ISSN impreso: 0186-0348

ISSN electrónico: 2395-8464

Circulacin y consumo de cacao en la ciudad de Mxico en el siglo XVIII

Circulation and Consumption of Cacao in Mexico City in the 18th Century

Enriqueta Quiroz

 INFORMACIN SOBRE LA AUTORA:

Enriqueta Quiroz. Doctora y maestra en Historia por El Colegio de Mxico y licenciada en Humanidades con mencin en Historia por la Universidad de Chile. Profesora-investigadora titular de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de Mxico. Centra su trabajo de investigacin en el abasto, precios y demanda alimentaria en la ciudad de Mxico en el siglo XVIII y sobre las condiciones de vida y de trabajo en Amrica Latina en el periodo colonial. Fue distinguida por la Academia Mexicana de Ciencias a la mejor tesis de doctorado en Humanidades en el 2001. Es autora de los libros: Entre el lujo y la subsistencia. Mercado, abastecimiento y precios de la carne en la ciudad de Mxico, 1750-1812, COLMEX/ Instituto Mora, Mxico, 2005, y El consumo como problema histrico. Propuestas y debates entre Europa e Hispanoamrica, Instituto Mora, Mxico, 2006. Compiladora de Consumo e historia: una antologa, Instituto Mora, Mxico, 2010. Junto con Diana Bonnett es coordinadora de Condiciones de vida y de trabajo en la Amrica colonial: legislacin, prcticas laborales y sistemas salariales, Universidad de Los Andes, Bogot, 2009. Tambin ha publicado varios artculos y captulos de libros.

ABOUT THE AUTHOR:

Enriqueta Quiroz. Ph. D. and MA in history from El Colegio de Mexico with a BA in Humanities with Honorable Mention in History from the Universidad de Chile. Full-time research professor at the Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora and member of the Sistema Nacional de Investigadores of Mexico. Her research focuses on food supply, demand and prices in Mexico City in the 18th century and living and working conditions in Latin America in the colonial period. She won the prize for the best doctoral thesis in humanities from the Academia Mexicana de Ciencias in 2001 and has authored the following booksEntre el lujo y la subsistencia. Mercado, abastecimiento y precios de la carne en la ciudad de Mxico, 1750-1812,COLMEX/Instituto Mora, Mxico, 2005, and El consumo como problema histrico. Propuestas y debates entre Europa e Hispanoamrica, Instituto Mora, Mxico, 2006. Compiler of Consumo e historia: una antologa, Instituto Mora, Mxico, 2010. Together with Diana Bonnett, she coordinated Condiciones de vida y de trabajo en la Amrica Colonial: Legislacin, prcticas laborales y sistemas salariales, Universidad de Los Andes, Bogot, 2009. She has also published several articles and book chapters.

Fecha de recepcin: octubre de 2012; Fecha de aceptacin: noviembre de 2012.

Resumen

La investigacin se refiere a la importancia del consumo de cacao en la ciudad de Mxico en el siglo XVIII; seala las dimensiones de su comercio, como tambin calcula los volmenes de cacao ingresados a la capital y menciona los principales circuitos a travs de los cuales se abasteca. Del mismo modo percibe las fricciones que se generaron para surtir de cacao a la ciudad de Mxico, al grado de entrar en competencia con la demanda de los mercados atlnticos. Se considera que el estudio permite tener un acercamiento a la integracin que tuvo la ciudad de Mxico con el resto de los mercados locales y del mbito centro y sudamericano. De ese modo, se considera que particularmente la descripcin de aquellas interconexiones permite visualizar la integracin de los mercados hispanoamericanos en funcin de la demanda de grandes centros urbanos, tales como la capital novohispana.

Palabras clave: Cacao; chocolate; consumo; ciudad de Mxico; Caracas; Maracaibo; Trinidad; Guayaquil; Tabasco; Guatemala; Soconusco.

Abstract

The article describes the importance of cacao consumption in Mexico City in the 18th century. It defines the scope of its trade, and calculates the volume of cacao admitted to the capital, as well as mentioning the main circuitry through which it is supplied. It also perceives the friction created in supplying cacao for Mexico City, to such an extent that it competed with the demand from Atlantic markets. The study explores Mexico City's integration with the rest of the local markets and Central and South America. The description of those interconnections makes it possible to visualize the integration of Hispanic markets based on the demand for large urban centers such as the capital of New Spain.

Key words: Cacao; chocolate; consumption; Mexico City; Caracas; Maracaibo; Trinidad; Guayaquil; Tabasco; Guatemala; Soconusco.

Historiogrficamente el tema del cacao ha sido analizado desde diversos puntos de vista, pasando por los enfoques culturales hasta los econmicos, en particular los referidos a ciertas zonas productivas y a su comercializacin, as como tambin a las redes de mercaderes que facilitaron su intercambio en el mbito hispanoamericano.1 El clsico libro de Eduardo Arcila Farias que estudi el comercio de cacao entre Venezuela y Nueva Espaa, sealando de manera global los flujos —durante el siglo XVIII— del grano sudamericano hacia el virreinato as como tambin los envos de 1780 a 1800 de cacao de Guayaquil y otras zonas, sin particularizar lo ingresado a la ciudad de Mxico.2

El debate latente est en sealar que todo el cacao que llegaba a Nueva Espaa era enviado a la ciudad de Mxico; idea que se origina a raz de la investigacin realizada en 1992 por Juan Javier Pescador y Gustavo Garza, quienes sealaban a la capital novohispana como la principal redistribuidora de mercancas a escala virreinal, de tal forma que los ingresos de productos registrados en la aduana de la ciudad de Mxico no representaban el propio consumo de esta urbe.3 Sin embargo y hasta la fecha, quin poda realmente precisar cunto del cacao ingresado a la Nueva Espaa, durante el siglo XVIII, haba ido a parar realmente a la capital y cunto circulaba de manera independiente por el reino?

En ese sentido, la presente investigacin se da a esa tarea y especialmente busca entender las dinmicas de circulacin del cacao, en funcin de la demanda de la ciudad de Mxico sobre el conjunto de mercados hispanoamericanos y detectar su competencia con los atlnticos. El tema obliga a identificar las diversas reas productoras de cacao que abastecieron a la ciudad de Mxico, con sus variaciones a lo largo del siglo XVIII, lo que a su vez permite avanzar en la comprensin de la integracin o no integracin de los mercados internos americanos.4

En este artculo se sostiene que si el radio de la demanda de cacao capitalina se extenda ms all de 370 kilmetros —distancia estimada por el gegrafo Von Thnen para ciertos hinterlands que a su juicio conformaban mercados aislados—5 significara que la ciudad de Mxico aparece integrada a travs de diversos circuitos, con espacios productivos de cacao incluso superiores a los 2 000 kilmetros.6 Evidentemente, para que esto sucediera, se deba romper con las barreras naturales del espacio, como la falta de caminos adecuados y de medios de transporte modernos como el ferrocarril, que hoy en da facilitan la comunicacin entre los mercados internos, pero que no necesariamente determinan su funcionamiento. A partir de ejemplos concretos se puede argumentar que la integracin fue posible pese a las limitantes, tal como se ha demostrado para el caso del ganado y, como se pretende demostrar en este artculo, para el caso del cacao.

El cacao pudo ser trasladado desde grandes distancias por va acutica —ya sea mares o ros—, lo que contribua a superar la lejana y las barreras naturales desde zonas donde el cacao no era caro, porque aquella demanda local no alcanzaba las dimensiones de la ciudad de Mxico; urbe que en 1790 alcanzaba una poblacin cercana a 112 000 habitantes, siendo la concentracin de poblacin urbana ms alta en Hispanoamrica. No obstante, esta capital debi competir con el influjo de la demanda ibrica y europea, que a travs del Atlntico atraa el cacao, especialmente proveniente de Caracas y Maracaibo, y en menor medida de Centroamrica, particularmente de Tabasco.

En ese sentido, se analizar la dinmica del mercado interno que involucraba a la ciudad de Mxico con Hispanoamrica, pero bajo un marco regulatorio, donde la poltica imperial balanceaba a travs de normativas especficas la distribucin de la produccin cacaotera americana. Es decir, la normatividad vigente control, pero tambin permiti que el flujo de cacao hacia la ciudad de Mxico fuera sistemtico a lo largo del siglo, esto hasta donde las fuentes lo permiten indicar.

Dieta y consumo

El consumo de cacao en la ciudad de Mxico ha sido una de las costumbres alimentarias ms ancestrales; se remonta al periodo prehispnico, pero a la llegada de los espaoles se integr de manera masiva en la dieta de los capitalinos para consagrase definitivamente en el siglo XVIII entre los productos ms demandados, junto al maz, el trigo y las carnes de matadero.7

Es decir, el cacao no fue una mera golosina, como actualmente la podramos considerar, sino bajo la percepcin principalmente de los siglos XVII y XVIII, constitua —en su preparacin de chocolate— una "bebida fortificante" para sanos y enfermos. El chocolate era una bebida que devolva la fuerza y el equilibrio al cuerpo, incluso algunos lo beban para estimular el trabajo nocturno y la llamada lucidez burguesa.8 Tambin serva de refresco y sustento de los viajeros, en su presentacin de pozol, "bebida de indios" compuesta de cacao y maz con algunos otros ingredientes con los que se hace una masa blanca "que beben desleda en agua fra o caliente y tiene un agrito no despreciable".9

La costumbre de beber chocolate entre los indgenas se podra decir que se desacraliz con la llegada de los espaoles —pues ya no sera la bebida de los dioses como decan los nahuas— sino que su consumo se fue haciendo cada vez ms habitual. El viejo debate levantado en el siglo xvn sobre si quebrantaba las prcticas del ayuno religioso, lleva a pensar en las dimensiones que alcanz la costumbre de beberlo. Algunas personas lo beban varias veces al da, "por la maana, otra antes de comer entre nueve y diez, otra una hora o dos despus de comer, y otra sobre las cuatro o cinco de la tarde".10

Los sacerdotes y sabios del siglo XVII se detuvieron a analizar sus propiedades y para ellos no result una simple bebida, sino ms bien un alimento bastante complejo.11 Al definir sus propiedades en aquella poca se dijo que posea una "condicin fra y seca", pero que una vez molido y revuelto, su naturaleza se volva clida y hmeda, particularmente cuando era aderezado con "muchas drogas" clidas, aunque "el cacao las superaba y templaba por su naturaleza fra", de lo cual resultaba una bebida ni demasiado fra ni demasiado caliente, lo que la haca apropiada para toda clase de estmagos, siempre y cuando no se bebiera en exceso.12

Al parecer, en la ciudad de Mxico no haba distincin social por el hecho de beberlo, ya que se deca que no haba "negro ni pen que no [lo] tome cada da, y los ms acomodados cuatro veces al da".13 En general, se sabe que en el virreinato los indgenas continuaron preparndolo principalmente durante sus festejos y como acompaamiento obligado de los tamales y del pan dulce.14 Cabe sealar que estas costumbres marcaran una diferencia notable con Europa, donde se sabe que el chocolate fue un consumo altamente social, muy difundido entre los religiosos, con una imagen muy elitista, asociada a la molicie y ociosidad aristocrticas.15

En la ciudad de Mxico, las diferencias se daban principalmente en el modo de prepararlo, ya que los pobres lo mezclaban con maz para darle mayor rendimiento, tambin con achiote, chile y algo de ans.16 En la poca se pensaba que los diferentes ingredientes empleados en el modo de prepararlo buscaban acentuar los beneficios de esta bebida, porque, por ejemplo, si se le agregaba canela era para favorecer el flujo de la orina y as aliviaba los dolores de los rones y contribua a la vista. Lo mismo que el achiote, aminoraba los "humores" y las obstrucciones de las visceras y dificultades en el pecho. La vainilla como purgante y los chiles que operaban como estimulantes naturales.

Ms all de la bebida, el chocolate tambin se lleg a incorporar como ingrediente en sofisticados platos de la comida novohispana, como el caso del mole, el que fue creado, dicen las leyendas, por monjas poblanas en el siglo XVII, en medio de aires barrocos, los que permearon todas las expresiones culturales novohispanas de ese momento.17 En el siglo XVIII tambin hay referencias de que comenzaba a emplearse en bizcochos que eran del gusto particular de los criollos, religiosos y virreyes; es decir, el cacao se haba integrado a la dieta cotidiana y su demanda, particularmente en la ciudad de Mxico, responda entonces a una necesidad de la poblacin.18 La costumbre tambin se ratifica con lo expresado por los miembros del Cabildo de la ciudad de Mxico que consideraban "el cacao como una bebida muy comn y necesaria" para la poblacin capitalina, y su escasez generaba un grave perjuicio al pblico.19

Volmenes de cacao ingresados a la capital y sus sitios de expendio

Se sabe que desde el ao 1639 cualquier persona que ingresara cacao a la ciudad de Mxico deba manifestarlo ante el tribunal de la Real Audiencia y all declarar la cantidad recibida, su procedencia y el precio al que lo estaba vendiendo en la capital, o indicar si slo lo reciba como encomienda o para consumo propio. La orden estipulaba que la declaracin o manifestacin deba realizarse dentro de las 24 horas de haberlo recibido, bajo la pena de 500 pesos, esto con el fin de salvaguardar su precio de los regatones y de quienes intentaran acaparar el grano en los puertos y monopolizar su distribucin.20 En 1718 la orden fue ratificada y posteriormente en 1724 la multa fue incrementada a 1 000 pesos por cada infraccin; pese a ello, en 1729 se continuaba insistiendo en sancionar a los infractores.21 Considerando estas circunstancias que pudieron llevar al subregistro de los volmenes de cacao ingresado a la capital, se puede sealar que en las tres primeras dcadas del siglo el ingreso de cacao declarado fluctu entre un mnimo de 2 000 y un mximo de 8 000 tercios (descartando los aos 1719 y 1720, sobre los que nos referiremos ms adelante). Lo que significa un consumo nada despreciable, si se considera por ejemplo que los 8 358 tercios del ao 1722 (vase cuadro 1),

son equivalentes a 836254.23 libras o, bajo criterios actuales, a unos 384 676 kilogramos anuales. Las cifras parecen coincidir si pensamos que en 1753 se calcula que existan unos 70 000 habitantes en la ciudad de Mxico,22 luego de que la poblacin se haba recuperado del devastador ataque del matlazhuatl en los aos 1737-1739, que redujo a un tercio la poblacin del virreinato. Esto significara que si al menos en los aos veinte haba los mismos 70 000 habitantes de 1753, ellos habran consumido cerca de medio kilogramo mensual de cacao puro per capita, lo que parece razonable si sabemos que la preparacin del chocolate implicaba, como se dijo anteriormente, agregar otros varios ingredientes a la bebida, entre ellos agua, para darle mayor o menor liquidez.

En otro sentido, si comparamos las cifras de la ciudad de Mxico de las primeras dcadas del siglo con las cifras de ingreso de cacao al virreinato entregadas por Arcila Farias que son tan slo procedentes de Venezuela, las cantidades nos reflejara una diferencia notable en favor del virreinato, ya que los mximos fluctuaron en unos 33 000 tercios anuales y los mnimos en unos 6 000 tercios tambin anuales. Segn el cuadro 1 se observa que lo ingresado a la ciudad de Mxico representara en las tres primeras dcadas del siglo entre 12 y 30% del cacao total ingresado al virreinato va Venezuela, salvo algunos aos cuyos porcentajes son superiores, pero en ningn caso equiparables con los montos virreinales sealados por Arcila.

A partir de 1759, las cifras del cuadro 1 corresponden a los registros de Aduana de la capital y no a las manifestaciones de cacao declaradas por los introductores. Pese a ello, los datos para ese ao son particularmente coincidentes con aquellos registros, sobrepasando levemente el mximo anterior de 3 000 tercios anuales (vase cuadro 1). Esto significa que los datos que se disponen para la capital entre 1718 y 1735 tuvieron una dimensin similar a los del ao 1759, lo que implica que aquellos datos obtenidos de las manifestaciones de cacao son acordes a la demanda urbana, tal como los datos de la aduana.

Para los aos 1770, los registros de la aduana capitalina s registran un incremento en los mximos de ese periodo, alcanzando 10 913 tercios en el ao 1772. Lo mismo sucede con los mximos ingresados hacia la dcada de los ochenta de aquel siglo registrados por la Gazeta de la Ciudad de Mxico con 11 405 tercios el ao 1786 (vase cuadro 1). Esta variacin en los mximos de la serie hacen pensar en un incremento demogrfico en la capital novohispana, que se puede refrendar con la diferencia que se produce entre las cifras que arrojaron, por una parte, los censos de 1742 y 175323 y, por otra, con los resultados del censo de 1790, que arroj una poblacin para ese ao de 112 929 personas.24 Adems, se sabe que el vecindario no padeci focos infecciosos desde el rebrote de matlazhuatl y la viruela de los aos 1761-1762. La ciudad entonces tuvo tiempo de recuperarse e incluso de crecer. Tomando en cuenta los estudios de Pescador para el barrio de Santa Catarina, se puede estimar que la poblacin total de la capital poda ascender en 1779 a 110 000 habitantes.25Considerando estas evidencias y tomando la poblacin estimada para 1753 y luego para 1779, se puede calcular especficamente para esos aos una tasa de crecimiento de la poblacin de 1.75% anual, porcentaje alto considerando que para todo el siglo se tiende a estimar 1% anual.

En el transcurso de casi 30 aos la ciudad increment el nmero de sus habitantes en 60%, pese a que desde 1779 hasta 1786 experiment trastornos demogrficos como epidemias y migraciones que por un lado entorpecieron el crecimiento llevado antes de esos aos y por otro lo favorecieron a travs del flujo constante de personas llegadas desde fuera que contrarrestaron la mortalidad de esos aos. Entre 1779 y 1790 la ciudad increment su vecindario en 2.6%, es decir, su crecimiento haba sido mnimo comparado con las dcadas anteriores; sin embargo, haba crecido o por lo menos haba mantenido el alto nivel de demanda.

Esto explicara que en la dcada de 1790 se registraran montos de cacao que llegaron a 12 038 tercios en 1795 y hasta ms de 13 000 en 1802 (vase cuadro 1). Al parecer, los montos globales ingresados a la capital se habran ajustado a la demanda per cpita, sin poder argumentar una cada en el consumo a fines de esa centuria. Al respecto, Manuel Mio ha indicado que en trminos del trfico mercantil, al menos el intercambio de cacao de Guayaquil ingresado por Acapulco no se interrumpi, aun durante la poca de la independencia.26

Con relacin al crecimiento demogrfico, tambin se puede argumentar que hacia principios del siglo XVIII se contabilizaban en la capital 71 establecimientos que vendan cacao, tal como podemos apreciar en el cuadro 2,

y se distribua la venta del grano en cacahuateras, tiendas y grandes almacenes (vase cuadro 2). No obstante, la venta de cacao hacia fines del siglo XVIII parece cambiar significativamente, ya que sabemos que tanto las tiendas mestizas como las pulperas tambin expendan este grano y otras mercancas a todo pblico, lo que hace notable su comercio si consideramos que hacia 1781 tan slo el nmero de pulperas ascenda a 221 locales,27 sin contar las chocolateras que llegaron, en 1789, a 44 dentro de la ciudad (vase cuadro 3).

Al respecto, se ha mencionado que haba mujeres jornaleras que trabajaban "labrando" cacao dentro de la ciudad, que bajo un esfuerzo duro y cansado realizaban la fabricacin de tablillas de chocolate.28 Esto coincide con recetas de poca, que hablan de cmo moldearlo; as, se recomendaba mezclar diversas variedades de cacao, entre los ms caros hasta los ms baratos: "para que salga bueno", agregarles azcar, canela, huevos, marquesote y bizcocho29 y ponerlos en moldes cuadrados de papel.30 Con este procedimiento no slo se buscaba un buen sabor de la preparacin, sino que tambin un mayor rendimiento del grano, adems de su conservacin y una fcil distribucin entre el pblico, en fracciones menudas. Del mismo modo, la fabricacin de tablillas s indicara que ciertas cantidades de cacao pudieron ser trasladadas de ese modo fuera de la capital, ya que sabemos que el cacao en grano tena poca duracin y una manufactura de este tipo s permita conservarlo.

Sin embargo, el tema de la redistribucin de cacao desde la ciudad de Mxico debe ser tratado con precaucin, particularmente porque como vimos en las primeras dcadas del siglo XVIII, el cacao ingresado al virreinato era superior al ingresado a la capital. Y lo mismo sucede durante la segunda mitad del siglo, salvo en algunos aos que se acerca a 50%. De acuerdo con las cifras indicadas por Arcila Farias para los aos setenta, raramente llegaron a representar 70%, como lo fue en 1776 y a veces al trmino del siglo (vase cuadro 1). Es decir, la ciudad de Mxico, de acuerdo con nuestras cifras, no concentr el total del cacao ingresado al virreinato y slo despus de 1776 se registran algunos porcentajes que renen ms de dos terceras partes del cacao total ingresado a Nueva Espaa comparativamente con las cifras indicadas por Arcila Farias (vase cuadro 1).

Este comportamiento de los volmenes ingresados a la ciudad debe ser comprendido bajo las dinmicas de los flujos llegados desde distintas regiones abastecedoras, que surtieron en conjunto la demanda de la capital novohispana, pero con ciertos ritmos, momentos y especificidades que se detallarn en el siguiente apartado.

Un anlisis de los flujos anuales de cacao desde las zonas abastecedoras hacia la capital

En trminos generales resultara sencillo esquematizar la realidad y sealar que durante toda la primera mitad del siglo XVIII la principal abastecedora de la capital, como tambin del virreinato, fue Venezuela; en tanto que para la segunda mitad, especialmente luego de 1776, fue Guayaquil. Sin embargo, los registros de los cuadros 4(5) y 6, permiten enriquecer esos esquemas con el afn de no simplificar las dinmicas de un mercado tan complejo como el de la capital novohispana.

En el siglo XVIII las zonas productoras de cacao en Nueva Espaa se centraban principalmente en torno a las regiones de Tabasco, Guatemala y Soconusco, que producan suficiente cacao para abastecer su propia regin, mas no necesariamente al resto del virreinato. Pese a ello, llegaba cacao de estas zonas a la capital, pero su precio era notablemente elevado (vase cuadro 5), pues sobre su produccin recaa la demanda no slo del sur virreinal, sino del centro y norte del virreinato e incluso de la corte hispnica.31 Adems, se debe considerar una cada general en la produccin cacaotera del virreinato desde el siglo XVII, lo que tambin influy en el alto nivel de precios del cacao regional. Esta cada en la produccin ha sido explicada debido a tres razones: a la cada demogrfica originada en el siglo XVI y que se prolong hasta inicios del siglo XVII; al arrastre de mano de obra a las zonas mineras del virreinato, y a la posterior expansin del mercado en el siglo XVIII, momento en que Nueva Espaa se vio obligada a traer cacao desde fuera.32

Remisiones de cacao desde Tabasco, 1721-1735

Con base en las "manifestaciones" ante la Fiel Ejecutoria, podemos indicar que a inicios del siglo XVIII los registros de cacao proveniente de Tabasco fueron sistemticos y, hasta donde la documentacin lo permite, se puede afirmar que las cantidades de arribo a la ciudad fluctuaron entre un mnimo de diez tercios y un mximo superior a 700 tercios anuales, aunque particularmente significativas fueron las cantidades ingresadas en los aos 1721, 1730 y 1735 (vase cuadro 4) cuando se borde entre 500 y 700 tercios. Este incremento se puede explicar por la complementariedad en el abasto entre regiones e incluso por la sustitucin de una regin por otra para cubrir la demanda capitalina en determinado momento, porque, de ese modo, se lograba que llegara cacao de la zona donde ms excedentes existan. Para el caso del ao 1721, seguramente las conexiones entre Tabasco y la llamada Tierra Firme —de donde flua adems el cacao de Soconusco, Guatemala e incluso el de Guayaquil— favorecieron sus excedentes y permitieron un notable flujo hacia la capital con 748 tercios ese ao. Se sabe que en aquellas costas centroamericanas la navegacin de cabotaje estaba permitida y sus interconexiones debieron ser frecuentes, pese a que las costas estaban estrictamente vigiladas para evitar que a travs de ellas se realizaran contrabandos.33

Remisiones de cacao desde Guatemala, 1720-1735

Si se analizan de manera independiente las remisiones de cacao de Guatemala hacia la capital novohispana en la dcada de 1720 se percibe que fluctuaron entre un mnimo de 50 y, un mximo de 500 tercios anuales y, ms tarde, en 1730, llegan a un mximo de 722 tercios, superando en sus promedios anuales a los de Tabasco en ese periodo (vase cuadro 4). En un informe sobre la situacin econmica del reino de Guatemala, el Consulado de Comercio indicaba que hacia las primeras dcadas del siglo XVIII en 180 leguas de costa del sur, desde Conchagua hasta San Antonio, haba exclusivamente haciendas de cacao capaces de abastecer a la mitad de Europa.34 Entre enero y marzo de cada ao y hasta los aos 1740, ms de una decena de recuas de muas transportaron rumbo a Veracruz, desde la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, diversas mercancas locales, pero especialmente cacao, haciendo escalas en las ciudades de Oaxaca y Puebla.35 Por tanto, de acuerdo con nuestras cifras, no es extrao que un porcentaje de ese mismo cacao fuera destinado a la ciudad de Mxico. No obstante sabemos que estos intercambios se vieron frenados cuando en el reino de Guatemala se comenz a privilegiar el cultivo y comercio de ail por sobre el de cacao, lo que en nuestra serie se ve reflejado por la interrupcin de registros de esa zona desde 1735 (vase cuadro 4).

Se dice que la aparicin de la compaa Guipuzcoana eclips la produccin de cacao del reino de Guatemala, el que era desbordante a mediados del siglo XVII y hasta las primeras dcadas del siglo XVIII. A principios de ese siglo, cuando la produccin de cacao haba bajado sustancialmente a 15 000 cargas anuales —contrapuestas con las 25 000 de finales del XVII—, las recaudaciones de cacao por concepto de tributos de los indios representaban 78.5% de los ingresos de la Real Hacienda.36

Tal como se puede observar en el cuadro 4, las remisiones desde Guatemala hacia la ciudad de Mxico fueron sistemticas, por lo menos hasta 1735, pese a que su demanda, especialmente la de cacao de Soconusco, se concentraba dentro de la regin guatemalteca, donde se calcula quedaba 50% de la produccin y ms an otro tanto sala hacia el mercado europeo y asitico. Sin embargo, tambin encontramos remisiones espordicas, pero significativas, de cacao procedente de San Antonio de Soconusco o simplemente de la provincia de Soconusco (administrada por la Audiencia de Guatemala). Ciertamente era una produccin muy exclusiva en manos de los indgenas, quienes posean sus propios huertos. Con este fruto pagaron sus tributos por lo menos hasta mediados del siglo XVIII.37 Tambin se sabe que al menos desde 1754 una parte del cacao de Soconusco era remitida anualmente a Es paa para consumo de los reyes, porque se deca en la poca que este cacao era el mejor que se conoca.38

No obstante, se considera que la produccin de la provincia de Soconusco no se increment notablemente en el siglo XVIII porque su sistema productivo no se encontraba sujeto a las instituciones econmicas espaolas, tales como la encomienda, o a la explotacin de la tierra a travs de haciendas o plantaciones, lo que significaba que las unidades econmicas ms importantes eran las de las comunidades indgenas, caracterizadas por el sistema de huertos. Esta produccin era con la que se pagaban los tributos indgenas calculados con base en su poblacin; de ah que si la poblacin bajaba tambin lo hacia el monto de los tributos, lo que redundaba en una menor produccin para intercambio comercial. La poblacin de Soconusco haba declinado notablemente hasta inicios del siglo XVIII, aunque posteriormente comienza a recuperarse. De todas formas, para el comienzo del siglo XVIII el pago medio del tributo era de aproximadamente 40% del que haba sido a fines del siglo xvi, y su precio fluctu entre 20 y 40 pesos por carga a escala regional.39

No disponemos de precios de cacao de Soconusco; sin embargo, se puede pensar que su rango era similar al guatemalteco, principalmente porque el llamado cacao de Guatemala muchas veces era mezclado desde su origen con el de Soconusco, mismo que eventualmente se subastaba en la capital Guatemalteca y se venda al mejor postor.40

Por su parte, en las primeras dcadas del siglo XVIII el cacao de Guatemala era el que presentaba mayor estabilidad en sus precios, aunque su precio promedio era igual o ms alto que el de Maracaibo o el de Caracas, ya que se mantuvo en el rango de tres reales la libra (vase cuadro 5).

Bajo las mismas consideraciones de distancia y demanda, se puede sealar, en primer lugar, que su traslado hasta la ciudad de Mxico implicaba muchas veces recorrer distancias que superaban los 2 000 kilmetros, considerando los intrincados caminos de quebradas y selva. Un testigo de la poca indicaba:

Mxico dej de consumir nuestros cacaos: los de Guayaquil y Caracas ocuparon su lugar por tan baratos, cuanto inferiores al nuestro, que ya no pudo costear su exportacin ni entrar en competencia; aquellos iban por mar y los nuestros por tierra atravesando 400 leguas de camino en mucha parte fragossimos.41

Si bien la compaa Guipuzcoana entorpeci los envos de cacao a Espaa desde el reino de Guatemala, del mismo modo el cacao guayaquileo represent una fuerte competencia para el cacao de esa zona. Sobre todo porque los circuitos locales del reino de Guatemala eran utilizados para introducir cacao guayaquileo a Mxico, como si fuera del reino, pero sin dejar utilidades al erario y comercio guatemalteco. Se calculaba que pasaban de Santiago de Guatemala a Nueva Espaa ms de 6 000 fanegas procedentes de Guayaquil.42

Remisiones de cacao desde Guayaquil, 1720-1735

En la dcada de 1720 el mercado de la ciudad de Mxico tambin recibi de manera directa cacao proveniente de Guayaquil, el que tuvo los montos ms importantes, slo despus de los caraqueos. Su frecuencia fue constante y sus aos ms destacados fueron 1722, con un total de 3 578 tercios, y 1724, con 2 698 tercios (vase cuadro 4). Al respecto, se debe subrayar que el llamado periodo de la prohibicin comercial entre el virreinato de Nueva Espaa y el de Per, que se supone corresponde a la primera mitad del siglo XVIII, estuvo ms bien regido por reiterados privilegios individuales de conduccin del grano por Acapulco, y hasta existi un intento de estanco real.

Los comerciantes peruanos saban que dicho circuito acutico era el ms redituable porque los envos a Panam y el traslado hasta Veracruz encarecan los costos respecto al cacao caraqueo, con el que entraban a competir en la zona del Golfo, pero especialmente si se consideran los bajos costos de transporte martimo a travs del Pacfico hasta entrar por el puerto de Acapulco para ser traslado a la ciudad de Mxico. Por esa va se acortaban notablemente las distancias entre la zona productora y la ciudad de Mxico. Unos 360 kilmetros separaban al puerto y a la capital, es decir, una distancia menor que la existente entre Veracruz, con fletes notablemente ms baratos, de ocho reales por carga de cacao, desde la costa pacfica hasta Mxico.43 En contrapartida estaban los costosos fletes desde Veracruz, que en gran medida dependan de la condicin de los caminos y la estacin del ao; los 420 kilmetros entre un punto y otro podan significar, tan slo en la temporada de secas, unos 35 das de recorrido; en 1806 se deca que cruzar las tierras bajas del Golfo y ascender por la Sierra Madre, absorba dos tercios del costo del transporte entre la ciudad de Mxico y Veracruz.44

Es decir, el cacao de Guayaquil era ms barato que el venezolano, siempre y cuando se transportara va Acapulco, y lo fue an ms cuando comenz a expandirse su produccin dadas las condiciones naturales de la zona. Bajo ese contexto, se entiende que en 1712 los comerciantes de Guayaquil solicitaran una licencia para vender dicho producto va Acapulco; el proyecto fue discutido en el Consejo de Indias y en ese mismo sentido, el ao 1720 se proyect que el virrey de Per comprase anualmente la cantidad de cosecha de Guayaquil que estimara conveniente por cuenta de la Real Hacienda y que se condujera a Nueva Espaa a travs de dos navios de guerra de la Armada de la Mar del Sur.45 Guadalupe Pinzn nos aclara que en 1720 el superintendente del Juzgado de Arribas y Embarcaciones de Per en las costas del Mar del Sur de Nueva Espaa, Jos Veytia, propuso al monarca espaol la apertura de este comercio que de todas formas se realizaba sin dejar ganancias al erario. Sugiri que el trfico slo fuera de cacao, sin hacer escalas hasta llegar a Acapulco, donde lo pondran en manos de particulares y todo se hara a favor de la Real Hacienda; este sistema eliminara las evasiones fiscales y se estimaba que no perjudicara a las naves que transitaban entre Guayaquil, Panam y el Callao, ni al comercio de Maracaibo, Cuman y Caracas, esto ltimo debido al alto consumo que en Nueva Espaa haba de cacao.46 No obstante, en 1722 se les respondi que deba mantenerse la prohibicin de traficar con el cacao de Guayaquil, el cual seguira siendo enviado a Tierra Firme. Sin embargo, se siguieron otorgando permisos individuales: se sabe, por ejemplo, que para el ao 1721 Juan Bautista de Azunza goz de una licencia particular para trasladar cacao de Guayaquil por Acapulco; otro caso se dio en 1724, cuando gobernaba ese reino el arzobispo don Diego Morzillo.47

Dadas las circunstancias, se pretiri que aquel reino sudamericano continuara comerciando su produccin cacaotera por tierra firme, lo que evidentemente le significaba perder las ventajas del flete martimo. Del mismo modo, circunscribir su produccin cacaotera nada ms al virreinato de Per, no era tan atractivo porque en aquella zona la infusin de hierba mate y tambin la coca eran culturalmente los estimulantes preferidos entre el grueso de la poblacin y no as el chocolate.48 Por su parte, hacia la dcada de 1730 los flujos de cacao de Guayaquil hacia la ciudad de Mxico se alteran, tal como lo indica el cuadro 4, hasta que prcticamente desaparecen; en su lugar, repunta el cacao de Tabasco, con remisiones de 200 tercios y hasta de 400 en 1735. Tampoco se puede olvidar que muchas veces la misma ruta del cacao tabasqueo era utilizada por el de Guayaquil. A este respecto, se puede sealar que precisamente esta es la poca cuando se refuerza la normatividad contra el trfico ilcito, ya que en 1732 se orden tomar medidas ms severas en contra de las naves peruanas que traficaban en costas novohispanas.49

Remisiones de cacao desde Caracas, 1718-1735

Ciertas solicitudes para realizar comercio de cacao entre Guayaquil y Acapulco continuaron remitindose a las autoridades reales y los permisos generalmente se autorizaron, especialmente cuando el trfico procedente de Caracas o de Maracaibo se vea afectado. No olvidemos que en estas primeras dcadas del siglo XVIII hubo varias circunstancias que afectaron al mercado: en esa zona se dieron importantes ataques de filibusteros (como Lannois y Morgan); las hostilidades de los indios motolines comenzaron en 1713 en las mrgenes de la laguna de Maracaibo, y se sucedieron prolongadas sequas e incendios que solan acompaarlas.50 Tambin es cierto que la competencia por conseguir el mercado de la ciudad de Mxico debi ser intensa, especialmente cuando los nexos econmicos directos con la pennsula se haban interrumpido a raz de la guerra de Sucesin y slo despus de concluido aquel conflicto, especialmente desde 1721 —segn Arcila Farias—, los caraqueos comienzan a fortificar su corriente mercantil hacia la metrpoli, donde les convena an ms vender su cacao, porque all no tenan competencia y su valor era an mayor.

El cacao caraqueo difcilmente poda estar al alcance de todos los bolsillos capitalinos; en ese sentido, el de Guayaquil siempre fue la alternativa de consumo para los grupos ms pobres de la ciudad de Mxico. Considerando los hechos expuestos, es decir, el elevado costo de los fletes va Veracruz, el privilegio de los mercaderes venezolanos de comerciar su cacao con dicho puerto y la creciente demanda Europea va Cdiz, no resulta extrao que los precios del grano caraqueo y del de Maracaibo se encontraran entre los ms altos ofrecidos en el mercado de la ciudad de Mxico. De acuerdo con los datos contenidos en los libros de manifestaciones de cacao, sus precios al menudeo se alzaron en las primeras dcadas del siglo XVIII hasta cuatro reales la libra el procedente de Caracas, aunque pudo descender hasta dos reales la libra dependiendo de las magnitudes de la oferta de otras zonas involucradas en dicho circuito, tal como se explic en el apartado anterior. Algo similar ocurri con el de Maracaibo, aunque su precio promedio mximo lleg hasta cinco reales la libra dentro del mercado capitalino (vase cuadro 5).

Hacia 1718 y algunos aos de la dcada de 1720 y hasta mediados de la siguiente, se observa que el cacao caraqueo se acerc a 50% del total del grano ingresado a la ciudad de Mxico (vase cuadro 4); es decir, sus montos no cubran la demanda total de cacao de la ciudad de Mxico y ello explicara las anteriores remisiones de Tabasco y Guatemala, como tambin las concesiones para que entrara cacao guayaquileo por Acapulco a Nueva Espaa.

Tradicionalmente, la historiografa nos ha recordado que los comerciantes de Caracas y Maracaibo presionaron a la corona para mantener la exclusividad del trfico con Nueva Espaa a travs de Veracruz y lograr la prohibicin de comerciar cacao por la va transpacfica. Tal como si hubiese sido su propio logro, la corona decidi permitir de manera casi exclusiva a los comerciantes de Caracas y Maracaibo comerciar cacao con Nueva Espaa y no as a los de la provincia de Guayaquil, pese a las notables ventajas competitivas que tena el cacao de Guaynas en territorio novohispano. Pero se suele olvidar que para la corona era muy importante la zona del Golfo desde el punto de vista estratgico y econmico, pues era la entrada al virreinato ms rico del imperio en el siglo XVIII, desde donde fluan los cargamentos de plata a la pennsula.

A raz de esa situacin, la corona tena implementado todo un sistema de mecanismos defensivos en las costas del Golfo, desde la Florida hasta precisamente Venezuela, cubriendo el gran arco de islas caribeas, entre las cuales fluan situados en plata remitidos principalmente al virreinato novohispano.51 Dentro de ese mismo espacio flua el cacao de los comerciantes en direccin hacia Nueva Espaa y de ese modo se aprovechaban simultneamente los resguardos militares que haba instalado la corona para detener principalmente el avance de los ingleses en esas aguas y en menor medida el de los franceses y holandeses. En ese sentido, comerciar con la provincia de Guayaquil va Pacfico significaba a la corona descuidar su frente caribeo, por lo menos hasta que no contara con similares fuertes y sistemas de resguardo en el llamado Mar del Sur.52

Por su parte, paulatinamente se ira produciendo un enroque de los envos de cacao venezolano entre los mercados peninsulares y el de la ciudad de Mxico, ya que a partir de la creacin de la compaa Guipuzcoana en 1728, los caraqueos fueron reforzando los nexos con la metrpoli, pues la corona haba autorizado su creacin con el afn de asegurar un surtimiento regular de cacao en la pennsula. El cacao venezolano comenzara una expansin al mercado mundial va Cdiz, lo que gener que no slo fuera demandado en Nueva Espaa, sino tambin en Espaa y en Curazao, como otro redistribuidor del grano hacia Europa. A este respecto, Ruggiero Romano seal que entre 1700 y 1756, 42% de las exportaciones de cacao venezolano se destinaron a Nueva Espaa, 27 se dirigi a Espaa y 30.2 a Curazao.53

Remisiones de cacao desde Tabasco, 1759-1776

Hacia mediados de siglo nuestros registros son escasos, y esencialmente disponemos como fuente para los aos 1759, 1770, 1772, 1776 de los datos de los libros de Aduana de la ciudad de Mxico. En ellos se percibe un notable incremento del cacao tabasqueo respecto a las primeras dcadas del siglo. Por ejemplo, en 1772 sus cantidades ascienden hacia los 2 000 tercios (vase cuadro 6), sobrepasando casi en 50% los ingresos de cacao Maracaibo, pese a que estos mismos aumentaron respecto a las cifras que se manejan para las dcadas anteriores y que incluso se remitira grano de la Magdalena en 1772 y 1776 que podra considerarse dentro del mismo circuito (vase cuadro 6). Por su parte, se debe hacer notar que los registros de Guatemala desaparecen, quiz concentrndose en los envos de Tabasco.

En definitiva, las cantidades de cacao tabasqueo se incrementan notablemente entre 1759 y 1776, lo que se enmarcara dentro de la poltica que implementaron los Borbones desde 1765 con el afn de impulsar la produccin de cacao en la zona. Al respecto, Carlos E. Ruiz Abreu ha destacado la existencia de un auge comercial de la regin entre 1765 y 1810, lo que permiti llevar cacao a diversos destinos y no slo a la ciudad de Mxico; el autor ha recopilado guas de diversas aduanas que certifican el envo de cacao hacia Aguascalientes, Ajalpa, Celaya, Crdoba, Charcas, Guadalajara, Guanajuato, Huamantla, Len, Orizaba, Puebla, Quertaro, Quechula, Real del Catorce, San Luis Potos, Sayula, Tampico, Tehuacn, Tepeaca, Tepic, Teposcolula, Tulancingo, Jalapa y Zacatecas.54

Es decir, la produccin de cacao de Tabasco desde mediados del siglo XVIII fue altamente demandada y pese a que lleg a ser la principal provincia productora del virreinato, no logr cubrir la demanda interna, lo que se reflejara en sus fluctuaciones de precios, ya que registr rangos desde dos reales y tres cuartos hasta cuatro reales la libra entre las tres primeras dcadas del siglo XVIII (vase cuadro 5) hasta al parecer la dcada de 1790, igualndose con los altos precios del cacao de Maracaibo.55

Remisiones de cacao desde Guayaquil, 1759-1796

Desde los aos sesenta se gener nuevamente un repunte de las autorizaciones de cacao procedente de Guayaquil va Acapulco, necesariamente cuando a causa de la guerra de los Siete Aos el comercio entre Caracas y Veracruz se vea detenido por los ingleses. As, por ejemplo, en 1761 se autoriz a la nave Nuestra Seora de Belem ir a Acapulco desde Guayaquil y se indicaba que estos viajes se realizaran durante todo el periodo de guerra.56 No obstante, an en 1765 continuaban llegando naves peruanas a Acapulco cargadas de cacao, y hacia 1768, en el Consejo de Indias, se discuti la inutilidad de las prohibiciones establecidas y se confirmaban los intercambios de cacao guayaquileo con Puebla, Ptzcuaro, Valladolid y Michoacn con productos internos de Nueva Espaa.57

La situacin era explicable si se considera que gran parte del cacao caraqueo estaba siendo destinado a Espaa por la compaa Guipuzcoana y la creciente demanda novohispana oblig a las autoridades a revisar las prohibiciones que existan entre los virreinatos. En 1774 se vieron forzados a restablecer el trfico martimo entre ellos y se permiti el trfico entre Nueva Espaa, Nueva Granada y Per. A partir de ese momento, el cacao guayaquileo comenzar a irrumpir en Nueva Espaa, y ms todava cuando en 1776 se le concede a sus comerciantes la reduccin de la mitad de los derechos que pagaba el cacao a la salida de sus puertos y a la entrada en cualquiera de ambas Amricas:58 el grano en Acapulco slo pagara 2.5% de almojarifazgo, ms 1% de armada y quedaba exento del pago de alcabala. Esta medida, ms que propiciar una mayor venta de cacao de Guayaquil en la ciudad de Mxico —ya que en esa ciudad su precio siempre haba sido el ms barato desde inicios del siglo XVIII (vase cuadro 5)—, favoreci su distribucin hacia el interior del virreinato.

No cabe duda de que el cacao de Guayaquil se fue haciendo cada vez ms competitivo que el resto. De acuerdo con los datos contenidos en los libros de manifestaciones, en las primeras dcadas del siglo XVIII el cacao de Guayaquil mantuvo un nivel cercano a los dos reales, y se distingui por el ser el ms econmico (vase cuadro 5). La misma tendencia ha sido argumentada por Manuel Mio hasta fines del siglo XVIII, sealando incluso que en 1793 lleg a valer la libra un real y tres cuartos.59 Su precio reflejaba, como se dijo anteriormente, la ventaja de que era trasladado por mar y luego por tierra a una distancia inferior que la empleada por las dems remisiones. Ms an cuando en 1776 la corona privilegi a los comerciantes de Guayaquil —sin pagar alcabala por su cacao y rebajando el almojarifazgo al ingresar por Acapulco. Lo anterior consagr a este cacao como el ms barato ingresado a la ciudad de Mxico y posibilit que ese mercado se inundara del mismo. El mencionado incremento de volmenes del cacao guayaquileo se observa claramente para la dcada de 1790 en los datos del cuadro 6 sobre el cacao destinado a la ciudad de Mxico.

Remisiones de cacao desde Caracas, 1776-1796

A partir de 1776, como era de esperarse, se gener un debilitamiento veloz y general del comercio caraqueo con el virreinato novohispano, pues todo cacao ingresado por Veracruz —a diferencia del entrado por Acapulco— deba pagar 5% de almojarifazgo, 1 % de avera, 1 % de armada y 3% de alcabala,60 medida que se interpret como un duro golpe para el comercio venezolano.

En la ciudad de Mxico el cacao caraqueo, junto al de Maracaibo, representaban en 1776 cerca de 54% del ingreso total a la ciudad, aunque en 1770 y 1772 haban alcanzado juntos 81 y 76% de ese total, con montos de 6463 y 8402 tercios, respectivamente (vase cuadro 6). Es decir, la medida de 1776 s tuvo impacto respecto al ingreso de cacao venezolano en la ciudad de Mxico, pese a que en 1778 se tuvo el propsito de equilibrar la situacin y las autoridades establecieron un lmite de 8 000 a 10 000 fanegas anuales a la entrada de cacao de Guayaquil por Acapulco.61 Pero era indudable que cada vez ms la poltica comercial estaba enfocada a orientar el grano caraqueo hacia la metrpoli, de all la idea de impedirle, en definitiva, competir con el de Guayaquil en suelo novohispano. Todo era parte de la prctica mercantil de la corona y slo de ese modo se podra entender que en 1778 se ampliara el comercio martimo al conjunto de las tierras americanas, excepto al de Venezuela y Nueva Espaa.62 La monarqua hispnica continuaba practicando su poltica de equilibrios y compensaciones entre una provincia y otra, ya que en la prctica el cacao de Guayaquil iniciara una notable fase de expansin en el virreinato novohispano y por su parte la metrpoli (entrada al mundo europeo), se surtira del cacao venezolano sin competir con Nueva Espaa.63 El problema entonces obedece a un cambio de orientacin de las zonas abastecedoras hacia los mercados sealados, bajo el afn tradicional de la corona de garantizar el abasto a todos sus subditos, procurando mantener el control de los mercados y favoreciendo un equilibrio entre los ms competitivos.

Reflexiones finales

A lo largo del artculo se ha visto que la mayora de los registros de cacao ingresados a la capital provienen del sur novohispano y que incluso rebasan los lmites del virreinato y se extienden hasta las fronteras del virreinato peruano, de Nueva Granada y de la capitana general de Venezuela. Cmo es posible explicar este arribo de cacao de lugares tan distantes a la ciudad de Mxico? Lo evidente es que los comerciantes siempre buscaban los precios ms convenientes antes de trasladar los productos hacia un determinado mercado. Es decir, el abasto no slo se poda cubrir con los simples vnculos inmediatos del comercio local o interregional, sino dentro de la mecnica de un verdadero mercado interno que abarcaba distintos virreinatos y donde se producan naturales ajustes de precios de acuerdo con las distancias y las demandas de sus propios mercados.

Evidentemente, no se est hablando de un mercado libre, pero s de un mercado que era regulado con el afn de responder a la demanda novohispana pero tambin atlntica a travs de Sevilla y Cdiz —por disposiciones y normas que prohiban o autorizaban el comercio, especialmente el comercio martimo por breves periodos u otorgaban permisos extraordinarios.

Esta situacin se puede traducir en precios de venta diferenciados entre una zona y otra, lo que marcaba una ventaja notable para algunas de ellas. No obstante, las ventajas que la corona otorg a ciertas zonas productoras no fueron arbitrarias y respondieron a una racionalidad de precios ms competitivos entre regiones con menor o mayor demanda de cacao. Tradicionalmente se ha dicho que la corona, con el afn de sacar el mayor provecho de sus posesiones americanas, promovi una especializacin de cada una de ellas y explot sus ventajas comparativas.64 Ciertamente los espacios americanos crecieron bajo dinmicas tambin impulsadas por los productores y comerciantes, no obstante, todas las propuestas y polticas a seguir eran estudiadas y discutidas celosamente en el Consejo de Indias, institucin que finalmente regulaba el funcionamiento de los reinos americanos.

Fuentes consultadas

Archivos

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Notas

1 Entre estos estudios pueden destacarse los de Arcila, Comercio, 1950; HammerlyComercio, 1976; SchivelbuschHistoria, 1995; Piero, "Cacao", 1988; Tovar, "Cacao", 2000; Jaimes, "Fruto" 2008; Mio, "Cacao",2009; "Cacao", 2009; Valle, "Comercializacin", 2010, y "Cacao", 2011.

2 Arcila, Comercio, 1950, p. 310.

3 Pescador y Garza, "Caja", 1992.

4 Se conoce el debate establecido entre Carlos Sempat Assadourian y Ruggiero Romano. El primer autor plante una dinmica de integracin entre los mercados hispanoamericanos, a partir de la circulacin minera y el intercambio de mercancas dentro del espacio americano. Ruggiero, en cambio, se inclin por desconocer la integracin de los mercados a escala continental y ms bien prefiere reconocerlos como un "conjunto de mercados agregados", difcilmente interconectados. Vase, Assadourian, "Integracin", 1994, pp. 141-164, y Romano, Mecanismo, 2004.

5 ThnenThnen's, 1966.

6 Esta idea refrenda otros estudios que han demostrado la integracin del mercado capitalino con diversos espacios virreinales en torno a la circulacin de ganado hacia la capital en el siglo XVIII, la que alcanzaba distancias superiores a los 600 kilmetros y en ningn caso su abasto estaba circunscrito a su hinterlandinmediato. Quiroz, Lujo, 2005, pp. 296-297.

7 Ibid.,pp. 31-49.

8 "Sobre todo cuando quera estudiar por la noche, tomaba otra jicara a eso de las ocho que me tena despejado y sin dormir hasta las doce". GageNuevo, 1994, p. 267.

9 AjofrinDiario, 1986, p. 170.

10 GageNuevo, 1994, p. 267.

11 Len, Question, 1994.

12 Ibid.

13 GemelliViaje, 1976, p. 140.

14 AjofrinDiario, 1986, pp. 92 y 160.

15 MontariHambre, 1993, p. 127.

16 GageNuevo, 1994, p. 265.

17 Gortari y Escamilla, "Guisos", 2000, pp. 24-25. El mole se preparaba originalmente con guajolote o pavo, variedad de chiles, entre ellos pasilla, chipotle, ancho y mulato, los que se tostaban y molan junto a granos de cacao, de cacahuate, de almendra, nueces, pasitas, canela, ans, adems de manteca y ajonjol.

18 Vase Guzmn, Recetario, 1999, p. 82.

19 Vase el testimonio del conde de Orizaba en el cabildo que se celebr en 27 de junio de 1729, Archivo Histrico del Distrito Federal (en adelante AHDF), fondo Ayuntamiento, seccin Real Audiencia, Fiel Ejecutoria, Cacao, vol. 3787, exp. 1, fs. 1f-3f.

20 ahdf, fondo Ayuntamiento, seccin Real Audiencia, Fiel Ejecutoria, Cacao, vol. 3787, exp. 5, fs. l-2v.

21 Ibid., fs. 1-3f Vase tambin Arcila, Comercio, 1950, p. 39.

22 Bez, "Planos", 1966, pp. 409-484.

23 Recordemos que el censo de 1742, ordenado por el virrey conde de Fuenclara y compilado por Villaseor entre 1746 y 1748, indic que en la ciudad existan unas 50 000 familias de ascendencia espaola, entre "europeos y patricios", otras 40 000 familias de mestizos, mulatos y negros y un total de 8 000 indios. Del padrn de 1753, aunque incompleto, se ha deducido que la poblacin capitalina no poda sobrepasar los 70 000 habitantes en ese ao, tal como se mencion anteriormente. Bez, "Planos", 1966, pp. 409-484.

24 Sobre esta cifra y ciertas revisiones vase Mio, "Poblacin", 2004, pp. 21-74.

25 Pescador, Bautizados, 1992, p. 97.

26 Mio, "Cacao", 2009, p. 5.

27 Silva, "Organizacin", 2004, p. 307.

28 Mio, "Cacao", 2009, p. 297.

29 Vase "Modo de hacer el chocolate para vender, que salga bueno y que tenga cuenta para vender de a dos" en Annimo, Recetario, 2000, p. 89. Vase varios ejemplos de recetas, entre ellas la siguiente: "Dos libras y media de [cacao] de Guayaquil, libra y media de [cacao] Maracaibo, media libra de Tabasco, onza y media de canela, siete libras de azcar, una caja de marquesote, cuatro huevos, medio y cuartilla de bizcocho duro. Se cortan a 18".

30 Vase Guzmn, Recetario, 1999, p. 180.

31 Ruiz, Tabasco, 2001, p. 90. Vase tambin Palma, "Reino", 1997, p. 46. 

32 Jaimes, "Fruto", 2008, p. 55.

33 Pinzn, Acciones, 2011, p. 221.

34 Palma, "Reino", 1997, p. 46.

35 Ibid., p. 50.

36 Belaubre, "Lectura", 2008.

37 Vase Gaseo, "Economa", 1991, pp. 338-339.

38 Archivo General de la Nacin (en adelante AGN), reales cdulas, vol. 74, exp. 75, fs. 197f-198f, real cdula de 1754, ordenaba que anualmente se enviaran 50 zurrones de cacao de Soconusco a Espaa para consumo de los reyes. Del mismo modo lo reconoci el presbtero Fernando Antonio Dvila en las Cortes de Cdiz. Vase Belaubre, "Lectura", 2008, nota 40.

39 Gaseo, "Economa", 1991, pp. 342-351.

40 Ibid.,p. 343.

41 Vanse los comentarios de Antonio Garca Redondo, en Belaubre, "Lectura", 2008.

42 Palma, "Reino", 1997, p. 47.

43 Mio, "Cacao", 2009, p. 293.

44 ReesTransportes, 1976, pp. 85-86. Rees calcula que entre Mxico y Veracruz el costo de un flete de abarrotes en 1806 poda ascender a cinco o seis pesos la carga. Al respecto, Clara Elena Surez indica para el tabaco un costo aproximado de doce pesos por carga. Surez, Camino, 1997, p. 183.

45 Arcila, Comercio, 1950, pp. 266-268.

46 Pinzn, Acciones, 2011, p. 217.

47 Arcila, Comercio, 1950, pp. 266-268.

48 Respecto a la circulacin de la hierba mate en el espacio sudamericano, vase el clsico trabajo de GaravagliaMercado, 1983.

49 Pinzn, Acciones, 2011, p. 216.

50 Arcila, Comercio, 1950, p. 50.

51 Sobre el tema de la defensa del imperio espaol, la circulacin de situados y la fortificacin de los puertos principales hispanoamericanos, consltese Jara, Imperio, 2011.

52 Sobre el tema del desarrollo portuario del Pacfico a partir de las polticas defensivas principalmente en Nueva Espaa, consltese Pinzn, Acciones, 2011.

53 Romano, Mecanismo, 2004, p. 283.

54 Ruiz, Tabasco, 2001, p. 90.

55 Mio, "Cacao", 2009, p. 16.

56 Pinzn, Acciones, 2011, p. 220.

57 Ibid., p. 223.

58 Valle, "Comercializacin", 2010, p. 194.

59 Ibid.

60 Sobre el tema vase ibid., y Arcila, Comento, 1950.

61 Valle, "Comercializacin", 2010, p. 197.

62 Pinzn, Acciones, 2011, p. 221.

63 Particularmente sobre este tema vase Mio, "Cacao", 2009, pp. 5, 10-14.

64 Wolf, Pueblos, 1985, p. 167.

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