Antonio Caso: un cristiano sin Iglesia
Antonio Caso: a Christian without
a Church
Jess Ivn Mora Muro
INFORMACIN
SOBRE EL AUTOR:
Jess Ivn Mora Muro. Estudi la licenciatura en Historia en la
Universidad de Guadalajara y la maestra en Historia en la Universidad
Iberoamericana (ciudad de Mxico). Actualmente cursa el doctorado en Historia
en El Colegio de Michoacn. Sus lneas de investigacin abordan la historia
intelectual, la historia de las revistas culturales y el catolicismo en Mxico
durante la primera mitad del siglo XX.
ABOUT THE AUTHOR:
Jess Ivn Mora Muro. Obtained a B. A. in
History at the Universidad
de Guadalajara and an M. A. in History
at the Universidad Iberoamericana (Mexico City). Currently pursuing a Ph. D. in History at El Colegio de Michoacn. His
research addresses intellectual history, the history of cultural journals and Catholicism in Mexico during the
first half of the 20th century.
Fecha de recepcin: junio de 2011; Fecha de
aceptacin: octubre de 2012.
Resumen
El
artculo aborda el pensamiento cristiano de Antonio Caso como una religiosidad
opositora al catolicismo en Mxico. Este cristianismo conjugado con las ideas
liberales y algunas filosofas de la primera mitad del siglo XX, como el
personalismo y el intuicionismo, dieron como resultado una fe apartada de la
institucionalidad defendida por la Iglesia. Se destaca la pervivencia del
cristianismo ante el proceso secularizador en uno de los miembros ms
representativos del Ateneo de la Juventud y de la intelectualidad mexicana en
el siglo pasado.
Palabras clave: Cristianismo;
catolicismo; personalismo; intuicionismo; secularizacin; religiosidad.
Abstract
This
paper explores Antonio Caso's
Christian thought as a form
of religiosity that opposed Catholicism in Mexico. This Christianity
combined with liberal ideas
and certain philosophies from the first
half of the 20th century: such as personalism and intuitionism, resulted in a faith that wasquite separate
from the institutionality defended by the Church. The
author highlights the survival of Christianity despite the secularization process in one of the most representative
members of the Ateneo de la
Juventud and Mexican intellectual
life of the past century.
Key words: Christianity; Catholicism; personalism; intuitionism; secularization; religiosity.
Introduccin
Es
claro que la convivencia del catolicismo con las ideas secularizantes
ha sido rspida y en algunos momentos claramente conflictiva y violenta.1 Los crticos de la Iglesia han
sido variados en Mxico, desde la faccin liberal emanada del movimiento de
Reforma; pasando por el rgimen posrevolucionario, hasta llegar, por lo menos,
a los aos treinta, con las pugnas entre catlicos y los seguidores de Garrido
Canabal.2 Sin embargo, paradjicamente, no podemos
asegurar que estos detractores se hayan alejado del todo del dogma catlico o
de la fe cristiana en general. La religiosidad popular y personal continu
manifestndose a la par que el proceso secular se consolidaba con mayor fuerza
en las instituciones pblicas.
Durante
los aos treinta el catolicismo intent recuperar la hegemona que haba
perdido en el pas, pero el Estado reforz las medidas que se venan
implementando para neutralizar el poder y la influencia del clero en la
poblacin: se disminuy el nmero de sacerdotes; Plutarco Elas Calles lanz el
"Grito de Guadalajara" en julio de 1934 manifestando que la
revolucin deba "apoderarse de la conciencia de la niez", y en ese
mismo ao la educacin se declar socialista. Con el gobierno del general
Lzaro Crdenas, aunque se haban disminuido las tensiones entre los dos
poderes, las disputas ideolgicas en torno a la educacin resurgieron con
nuevas fuerzas3 y se manifestaron de manera espordica brotes
de violencia entre los catlicos y algunos grupos anticlericales, sin que esto
resultara en un nuevo conflicto armado.4
En
general, los catlicos buscaron tener ms injerencia en la vida social, pero se
abstuvieron de participar tan activamente como antes en la vida poltica.
Despus del fin de la cristiada, los seglares
mexicanos intentaron sustituir, en algunos aspectos, las funciones desempeadas
por los sacerdotes en el mbito social. Tambin buscaron tener ms
participacin en el mbito acadmico e intelectual. Al respecto es interesante
la influencia que tuvieron en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico
durante los aos treinta y cuarenta, particularmente como opositores a la
educacin socialista durante el periodo presidencial de Lzaro Crdenas.5
Un
crtico poco comn del catolicismo durante este periodo fue Antonio Caso
(1883-1946), quien, sin embargo, mantuvo una cercana relacin con el
cristianismo hasta el final de sus das. A diferencia de Jos Vasconcelos, otro
destacado "atenesta", quien en su juventud reneg de su fe pero que
con la vejez volvi al catolicismo materno, Caso permaneci defendiendo un
cristianismo sin Iglesia.
En
cuanto al estudio del pensamiento d Antonio Caso, dos aspectos se han
destacado de su trabajo intelectual: su figura como pieza clave del
derrumbamiento del positivismo en Mxico y sus crticas a los dogmas
religiosos, polticos y filosficos. Acerca del primer aspecto, el propio Caso
se declar, en 1927, "derrocador de la hegemona comtista";6 posteriormente,
en 1939, Alfonso Reyes contino construyendo esta imagen y destac que
"los primeros ataques" hacia ese sistema filosfico provinieron de la
"palabra elocuente" de Caso.7 Este discurso ha seguido repitindose sin
cambios estructurales significativos por los estudiosos tanto del Ateneo de la
Juventud como del pensamiento Casiano.8
Con
respecto al segundo punto, uno de los primeros que reconoci en Caso su antidogmatismo o pensamiento antisistmico
fue el espaol Jos Gaos. En una conferencia
sustentada el 23 de agosto de 1946 consider que el filsofo mexicano, desde el
primer momento, entendi que el estudio de la filosofa deba estar guiado por
pensadores de todos los sistemas o escuelas, sin excluir a ninguno por sus
tendencias opuestas. Desde el primer momento, nos advirti Gaos,
tom Caso la filosofa fundamentalmente en forma no dogmtica, sino
histrica9 Patrick Romanell
tambin interpret de manera similar la filosofa del atenesta y destac que
su actitud hacia la religin era "estrictamente la de un liberal",
aunque lo sigui clasificando como catlico heterodoxo.10
Despus,
en 1964, Carlos Escandn repiti las mismas premisas que haba establecido Jos
Gaos varios aos atrs. En su opinin, Caso tambin
era asistemtico, que no defenda slo una corriente filosfica sino que
buscaba lo mejor de varias corrientes. Bajo estos lineamientos, la primera
lucha que libr fue contra el positivismo como sistema oficial y determinista,
despus se opondra a los neokantistas, al marxismo
"que pretenda ocupar en nuestro siglo la vacante del positivismo" y,
por ltimo, al catolicismo.11
Como
vemos, estos autores reconocieron tempranamente en la obra casiana
una tendencia a negar las posturas hegemnicas o dogmticas, debido a que era
un librepensador o un "historicista". Pensaban que la influencia del
contexto histrico fue determinante para que hiciera una crtica de las ideas,
creencias y filosofas oficiales.12En sntesis, se entendi que el antidogmatismo
de Caso era una respuesta a su circunstancia histrica.13 Es notable que todava en aos
recientes seguimos encontrando la misma visin: Enrique Krauze
afirm que el filsofo mexicano a lo largo de su vida comulg con el antidogmatismo, primeramente contra el positivismo y
despus contra el socialismo.14
En
el presente artculo, adems de discutir estos supuestos interpretativos, se
tiene un objetivo primordial: estudiar el cristianismo como piedra angular de
los postulados filosficos de Antonio Caso y su crtica al catolicismo. Aunque
estoy de acuerdo en que sus escritos se caracterizaron por su crtica a los
sistemas "dogmticos de pensamiento" como el positivismo, el marxismo
y el catolicismo, considero que argumentar que Caso era antidogmtico
es un error que debe corregirse. Definitivamente, desde su trinchera, busc
descalificar a sus adversarios filosficos y polticos. En este sentido, el
cristianismo, como doctrina y pensamiento dogmtico, fue su arma predilecta. En
resumen, aunque se opona a los dogmas, l mismo se apoyaba en un pensamiento
dogmtico: el cristianismo.
La crtica del positivismo
Antonio
Caso naci en la ciudad de Mxico en el ao de 1883, cuando en el pas se haba
consolidado el poder del general Porfirio Daz y el liberalismo emanado de la
revolucin francesa y continuado por los idelogos de la Reforma conviva tanto
con el positivismo comtiano como con un catolicismo
recuperado tras sus luchas con los liberales. En casa del filsofo mexicano
convivan estas tradiciones en pugna: "su padre era positivista y liberal
y su madre profundamente catlica".15 Pese al liberalismo paterno, los primeros
cinco aos de vida, segn Carlos Escandn, los "vivi al calor de un hogar
cristiano".16
Desde
muy joven defini sus intereses intelectuales en el campo de las humanidades,
especialmente le interes la filosofa porque, pese a que su padre le haba
escogido la carrera de ingeniero, l prefiri los estudios jurdicos, que eran
ms cercanos a esta disciplina.17 Sus estudios profesionales los realiz en la
Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde
se recibi de abogado en 1908. Hay que recordar que estas dos instituciones
constituan el bastin positivista del rgimen porfirista. Esta educacin
preparaba a los jvenes para una vida productiva fuera de todo dogma religioso.
Para Alfonso Reyes el fin primordial de aquella enseanza no era formar
abogados, ingenieros y mdicos "sino preparar ciudadanos [...] gente apta
para servir a la sociedad en los rdenes no profesionales".18
La
enseanza positiva postulaba que la ciencia era el nico medio para crear en
los mexicanos un orden mental que evitara la discusin y la diferencia de
opiniones. Se trat de generar progreso por medio de la objetividad que las
ciencias duras proporcionaban, dejando de lado en el mbito educativo todo
aquello que significara incertidumbre.19 Por lo tanto, la religin y las humanidades
tenan camino vedado, se encontraban, por definicin, fuera de todo orden.
"Quien quisiera alcanzar algo de humanidades [comentara Alfonso Reyes]
tena que conquistarlas a solas, sin ninguna ayuda efectiva de la
escuela."20 Vasconcelos tambin se lament de las mismas
cuestiones:
En
la ctedra se nos estrangulaba sistemticamente la fantasa, "no otorgars
fe sino al testimonio de tus sentidos". "La observacin y la
experiencia constituyen las nicas fuentes del saber." Estos y otros
conceptos cotidianos recordados ante cada ocasin iban conformando un criterio
metdico, rigurosamente cientfico.21
Estas
medidas tomadas por el gobierno mexicano desde 1868, con Benito Jurez y Gabino
Barreda como encargado de la Escuela Nacional Preparatoria, buscaron superar la
anarqua que vena caracterizando al pas. Sin embargo, en esta bsqueda uno de
los objetivos primordiales fue mitigar el poder que la Iglesia catlica haba
concentrado como religin hegemnica. En este periodo se trat de que el
mexicano dejase de lado el fanatismo religioso y se avocara, solamente, a la
evidencia sin cortapisas que proporcionaban las leyes cientficas. Como
sabemos, la disminucin de los adeptos al catolicismo en Mxico fue
prcticamente nula, pero lo que s se logr fue crear una conciencia poltica
secular, apartada de todo dogma religioso.
Ante
estas circunstancias se ha dicho que la lucha emprendida por el Ateneo de la
Juventud en el mbito educativo y filosfico fue restituir la metafsica que
las ciencias duras haban relegado.22 Durante los primeros aos del siglo XX la
divisin entre la metafsica y las ciencias era muy marcada. Para los autores
del Ateneo, la metafsica era sinnimo de filosofa, es por esto que el
positivismo, que estaba cercano a la fsica, escapaba de esta categora.
Tambin la biologa desempe un papel muy importante en el esquema comtiano adoptado por la Escuela Nacional Preparatoria. La
biologa, a diferencia de las matemticas, la astronoma, la fsica y la
qumica, se ocupaba "de la variacin", de lo mutable. Esto la
acercaba con la historia, con la condicin temporal, adems requera de la
clasificacin, que ordenaba las formas de lo simple a lo complicado.
El
otro pilar fue la astronoma: la sociedad se asemejaba a un sistema solar del
que no haca falta ms que identificar su centro, los cuerpos subordinados y
sus rbitas para tener la figura completa de algo que se mueve, pero cuyo orden
bsicamente no cambia, reproducindose a perpetuidad. La culminacin de la
filosofa positivista era llegar a la fsica social o sociologa: las
sociedades se comportaban bajo los lineamientos que sus estructuras orgnicas
les dictaban, por lo cual restaba nicamente dilucidar los mecanismos de su
funcionamiento.23
Sin
embargo, en la actualidad no podramos separar al positivismo del pensamiento
metafsico, comometarrelato que se
caracteriz por su estructura teleolgica y dialctica, hoy podemos considerar
que perteneca a "la filosofa de la conciencia", como la ha llamado Jrgen Habermas.24 En este sentido, la metafsica nunca se haba
retirado de las aulas mexicanas. Lo que realmente lograron Antonio Caso,
Alfonso Reyes, Jos Vasconcelos y Pedro Henrquez Urea, entre otros, fue
ampliar el plan de estudios de la enseanza en Mxico. En cuanto a las
humanidades, tampoco se haban olvidado del todo durante el porfiriato.
Muestra de esto es que Alfonso Reyes describe la manera en que su maestro Justo
Sierra les dio las bases para la crtica del positivismo:
A
veces abramos la Historia de Justo Sierra, y nos asombrbamos
de leer, entre lneas, atisbos, sugestiones audaces, audacsimos para aquellos
tiempos, y ms en la pluma de un ministro. El positivismo mexicano se haba
convertido en rutina pedaggica y perda crdito a nuestros ojos.25
Segn
Jos Vasconcelos, la importancia de Justo Sierra para la generacin de
transicin radicaba en que "a los entusiasmos comtistas
opuso la fina irona y la elevacin de su pensamiento", y al pblico
ilustrado siempre le repiti que la ciencia estaba muy lejos de ser lo
indiscutible. Adems, hizo hincapi en que tuvo la flexibilidad de espritu
para adivinar los nuevos derroteros del pensamiento y acogi "el nuevo
idealismo francs" para fundamentar la crtica de la ciencia, "con el
propsito de asignar al empirismo su justo lugar entre los recursos admirables
del ingenio humano".26
En
efecto, la influencia de Justo Sierra en esta generacin nos muestra que el
positivismo, desde tiempo atrs, no era respetado al pie de la letra por los
intelectuales mexicanos. Indudablemente se continuaron haciendo lecturas de los
clsicos, de poesa modernista, de textos metafsicos y religiosos, en otras
palabras, las humanidades y la religin nunca dejaron de practicarse. Desde el
establecimiento del positivismo como filosofa oficial, la intelectualidad
mexicana se polariz en dos grandes facciones: aquellos que han sido
denominados como jacobinos o liberales puros, que se caracterizaron por
defender el krausismo, el espiritualismo, el pantesmo y otras formas de
pensamiento consideradas como metafsicas; y los catalogados como
liberales-conservadores, que expresaron su cercana con un positivismo de corte
comtiano y spenceriano.27 As, desde el principio existi
una clara delimitacin entre la ciencia y la metafsica.
Entre
los primeros crticos del positivismo se encontraban Jos Mara Vigil, quien era un frreo defensor del espiritualismo y
profesor de lgica en la Escuela Nacional Preparatoria; Jos Mara Castillo
Velasco, catedrtico de derecho constitucional; Ignacio Manuel Altamirano,
catedrtico de historia de la filosofa, entre otros. La introduccin del
krausismo (de fundamentos seculares) en Mxico fue determinante para que este
liberalismo tradicional pudiera combatir tanto al catolicismo como al
positivismo naciente. Este grupo, desde diferentes frentes como la prensa y la
educacin, busc evitar que el positivismo se convirtiera en la ideologa
oficial del rgimen.28 Teniendo en cuenta esto, entendemos que
Antonio Caso, en su crtica al positivismo, recogi, consciente o
inconscientemente, la tradicin liberal practicada por generaciones anteriores.29 Otra herramienta terica en su
fundamentacin crtica de este sistema filosfico fue el intuicionismo de Henri
Bergson (1859-1941).
La
crtica de Bergson y de Caso al positivismo estaba dirigida a su extremo
racionalismo (intelectualismo) cientificista.30 En cambio, el intuicionismo o la
metafsica en general no solamente hacan uso de la razn, sino que se basaban
en la intuicin para el conocimiento del mundo. La inteligencia que basaba el
conocimiento en el mtodo cientfico, en el pensamiento conceptual que busca la
medida y la comparacin, las semejanzas y lo que hay de comn en varios
individuos, es generalizadora y se desarrolla alrededor de lo inerte, de lo
quieto, de lo material. Por el contrario, la intuicin es el nico camino para
conocer la realidad, es decir, la relacin directa con un objeto sin intermediarios.
En
sntesis, se haca una distincin entre el intelectualismo y el intuicionismo,
el primero basado nicamente en la razn, como el positivismo, y el segundo en
la intuicin como va complementaria de conocimiento. El intelectualismo y el
positivismo eran para Bergson una forma incompleta de entender la realidad,
porque el intelecto era "la facultad de los conceptos", y los
conceptos "son la sntesis de lo que una multitud de objetos singulares
tienen de comn o de parecido". Un ejemplo sera, segn esta definicin,
que cuando decimos de un objeto que es un tringulo, no nos referimos en
realidad al objeto mismo en su singularidad, en su puro ser, sino a la
comparacin establecida entre ese objeto y otros muchos semejantes.31 Es decir, la inteligencia no
conoce la esencia de los objetos sino que solamente hace
relaciones entre ellos.
Aunque
Caso utiliz el intuicionismo bergsoniano para oponerse al positivismo,
considero que no se lo debe concebir como artfice del derrumbamiento del
positivismo en Mxico. Su filosofa en ningn momento fue revolucionaria, ya
que el sistema comtiano, y spenceriano,
ya estaba herido de muerte. Sin embargo, el cristianismo Casiano otorga nuevos
matices para interpretar la filosofa y la espiritualidad mexicanas de la
primera mitad del siglo XX.
La religiosidad de Caso
Las
ideas filosficas de inicio del siglo XX, de las que Caso era conocedor (aunque
de manera muy superficial), estaban marcadas por un dejo de rebelda
intelectual hacia los sistemas establecidos. Desde finales del siglo XIX las
corrientes de pensamiento tendan a buscar nuevas alternativas que sustituyeran
la situacin circundante. Siguiendo los trabajos de Caso es posible conocer, a
grandes rasgos, sus primeras influencias filosficas, pero tambin sus primeros
deslindes tericos. La Sociedad de Conferencias, antecedente del Ateneo de la
Juventud, organiz una serie de plticas que se celebraron entre los meses de
mayo y julio de 1907 y, debido al xito obtenido, el 14 de marzo de 1908 en el
Teatro del Conservatorio Nacional se volvieron a realizar las mismas
actividades. Caso particip con dos conferencias, una
dedicadas a Friedrich Nietzsche y la otra a Max Stirner.32
En
su opinin, tanto Nietzsche como Stirner defendan un
individualismo extremo, el primero con su teora delsuperhombre y
el segundo mediante el anarquismo. El pensamiento nietzscheano fue una
respuesta, una crtica hacia el mundo y su situacin histrica.
La
tica del superhombre brot a consecuencia del profundo desaliento, de la
inmensa y de la tristsima decepcin nacida en el alma del filsofo al
contemplar las innumerables miserias que afligen a la humanidad. El superhombre
es un hijo del dolor humano.33
Nietzsche
propona, segn Caso, una indiferencia para con los dolores del prjimo, para
con los enfermos, para con "los decadentes que emponzoan la vida";
la piedad se defina "como el mayor obstculo para el
engrandecimiento", y la caridad como el "ms nocivo de los
vicios".34 De esta manera, la propuesta de Nietzsche
buscaba un engrandecimiento del hombre pero contrario al cristianismo y sus
postulados. Por el otro lado, Stirner suscriba un
nominalismo moral absoluto. Stirner, negador de toda
autoridad, conceba que el individuo era el nico valor y no exista nada sobre
l. En este sentido, se entenda que ni el Estado ni Dios estaban sobre el
individuo y su propiedad:
Lo
divino mira a Dios, lo humano mira al hombre. Mi causa no es divina ni humana;
no es lo verdadero ni lo justo, ni lo bueno, ni lo libre; es lo mo. No es
general, sino nica, como yo soy nico. Nada est por cima de m; yo soy el
propietario de mi poder; y lo soy porque me s nico.35
El
cristianismo casiano surgi en oposicin a estas dos
formas de pensamiento a las que catalogaba como "egosmos
totalizantes". Para l, el secreto para eliminar la lucha social era la
cooperacin de todos los individuos: porque "apoyados unos en otros, vamos,
peregrinos en el desierto de la vida, hacia la promisin de una tierra
mejor".36En pocas palabras, propona el postulado cristiano
de "ama a tu prjimo como a ti mismo".
Sobre
la creencia pesimista de Nietzsche, ms humana, ms cientfica, ms
consoladora, est la creencia que con su carne y su sangre, vienen infundiendo,
hace muchas generaciones, las madres cristianas a sus hijos. "Ama a tu
prjimo como a ti mismo", as habl el hombre divino de Judea, y su voz ha
sabido suscitar un eco interminable en todas las latitudes y en todas las
conciencias. "Ama a tu prjimo como a ti mismo", ved aqu la norma
perfecta para una sociedad perfecta.37
Tomando
en cuenta la fuerte religiosidad mexicana, no sorprende en absoluto este
pensamiento cristiano que caracteriz su obra, sin embargo, llama la atencin
que se alej de los dogmas catlicos, siendo, por esta razn, un cristiano
sin Iglesia. Como ya se vio, fue educado desde pequeo bajo las normas
catlicas; entrado en la edad adulta, debido a la influencia paterna,
permaneci siendo cristiano, pero tambin defendi un liberalismo de antiguo
cuo. En esta primera etapa de su pensamiento, la propuesta de Caso, contraria
a la de Nietzsche y Stirner, era volver a un
cristianismo despojado de los dogmas eclesisticos. Su propsito fue dar a
conocer una va alterna que pudiera guiar a la humanidad por
mejores rumbos. Es decir, el anarquismo, el superhombre y el cristianismo eran
para l representaciones de la bsqueda intelectual que se manifestaba en el mundo
para sustituir a los sistemas existentes.
En
la primera obra de Antonio Caso podemos encontrar nuevos fundamentos de su
religiosidad apartada del catolicismo. En Problemas filosficos (1915)
se incorpor un artculo que data de una poca ms temprana, nos referimos a
"Perennidad del pensamiento religioso y especulativo", que fue
publicado por primera vez en la revista Savia Moderna (1909).
En este trabajo, anterior a la formacin del Ateneo de la Juventud, plasm sus
primeras impresiones en torno a la religin y declar su afinidad con una
"religin personal" basada en William James.38 Afirm que no deba
"hablarse de teologas sino de religiones, y ms bien que de religiones,
de religiosidad, de religin personal".39Posteriormente, en 1915, encontr
similitudes entre el positivismo y la Iglesia catlica que lo llevaron a
separarse definitivamente de ella:
el
comtismo es, como ha dicho Huxley,
"un catolicismo sin cristianismo", es decir, algo que, por su forma
externa, por su jerarquizacin desptica, convena a un pueblo que nada ha
tenido de cristiano y s mucho de idlatra [...] La sustitucin de los viejos
fetiches catlicos por los nuevos fetiches comtistas,
poda ser fcil. Para algunos fanticos casi insensible,
hoy mismo, insensible.40
As
lo afirm en otro momento: "Soy cristiano y devoto del Evangelio; no me
refiero a ninguna Iglesia ni a ninguna comunin."41De esta manera, pensaba que tanto el
catolicismo como el positivismo se organizaban de manera desptica, ambos eran
similares porque imponan un dogma, es decir, ambos enseaban
"fetiches" que slo llevaban al fanatismo. Es claro que de la lectura
de estas declaraciones surgi la idea, que hasta ltimas fechas se ha seguido
manteniendo, de que su pensamiento era antidogmtico.
Sin embargo, podemos afirmar que sus creencias cristianas eran tan arraigadas
que todas sus especulaciones filosficas no fueron otra cosa que la exaltacin
del evangelio paradjicamente mezclada con un liberalismo tradicionalista 42
Su
liberalismo en cuestiones polticas se aclara si reproducimos sus crticas a
los gobiernos que l consideraba totalitarios. Pensaba que dos elementos
constituan los ejes alrededor de los cuales giraba toda la vida civil: lalibertad y las leyes. La
negacin de cualquiera de estos dos aspectos traa como consecuencia la
formacin de Estados caticos. Caso examin tres de sus expresiones: el despotismo que
representaba "la apoteosis del poder y de la ley pero sin libertad",
"dspotas abominan de la libertad, como los anarquistas del poder"; laanarqua era "apoteosis de la libertad
catica, que niega todo poder y abomina de la ley". El Estado anrquico
"exagera sin proporcin uno de los elementos indeclinables de la vida
colectiva: la libertad", y, por ltimo, labarbarie "suprime
la libertad y la ley, es decir, elimina la cultura [...] La eliminacin de la
cultura es la eliminacin de lo humano. "43
Para
evitar el advenimiento de estas formas de gobierno, propona un trmino medio
entre la libertad de la persona y las leyes, es decir, un tercer elemento que
"mirara hacia la libertad y hacia la ley, con ecuanimidad y prestancia".44Ese tercer componente era el poder o la
autoridad. La autoridad tena, como finalidad primordial, la obligacin de
velar y promover "la libertad dentro de la ley". El poder o la
autoridad no era un fin en s, solamente la libertad era finalidad, siempre y
cuando estuviera dentro de la ley. Slo la armona, la euritmia social de estos
elementos, engendrara la repblica culta.45 Entenda la cultura como un fin
en s, una meta a la que el ser humano deba llegar. Para l la repblica
culta significaba "poder con libertad y con ley". As, el fin ltimo
de la actividad social, en donde se encontraban las instituciones polticas y
jurdicas, era "alcanzar la felicidad de las gentes, con la consecucin de
los supremos valores de la cultura: verdad, belleza, justicia, bondad,
santidad".46 En su opinin los gobiernos extremistas
negaban la cultura y los supremos valores?47 La concepcin casiana
de gobierno y sociedad corresponda al ideal humanista de crear una repblica
culta. La libertad debera ser para todos, pero siempre que ello fuera
el medio de adquirir la verdad, de realizar el bien y la justicia; "porque
no nacimos para ser libres, sino para ser buenos".48
Despus
de la revolucin rusa escribi un artculo titulado "Rusia y Mxico"
(1917) que fue incluido en el libroDiscursos
a la nacin mexicana (1922). En este texto reflexion sobre las revoluciones
latinoamericanas y sus similitudes con la Rusia revolucionaria. Para Caso, los
pases americanos haban vivido a lo largo de su historia "dentro de la
revolucin sistemtica".49 Rusia, por su parte, se asemejaba a las
repblicas latinas porque era una civilizacin a medias. La nacin europea
deba "convertir su despotismo genuino, oriental, en vida libre, popular y
representativa", y los mexicanos, de igual manera, tenan que resolver
este "pavoroso problema".50En suma, la revolucin y la barbarie regan el mundo.51
En
cuanto a la democracia en Mxico, pensaba que no haba logrado consolidarse por
la falta de unidad racial o del "trato humano uniforme".
Mientras
no resolvamos nuestro problema antropolgico, racial y espiritual; mientras
exista una gran diferencia humana de grupo a grupo social y de individuo a
individuo, la democracia mexicana ser imperfecta; una de las ms imperfectas
de la historia.52
La
desigualdad social era uno de los grandes problemas en Mxico, y el socialismo
signific, despus del triunfo bolchevique, una de las opciones ms recurridas
para aliviar esta situacin. Sin embargo, pensaba que el socialismo que
postulaba la lucha de clases, "que en todo ve contradiccin y lucha",53 incurra en un error, porque la
vida social "no slo es lucha, es tambin cooperacin, indisolublemente
cooperacin y lucha".54 Fiel a su humanismo cristiano, Caso se
alejaba de la ideologa socialista y propona como alternativa el amor y la caridad,
porque "el problema de la patria" era "solamente un sutil, un
arcano problema de amor".55
La existencia como caridad
Como
hemos estado argumentando, el pensamiento cristiano, y fundamentalmente
catlico, influy de manera sustancial en Antonio Caso. No solamente por su
ambiente familiar y social, sino tambin por las lecturas de pensadores y
filsofos cercanos a lo religioso. Fue un estudioso de las obras de San
Agustn, de Santo Tomas, de Santa Teresa de Jess; de Kierkegaard y de Tolsti. Pero frente a esta influencia netamente espiritual
siempre tuvo como contrapeso las bases laicas de su educacin liberal y positivista.
Estas
dos posturas, la religiosa y la laica, fueron aprovechadas por Caso para formar
su filosofa. De forma selectiva, tom del catolicismo el seguimiento de las
enseanzas de Jess y se neg a ser un seglar de la Iglesia. Del liberalismo
incorpor el escepticismo y rechaz el individualismo extremo. En una obra
podemos agrupar la totalidad de sus intereses intelectuales, nos referimos a La
existencia como economa, como desinters y como caridad.56
El
proyecto inicial era redactar una serie de lecciones para ofrecer en forma de
conferencia una "sntesis del cristianismo". Las conferencias se
llevaron a cabo dentro del marco de la Universidad Popular Mexicana en el ao
de 1915 y estuvieron compuestas por biografas morales "de algunos grandes
cristianos".57 Despus le surgi la inquietud de realizar un
ensayo que explicara la "esencia del cristianismo", lo fundamental en
la cosmovisin cristiana: la exaltacin de la caridad.
Contraria
a la existencia como caridad conceba la existencia
como economa. En esta concepcin econmica, la vida se defina
mediante un fondo comn fisiolgico, es decir, conforme a las necesidades
puramente vitales del organismo humano. La existencia, conforme a estos
postulados, se conceba como reproduccin (herencia) y acaparamiento
(nutricin).58 Estos dos elementos, la reproduccin y la
nutricin, representaban el "mpetu vital" del hombre. Basado en el
fisilogo francs Claude Bernard (1813-1878), Caso entenda la nutricin como
la constante manifestacin universal del vivir.
El
ser viviente, en su afn natural de supervivencia, tena la necesidad de
expansin, de conquista, de acaparamiento, es decir, de nutricin y
reproduccin para realizar su propia utilidad. El fin primordial de la vida,
dejando de lado toda concepcin trascendental o finalidad universal, era el
acaparamiento, el aprovechamiento del mundo, en suma, el egosmo. Nutrirse era
"transformar el ambiente material en propiedad y crecer, en consecuencia
economizar".59Al estudiar las races evolucionistas, que se
encontraban primeramente en Lamarck y despus en Darwin, entendi que la moral
de la vida era vista como la lucha por el provecho individual, una moral
concebida nicamente en trminos biolgicos, donde se mostraba "la lucha
de un ser viviente contra otro ser viviente".60 As, la lucha y el egosmo
guiaban a los instintos biolgicos.
El
ser [...] biolgico, omnvoro y omnipotente, transformara en propio todo
cuanto no fuese l mismo [...] Aprovechara la materia inerte, en seguida para
elaborar instrumentos, utensilios, sobre todo armas.61
Como
vemos, la crtica iba dirigida a la propiedad. La existencia como
caridad, por el contrario, buscaba ir ms all del puro valor
econmico y biolgico. La finalidad era moral.62 Es por esto que era intil el
amor al individuo y a la especie, es decir, a la humanidad en su conjunto. Se
preguntaba qu sentido tena el conquistar, reproducirse, crecer, triunfar en
el medio o sobre del semejante si a final de cuentas llega la muerte, el
aniquilamiento de la individualidad? La respuesta estaba en la caridad
cristiana, que era entendida como el desprendimiento en oposicin a lo
econmico, exaltar el mnimo de provecho por el mximo de esfuerzo.
La
conviccin de Antonio Caso era la de un humanismo basado en el cristianismo. La
caridad cristiana ocupaba el escalafn ms alto para contrarrestar el valor
econmico y materialista. Critic primeramente al positivismo, al capitalismo y
posteriormente al socialismo naciente en el siglo XX. Desde la obra La
existencia..., en 1916, hasta una de sus ltimas obras La
persona humana y el Estado totalitario (1941), Caso sigui la misma
lgica de pensamiento que contrapona las dos ticas: la materialista y la
cristiana.
Quedan
en presencia las dos ticas; la cristiana y la moderna. Una nace de la energa
incontenible y divina; otra de la reivindicacin llena de resentimiento. Una es
absoluta como todo lo eterno; otra queda circunscrita a la brega social y
constituye el imperialismo del proletariado, frente al imperialismo del
capitalismo. No! El cristiano no cabe de imperialismos. Realiza su obra ms
all de toda codicia por el poder [...] Slo el que no tiene propiedad se posee
a s mismo. La existencia como caridad es la plenitud de la existencia.63
Este
humanismo cristiano basado en una religin personal defenda como piedra
angular "la experiencia religiosa de cada quien; algo como el ltimo
desarrollo del libre examen protestante".64 Esta creencia religiosa yaca en
la esencia de la propia naturaleza personal.65Basado en Kant afirmaba que la religin
pura era "el hecho psicolgico y moral de que nuestra persona no reconoce
la sumisin a rdenes ajenas, sino que se erige en juez de su conducta".66 La libertad religiosa era para l
la esencia del personalismo religioso.
El
personalismo signific para su pensamiento la frmula para oponerse al
socialismo creciente que vena dndose en el siglo XX. Desde el siglo XIX,
adems de la tendencia social, se viva una reivindicacin personalista a
escala mundial: Charles Renouvier (1815-1903), Alexis
Carrel (1873-1944) y, desde el catolicismo, Emmanuel Mounier (1905-1950) defendan esta corriente.67 Segn Caso, el personalismo
superaba tanto los planteamientos de Nietzsche y de Stirner,
como el egosmo netamente individualizante y el
colectivismo que tenda a ver en la persona nada ms que una unidad numrica.
En sus propias palabras, hacia 1940 el personalismo era:
el
movimiento filosfico contemporneo, empeado en superar los puntos de vista
del individualismo y el socialismo; ambos errneos e incompletos. Todo
individuo de la especie humana es una persona. No puede explicarse por el puro
individualismo ni por el socialismo, [...] El individualismo burgus del siglo
XIX se empe en tener algo; el personalismo —en la
nueva acepcin del vocablo— sostiene: ser algo. Frente
al individualismo del tener, est, pues, el personalismo del ser.68
Tanto
el individualismo como el comunismo eran identificados por Antonio Caso como
dos formas del egosmo. Su propuesta era ni el individuo ni la comunidad; sino
la sociedad basada en la justicia, es decir, en "la unin moral de los
hombres, respetuosa de los valores", porque "la comunidad que
tiraniza al hombre olvida que los hombres somos personas, no unidades
biolgicas; [somos] centros espirituales de accin culta".69
Polmica con el poeta catlico Alfonso Junco
El
poeta regiomontano Alfonso Junco (1896-1974), despus de terminar sus estudios
en contadura en su estado natal, se traslad a la ciudad de Mxico en 1918, en
donde radicara hasta el da de su muerte el 12 de octubre de 1974. Recordado
por su catolicismo militante y su hispanismo doctrinario, Junco defendi a lo
largo de su vida a la Iglesia y a Espaa como sus ms preciados valores. Fue un
reconocido escritor religioso, historiador identificado con el conservadurismo
y divulgador de las letras en general. Sus textos siempre tuvieron un acento
combativo.
Para
Ricardo Prez Montfort, desde los aos veinte hasta
los cuarenta el hispanismo se bas en un principio que planteaba la existencia
de una gran familia, comunidad o raza trasatlntica que distingua a todos los
pueblos que en un momento de su historia pertenecieron a la corona espaola.
Esta identidad hispnica descansaba en la conviccin de que los espaoles
desarrollaron una serie de formas de vida y de cultura propias que fueron
trasplantadas a las colonias y transmitidas a los aborgenes, "de manera
que estos quedaron definitivamente integrados a la 'raza' espaola". Para
los hispanistas, esta raza no era simplemente cuestin de sangre, sino que
tambin la cultura, la historia, las tradiciones, la religin y el lenguaje
formaban parte imprescindible de lo que llamaban "la patria
espiritual".70"El imperio espiritual", como tambin se
lo llam, planteaba que este hispanismo descansaba sobre varios principios,
entre los que destacaban tres: la religin catlica, que se vinculaba con la
nacin; la sociedad jerarquizada, que defenda el gobierno de una elite, y el
lenguaje. Por ltimo, este grupo rechazaba prcticamente todas las
contribuciones aborgenes en la formacin de las nuevas naciones, y era
opositor a la injerencia del pensamiento norteamericano en los pases
americanos.71
Alfonso
Junco fue uno de los ms fervientes defensores de la cultura espaola.72 En su libro El difcil paraso,compuesto
por artculos periodsticos que siguieron mes con mes la guerra civil espaola,
defendi al rgimen de Franco de los ataques perpetrados por sus opositores.
Para l no exista "nazificacin" en el
Estado espaol, pese a que tanto los alemanes como los italianos ayudaron a
Franco en la guerra civil: "La eventual alianza blica, y las naturales
cortesas y deferencias entre los aliados, no implican identificacin de
doctrinas. Como tampoco la hay, del otro campo, entre Inglaterra y Rusia".73 Mejor
dicho, Franco era un catlico sincero, y como tal deba repudiar al nazismo.
Por tanto, vea al franquismo como una reforma cristiana que hara resurgir la
tradicin espaola catlica, que salvara a la nacin del peligro comunista.74
En
opinin del poeta catlico, la cultura espaola en Mxico haba tenido un papel
integrador bajo una "doctrina espiritualista y cristiana".75 Consideraba
que el indigenismo sola prescindir del hispanismo y aun repudiarlo. El
hispanismo, en cambio, "nico hispanismo entero y verdadero, porque lo
catlico es la entraa misma de lo hispano", amaba y senta al indgena
como cosa propia. No lo segregaba, sino que lo incorporaba.76
Hay
que aclarar que el hispanismo de Alfonso Junco, y de muchos otros autores,
aunque en el discurso incorporaba al indgena como una de las races de lo
mexicano, en realidad muy pocas veces tomaba la cultura autctona como base de
la nacionalidad. Por el contrario, eran ms insistentes en los aspectos
occidentales como la religin cristiana, la lengua castellana, las tradiciones
europeas, etc. La religin catlica era uno de los ejes de la identidad
hispnica y se defenda como parte primordial de lo nacional en oposicin a lo
"extranjero".
En
este contexto intelectual, la polmica protagonizada por Antonio Caso y Alfonso
Junco en el peridico El Universal, nos muestra la pugna
irreconciliable entre el liberalismo, en este caso cristiano, y el catolicismo
que durante los aos treinta luchaba por reposicionarse.77 La polmica inici el 6 de marzo
de 1936 con la publicacin de un artculo de Caso titulado Renn y Berdiaeff. El escrito analizaba el libro Una
nueva Edad Media, de Nicols Berdiaeff
(1864-1948), y el captulo final del libro Historia del pueblo de
Israel, de Ernest Renn (1823-1892). Ambos
textos, para Caso, coincidan en que el mundo moderno probablemente regresara
a un estado muy similar al vivido en la Edad Media debido a que tanto la
Iglesia catlica como el socialismo ruso negaban la individualidad y eran
nocivos para el mundo "civilizado".78
En
general, tanto con la Iglesia como con los bolcheviques, "la
libertad de la conciencia individual, el derecho a la autonoma del pensamiento
se habrn abolido".79 Esta tesis, defendida por Caso, le pareci
errnea a Alfonso Junco quien, el 14 de marzo del mismo ao, public en El
Universal el artculo titulado "Dogma y libertad", en donde
desarroll tres preguntas bsicas: "Son inconciliables el dogma y la
libertad?, Hiero mi libertad filosfica y cientfica, al adherirme
racionalmente a una verdad revelada? y, por ltimo, Ello me har agredir la
libertad de los otros, imponindoles por la fuerza, no por la persuasin, esa
verdad?"80
Junco
afirm en esa ocasin que ser seguidor de un dogma religioso no implicaba
perder la libertad, y tambin declar que "libre y racionalmente"
pensaba que Dios era infalible, que puede comunicarse y se ha comunicado con
los hombres, y que lo que consta que ha comunicado es verdad segursima y
suprema. Junco hizo hincapi en que aceptar un "cuerpo de verdades
dogmticas" no ataba ni dificultaba "la especulacin filosfica ni la
experimentacin cientfica".81
En
un artculo publicado el 20 de marzo con el ttulo "Libertad y
dogma", Caso respondi al poeta catlico y coincidi con l en que seguir
un dogma no afecta la libertad de pensamiento del creyente, y que "es
imposible constreir a nadie a que abrace una fe, ya que el nico camino es
propagarla por medio de la persuasin".82Sin embargo, en su opinin, el peligro
apareca cuando el creyente no usaba la persuasin sino la fuerza para imponer
su dogma.83
Las
discordancias se dieron en la manera de concebir la fe. Segn Caso, la creencia
religiosa de ninguna manera se apoyaba en la razn, ya que "si la fe
catlica se pudiera demostrar como se demuestra un teorema de Euclides, sera
virtud la fe?"84 El 28 de marzo, en el artculo titulado
"El problema de la fe. Razn, virtud, sobrenaturalismo", Junco
respondi a estas inquietudes afirmando que "la fe es eminentemente
racional", ya que por medio del entendimiento se accede a las verdades
reveladas por Dios.85 Por
su lado, Caso concluy que si bien es cierto que la fe es para seres
racionales, tambin es la suprema fortaleza de creer en lo inseguro: "no
se puede demostrar la fe; porque lo que no es exclusivamente racional, no puede
ser objeto de rigurosa demostracin". Y de manera concluyente afirm que
ninguna fe es universal, como lo es, por su esencia, la razn.86
En
la polmica se muestra la clara separacin entre lo pblico y lo privado. La
religin, como sabemos, haba sido colocada en el terreno de lo personal, fuera
del terreno de lo poltico. Sin embargo, considero que esta separacin
determinista no muestra en su totalidad la cercana convivencia entre la
racionalidad y la espiritualidad en los individuos y en las sociedades. La
lucha del catolicismo por pertenecer, por incorporarse a la modernidad, llev a
Alfonso Junco a defender el carcter racional de la fe. Caso, por su parte,
aunque era creyente consider que la fe, hija de la tradicin y de lo no
comprobable, estaba fuera de los postulados modernos. En resumen, la polmica
nos muestra claramente la dicotoma irreconciliable, producto de la modernidad,
entre la razn y la fe, entre el liberalismo cristiano de Antonio Caso y el
catolicismo de Junco.
Consideraciones finales
El
cristianismo fue un arma que Antonio Caso utiliz para oponerse a los
pensamientos filosficos, polticos y religiosos que circulaban durante la
primera mitad del siglo XX en Mxico. El positivismo, el marxismo y el
catolicismo fueron los centros de sus ataques. En el contexto
posrevolucionario, los argumentos de Caso son, en algunos aspectos,
continuacin de una confrontacin que se vena dando desde finales del siglo
XIX entre las posturas "materialistas y las religiosas". La defensa
de los postulados cristianos le permiti deslindarse de un liberalismo extremo
y del catolicismo como fe hegemnica. Ayudado de las filosofas en boga: el
personalismo y el intuicionismo, propuso una tercera va entre
el individualismo y el socialismo.
Antonio
Caso es producto, sntesis, de la labor secularizadora moderna cuyos efectos,
en el aspecto religioso, propici una transformacin de la espiritualidad en
Mxico. Desde el siglo XIX la convivencia del liberalismo y el positivismo con
otras formas de pensamiento como el pantesmo y el krausismo, fue preparando el
terreno a la aparicin de una fe personal, no institucional, pero no por ello
no dogmtica. De esta manera, el supuesto antidogmatismo
casiano se nos muestra como una estrategia retrica e
ideolgica que no es posible seguir sosteniendo. Es claro que en la polmica
con Alfonso Junco se ratifican las estrategias utilizadas por los dos contendientes
para influir en la opinin pblica, y esto nos lleva a una dimensin poltica87 en la que las ideas liberales y
las catlicas continuaron su aeja lucha. En suma, la caridad cristiana, como
dogma religioso destinado a lo social y lo poltico, le permiti al filsofo
mexicano participar y proponer una salida a los grandes problemas mundiales y
nacionales.
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1 Entiendo
por "secularizacin" aquel proceso, propio del mundo moderno, de
privatizacin de la religin y, por consecuencia, de su marginacin de la
esfera pblica. Sin embargo, como lo advierte Roberto Blancarte, recientes
investigaciones han mostrado que el proceso de secularizacin no significa la
desaparicin de lo religioso ni una oposicin tajante entre lo sagrado y lo
secular. Blancarte, "Introduccin", 2008, pp. 12-13.
2 Martnez, Laboratorio, 2004.
3 Olimn, Asalto, 2008.
4 Olimn, Pas, 2008.
5 Contreras, Grupos, 2002.
6 Hernndez,
"Prlogo", 2000, p. 18.
7 Reyes,
"Pasado", 2000, p. 199.
8 Como
lo ha demostrado Leonardo Martnez Carrizales, esta generacin de intelectuales
ha sido interpretada, durante prcticamente todo el siglo XX, bajo los
lineamientos que dictaron sus propios miembros: como derrocadores del
positivismo porfiriano y como iniciadores de una revolucin cultural a la par
que se desarrollaba la revolucin mexicana. De manera apologtica, Pedro
Henrquez Urea, Alfonso Reyes, Jos Vasconcelos, entre otros, nos dejaron
sendos textos en los que el Ateneo se nos muestra como
el gran animador del renacimiento cultural en Mxico. Bsicamente, en este
relato metahistrco, por
decirlo de alguna manera, estos autores y sus obras han sido situados y
condicionados bajo ciertos marcos interpretativos de carcter institucional e
ideolgico en el que la literatura y la filosofa no pueden sustraerse de la
revolucin mexicana como evento aglutinador. Martnez, "Perspectiva",
2010, pp. 236-269.
9 Gaos, "Filosofa", 1996, p. 97.
10 Romanell, Formacin, 1954, p. 104.
11 Escandn, Respuesta, 1968,
pp. 55-56.
12 Gaos, "Pensamiento", 1995 pp. 101-193.
13 El
circunstancialismo, desarrollado primeramente por
Jos Ortega y Gasset, postulaba que las ideas no eran puro sentido abstracto
que se sostuvieran a s mismas y representaran algo completo, sino que una idea
era siempre la reaccin de un hombre a una determinada situacin de su vida. Es
decir, el estudio de la idea por s sola nos conduce a un conocimiento
incompleto, inconexo con la realidad o circunstancia histrica. Solamente si
estudiamos el momento o contexto que provoc dicha idea podremos acercarnos a
un conocimiento ms certero. Medin, Ortega, 1994.
14 Krauze, "Antonio", 1999, pp. 115-142.
15 Krauze, Filosofa, 1990, p. 20.
16 Escandn, Respuesta, 1968,
p. 4.
17 Krauze, Filosofa, 1990, p. 20.
18 Reyes,
"Pasado", 2000, p. 184.
19 Zea, Positivismo, 1985.
20 Reyes,
"Pasado", 2000, p. 188.
21 Vasconcelos, Ulises, 2003,
p. 127.
22 Los
antecedentes a la formacin del Ateneo de la Juventud pueden rastrearse desde
el ao de 1906, cuando Alfonso Cravioto y Luis
Castillo Ledn publicaron la revista Savia
Moderna. En dicha revista se reunieron, entre muchos otros
intelectuales, Alfonso Reyes, Antonio Caso, Jos Vasconcelos, Pedro Henrquez
Urea, y en 1907 el arquitecto Jess T. Acevedo fund la Sociedad de
Conferencias. La conferencia se convirti en un instrumento ideal de
comunicacin cultural a travs del cual este grupo de jvenes lograron
interesar a un pblico vido de conocer cuestiones filosficas, estticas y
literarias, casi todas relativas al pasado ms reciente. Despus de haber
tenido xito con la Sociedad de Conferencias y las manifestaciones de orden
cultural, decidieron reunir sus esfuerzos de manera ms organizada y "no
exenta de compromiso social", y formaron el 28 de octubre de 1909 el
Ateneo de la Juventud, cuyo objeto primordial sera "trabajar por la
cultura". Matute, Ateneo, 2000, pp. 13-14.
23 Illades, "Ciencia", 2008, pp. 71-72.
24 Habermas entiende por "metafsica" esa tradicin
de idealismo filosfico, que se remonta a Platn, y que a travs de Plotino y el neoplatonismo de San Agustn y Santo Toms,
del Cusano y Pico de Mirndola, de Descartes, Spinoza
y Leibniz, alcanza el pensamiento de Kant, Fichte, Schelling
y Hegel. En la filosofa metafsica el mundo se encuentra racionalmente
estructurado, sea bajo la forma de una fundamentacin trascendental o por va
de una penetracin dialctica del mundo. La racionalidad es pensada como racionalidad
material, como una racionalidad que organiza los contenidos del mundo o que es
legible en tales contenidos. En cuanto a la filosofa primera como filosofa de
la conciencia, la autoconciencia queda elevada a Absoluto. La razn se entiende
en trminos fundamentalistas: como una subjetividad que
posibilita al mundo en su conjunto, o en trminos dialcticos: como
un espritu que a travs de la naturaleza y de la historia se da a s mismo. En
ambas variantes la razn es confirmada como reflexin autorreferencial a la vez
que totalizadora. Esta razn acepta la herencia de la metafsica para asegurar
el primado de la identidad sobre la diferencia y la idea sobre la materia. Se
da un predominio idealista de lo Uno, lo universal y lo necesario. Habermas, "Motivos", 1990, pp. 38-63.
25 Hernndez,
"Prlogo", 2000, p. 8.
26 Ibid., p. 9.
27 Estrella,
"Filosofa", 2010, p. 143.
28 Ibid., pp. 165-169.
29 Ya
Jos Hernndez Prado destac en sus trabajos ms recientes los vnculos entre
el pensamiento de Jos Mara Vigil y Antonio Caso con
respecto a sus crticas al positivismo. Hernndez, Sentido, 2002,
y "Vinculacin", 2007, pp. 62-89.
30 Para
Nicola Abbagnano este trmino [el intelectualismo] es
usado polmicamente por las filosofas de la vida y de la accin para
designar la direccin contraria a ellas, esto es, aquella segn la cual el
entendimiento (el pensamiento o la razn) tiene una funcin predominante en el
conocimiento y en la conducta del hombre. Este trmino ha sido muy usado por el
intuicionismo bergsoniano, por la filosofa de la accin, por el modernismo,
por el pragmatismo, o sea, por todas esas filosofas que tienden a disminuir el
valor del entendimiento como camino de acceso a la verdad o como gua de la
conducta y a considerar mucho ms importante la intuicin, la simpata, el
instinto, la vida, la voluntad, etc. Abbagnano, Diccionario, 2004,
p. 610.
31 Garca, Filosofa, 1972,
p. 37.
32 "La
significacin y la influencia de Nietzsche en el pensamiento moderno"
(mircoles 12 de junio de 1907) y "Max Stirner y
el individualismo exclusivo" (14 de marzo de 1908).
33 Caso,
"Nietzsche", 2000, p. 236.
34 Ibid., p. 236.
35 Ibid., p. 237.
36 Ibid., p. 239.
37 Ibid.
38 William
James (1842-1910), filsofo estadunidense difusor del pragmatismo.
39 Caso,
"Problemas", 1973, t. II, p. 6.
40 Caso,
"Filsofos", 1973, t. n, p. 195.
41 Entrevista
realizada en La. Crnica., Lima (Per), 16 de julio 1921
citada en Krauze, Filosofa, 1990,
p. 20.
42 Concuerdo
con Jos Antonio Aguilar Rivera, quien considera que Caso no era del todo
liberal, sino que postulaba un espiritualismo que rechazaba el individualismo
por considerarlo egosta y fuera de los postulados cristianos. Para Caso la
libertad y la democracia no se deban tomar como una finalidad sino nicamente
como un instrumento para llegar a establecer "los supremos valores de la
cultura: verdad, belleza, justicia, bondad y santidad". Aguilar,
"Liberalismo", 2008, p. 162.
43 Caso,
"Persona", 1975, p. 130.
44 Ibid., p.
14.
45 Ibid., p. 15.
46 Ibid., p. 17.
47 En
la polmica de 1933 entre Antonio Caso y Vicente Lombardo Toledano en torno a
"La posicin ideolgica de la Universidad", se muestra una crtica a
la idea de cultura defendida por el "atenesta". Para Lombardo
Toledano la cultura tambin era creacin de valores, pero estaba en desacuerdo
en que la belleza, la justicia, la bondad y la religin en general tuvieran la
misma jerarqua que el valor lgico y el econmico, que era el de mayor
importancia. Caso, "Polmica", 1971, pp. 169-197.
48 Ibid., p. 21.
49 Caso,
"Rusia", 1976, p. 28.
50 Ibid.
51 Caso,
"Crepsculo", 1976, p. 31.
52 Caso,
"Problema", 1976, t. IX, p. 70.
53 Caso,
"Nuevos", 1976, t. IX, p. 105.
54 Ibid., p. 106.
55 Ibid.
56 Esta
obra fue publicada por primera vez en 1916 con el ttulo La existencia
como economa y como caridad.Para
la segunda y tercera ediciones de 1919 y 1943, respectivamente, el ttulo se
estableci como lo conocemos.
57 Antonio
Caso tena planeado hacer un compendio de las grandes figuras representativas
de la evolucin cristiana, entre las que se encontraban: San Juan Bautista el
precursor, San Pablo el apstol, San Agustn el
padre de la Iglesia, Carlomagno soldado inmortal de la
Iglesia, Gregorio VII el pontfice, San Francisco de Assel mstico, Lutero el
reformista, Santa Teresa la santa por antonomasia y,
por ltimo, Pascal y Tolstoi, el jansenista y el anarquista. Caso,
"Existencia", 1972, t. III, pp. 5-6.
58 Caso, Antologa, 1993,
p. 34.
59 Ibid., p. 36.
60 Ibid, p. 40.
61 Ibid, pp. 47 y 48.
62 Ibid., p. 58.
63 Caso,
"Persona", 1975, t. VIII, p. 51.
64 Krauze, Filosofa, 1990, p. 53.
65 Caso,
"Peligro", 1975, t. VIII, p. 224.
66 Ibid.,
p. 213.
67 De
Guillermo Stern, Antonio Caso tom las diferencias
entre persona y cosa: "Una persona es una existencia tal, que a pesar de
la multiplicidad de partes, forma una unidad peculiar y con valor propio, y
como tal, a pesar de la multiplicidad de funciones parciales, realiza una
espontaneidad unitaria y que tiende a un fin. La cosa es lo contradicrorio
opuesto." De Alexis Carrel, Caso tom el valor
de la persona: "los hombres no somos mquinas fabricadas por series. Para
reconstruir la personalidad, se necesita romper las manos de la oficina, y
rechazar los principios mismos de la civilizacin tecnolgica." Krauze, Filosofa, 1990, pp. 219-253.
68 Caso,
"Persona", 1975, t. VIII, p. 121.
69 Ibid., p. 119.
70 Prez, Hispanismo, 1992,
p. 15.
71 Ibid., p. 16.
72 Junco, Sangre, 1940.
73 Junco, Difcil, 1940,
p. 19.
74 Ibid.,p. 20.
75 Junco,
"Entraa", 1940, p. 10.
76 Ibid, p. 11.
77 Los
aos posteriores al fin de la guerra Cristera en 1929 han sido llamados por la
mayora de los estudiosos de este periodo como el modus vivendi, que
se caracteriz por el pacto de paz realizado por la Iglesia y el Estado. En
realidad, lo que se inici con estos acuerdos fue otra estrategia de
enfrentamiento: en lugar de la lucha por medios violentos se prefiri una
batalla por las conciencias. Cada institucin utilizara todos los medios a su
alcance para adoctrinar y controlar los grupos sociales en los cuales se
sustentaba, en pocas palabras se inici una disputa por las masas por medio de
la formacin de instituciones educativas, sociales, culturales, etc. Blancarte, Historia, 1993,
pp. 29-62.
78 Caso,
"Polmica", 1971, t. i, pp. 421-422.
79 Ibid.
80 Ibid, p. 513.
81 Ibid,p. 514.
82 Ibid.
83 Ibid., p. 425.
84 Ibid., p. 426.
85 Ibid., p. 517.
86 Ibid, pp. 427-429.
87 Illades
y Leidenberger, "Prlogo", 2008, p. 12.
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