigentes de la American Federation of Labor38 (AFL), la intervencin del gobierno de
Estados Unidos en la poltica interna de los gobiernos de Latinoamrica para
que estos limitaran los derechos democrticos, el plan Clayton, la doctrina de
seguridad nacional reflejada en la implementacin del Plan de Ayuda Militar
(PAM), fueron todas polticas que afectaron al proletariado y sus
organizaciones, lo que provoc conflictos internos entre los dirigentes del
comit central de la CTAL, por su compromiso con la poltica sovitica;
disidencia y ruptura de las confederaciones obreras nacionales; persecucin de
los gobiernos a los obreros, y el menguado liderazgo de Vicente Lombardo luego
de I952, en parte porque su imagen fue fustigada por la AFL como parte de una
campaa planificada que tuvo como objetivo deslegitimarlo entre los obreros del
continente, pero tambin por su decisin de participar en la poltica contingente
de Mxico, postulndose a la presidencia de la nacin, descuidando sus
funciones como mximo dirigente de la CTAL.
Otra
lnea de investigacin es la representacin histrica de Latinoamrica que la
CTAL elabor a partir de los viajes, estudios sociales, estudios econmicos y
estudios polticos.39 Sobre estos estudios y viajes existi una
omisin por parte de la historiografa del movimiento obrero, nacional y
continental, lo que mengu considerablemente el conocimiento de las actividades
y ocupaciones de la CTAL.
Ser
interesante poder reconocer el continente a la luz de los viajes que hizo
Lombardo Toledano en numerosas ocasiones, dejando registros de cada una de esas
visitas. Tambin muchos de los informes de cada delegacin obrera ofrecen
innumerables descripciones y reflexiones sobre su acontecer, lo que da una
visin de conjunto sobre un periodo de transformacin en gran parte de Amrica
Latina, que nos parece importante interpretar.
Consideraciones finales
En
el presente es necesario un estudio profundo, analtico y crtico sobre la CTAL
en sus 25 aos de trayectoria institucional que proporcione nuevos argumentos
que permitan superar los numerosos vacos y (pre)juicios, muchos de ellos sin
sustento. El desarrollo de un trabajo historiogrfico con peso especfico debe
considerar los mbitos nacionales, continentales e internacionales. No podemos
obviar el hecho de que la CTAL fue una organizacin de repercusin continental,
por tanto reconstruir su historia implica analizar el alcance de su trabajo
sindical, poltico y tcnico, lo que supone observar a distintas escalas los
efectos de ese programa para de esta manera ver las continuidades y las
rupturas de la organizacin en el espacio pblico continental e internacional.
Realizar
una reconstruccin histrica de la CTAL debe considerar trabajar en sus
principios, liderazgos, misiones sindicales y polticas, sus vnculos
continentales e internacionales, sus logros y fracasos, los ataques recibidos
por el gobierno de Estados Unidos y su declinacin. Avanzar en cada uno de
estos contextos permitir superar las limitaciones que an existen en los
estudios histricos sobre la CTAL.
En
segundo lugar, ser importante actualizar las interpretaciones sobre el
movimiento obrero continental. Entre 1938 y 1963 existe una serie de
transformaciones polticas, econmicas y socioculturales, por tanto ser de
suma importancia evaluar el impacto de esas modificaciones en las estructuras
organizativas de los obreros de la regin. La CTAL supo leer los nuevos signos
de los tiempos y proporcion a los trabajadores utillajes para afrontar los
desafos de una formacin social en ciernes, como fue el capitalismo global.
Analizar los mecanismos de control de la mano de obra en un periodo de
codificacin laboral; evaluar la relacin salarial en correspondencia con la
capacidad de compra del obrero, o la ampliacin de la seguridad social en proporcin
a la estabilidad del empleo, son todos tpicos que deben ser incorporados en un
estudio que pretenda visualizar las continuidades y rupturas en las prcticas e
identidades de la clase obrera.
Por
ltimo, hay que avanzar sobre los efectos de la guerra fra en los obreros
sindicalizados, y tambin opositores a la CTAL. Como se ha reseado, la guerra
fra involucr a los obreros y sus organizaciones laborales. Sin duda, la ms
asediada fue la CTAL, pues al momento de iniciar el conflicto entre capitalismo
y comunismo, la organizacin sindical agrupaba a 6 000 000 de trabajadores, que
pertenecan a 18 pases del continente, con excepcin de Brasil y Argentina.
Adems,
ser necesario evaluar la influencia del comunismo internacional en la CTAL,
tan estereotipada y asentada en las investigaciones puntualizadas y que
desafortunadamente ha coadyuvado a distorsionar la historia de la organizacin
sindical y la propia experiencia comunista en la regin durante este periodo.40
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*
Este artculo es el resultado preliminar de la investigacin en curso de la
tesis de doctorado en Historia, la cual desarrolla la participacin poltica,
social y sindical de la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina en el
continente (1938-1963). Es financiada por la beca de doctorado otorgada por el
CONACYT. Agradezco los comentarios y sugerencias en una versin preliminar de
este trabajo a los historiadores: doctora Vernica Oikin
Solano, doctor Martn Lpez Avalos, doctor Sergio Grez
Toso y doctor Juan Carlos Yez Andrade.
1 Al
respecto hay estudios que estn avanzando en esa direccin, entre los cuales
podemos, mencionar: Van der Linden, Historia, 2006; Lucassen, Global, 2006; Bertrams y Kott, "Actions", 2008; Kott, "Communaut", 2008 y "Organisations",
2011; Van Daele, Histories, 2010 y Lespinet-Moret y Viet, Organisation, 2011.
2 Un
importante giro a la historia social en esta perspectiva se puede encontrar en
la siguiente obra de Thompson, Customs, 1991.
3 Chartier, Mundo, 1992.
4 Poblete, Movimiento, 1946,
p. 276.
5 Robert
J. Alexander (1918-2010), fue consultor de la AFL y la AFL-CIO para los asuntos
del movimiento obrero organizado en Amrica Latina y el Caribe, ello le
permiti realizar numerosos viajes a los pases del continente desde mediados
de los aos cuarenta, entrevistndose con lderes sindicales, secretarios de
Estado e intelectuales. En 1961, a solicitud del presidente John E Kennedy,
integr la comisin de trabajo sobre Amrica Latina, que recomend la creacin
de la Alianza para el Progreso. Entre las numerosas obras de Alexander podemos
mencionar: Labour, 1947; Communism, 1957; Organized, 1965, e International, 2009.
6 Alexander, Labour, 1947, p. 20.
7 Poblete
y Burnett, Rise, I960,
pp. 138-139.
8 Alba, Historia, 1964,
p. 467.
9 Hay
evidencias que identifican a la AFL como la principal conspiradora para
producir quiebres al interior de las confederaciones obreras de los distintos
pases de la regin. Es sabido que R. Alexander, S. Romualdi
y B. Ibez fueron activos colaboradores de la AFL y parte de su financiamiento
para viajar y participar en las reuniones de los obreros del continente provino
del gobierno de Harry Truman y su consejero Rockefeller.
10 Alba, Historia, 1964,
p. 470.
11 Goldenberg, Sindicatos, 1964, p. 176.
12 Levenstein, Organizaciones, 1980, p. 209.
13 Ibid, p. 247.
14 Quintanilla,
"Confederacin", 1980, p. 169.
15 Trejo,
"Historia", 1984, t. I, p. 43.
16 Plasencia,
"Historia", 1984, t. I, p. 136.
17 Valencia,
"Movimiento", 1984, t. III, p. 67.
18 Quintero,
"Historia", 1984, t. III p. 175.
19 Al
respecto vase Lombardo, Prolegmenos, 1942.
20 Muoz
y Vicua, "Historia", 1984, t. III, pp. 225-226.
21 Sulmont, "Historia", 1984, t. III, p. 286.
22 Bernardo
Ibez, Salvador Ocampo, Bernardo Araya, Juan Vargas Puebla y Juan Briones
fueron activos dirigentes chilenos que se comprometieron por la causa de la
unidad del proletariado latinoamericano. Varios de ellos formaron parte del
comit central de la CTAL e incluso recibieron asilo poltico en Mxico,
ayudados por Vicente Lombardo Toledano, luego de la promulgacin de la Ley n
8.987, de Defensa Permanente de la Democracia, conocida tambin como la
"Ley maldita", promovida por el presidente de Chile Gabriel Gonzlez
Videla (1946-1952), la cual entre sus resoluciones proscriba a los comunistas
del sistema poltico.
23 Witker, "Movimiento", 1984, t. IV, p. 110.
24 Melgar, Movimiento, 1988,
p. 334.
25 Ibid., p. 343.
26 Kofas, Struggle, 1992.
27 Angell, "Izquierda", 1997, p. 97.
28 Roxborough, "Clase", 1997, p. 150.
29 Spenser, "Vicente", 2009, p. 7.
30 Ibid., p. 19.
31 Lora, Historia, 1967;
Rubio, Internacionales, 1971, y Dependencia, 1977;
Rama, Historia, 1976; Chassen,Lombardo, 1977; Las
clases, 1980; Koval, Movimiento, 1985;
Trujillo, Historia, 1992; Bethell y Roxborough,Latin America, 1992;
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Malamud et al., Historia, 2003; Magalln y Mora, Historia, 2006, y
Concheiro, Modonesi y Crespo, Comunismo, 2007.
32 Lombardo
y Villaseor, Viaje, 1936.
33 Vicente
Lombardo Toledano, "Mensaje al proletariado de la Amrica Latina", El
Universal, 1 de enero de 1936, ciudad de Mxico. Lombardo celebra la
primera Conferencia Regional del Trabajo, organizada por la OIT, en Santiago de
Chile. En su mensaje promueve enfaticamente la idea
de formar una gran confederacin obrera para el continente.
34 CTAL, Defensa, 1942;
Lombardo, Prolegmenos, 1942; Queremos, 1943; Educacin, 1943;
CTAL, Qu?,1944; Lombardo, Posicin, 1944; CTAL, Segundo, 1944;
Lombardo, Cules, 1944; CTAL, Presente, 1945,
y Lombardo, CTAL, 1945.
35 Alba, Historia, 1954,
e Historia, 1964; Lora, Historia, 1967;
Trujillo, Historia, 1992; Muoz y Lpez Portillo,Movimiento, 1995; Urquijo, Movimiento, 2000, y Magalln y Mora, Historia, 2006.
36 OIT, Actas II,
I94O, y Actas III, 1946.
37 Lombardo, Queremos, 1943; Posicin, 1944,
y CTAL, 1945.
38 Levenstein, Organizaciones, 1980, y Alvarez, Vicente, 1995.
39 CTAL, Primer, 1940; Salarios, 1941,
y Principales, 1942; Lombardo, Bolivia, 1943,
y Cuales, 1944; CTAL,Balance, 1945; Peligro, 1946; Amistad, 1946; Libv, 1946, y Gua, 1948,
y Pierret, Amrica, 1953.
40 Vase
Caballero, Internacional, 1987. Llama la atencin que el
estudio de Manuel Caballero no mencione a la CTAL y menos sus vnculos con el
comunismo regional o mexicano. Consideramos que, aun con limitaciones, es una
de las investigaciones ms contundentes sobre la presencia de la Internacional
Comunista en Amrica Latina. Existe la necesidad de avanzar en estudios que
despejen las dudas sobre la influencia del comunismo en la regin, en este
sentido ya existen investigaciones en esa direccin, por ejemplo Concheiro, Modonesi y Crespo, Comunismo, 2007, y Spenser, Unidad, 2007, y Primeros, 2009.
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