ISSN impreso: 0186-0348

ISSN electrónico: 2395-8464

Antonio Caso: un cristiano sin Iglesia

 

Antonio Caso: a Christian without a Church

 

Jess Ivn Mora Muro

 INFORMACIN SOBRE EL AUTOR:

Jess Ivn Mora Muro. Estudi la licenciatura en Historia en la Universidad de Guadalajara y la maestra en Historia en la Universidad Iberoamericana (ciudad de Mxico). Actualmente cursa el doctorado en Historia en El Colegio de Michoacn. Sus lneas de investigacin abordan la historia intelectual, la historia de las revistas culturales y el catolicismo en Mxico durante la primera mitad del siglo XX.

ABOUT THE AUTHOR:

Jess Ivn Mora Muro. Obtained a B. A. in History at the Universidad de Guadalajara and an M. A. in History at the Universidad Iberoamericana (Mexico City). Currently pursuing a Ph. D. in History at El Colegio de Michoacn. His research addresses intellectual history, the history of cultural journals and Catholicism in Mexico during the first half of the 20th century.

 

Fecha de recepcin: junio de 2011; Fecha de aceptacin: octubre de 2012.

 

Resumen

El artculo aborda el pensamiento cristiano de Antonio Caso como una religiosidad opositora al catolicismo en Mxico. Este cristianismo conjugado con las ideas liberales y algunas filosofas de la primera mitad del siglo XX, como el personalismo y el intuicionismo, dieron como resultado una fe apartada de la institucionalidad defendida por la Iglesia. Se destaca la pervivencia del cristianismo ante el proceso secularizador en uno de los miembros ms representativos del Ateneo de la Juventud y de la intelectualidad mexicana en el siglo pasado.

Palabras clave: Cristianismo; catolicismo; personalismo; intuicionismo; secularizacin; religiosidad.

 

Abstract

This paper explores Antonio Caso's Christian thought as a form of religiosity that opposed Catholicism in Mexico. This Christianity combined with liberal ideas and certain philosophies from the first half of the 20th century: such as personalism and intuitionism, resulted in a faith that wasquite separate from the institutionality defended by the Church. The author highlights the survival of Christianity despite the secularization process in one of the most representative members of the Ateneo de la Juventud and Mexican intellectual life of the past century.

Key words: Christianity; Catholicism; personalism; intuitionism; secularization; religiosity.

 

Introduccin

Es claro que la convivencia del catolicismo con las ideas secularizantes ha sido rspida y en algunos momentos claramente conflictiva y violenta.1 Los crticos de la Iglesia han sido variados en Mxico, desde la faccin liberal emanada del movimiento de Reforma; pasando por el rgimen posrevolucionario, hasta llegar, por lo menos, a los aos treinta, con las pugnas entre catlicos y los seguidores de Garrido Canabal.2 Sin embargo, paradjicamente, no podemos asegurar que estos detractores se hayan alejado del todo del dogma catlico o de la fe cristiana en general. La religiosidad popular y personal continu manifestndose a la par que el proceso secular se consolidaba con mayor fuerza en las instituciones pblicas.

Durante los aos treinta el catolicismo intent recuperar la hegemona que haba perdido en el pas, pero el Estado reforz las medidas que se venan implementando para neutralizar el poder y la influencia del clero en la poblacin: se disminuy el nmero de sacerdotes; Plutarco Elas Calles lanz el "Grito de Guadalajara" en julio de 1934 manifestando que la revolucin deba "apoderarse de la conciencia de la niez", y en ese mismo ao la educacin se declar socialista. Con el gobierno del general Lzaro Crdenas, aunque se haban disminuido las tensiones entre los dos poderes, las disputas ideolgicas en torno a la educacin resurgieron con nuevas fuerzas3 y se manifestaron de manera espordica brotes de violencia entre los catlicos y algunos grupos anticlericales, sin que esto resultara en un nuevo conflicto armado.4

En general, los catlicos buscaron tener ms injerencia en la vida social, pero se abstuvieron de participar tan activamente como antes en la vida poltica. Despus del fin de la cristiada, los seglares mexicanos intentaron sustituir, en algunos aspectos, las funciones desempeadas por los sacerdotes en el mbito social. Tambin buscaron tener ms participacin en el mbito acadmico e intelectual. Al respecto es interesante la influencia que tuvieron en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico durante los aos treinta y cuarenta, particularmente como opositores a la educacin socialista durante el periodo presidencial de Lzaro Crdenas.5

Un crtico poco comn del catolicismo durante este periodo fue Antonio Caso (1883-1946), quien, sin embargo, mantuvo una cercana relacin con el cristianismo hasta el final de sus das. A diferencia de Jos Vasconcelos, otro destacado "atenesta", quien en su juventud reneg de su fe pero que con la vejez volvi al catolicismo materno, Caso permaneci defendiendo un cristianismo sin Iglesia.

En cuanto al estudio del pensamiento d Antonio Caso, dos aspectos se han destacado de su trabajo intelectual: su figura como pieza clave del derrumbamiento del positivismo en Mxico y sus crticas a los dogmas religiosos, polticos y filosficos. Acerca del primer aspecto, el propio Caso se declar, en 1927, "derrocador de la hegemona comtista";6 posteriormente, en 1939, Alfonso Reyes contino construyendo esta imagen y destac que "los primeros ataques" hacia ese sistema filosfico provinieron de la "palabra elocuente" de Caso.7 Este discurso ha seguido repitindose sin cambios estructurales significativos por los estudiosos tanto del Ateneo de la Juventud como del pensamiento Casiano.8

Con respecto al segundo punto, uno de los primeros que reconoci en Caso su antidogmatismo o pensamiento antisistmico fue el espaol Jos Gaos. En una conferencia sustentada el 23 de agosto de 1946 consider que el filsofo mexicano, desde el primer momento, entendi que el estudio de la filosofa deba estar guiado por pensadores de todos los sistemas o escuelas, sin excluir a ninguno por sus tendencias opuestas. Desde el primer momento, nos advirti Gaos, tom Caso la filosofa fundamentalmente en forma no dogmtica, sino histrica9 Patrick Romanell tambin interpret de manera similar la filosofa del atenesta y destac que su actitud hacia la religin era "estrictamente la de un liberal", aunque lo sigui clasificando como catlico heterodoxo.10

Despus, en 1964, Carlos Escandn repiti las mismas premisas que haba establecido Jos Gaos varios aos atrs. En su opinin, Caso tambin era asistemtico, que no defenda slo una corriente filosfica sino que buscaba lo mejor de varias corrientes. Bajo estos lineamientos, la primera lucha que libr fue contra el positivismo como sistema oficial y determinista, despus se opondra a los neokantistas, al marxismo "que pretenda ocupar en nuestro siglo la vacante del positivismo" y, por ltimo, al catolicismo.11

Como vemos, estos autores reconocieron tempranamente en la obra casiana una tendencia a negar las posturas hegemnicas o dogmticas, debido a que era un librepensador o un "historicista". Pensaban que la influencia del contexto histrico fue determinante para que hiciera una crtica de las ideas, creencias y filosofas oficiales.12En sntesis, se entendi que el antidogmatismo de Caso era una respuesta a su circunstancia histrica.13 Es notable que todava en aos recientes seguimos encontrando la misma visin: Enrique Krauze afirm que el filsofo mexicano a lo largo de su vida comulg con el antidogmatismo, primeramente contra el positivismo y despus contra el socialismo.14

En el presente artculo, adems de discutir estos supuestos interpretativos, se tiene un objetivo primordial: estudiar el cristianismo como piedra angular de los postulados filosficos de Antonio Caso y su crtica al catolicismo. Aunque estoy de acuerdo en que sus escritos se caracterizaron por su crtica a los sistemas "dogmticos de pensamiento" como el positivismo, el marxismo y el catolicismo, considero que argumentar que Caso era antidogmtico es un error que debe corregirse. Definitivamente, desde su trinchera, busc descalificar a sus adversarios filosficos y polticos. En este sentido, el cristianismo, como doctrina y pensamiento dogmtico, fue su arma predilecta. En resumen, aunque se opona a los dogmas, l mismo se apoyaba en un pensamiento dogmtico: el cristianismo.

 

La crtica del positivismo

Antonio Caso naci en la ciudad de Mxico en el ao de 1883, cuando en el pas se haba consolidado el poder del general Porfirio Daz y el liberalismo emanado de la revolucin francesa y continuado por los idelogos de la Reforma conviva tanto con el positivismo comtiano como con un catolicismo recuperado tras sus luchas con los liberales. En casa del filsofo mexicano convivan estas tradiciones en pugna: "su padre era positivista y liberal y su madre profundamente catlica".15 Pese al liberalismo paterno, los primeros cinco aos de vida, segn Carlos Escandn, los "vivi al calor de un hogar cristiano".16

Desde muy joven defini sus intereses intelectuales en el campo de las humanidades, especialmente le interes la filosofa porque, pese a que su padre le haba escogido la carrera de ingeniero, l prefiri los estudios jurdicos, que eran ms cercanos a esta disciplina.17 Sus estudios profesionales los realiz en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde se recibi de abogado en 1908. Hay que recordar que estas dos instituciones constituan el bastin positivista del rgimen porfirista. Esta educacin preparaba a los jvenes para una vida productiva fuera de todo dogma religioso. Para Alfonso Reyes el fin primordial de aquella enseanza no era formar abogados, ingenieros y mdicos "sino preparar ciudadanos [...] gente apta para servir a la sociedad en los rdenes no profesionales".18

La enseanza positiva postulaba que la ciencia era el nico medio para crear en los mexicanos un orden mental que evitara la discusin y la diferencia de opiniones. Se trat de generar progreso por medio de la objetividad que las ciencias duras proporcionaban, dejando de lado en el mbito educativo todo aquello que significara incertidumbre.19 Por lo tanto, la religin y las humanidades tenan camino vedado, se encontraban, por definicin, fuera de todo orden. "Quien quisiera alcanzar algo de humanidades [comentara Alfonso Reyes] tena que conquistarlas a solas, sin ninguna ayuda efectiva de la escuela."20 Vasconcelos tambin se lament de las mismas cuestiones:

En la ctedra se nos estrangulaba sistemticamente la fantasa, "no otorgars fe sino al testimonio de tus sentidos". "La observacin y la experiencia constituyen las nicas fuentes del saber." Estos y otros conceptos cotidianos recordados ante cada ocasin iban conformando un criterio metdico, rigurosamente cientfico.21

Estas medidas tomadas por el gobierno mexicano desde 1868, con Benito Jurez y Gabino Barreda como encargado de la Escuela Nacional Preparatoria, buscaron superar la anarqua que vena caracterizando al pas. Sin embargo, en esta bsqueda uno de los objetivos primordiales fue mitigar el poder que la Iglesia catlica haba concentrado como religin hegemnica. En este periodo se trat de que el mexicano dejase de lado el fanatismo religioso y se avocara, solamente, a la evidencia sin cortapisas que proporcionaban las leyes cientficas. Como sabemos, la disminucin de los adeptos al catolicismo en Mxico fue prcticamente nula, pero lo que s se logr fue crear una conciencia poltica secular, apartada de todo dogma religioso.

Ante estas circunstancias se ha dicho que la lucha emprendida por el Ateneo de la Juventud en el mbito educativo y filosfico fue restituir la metafsica que las ciencias duras haban relegado.22 Durante los primeros aos del siglo XX la divisin entre la metafsica y las ciencias era muy marcada. Para los autores del Ateneo, la metafsica era sinnimo de filosofa, es por esto que el positivismo, que estaba cercano a la fsica, escapaba de esta categora. Tambin la biologa desempe un papel muy importante en el esquema comtiano adoptado por la Escuela Nacional Preparatoria. La biologa, a diferencia de las matemticas, la astronoma, la fsica y la qumica, se ocupaba "de la variacin", de lo mutable. Esto la acercaba con la historia, con la condicin temporal, adems requera de la clasificacin, que ordenaba las formas de lo simple a lo complicado.

El otro pilar fue la astronoma: la sociedad se asemejaba a un sistema solar del que no haca falta ms que identificar su centro, los cuerpos subordinados y sus rbitas para tener la figura completa de algo que se mueve, pero cuyo orden bsicamente no cambia, reproducindose a perpetuidad. La culminacin de la filosofa positivista era llegar a la fsica social o sociologa: las sociedades se comportaban bajo los lineamientos que sus estructuras orgnicas les dictaban, por lo cual restaba nicamente dilucidar los mecanismos de su funcionamiento.23

Sin embargo, en la actualidad no podramos separar al positivismo del pensamiento metafsico, comometarrelato que se caracteriz por su estructura teleolgica y dialctica, hoy podemos considerar que perteneca a "la filosofa de la conciencia", como la ha llamado Jrgen Habermas.24 En este sentido, la metafsica nunca se haba retirado de las aulas mexicanas. Lo que realmente lograron Antonio Caso, Alfonso Reyes, Jos Vasconcelos y Pedro Henrquez Urea, entre otros, fue ampliar el plan de estudios de la enseanza en Mxico. En cuanto a las humanidades, tampoco se haban olvidado del todo durante el porfiriato. Muestra de esto es que Alfonso Reyes describe la manera en que su maestro Justo Sierra les dio las bases para la crtica del positivismo:

A veces abramos la Historia de Justo Sierra, y nos asombrbamos de leer, entre lneas, atisbos, sugestiones audaces, audacsimos para aquellos tiempos, y ms en la pluma de un ministro. El positivismo mexicano se haba convertido en rutina pedaggica y perda crdito a nuestros ojos.25

Segn Jos Vasconcelos, la importancia de Justo Sierra para la generacin de transicin radicaba en que "a los entusiasmos comtistas opuso la fina irona y la elevacin de su pensamiento", y al pblico ilustrado siempre le repiti que la ciencia estaba muy lejos de ser lo indiscutible. Adems, hizo hincapi en que tuvo la flexibilidad de espritu para adivinar los nuevos derroteros del pensamiento y acogi "el nuevo idealismo francs" para fundamentar la crtica de la ciencia, "con el propsito de asignar al empirismo su justo lugar entre los recursos admirables del ingenio humano".26

En efecto, la influencia de Justo Sierra en esta generacin nos muestra que el positivismo, desde tiempo atrs, no era respetado al pie de la letra por los intelectuales mexicanos. Indudablemente se continuaron haciendo lecturas de los clsicos, de poesa modernista, de textos metafsicos y religiosos, en otras palabras, las humanidades y la religin nunca dejaron de practicarse. Desde el establecimiento del positivismo como filosofa oficial, la intelectualidad mexicana se polariz en dos grandes facciones: aquellos que han sido denominados como jacobinos o liberales puros, que se caracterizaron por defender el krausismo, el espiritualismo, el pantesmo y otras formas de pensamiento consideradas como metafsicas; y los catalogados como liberales-conservadores, que expresaron su cercana con un positivismo de corte comtiano y spenceriano.27 As, desde el principio existi una clara delimitacin entre la ciencia y la metafsica.

Entre los primeros crticos del positivismo se encontraban Jos Mara Vigil, quien era un frreo defensor del espiritualismo y profesor de lgica en la Escuela Nacional Preparatoria; Jos Mara Castillo Velasco, catedrtico de derecho constitucional; Ignacio Manuel Altamirano, catedrtico de historia de la filosofa, entre otros. La introduccin del krausismo (de fundamentos seculares) en Mxico fue determinante para que este liberalismo tradicional pudiera combatir tanto al catolicismo como al positivismo naciente. Este grupo, desde diferentes frentes como la prensa y la educacin, busc evitar que el positivismo se convirtiera en la ideologa oficial del rgimen.28 Teniendo en cuenta esto, entendemos que Antonio Caso, en su crtica al positivismo, recogi, consciente o inconscientemente, la tradicin liberal practicada por generaciones anteriores.29 Otra herramienta terica en su fundamentacin crtica de este sistema filosfico fue el intuicionismo de Henri Bergson (1859-1941).

La crtica de Bergson y de Caso al positivismo estaba dirigida a su extremo racionalismo (intelectualismo) cientificista.30 En cambio, el intuicionismo o la metafsica en general no solamente hacan uso de la razn, sino que se basaban en la intuicin para el conocimiento del mundo. La inteligencia que basaba el conocimiento en el mtodo cientfico, en el pensamiento conceptual que busca la medida y la comparacin, las semejanzas y lo que hay de comn en varios individuos, es generalizadora y se desarrolla alrededor de lo inerte, de lo quieto, de lo material. Por el contrario, la intuicin es el nico camino para conocer la realidad, es decir, la relacin directa con un objeto sin intermediarios.

En sntesis, se haca una distincin entre el intelectualismo y el intuicionismo, el primero basado nicamente en la razn, como el positivismo, y el segundo en la intuicin como va complementaria de conocimiento. El intelectualismo y el positivismo eran para Bergson una forma incompleta de entender la realidad, porque el intelecto era "la facultad de los conceptos", y los conceptos "son la sntesis de lo que una multitud de objetos singulares tienen de comn o de parecido". Un ejemplo sera, segn esta definicin, que cuando decimos de un objeto que es un tringulo, no nos referimos en realidad al objeto mismo en su singularidad, en su puro ser, sino a la comparacin establecida entre ese objeto y otros muchos semejantes.31 Es decir, la inteligencia no conoce la esencia de los objetos sino que solamente hace relaciones entre ellos.

Aunque Caso utiliz el intuicionismo bergsoniano para oponerse al positivismo, considero que no se lo debe concebir como artfice del derrumbamiento del positivismo en Mxico. Su filosofa en ningn momento fue revolucionaria, ya que el sistema comtiano, y spenceriano, ya estaba herido de muerte. Sin embargo, el cristianismo Casiano otorga nuevos matices para interpretar la filosofa y la espiritualidad mexicanas de la primera mitad del siglo XX.

 

La religiosidad de Caso

Las ideas filosficas de inicio del siglo XX, de las que Caso era conocedor (aunque de manera muy superficial), estaban marcadas por un dejo de rebelda intelectual hacia los sistemas establecidos. Desde finales del siglo XIX las corrientes de pensamiento tendan a buscar nuevas alternativas que sustituyeran la situacin circundante. Siguiendo los trabajos de Caso es posible conocer, a grandes rasgos, sus primeras influencias filosficas, pero tambin sus primeros deslindes tericos. La Sociedad de Conferencias, antecedente del Ateneo de la Juventud, organiz una serie de plticas que se celebraron entre los meses de mayo y julio de 1907 y, debido al xito obtenido, el 14 de marzo de 1908 en el Teatro del Conservatorio Nacional se volvieron a realizar las mismas actividades. Caso particip con dos conferencias, una dedicadas a Friedrich Nietzsche y la otra a Max Stirner.32

En su opinin, tanto Nietzsche como Stirner defendan un individualismo extremo, el primero con su teora delsuperhombre y el segundo mediante el anarquismo. El pensamiento nietzscheano fue una respuesta, una crtica hacia el mundo y su situacin histrica.

La tica del superhombre brot a consecuencia del profundo desaliento, de la inmensa y de la tristsima decepcin nacida en el alma del filsofo al contemplar las innumerables miserias que afligen a la humanidad. El superhombre es un hijo del dolor humano.33

Nietzsche propona, segn Caso, una indiferencia para con los dolores del prjimo, para con los enfermos, para con "los decadentes que emponzoan la vida"; la piedad se defina "como el mayor obstculo para el engrandecimiento", y la caridad como el "ms nocivo de los vicios".34 De esta manera, la propuesta de Nietzsche buscaba un engrandecimiento del hombre pero contrario al cristianismo y sus postulados. Por el otro lado, Stirner suscriba un nominalismo moral absoluto. Stirner, negador de toda autoridad, conceba que el individuo era el nico valor y no exista nada sobre l. En este sentido, se entenda que ni el Estado ni Dios estaban sobre el individuo y su propiedad:

Lo divino mira a Dios, lo humano mira al hombre. Mi causa no es divina ni humana; no es lo verdadero ni lo justo, ni lo bueno, ni lo libre; es lo mo. No es general, sino nica, como yo soy nico. Nada est por cima de m; yo soy el propietario de mi poder; y lo soy porque me s nico.35

El cristianismo casiano surgi en oposicin a estas dos formas de pensamiento a las que catalogaba como "egosmos totalizantes". Para l, el secreto para eliminar la lucha social era la cooperacin de todos los individuos: porque "apoyados unos en otros, vamos, peregrinos en el desierto de la vida, hacia la promisin de una tierra mejor".36En pocas palabras, propona el postulado cristiano de "ama a tu prjimo como a ti mismo".

Sobre la creencia pesimista de Nietzsche, ms humana, ms cientfica, ms consoladora, est la creencia que con su carne y su sangre, vienen infundiendo, hace muchas generaciones, las madres cristianas a sus hijos. "Ama a tu prjimo como a ti mismo", as habl el hombre divino de Judea, y su voz ha sabido suscitar un eco interminable en todas las latitudes y en todas las conciencias. "Ama a tu prjimo como a ti mismo", ved aqu la norma perfecta para una sociedad perfecta.37

Tomando en cuenta la fuerte religiosidad mexicana, no sorprende en absoluto este pensamiento cristiano que caracteriz su obra, sin embargo, llama la atencin que se alej de los dogmas catlicos, siendo, por esta razn, un cristiano sin Iglesia. Como ya se vio, fue educado desde pequeo bajo las normas catlicas; entrado en la edad adulta, debido a la influencia paterna, permaneci siendo cristiano, pero tambin defendi un liberalismo de antiguo cuo. En esta primera etapa de su pensamiento, la propuesta de Caso, contraria a la de Nietzsche y Stirner, era volver a un cristianismo despojado de los dogmas eclesisticos. Su propsito fue dar a conocer una va alterna que pudiera guiar a la humanidad por mejores rumbos. Es decir, el anarquismo, el superhombre y el cristianismo eran para l representaciones de la bsqueda intelectual que se manifestaba en el mundo para sustituir a los sistemas existentes.

En la primera obra de Antonio Caso podemos encontrar nuevos fundamentos de su religiosidad apartada del catolicismo. En Problemas filosficos (1915) se incorpor un artculo que data de una poca ms temprana, nos referimos a "Perennidad del pensamiento religioso y especulativo", que fue publicado por primera vez en la revista Savia Moderna (1909). En este trabajo, anterior a la formacin del Ateneo de la Juventud, plasm sus primeras impresiones en torno a la religin y declar su afinidad con una "religin personal" basada en William James.38 Afirm que no deba "hablarse de teologas sino de religiones, y ms bien que de religiones, de religiosidad, de religin personal".39Posteriormente, en 1915, encontr similitudes entre el positivismo y la Iglesia catlica que lo llevaron a separarse definitivamente de ella:

el comtismo es, como ha dicho Huxley, "un catolicismo sin cristianismo", es decir, algo que, por su forma externa, por su jerarquizacin desptica, convena a un pueblo que nada ha tenido de cristiano y s mucho de idlatra [...] La sustitucin de los viejos fetiches catlicos por los nuevos fetiches comtistas, poda ser fcil. Para algunos fanticos casi insensible, hoy mismo, insensible.40

As lo afirm en otro momento: "Soy cristiano y devoto del Evangelio; no me refiero a ninguna Iglesia ni a ninguna comunin."41De esta manera, pensaba que tanto el catolicismo como el positivismo se organizaban de manera desptica, ambos eran similares porque imponan un dogma, es decir, ambos enseaban "fetiches" que slo llevaban al fanatismo. Es claro que de la lectura de estas declaraciones surgi la idea, que hasta ltimas fechas se ha seguido manteniendo, de que su pensamiento era antidogmtico. Sin embargo, podemos afirmar que sus creencias cristianas eran tan arraigadas que todas sus especulaciones filosficas no fueron otra cosa que la exaltacin del evangelio paradjicamente mezclada con un liberalismo tradicionalista 42

Su liberalismo en cuestiones polticas se aclara si reproducimos sus crticas a los gobiernos que l consideraba totalitarios. Pensaba que dos elementos constituan los ejes alrededor de los cuales giraba toda la vida civil: lalibertad y las leyes. La negacin de cualquiera de estos dos aspectos traa como consecuencia la formacin de Estados caticos. Caso examin tres de sus expresiones: el despotismo que representaba "la apoteosis del poder y de la ley pero sin libertad", "dspotas abominan de la libertad, como los anarquistas del poder"; laanarqua era "apoteosis de la libertad catica, que niega todo poder y abomina de la ley". El Estado anrquico "exagera sin proporcin uno de los elementos indeclinables de la vida colectiva: la libertad", y, por ltimo, labarbarie "suprime la libertad y la ley, es decir, elimina la cultura [...] La eliminacin de la cultura es la eliminacin de lo humano. "43

Para evitar el advenimiento de estas formas de gobierno, propona un trmino medio entre la libertad de la persona y las leyes, es decir, un tercer elemento que "mirara hacia la libertad y hacia la ley, con ecuanimidad y prestancia".44Ese tercer componente era el poder o la autoridad. La autoridad tena, como finalidad primordial, la obligacin de velar y promover "la libertad dentro de la ley". El poder o la autoridad no era un fin en s, solamente la libertad era finalidad, siempre y cuando estuviera dentro de la ley. Slo la armona, la euritmia social de estos elementos, engendrara la repblica culta.45 Entenda la cultura como un fin en s, una meta a la que el ser humano deba llegar. Para l la repblica culta significaba "poder con libertad y con ley". As, el fin ltimo de la actividad social, en donde se encontraban las instituciones polticas y jurdicas, era "alcanzar la felicidad de las gentes, con la consecucin de los supremos valores de la cultura: verdad, belleza, justicia, bondad, santidad".46 En su opinin los gobiernos extremistas negaban la cultura y los supremos valores?47 La concepcin casiana de gobierno y sociedad corresponda al ideal humanista de crear una repblica culta. La libertad debera ser para todos, pero siempre que ello fuera el medio de adquirir la verdad, de realizar el bien y la justicia; "porque no nacimos para ser libres, sino para ser buenos".48

Despus de la revolucin rusa escribi un artculo titulado "Rusia y Mxico" (1917) que fue incluido en el libroDiscursos a la nacin mexicana (1922). En este texto reflexion sobre las revoluciones latinoamericanas y sus similitudes con la Rusia revolucionaria. Para Caso, los pases americanos haban vivido a lo largo de su historia "dentro de la revolucin sistemtica".49 Rusia, por su parte, se asemejaba a las repblicas latinas porque era una civilizacin a medias. La nacin europea deba "convertir su despotismo genuino, oriental, en vida libre, popular y representativa", y los mexicanos, de igual manera, tenan que resolver este "pavoroso problema".50En suma, la revolucin y la barbarie regan el mundo.51

En cuanto a la democracia en Mxico, pensaba que no haba logrado consolidarse por la falta de unidad racial o del "trato humano uniforme".

Mientras no resolvamos nuestro problema antropolgico, racial y espiritual; mientras exista una gran diferencia humana de grupo a grupo social y de individuo a individuo, la democracia mexicana ser imperfecta; una de las ms imperfectas de la historia.52

La desigualdad social era uno de los grandes problemas en Mxico, y el socialismo signific, despus del triunfo bolchevique, una de las opciones ms recurridas para aliviar esta situacin. Sin embargo, pensaba que el socialismo que postulaba la lucha de clases, "que en todo ve contradiccin y lucha",53 incurra en un error, porque la vida social "no slo es lucha, es tambin cooperacin, indisolublemente cooperacin y lucha".54 Fiel a su humanismo cristiano, Caso se alejaba de la ideologa socialista y propona como alternativa el amor y la caridad, porque "el problema de la patria" era "solamente un sutil, un arcano problema de amor".55

 

La existencia como caridad

Como hemos estado argumentando, el pensamiento cristiano, y fundamentalmente catlico, influy de manera sustancial en Antonio Caso. No solamente por su ambiente familiar y social, sino tambin por las lecturas de pensadores y filsofos cercanos a lo religioso. Fue un estudioso de las obras de San Agustn, de Santo Tomas, de Santa Teresa de Jess; de Kierkegaard y de Tolsti. Pero frente a esta influencia netamente espiritual siempre tuvo como contrapeso las bases laicas de su educacin liberal y positivista.

Estas dos posturas, la religiosa y la laica, fueron aprovechadas por Caso para formar su filosofa. De forma selectiva, tom del catolicismo el seguimiento de las enseanzas de Jess y se neg a ser un seglar de la Iglesia. Del liberalismo incorpor el escepticismo y rechaz el individualismo extremo. En una obra podemos agrupar la totalidad de sus intereses intelectuales, nos referimos a La existencia como economa, como desinters y como caridad.56

El proyecto inicial era redactar una serie de lecciones para ofrecer en forma de conferencia una "sntesis del cristianismo". Las conferencias se llevaron a cabo dentro del marco de la Universidad Popular Mexicana en el ao de 1915 y estuvieron compuestas por biografas morales "de algunos grandes cristianos".57 Despus le surgi la inquietud de realizar un ensayo que explicara la "esencia del cristianismo", lo fundamental en la cosmovisin cristiana: la exaltacin de la caridad.

Contraria a la existencia como caridad conceba la existencia como economa. En esta concepcin econmica, la vida se defina mediante un fondo comn fisiolgico, es decir, conforme a las necesidades puramente vitales del organismo humano. La existencia, conforme a estos postulados, se conceba como reproduccin (herencia) y acaparamiento (nutricin).58 Estos dos elementos, la reproduccin y la nutricin, representaban el "mpetu vital" del hombre. Basado en el fisilogo francs Claude Bernard (1813-1878), Caso entenda la nutricin como la constante manifestacin universal del vivir.

El ser viviente, en su afn natural de supervivencia, tena la necesidad de expansin, de conquista, de acaparamiento, es decir, de nutricin y reproduccin para realizar su propia utilidad. El fin primordial de la vida, dejando de lado toda concepcin trascendental o finalidad universal, era el acaparamiento, el aprovechamiento del mundo, en suma, el egosmo. Nutrirse era "transformar el ambiente material en propiedad y crecer, en consecuencia economizar".59Al estudiar las races evolucionistas, que se encontraban primeramente en Lamarck y despus en Darwin, entendi que la moral de la vida era vista como la lucha por el provecho individual, una moral concebida nicamente en trminos biolgicos, donde se mostraba "la lucha de un ser viviente contra otro ser viviente".60 As, la lucha y el egosmo guiaban a los instintos biolgicos.

El ser [...] biolgico, omnvoro y omnipotente, transformara en propio todo cuanto no fuese l mismo [...] Aprovechara la materia inerte, en seguida para elaborar instrumentos, utensilios, sobre todo armas.61

Como vemos, la crtica iba dirigida a la propiedad. La existencia como caridad, por el contrario, buscaba ir ms all del puro valor econmico y biolgico. La finalidad era moral.62 Es por esto que era intil el amor al individuo y a la especie, es decir, a la humanidad en su conjunto. Se preguntaba qu sentido tena el conquistar, reproducirse, crecer, triunfar en el medio o sobre del semejante si a final de cuentas llega la muerte, el aniquilamiento de la individualidad? La respuesta estaba en la caridad cristiana, que era entendida como el desprendimiento en oposicin a lo econmico, exaltar el mnimo de provecho por el mximo de esfuerzo.

La conviccin de Antonio Caso era la de un humanismo basado en el cristianismo. La caridad cristiana ocupaba el escalafn ms alto para contrarrestar el valor econmico y materialista. Critic primeramente al positivismo, al capitalismo y posteriormente al socialismo naciente en el siglo XX. Desde la obra La existencia..., en 1916, hasta una de sus ltimas obras La persona humana y el Estado totalitario (1941), Caso sigui la misma lgica de pensamiento que contrapona las dos ticas: la materialista y la cristiana.

Quedan en presencia las dos ticas; la cristiana y la moderna. Una nace de la energa incontenible y divina; otra de la reivindicacin llena de resentimiento. Una es absoluta como todo lo eterno; otra queda circunscrita a la brega social y constituye el imperialismo del proletariado, frente al imperialismo del capitalismo. No! El cristiano no cabe de imperialismos. Realiza su obra ms all de toda codicia por el poder [...] Slo el que no tiene propiedad se posee a s mismo. La existencia como caridad es la plenitud de la existencia.63

Este humanismo cristiano basado en una religin personal defenda como piedra angular "la experiencia religiosa de cada quien; algo como el ltimo desarrollo del libre examen protestante".64 Esta creencia religiosa yaca en la esencia de la propia naturaleza personal.65Basado en Kant afirmaba que la religin pura era "el hecho psicolgico y moral de que nuestra persona no reconoce la sumisin a rdenes ajenas, sino que se erige en juez de su conducta".66 La libertad religiosa era para l la esencia del personalismo religioso.

El personalismo signific para su pensamiento la frmula para oponerse al socialismo creciente que vena dndose en el siglo XX. Desde el siglo XIX, adems de la tendencia social, se viva una reivindicacin personalista a escala mundial: Charles Renouvier (1815-1903), Alexis Carrel (1873-1944) y, desde el catolicismo, Emmanuel Mounier (1905-1950) defendan esta corriente.67 Segn Caso, el personalismo superaba tanto los planteamientos de Nietzsche y de Stirner, como el egosmo netamente individualizante y el colectivismo que tenda a ver en la persona nada ms que una unidad numrica. En sus propias palabras, hacia 1940 el personalismo era:

el movimiento filosfico contemporneo, empeado en superar los puntos de vista del individualismo y el socialismo; ambos errneos e incompletos. Todo individuo de la especie humana es una persona. No puede explicarse por el puro individualismo ni por el socialismo, [...] El individualismo burgus del siglo XIX se empe en tener algo; el personalismo —en la nueva acepcin del vocablo— sostiene: ser algo. Frente al individualismo del tener, est, pues, el personalismo del ser.68

Tanto el individualismo como el comunismo eran identificados por Antonio Caso como dos formas del egosmo. Su propuesta era ni el individuo ni la comunidad; sino la sociedad basada en la justicia, es decir, en "la unin moral de los hombres, respetuosa de los valores", porque "la comunidad que tiraniza al hombre olvida que los hombres somos personas, no unidades biolgicas; [somos] centros espirituales de accin culta".69

 

Polmica con el poeta catlico Alfonso Junco

El poeta regiomontano Alfonso Junco (1896-1974), despus de terminar sus estudios en contadura en su estado natal, se traslad a la ciudad de Mxico en 1918, en donde radicara hasta el da de su muerte el 12 de octubre de 1974. Recordado por su catolicismo militante y su hispanismo doctrinario, Junco defendi a lo largo de su vida a la Iglesia y a Espaa como sus ms preciados valores. Fue un reconocido escritor religioso, historiador identificado con el conservadurismo y divulgador de las letras en general. Sus textos siempre tuvieron un acento combativo.

Para Ricardo Prez Montfort, desde los aos veinte hasta los cuarenta el hispanismo se bas en un principio que planteaba la existencia de una gran familia, comunidad o raza trasatlntica que distingua a todos los pueblos que en un momento de su historia pertenecieron a la corona espaola. Esta identidad hispnica descansaba en la conviccin de que los espaoles desarrollaron una serie de formas de vida y de cultura propias que fueron trasplantadas a las colonias y transmitidas a los aborgenes, "de manera que estos quedaron definitivamente integrados a la 'raza' espaola". Para los hispanistas, esta raza no era simplemente cuestin de sangre, sino que tambin la cultura, la historia, las tradiciones, la religin y el lenguaje formaban parte imprescindible de lo que llamaban "la patria espiritual".70"El imperio espiritual", como tambin se lo llam, planteaba que este hispanismo descansaba sobre varios principios, entre los que destacaban tres: la religin catlica, que se vinculaba con la nacin; la sociedad jerarquizada, que defenda el gobierno de una elite, y el lenguaje. Por ltimo, este grupo rechazaba prcticamente todas las contribuciones aborgenes en la formacin de las nuevas naciones, y era opositor a la injerencia del pensamiento norteamericano en los pases americanos.71

Alfonso Junco fue uno de los ms fervientes defensores de la cultura espaola.72 En su libro El difcil paraso,compuesto por artculos periodsticos que siguieron mes con mes la guerra civil espaola, defendi al rgimen de Franco de los ataques perpetrados por sus opositores. Para l no exista "nazificacin" en el Estado espaol, pese a que tanto los alemanes como los italianos ayudaron a Franco en la guerra civil: "La eventual alianza blica, y las naturales cortesas y deferencias entre los aliados, no implican identificacin de doctrinas. Como tampoco la hay, del otro campo, entre Inglaterra y Rusia".73 Mejor dicho, Franco era un catlico sincero, y como tal deba repudiar al nazismo. Por tanto, vea al franquismo como una reforma cristiana que hara resurgir la tradicin espaola catlica, que salvara a la nacin del peligro comunista.74

En opinin del poeta catlico, la cultura espaola en Mxico haba tenido un papel integrador bajo una "doctrina espiritualista y cristiana".75 Consideraba que el indigenismo sola prescindir del hispanismo y aun repudiarlo. El hispanismo, en cambio, "nico hispanismo entero y verdadero, porque lo catlico es la entraa misma de lo hispano", amaba y senta al indgena como cosa propia. No lo segregaba, sino que lo incorporaba.76

Hay que aclarar que el hispanismo de Alfonso Junco, y de muchos otros autores, aunque en el discurso incorporaba al indgena como una de las races de lo mexicano, en realidad muy pocas veces tomaba la cultura autctona como base de la nacionalidad. Por el contrario, eran ms insistentes en los aspectos occidentales como la religin cristiana, la lengua castellana, las tradiciones europeas, etc. La religin catlica era uno de los ejes de la identidad hispnica y se defenda como parte primordial de lo nacional en oposicin a lo "extranjero".

En este contexto intelectual, la polmica protagonizada por Antonio Caso y Alfonso Junco en el peridico El Universal, nos muestra la pugna irreconciliable entre el liberalismo, en este caso cristiano, y el catolicismo que durante los aos treinta luchaba por reposicionarse.77 La polmica inici el 6 de marzo de 1936 con la publicacin de un artculo de Caso titulado Renn y Berdiaeff. El escrito analizaba el libro Una nueva Edad Media, de Nicols Berdiaeff (1864-1948), y el captulo final del libro Historia del pueblo de Israel, de Ernest Renn (1823-1892). Ambos textos, para Caso, coincidan en que el mundo moderno probablemente regresara a un estado muy similar al vivido en la Edad Media debido a que tanto la Iglesia catlica como el socialismo ruso negaban la individualidad y eran nocivos para el mundo "civilizado".78

En general, tanto con la Iglesia como con los bolcheviques, "la libertad de la conciencia individual, el derecho a la autonoma del pensamiento se habrn abolido".79 Esta tesis, defendida por Caso, le pareci errnea a Alfonso Junco quien, el 14 de marzo del mismo ao, public en El Universal el artculo titulado "Dogma y libertad", en donde desarroll tres preguntas bsicas: "Son inconciliables el dogma y la libertad?, Hiero mi libertad filosfica y cientfica, al adherirme racionalmente a una verdad revelada? y, por ltimo, Ello me har agredir la libertad de los otros, imponindoles por la fuerza, no por la persuasin, esa verdad?"80

Junco afirm en esa ocasin que ser seguidor de un dogma religioso no implicaba perder la libertad, y tambin declar que "libre y racionalmente" pensaba que Dios era infalible, que puede comunicarse y se ha comunicado con los hombres, y que lo que consta que ha comunicado es verdad segursima y suprema. Junco hizo hincapi en que aceptar un "cuerpo de verdades dogmticas" no ataba ni dificultaba "la especulacin filosfica ni la experimentacin cientfica".81

En un artculo publicado el 20 de marzo con el ttulo "Libertad y dogma", Caso respondi al poeta catlico y coincidi con l en que seguir un dogma no afecta la libertad de pensamiento del creyente, y que "es imposible constreir a nadie a que abrace una fe, ya que el nico camino es propagarla por medio de la persuasin".82Sin embargo, en su opinin, el peligro apareca cuando el creyente no usaba la persuasin sino la fuerza para imponer su dogma.83

Las discordancias se dieron en la manera de concebir la fe. Segn Caso, la creencia religiosa de ninguna manera se apoyaba en la razn, ya que "si la fe catlica se pudiera demostrar como se demuestra un teorema de Euclides, sera virtud la fe?"84 El 28 de marzo, en el artculo titulado "El problema de la fe. Razn, virtud, sobrenaturalismo", Junco respondi a estas inquietudes afirmando que "la fe es eminentemente racional", ya que por medio del entendimiento se accede a las verdades reveladas por Dios.85 Por su lado, Caso concluy que si bien es cierto que la fe es para seres racionales, tambin es la suprema fortaleza de creer en lo inseguro: "no se puede demostrar la fe; porque lo que no es exclusivamente racional, no puede ser objeto de rigurosa demostracin". Y de manera concluyente afirm que ninguna fe es universal, como lo es, por su esencia, la razn.86

En la polmica se muestra la clara separacin entre lo pblico y lo privado. La religin, como sabemos, haba sido colocada en el terreno de lo personal, fuera del terreno de lo poltico. Sin embargo, considero que esta separacin determinista no muestra en su totalidad la cercana convivencia entre la racionalidad y la espiritualidad en los individuos y en las sociedades. La lucha del catolicismo por pertenecer, por incorporarse a la modernidad, llev a Alfonso Junco a defender el carcter racional de la fe. Caso, por su parte, aunque era creyente consider que la fe, hija de la tradicin y de lo no comprobable, estaba fuera de los postulados modernos. En resumen, la polmica nos muestra claramente la dicotoma irreconciliable, producto de la modernidad, entre la razn y la fe, entre el liberalismo cristiano de Antonio Caso y el catolicismo de Junco.

 

Consideraciones finales

El cristianismo fue un arma que Antonio Caso utiliz para oponerse a los pensamientos filosficos, polticos y religiosos que circulaban durante la primera mitad del siglo XX en Mxico. El positivismo, el marxismo y el catolicismo fueron los centros de sus ataques. En el contexto posrevolucionario, los argumentos de Caso son, en algunos aspectos, continuacin de una confrontacin que se vena dando desde finales del siglo XIX entre las posturas "materialistas y las religiosas". La defensa de los postulados cristianos le permiti deslindarse de un liberalismo extremo y del catolicismo como fe hegemnica. Ayudado de las filosofas en boga: el personalismo y el intuicionismo, propuso una tercera va entre el individualismo y el socialismo.

Antonio Caso es producto, sntesis, de la labor secularizadora moderna cuyos efectos, en el aspecto religioso, propici una transformacin de la espiritualidad en Mxico. Desde el siglo XIX la convivencia del liberalismo y el positivismo con otras formas de pensamiento como el pantesmo y el krausismo, fue preparando el terreno a la aparicin de una fe personal, no institucional, pero no por ello no dogmtica. De esta manera, el supuesto antidogmatismo casiano se nos muestra como una estrategia retrica e ideolgica que no es posible seguir sosteniendo. Es claro que en la polmica con Alfonso Junco se ratifican las estrategias utilizadas por los dos contendientes para influir en la opinin pblica, y esto nos lleva a una dimensin poltica87 en la que las ideas liberales y las catlicas continuaron su aeja lucha. En suma, la caridad cristiana, como dogma religioso destinado a lo social y lo poltico, le permiti al filsofo mexicano participar y proponer una salida a los grandes problemas mundiales y nacionales.

 

Bibliografa

Abbagnano, Nicola, Diccionario de filosofa, FCE, Mxico, 2004.         

Aguilar Rivera, Jos Antonio, "El liberalismo cuesta arriba, Mxico (1890-1930)" en Marcela Garca Sebastiani y Fernando del Rey Reguillo (eds.), Los desafos de la libertad. Transformacin y crisis del liberalismo en Europa y Amrica Latina, Biblioteca Nueva, Madrid, 2008, pp. 143-171.         

Bastian, Jean Pierre (coord.), Los disidentes: sociedades protestantes y revolucin en Mxico en 1872-1911,FCE/COLMEX, Mxico, 1989.    

----------(comp.), Protestantes, liberales y francmasones, FCE, Mxico, 1993.         

----------, La mutacin religiosa de Amrica Latina. Para una sociologa del cambio social en la modernidad perifrica, FCE, Mxico, 1997.      

----------, La modernidad religiosa: Europa latina y Amrica Latina en perspectiva comparada, FCE, Mxico, 2004.         

Blancarte, Roberto, Historia de la Iglesia catlica en Mxico, FCE, Mxico, 1993.       

----------, "Introduccin" en Roberto Blancarte (coord.), Los retos de la laicidad y la secularizacin en d mundo contemporneo, COLMEX, Mxico, 2008, pp. 9-27.         

Cardiel Reyes, Ral, Retorno a Caso, unam, Mxico, 1986.         

Caso, Antonio, "Polmica sobre la existencia de Dios y las anttesis razn y fe, libertad y dogma" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1971, 1.1, pp. 417-513.         

----------, "Polmica sobre la orientacin ideolgica de la Universidad de Mxico" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1971,1.1, pp. 169-197.         

----------, "La existencia como economa y como caridad" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1972, t. III, pp. 5-26.         

----------, "Filsofos y doctrinas morales" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1973, t. II, pp. 77-19.         

----------, "Problemas filosficos" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1973, t. II, pp. 1-76.         

----------, "El peligro del hombre" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1975, t. VIII, pp. 179-239.         

----------, "La persona humana y el Estado totalitario" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1975, t. VIII, pp. 3-173

----------, "El crepsculo de Maquiavelo" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1976, t. IX, pp. 31-33.         

----------, "El problema de Mxico" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1976, t. IX, pp. 69-97.         

----------, "Nuevos discursos a la nacin mexicana" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1976, t. IX, pp. 103-158

----------, "Rusia y Mxico" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1976, t. IX, pp. 28-30.         

----------, "El concepto de la historia universal y la filosofa de los valores" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1985, t. X, pp. 5-93.         

----------, "La filosofa de la cultura y el materialismo histrico" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1985, t. X, pp. 95-199.         

----------, Antologa filosfica, UNAM, Mxico, 1993.         

----------, "Nietzsche su espritu y su obra" en Conferencias del Ateneo de la Juventud, UNAM, Mxico, 2000, pp. 231-242.         

Contreras Prez, Gabriela, Los grupos catlicos en la Universidad Autnoma de Mxico (1933-1944), UAM, Mxico, 2002.         

Curiel, Fernando, La Revuelta. Interpretacin del Ateneo de la Juventud (1906-1929), UNAM, Mxico, 1999.         

Escandn, Carlos S. J., La respuesta moral en la filosofa del maestro Antonio Caso, Porra, Mxico, 1968.         

Estrella Gonzlez, Alejandro, "La filosofa mexicana durante el rgimen liberal: redes intelectuales y equilibrios polticos", Signos Filosficos, vol. XII, nm. 23, enero-junio de 2010, pp. 141-181.         

Gaos, Jos, "El pensamiento hispano-americano. Notas para su interpretacin histrico filosfica" en Las ideas y las letras, UNAM, Mxico, 1995, pp. 101-193.         

----------, "Filosofa mexicana de nuestros das" en Obras completas, UNAM, Mxico, 1996, t. VIII, pp. 47-295.         

Garca Morente, Manuel, La filosofa de Henri Bergson, Espasa-Calpe, Madrid, 1972.         

Garcia Diego, Javier, "Dnde qued el liberalismo?" en Josefina Vzquez (coord.), Recepcin y transformacin del liberalismo en Mxico. Homenaje al profesor Charles A. Hale, COLMEX, Mxico 1999, pp. 79-90.         

Habermas, Jrgen, "Motivos del pensamiento postmetafsico" en Pensamiento postmetafsico, Taurus, Mxico, 1990, pp. 38-63.         

Hale, Charles, La transformacin del liberalismo en Mxico a fines del siglo XIX, Vuelta, Mxico, 1991.         

----------, "Introduccin", Justo Sierra. Un liberal del porfriato, FCE, Mxico, 1997, pp. 7-17.         

Henrquez Urea, Pedro, "La revolucin y la cultura en Mxico" en Conferencias del Ateneo de la Juventud, FCE, Mxico, 2000, pp. 145-152.         

Hernndez Luna, Juan, "Prologo" en Conferencias del Ateneo de la Juventud, FCE, Mxico, 2000, pp. 7-23.         

Hernndez Prado, Jos, La filosofa de la cultura de Antonio Caso, UAM-Azcapotzalco, Mxico, 1994.         

----------, Sentido comn y liberalismo filosfico. Una reflexin sobre el buen juicio a partir de Thomas Red y sobre la sensatez liberal de Jos Mara Vigil y Antonio Caso, UAM-Azcapotzalco, Mxico, 2002

----------, "La vinculacin entre liberalismo y sentido comn" en Jos Hernndez Prado (coord.), Heterodoxias liberales, UAM-Azcapotzalco, Mxico, 2007, pp. 62-89.         

Illades, Carlos, "Ciencia y metafsica en el siglo XIX" en Carlos Illades y Georg Leidenberger (coords.),Polmicas intelectuales del Mxico moderno, Conaculta/uam, Mxico, 2008, pp. 69-114.         

----------y Georg Leidenberger, "Prlogo" en Carlos Illades y Georg Leidenberger (coords.), Polmicas intelectuales del Mxico moderno, CONACULTA/UAM, Mxico, 2008, pp. 9-21.         

Junco, Alfonso, El difcil paraso, Mxico, Helios, 1940

----------, "Entraa y smbolo de la hispanidad", bside, Revista de Cultura Mexicana, nm. XII, diciembre de 1940, pp. 10-18.         

----------, Sangre de Hspanla, Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1940.         

Krauze, Enrique, "Antonio Caso, el filsofo como hroe" en Mexicanos eminentes, Tusquets, Mxico, 1999, pp. 115-142.         

----------, Caudillos culturales en la revolucin mexicana, Siglo XXI, Mxico, 2000.         

Krauze, Rosa, La filosofa de Antonio Caso, UNAM, Mxico, 1990.         

Martnez Assad, Carlos, El laboratorio de la revolucin: el Tabasco garridista, Siglo XXI, Mxico, 2004

Martnez Carrizales, Leonardo, "La perspectiva revolucionaria del Ateneo de la Juventud", en Leonardo Martnez Carrizales (coord.), El orden cultural de la revolucin mexicana. Sujetos, representaciones, discursos y universos conceptuales, UAM, Mxico, 2010, pp. 236-269.         

Matute, lvaro, El Ateneo de Mxico, FCE, Mxico, 2000

Medin, TzviOrtega y Gasset en la cultura hispanoamericana, FCE, Mxico, 1994.        

Olimn Nolasco, Manuel, Asalto a las conciencias, Educacin poltica y opinin pblica (1934-1935), IMDOSOC, Mxico, 2008.         

----------, Hacia un pas diferente, El difcil camino hacia un modus vivendi estable 1935-1938, IMDOSOC, Mxico, 2008.         

Palti, Elias Jos, La invencin de una legitimidad. Razn y retrica en el pensamiento mexicano del siglo XIX(Un discurso sobre las formas de discurso poltico), FCE, Mxico, 2005.         

Prez Montfort, Ricardo, Hispanismo y Falange. Los sueos imperiales de la derecha espaola y Mxico, FCE, Mxico, 1992.         

Reyes, Alfonso, "Pasado inmediato" en Conferencias del Ateneo de la Juventud., FCE, Mxico, 2000, pp. 181-210.         

Romanell, Patrick, La formacin de la mentalidad mexicana: panorama actual de la filosofa en Mxico,COLMEX, Mxico, 1954.         

Vasconcelos, Jos, Ulises criollo, Porra, Mxico, 2003.         

Zea, Leopoldo, El positivismo y la circunstancia mexicana, FCE, Mxico, 1985.        

 

Notas

1 Entiendo por "secularizacin" aquel proceso, propio del mundo moderno, de privatizacin de la religin y, por consecuencia, de su marginacin de la esfera pblica. Sin embargo, como lo advierte Roberto Blancarte, recientes investigaciones han mostrado que el proceso de secularizacin no significa la desaparicin de lo religioso ni una oposicin tajante entre lo sagrado y lo secular. Blancarte, "Introduccin", 2008, pp. 12-13.

2 Martnez, Laboratorio, 2004.

3 OlimnAsalto, 2008.

4 OlimnPas, 2008.

5 Contreras, Grupos, 2002.

6 Hernndez, "Prlogo", 2000, p. 18.

7 Reyes, "Pasado", 2000, p. 199.

8 Como lo ha demostrado Leonardo Martnez Carrizales, esta generacin de intelectuales ha sido interpretada, durante prcticamente todo el siglo XX, bajo los lineamientos que dictaron sus propios miembros: como derrocadores del positivismo porfiriano y como iniciadores de una revolucin cultural a la par que se desarrollaba la revolucin mexicana. De manera apologtica, Pedro Henrquez Urea, Alfonso Reyes, Jos Vasconcelos, entre otros, nos dejaron sendos textos en los que el Ateneo se nos muestra como el gran animador del renacimiento cultural en Mxico. Bsicamente, en este relato metahistrco, por decirlo de alguna manera, estos autores y sus obras han sido situados y condicionados bajo ciertos marcos interpretativos de carcter institucional e ideolgico en el que la literatura y la filosofa no pueden sustraerse de la revolucin mexicana como evento aglutinador. Martnez, "Perspectiva", 2010, pp. 236-269.

9 Gaos, "Filosofa", 1996, p. 97.

10 RomanellFormacin, 1954, p. 104.

11 Escandn, Respuesta, 1968, pp. 55-56.

12 Gaos, "Pensamiento", 1995 pp. 101-193.

13 El circunstancialismo, desarrollado primeramente por Jos Ortega y Gasset, postulaba que las ideas no eran puro sentido abstracto que se sostuvieran a s mismas y representaran algo completo, sino que una idea era siempre la reaccin de un hombre a una determinada situacin de su vida. Es decir, el estudio de la idea por s sola nos conduce a un conocimiento incompleto, inconexo con la realidad o circunstancia histrica. Solamente si estudiamos el momento o contexto que provoc dicha idea podremos acercarnos a un conocimiento ms certero. MedinOrtega, 1994.

14 Krauze, "Antonio", 1999, pp. 115-142.

15 KrauzeFilosofa, 1990, p. 20.

16 Escandn, Respuesta, 1968, p. 4.

17 KrauzeFilosofa, 1990, p. 20.

18 Reyes, "Pasado", 2000, p. 184.

19 Zea, Positivismo, 1985.

20 Reyes, "Pasado", 2000, p. 188.

21 Vasconcelos, Ulises, 2003, p. 127.

22 Los antecedentes a la formacin del Ateneo de la Juventud pueden rastrearse desde el ao de 1906, cuando Alfonso Cravioto y Luis Castillo Ledn publicaron la revista Savia Moderna. En dicha revista se reunieron, entre muchos otros intelectuales, Alfonso Reyes, Antonio Caso, Jos Vasconcelos, Pedro Henrquez Urea, y en 1907 el arquitecto Jess T. Acevedo fund la Sociedad de Conferencias. La conferencia se convirti en un instrumento ideal de comunicacin cultural a travs del cual este grupo de jvenes lograron interesar a un pblico vido de conocer cuestiones filosficas, estticas y literarias, casi todas relativas al pasado ms reciente. Despus de haber tenido xito con la Sociedad de Conferencias y las manifestaciones de orden cultural, decidieron reunir sus esfuerzos de manera ms organizada y "no exenta de compromiso social", y formaron el 28 de octubre de 1909 el Ateneo de la Juventud, cuyo objeto primordial sera "trabajar por la cultura". Matute, Ateneo, 2000, pp. 13-14.

23 Illades, "Ciencia", 2008, pp. 71-72.

24 Habermas entiende por "metafsica" esa tradicin de idealismo filosfico, que se remonta a Platn, y que a travs de Plotino y el neoplatonismo de San Agustn y Santo Toms, del Cusano y Pico de Mirndola, de Descartes, Spinoza y Leibniz, alcanza el pensamiento de Kant, Fichte, Schelling y Hegel. En la filosofa metafsica el mundo se encuentra racionalmente estructurado, sea bajo la forma de una fundamentacin trascendental o por va de una penetracin dialctica del mundo. La racionalidad es pensada como racionalidad material, como una racionalidad que organiza los contenidos del mundo o que es legible en tales contenidos. En cuanto a la filosofa primera como filosofa de la conciencia, la autoconciencia queda elevada a Absoluto. La razn se entiende en trminos fundamentalistas: como una subjetividad que posibilita al mundo en su conjunto, o en trminos dialcticos: como un espritu que a travs de la naturaleza y de la historia se da a s mismo. En ambas variantes la razn es confirmada como reflexin autorreferencial a la vez que totalizadora. Esta razn acepta la herencia de la metafsica para asegurar el primado de la identidad sobre la diferencia y la idea sobre la materia. Se da un predominio idealista de lo Uno, lo universal y lo necesario. Habermas, "Motivos", 1990, pp. 38-63.

25 Hernndez, "Prlogo", 2000, p. 8.

26 Ibid., p. 9.

27 Estrella, "Filosofa", 2010, p. 143.

28 Ibid., pp. 165-169.

29 Ya Jos Hernndez Prado destac en sus trabajos ms recientes los vnculos entre el pensamiento de Jos Mara Vigil y Antonio Caso con respecto a sus crticas al positivismo. Hernndez, Sentido, 2002, y "Vinculacin", 2007, pp. 62-89.

30 Para Nicola Abbagnano este trmino [el intelectualismo] es usado polmicamente por las filosofas de la vida y de la accin para designar la direccin contraria a ellas, esto es, aquella segn la cual el entendimiento (el pensamiento o la razn) tiene una funcin predominante en el conocimiento y en la conducta del hombre. Este trmino ha sido muy usado por el intuicionismo bergsoniano, por la filosofa de la accin, por el modernismo, por el pragmatismo, o sea, por todas esas filosofas que tienden a disminuir el valor del entendimiento como camino de acceso a la verdad o como gua de la conducta y a considerar mucho ms importante la intuicin, la simpata, el instinto, la vida, la voluntad, etc. AbbagnanoDiccionario, 2004, p. 610.

31 Garca, Filosofa, 1972, p. 37.

32 "La significacin y la influencia de Nietzsche en el pensamiento moderno" (mircoles 12 de junio de 1907) y "Max Stirner y el individualismo exclusivo" (14 de marzo de 1908).

33 Caso, "Nietzsche", 2000, p. 236.

34 Ibid., p. 236.

35 Ibid., p. 237.

36 Ibid., p. 239.

37 Ibid.

38 William James (1842-1910), filsofo estadunidense difusor del pragmatismo.

39 Caso, "Problemas", 1973, t. II, p. 6.

40 Caso, "Filsofos", 1973, t. n, p. 195.

41 Entrevista realizada en La. Crnica., Lima (Per), 16 de julio 1921 citada en KrauzeFilosofa, 1990, p. 20.

42 Concuerdo con Jos Antonio Aguilar Rivera, quien considera que Caso no era del todo liberal, sino que postulaba un espiritualismo que rechazaba el individualismo por considerarlo egosta y fuera de los postulados cristianos. Para Caso la libertad y la democracia no se deban tomar como una finalidad sino nicamente como un instrumento para llegar a establecer "los supremos valores de la cultura: verdad, belleza, justicia, bondad y santidad". Aguilar, "Liberalismo", 2008, p. 162.

43 Caso, "Persona", 1975, p. 130.

44 Ibid., p. 14.

45 Ibid., p. 15.

46 Ibid., p. 17.

47 En la polmica de 1933 entre Antonio Caso y Vicente Lombardo Toledano en torno a "La posicin ideolgica de la Universidad", se muestra una crtica a la idea de cultura defendida por el "atenesta". Para Lombardo Toledano la cultura tambin era creacin de valores, pero estaba en desacuerdo en que la belleza, la justicia, la bondad y la religin en general tuvieran la misma jerarqua que el valor lgico y el econmico, que era el de mayor importancia. Caso, "Polmica", 1971, pp. 169-197.

48 Ibid., p. 21.

49 Caso, "Rusia", 1976, p. 28.

50 Ibid.

51 Caso, "Crepsculo", 1976, p. 31.

52 Caso, "Problema", 1976, t. IX, p. 70.

53 Caso, "Nuevos", 1976, t. IX, p. 105.

54 Ibid., p. 106.

55 Ibid.

56 Esta obra fue publicada por primera vez en 1916 con el ttulo La existencia como economa y como caridad.Para la segunda y tercera ediciones de 1919 y 1943, respectivamente, el ttulo se estableci como lo conocemos.

57 Antonio Caso tena planeado hacer un compendio de las grandes figuras representativas de la evolucin cristiana, entre las que se encontraban: San Juan Bautista el precursor, San Pablo el apstol, San Agustn el padre de la Iglesia, Carlomagno soldado inmortal de la Iglesia, Gregorio VII el pontfice, San Francisco de Assel mstico, Lutero el reformista, Santa Teresa la santa por antonomasia y, por ltimo, Pascal y Tolstoi, el jansenista y el anarquista. Caso, "Existencia", 1972, t. III, pp. 5-6.

58 Caso, Antologa, 1993, p. 34.

59 Ibid., p. 36.

60 Ibid, p. 40.

61 Ibid, pp. 47 y 48.

62 Ibid., p. 58.

63 Caso, "Persona", 1975, t. VIII, p. 51.

64 KrauzeFilosofa, 1990, p. 53.

65 Caso, "Peligro", 1975, t. VIII, p. 224.

66 Ibid., p. 213.

67 De Guillermo Stern, Antonio Caso tom las diferencias entre persona y cosa: "Una persona es una existencia tal, que a pesar de la multiplicidad de partes, forma una unidad peculiar y con valor propio, y como tal, a pesar de la multiplicidad de funciones parciales, realiza una espontaneidad unitaria y que tiende a un fin. La cosa es lo contradicrorio opuesto." De Alexis Carrel, Caso tom el valor de la persona: "los hombres no somos mquinas fabricadas por series. Para reconstruir la personalidad, se necesita romper las manos de la oficina, y rechazar los principios mismos de la civilizacin tecnolgica." KrauzeFilosofa, 1990, pp. 219-253.

68 Caso, "Persona", 1975, t. VIII, p. 121.

69 Ibid., p. 119.

70 Prez, Hispanismo, 1992, p. 15.

71 Ibid., p. 16.

72 Junco, Sangre, 1940.

73 Junco, Difcil, 1940, p. 19.

74 Ibid.,p. 20.

75 Junco, "Entraa", 1940, p. 10.

76 Ibid, p. 11.

77 Los aos posteriores al fin de la guerra Cristera en 1929 han sido llamados por la mayora de los estudiosos de este periodo como el modus vivendi, que se caracteriz por el pacto de paz realizado por la Iglesia y el Estado. En realidad, lo que se inici con estos acuerdos fue otra estrategia de enfrentamiento: en lugar de la lucha por medios violentos se prefiri una batalla por las conciencias. Cada institucin utilizara todos los medios a su alcance para adoctrinar y controlar los grupos sociales en los cuales se sustentaba, en pocas palabras se inici una disputa por las masas por medio de la formacin de instituciones educativas, sociales, culturales, etc. Blancarte, Historia, 1993, pp. 29-62.

78 Caso, "Polmica", 1971, t. i, pp. 421-422.

79 Ibid.

80 Ibid, p. 513.

81 Ibid,p. 514.

82 Ibid.

83 Ibid., p. 425.

84 Ibid., p. 426.

85 Ibid., p. 517.

86 Ibid, pp. 427-429.

87 Illades y Leidenberger, "Prlogo", 2008, p. 12.

 

 

Refbacks

  • No hay Refbacks actualmente.


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons:

Atribución by

Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales es una publicación cuatrimestral, de acceso abierto, editada por Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. http://www.mora.edu.mx/ Plaza Valentín Gómez Farías núm. 12, col. San Juan Mixcoac, Deleg. Benito Juárez, 03730, México, D. F., conmutador: 5598-3777.

Directora editorial y/o editor responsable: Dra. Ana María Serna Rodríguez, aserna@mora.edu.mx  Reservas de derechos al uso exclusivo núm.: 04-2014-072511422000-102, ISSN: 0186-0348. ISSN electrónico: 2395-8464. Último número: Año 30, Volumen 31, número 2 (92), mayo-agosto, 2015. Responsable de la coordinación de este número:Yolanda R. Martínez, Madrid 82, col. Del Carmen, Deleg. Coyoacán, México, D.F. C.P.  04100, tel. 5554-8946, ext. 3108, secuencia@mora.edu.mx

Responsable de la última modificación de este número: Francisco Rafael Marín Martínez, frmarin@mora.edu.mx con domicilio en: Madrid 82, col. Del Carmen, Deleg. Coyoacán, México, D.F. C.P.  04100, tel. 5554-8946, ext. 3108. Fecha de última modificación: 07-07-2015

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización.